2. LA RELIGIÓN GRIEGA: LOS DIOSES
- Eran politeístas.
- Sus dioses eran igual que los humanos físicamente y en sus sentimientos
- Eran inmortales y con poderes sobrehumanos.
- Vivían en el Olimpo y para intervenir en asuntos humanos bajaban a la
tierra
- Eran impredecibles. A veces justos
a veces crueles.
3. HÉROES y MITOS
Los hijos de dioses y humanos, se los HÉROES.
Son mortales, aunque podían protagonizar histo-
rias prodigiosas. Tenían poderes.
Algunos mitos :
Hércules y el león
Prometeo encadenado
Teseo y el Minotauro
Ulises y las sirenas
El caballo de Troya
Los relatos de los hechos
protagonizados por los
dioses y héroes griegos
constituyen los mitos.
4. Caos engendra a Gea (tierra) y Gea engendra a Urano (el cielo, para que siempre la cubriese)
Urano engendra hijos en el interior de Gea, pero como no se separa de ella no deja que salgan
al exterior.
El principio
5. Los Titanes
Gea ordena a su hijo menor Crono ( el tiempo), que castre a Urano
para que él y sus hermanos salgan de su madre.
Crono castra a Urano y el cielo y la tierra se separan.
La sangre de Urano se mezcla con la espuma del mar y nace Afrodita.
(el amor y la belleza)
6. Los dioses del Olimpo
Cronos se convierte en el
rey de los dioses pero
como teme que alguno
de sus hijos lo destrone
se las va comiendo a
medida que nace.
Rea, la fertilidad y
esposa de Cronos, se
compadece de Zeus y le
da a Cronos una piedra
envuelta en pañales para
que se lo coma.
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9. LA HISTORIA DE ZEUS
Para que Zeus no fuese devorado lo
entrego a las ninfas.
Fue amamantado por la cabra
Amaltea.
Cuando fue mayor comenzó una
guerra contra los titanes( Cronos,
Helios, Eos, Selene…) y los
derrotó.
Los titanes fueron desterrados al
Tártaro (infierno) y Zeus se vengó de
Cronos haciéndole tomar un brebaje
que le obligo a vomitar a los hijos
que había devorado.
10. Zeus se repartió el poder con
Poseidón que gobernaría el mar y
Hades, que lo haría en el país de
los muertos.
Zeus fue el dios supremo
y con el resto de los
dioses vivía en el monte
Olimpo.
11. “Primero vienen Las Moiras a anunciar la hora postrera al mortal
perplejo ante los últimos instantes de su vida. Después llegan Las
Furias, si ha sido un crimen grave. Rodean a la víctima y la asustan, la
debilitan de cuerpo y espíritu… la aniquilan. El alma sin carne
desciende al fondo de la Tierra, al sombrío reino de Hades…”
Hades no era un demonio porque para los griegos, no existía la figura maligna que
incitaba al pecado, ya que cada uno creía que era culpable de sus desgracias.
Cuando querían invocarlo, la gente golpeaba el piso con las manos o con una vara
y si con esto no atendía, entonces hacían sacrificios en su honor.
Los griegos y la muerte
12. El reino del Hades (El Erebo), se dividía en dos sub-reinos: El
Tártaro que era un lugar de expiación, donde los malos pagaban sus
culpas (como el infierno para la religión católica) y Los Campos
Elíseos que era donde los buenos gozaban de las recompensas de sus
acciones (el cielo para los católicos). Ambos sub-reinos se encontraban
en las profundidades subterráneas, ya que los cielos eran
exclusivamente para que habitaran los dioses.
13. Las almas de los muertos para poder recorrer su camino debían atravesar el río
Aqueronte que corría por los dominios de Hades, a través de una barca
manejada por un personaje lúgubre llamado Caronte, al cual le debían pagar
con una moneda que los familiares del muerto colocaban debajo de su lengua
antes de ser enterrado.
Luego debían
presentarse delante de
Los Tres Jueces de los
Muertos, que
eran Minos,
Eaco y Radamanto ,
que decidían si el alma
iba a ser condenada al
Tártaro,( y en este caso
cuál sería su castigo) o
si iba a ser enviado a
los Campos Elíseos,
aunque siempre el
veredicto final lo daba
Hades.
14. Para llegar al reino de Hades, tenían que atravesar la puerta de su castillo,
fielmente cuidada por Cerbero, un can de múltiples cabeza.
15. LOS CÍCLOPES
Eran gigantescos y muy fuertes. Solo tenían un ojo en la frente.
Su padre, Urano, temía que alguno de sus hijos le quitara el poder y los arrojó a
las negras profundidades de donde Zeus les salvó.
Agradecidos, le dieron el rayo, el relámpago y el trueno, que son sus símbolos.