1. 7. EXPANSIÓN ULTRAMARINA Y CREACIÓN DEL IMPERIO COLONIAL.
7.1. El descubrimiento de América
Cristóbal Colón era un aventurero y marino de origen genovés que, convencido
de la esfericidad de la Tierra, pretendió llegar a las Indias a través de la ruta inexplorada
del Oeste. En 1484 expuso su proyecto a los portugueses, que no lo aceptaron, y
después a los Reyes Católicos, que en principio también lo rechazaron. Sin embargo,
una vez finalizada la campaña de Granada, Isabel y Fernando decidieron apostar por el
plan de Colón, ya que era la única alternativa que se le ofrecía a Castilla para establecer
una ruta con Oriente capaz de competir con la travesía africana de Portugal.
Los Reyes Católicos alcanzaron un acuerdo con Colón y firmaron las
capitulaciones de Santa Fe (17 de abril de 1492) que sorprenden por la amplitud de
concesiones, inusuales en estos monarcas partidarios de limitar la expansión señorial:
• Colón obtendría los títulos de almirante, virrey y gobernador general de todas las
islas y tierras firmes que descubriera
• Se beneficiaría de la décima parte de cuanto se obtuviese en las tierras descubiertas
y colonizadas.
Colón partió el 3 de agosto de 1492 del puerto de Palos de Moguer con un centenar
de hombres, una nao y dos carabelas, llevando como pilotos principales a los hermanos
Pinzón. El 12 de octubre de 1492 arribó a las Antillas, en concreto a la isla de
Guanahaní, a la que denominó San Salvador. Después descubrió Cuba y La Española
(Haití) y emprendió el regreso en 1493. Ante el éxito de la expedición, Colón realizó
tres viajes más entre 1493 y 1504, pero murió creyendo que había llegado a las costas
orientales de Asia. La confirmación de que se trataba de un nuevo continente la
proporcionaron los viajes menores, uno de los participantes en esos viajes fue Américo
Vespucci, que por cuente de Castilla y Portugal exploró a partir de 1499 parte de las
costas de América del Sur y descubrió que no pertenecían a Asia.
Tras el primer viaje de Colón en las bulas Inter Caetera (1493), otorgadas por el
papa Alejandro VI, se reconocían los derechos de la monarquía española sobre todas las
tierras descubiertas y por descubrir y establecía una línea divisoria entre la expansión
castellana y portuguesa. Sin embargo, este arbitraje no agradó a Portugal y los Reyes
2. Católicos propiciaron un nuevo acuerdo mediante la firma del Tratado de Tordesillas
(1494) que desplazaba esa línea divisoria concediendo a Portugal la costa africana y la
futura ocupación de Brasil.
7.2. Conquista y colonización
La colonización del continente americano se extendió hacia el oeste, hasta ocupar la
práctica totalidad del continente, con la excepción de Brasil, tal como se había
establecido en el Tratado de Tordesillas. La conquista se desarrollo en dos grandes
etapas:
• La primera etapa, dirigida por Hernán Cortés. Su expedición se inició en 1518
y salió desde la isla de Cuba, desembarcó en tierras mexicanas, allí fundó
Veracruz, se adentró por los territorios aztecas, a los que consiguió dominar
militarmente, se apoderó de sus riquezas y convirtió al emperador Moctezuma
en su prisionero en 1519. Ante la persistente resistencia azteca, Cortés se
enfrentó a ellos y les venció en la batalla de Otumba (1520), se apoderó de un
amplio territorio al que llamó Nueva España. En 1522, toda la meseta central
mexicana había sido conquistada, después se añadiría la península de Yucatán,
donde se encontraba la civilización maya. Algunos de los que le acompañaban
llegaron a la actual Guatemala en 1523, Cortés abandonó México en 1524 en
dirección a Honduras. Hernán Cortés fue uno de los conquistadores más
controvertidos, en 1528 se le desposeyó del gobierno de las tierras conquistadas.
• La segunda etapa la dirigió Francisco Pizarro a partir de 1531. Salió de
Panamá y se dirigió hacia Ecuador para conquistar el Imperio Inca, que
abarcaba el actual Perú, Ecuador y parte de Bolivia. Pizarro consiguió imponerse
a la resistencia que le ofrecieron y venció a su caudillo Atahualpa en 1532, la
conquista se completó con la incorporación de Cuzco.
En esa misma época, en América del Norte, Cabeza de Vaca exploró Florida,
Texas y California. En América del Sur, Orellana recorrió el Amazonas; Almagro
y Valdivia conquistaron Chile, y Pedro de Mendoza fundó Buenos Aires.
3. 7.3. Gobierno y administración
Las tierras conquistadas se incorporaron a la Corona de Castilla, que controló su
colonización, mediante el establecimiento de un monopolio sobre la inmigración y
el comercio. En las Indias se copió la organización institucional castellana: a nivel
municipal se instauraron los cabildos, formados sólo por españoles, con las mismas
funciones que los ayuntamientos. Los virreinatos, al principio se fundaron dos: el
de Nueva España al norte, comprendía América Central y las islas caribeñas; y el
de Perú, que se extendía por América del Sur, hasta la Patagonia. Los virreyes,
como representantes del rey, gozaban de gran poder, dirigían la administración, las
fuerzas militares y la justicia. Los virreinatos fueron divididos en unidades
territoriales menores llamadas gobernaciones, dirigidas por gobernadores,
normalmente militares.
Las funciones judiciales competían a las Audiencias, formadas como las de
Valladolid y Granada. También ejercían un cierto control sobre los virreyes.
Se desarrolló una legislación específica para la organización de los nuevos
territorios, las Leyes de Indias. La primera recopilación fue la de las Leyes de
Burgos (1512), que intentaban evitar los abusos de los colonos, prohibían la
esclavitud, pero obligaban a los indígenas a trabajar para los colonizadores.
Los nuevos territorios aportaron importantes ingresos a Castilla y a la Corona,
que controlaba el tráfico comercial y se reservaba la quinta parte, el quinto real, de
todo el metal precioso (oro, plata) y un gravamen del 7,5 % sobre todos los
productos importados o exportados. Las minas más importantes fueron las de plata:
Potosí (Bolivia) y Zacatecas (México), el descubrimiento de la mina de mercurio de
Huancavelica fue fundamental, pues este metal era imprescindible para refinar la
plata.
Las tierras fueron repartidas entre los colonizadores, junto a un grupo de indios,
así se formaron las encomiendas. El indígena quedaba “encomendado” al colono a
cambio de protección, pero quedaba obligado a pagar impuestos y a trabajar
forzosamente. Las minas eran propiedad real, su explotación se concedió a
particulares. La mita era el sistema de trabajo forzoso de los indígenas empleado,
era una modalidad de trabajo de origen inca, mediante el cual se realizaban levas de
4. indios, que de forma rotatoria y obligatoria, trabajaban en las minas a cambio de un
salario.
La explotación agropecuaria adquirió diversas formas: la plantación dedicada al
cultivo de plantas tropicales y la hacienda, dedicada a la ganadería o el cereal,
ambas modalidades se basaban en la existencia de grandes latifundios. Para
asegurarse la mano de obra emplearon el sistema de encomienda.
En la práctica los indígenas estaban sometidos mediante formas semifeudales, la
Corona para evitar abusos promulgó las Leyes Nuevas de Indias (1542), que
sistemáticamente se incumplían, a pesar de las denuncias de Bartolomé de las
Casas. La corrupción de las autoridades y la explotación de los indígenas fueron
rasgos característicos de la administración en América.
7.4. Impacto de América en España
Desde el siglo XVI, las Indias fueron una gran fuente de intercambios
comerciales. Castilla suministraba trigo, vid, aceite, ganado, vestidos, armas…, y de
América llegaban oro y plata, pero también productos agrícolas desconocidos, como
el maíz, la patata, el cacao, el tabaco y el cacahuete. El monopolio del comercio con
América lo tenía el puerto de Sevilla. En 1503, la Corona, creó la Casa de
Contratación de Sevilla, para controlar el tráfico de personas y mercancías, y
asegurarse así, la recaudación de los tributos reales. Los viajes a América se
organizaban mediante un sistema de flotas, buques que navegaban juntos para
protegerse mutuamente, se realizaban dos expediciones al año.
El oro y sobre todo la plata fueron las mercancías que predominaron. A lo largo
de los siglos XVI y XVII, las existencias de plata en Europa se triplicaron, las de
oro aumentaron un tercio. Esta afluencia de metales preciosos provocó una subida
espectacular de los precios en el territorio castellano, dio lugar a lo que se llamó la
revolución de los precios.
La Corona española, primero por la financiación de la expansión y después por
el mantenimiento del Imperio, gastó el tesoro adquirido tan rápidamente como lo
había adquirido, con lo que quedó sujeta a un gran endeudamiento. Los banqueros
alemanes y genoveses facilitaron capital para equipar a la armada y al ejército, con
unos intereses muy altos, a cambio recibieron una parte importante del tesoro
5. recaudado. De esta manera los efectos dinamizadores de la llegada de metales
preciosos apenas repercutieron en la economía castellana, la riqueza que no acabó
en manos de los banqueros extranjeros, se invirtió improductivamente en joyas o
bienes de lujo importados.