2. Monición de entrada:
Buenas días hermanos en Cristo resucitado.
Hoy en las lecturas bíblicas se concluye una
idea básica: la Comunidad cristiana como
signo de Cristo resucitado. La Iglesia que
surge de la Resurrección del Señor y nace
del bautismo en el Espíritu es comunidad
que vive unida en el amor y atestigua con
su vida la victoria de la fe sobre el mal del
mundo. Empecemos esta celebración con
mucho entusiasmo, cantando con alegría.
3. CANTO DE ENTRADA
ACUÉRDATE DE JESUCRISTO,
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS.
ÉL ES NUESTRA SALVACIÓN,
NUESTRA GLORIA PARA SIEMPRE.
1. Si con Él morimos, viviremos con Él.
Si con Él sufrimos, reinaremos con Él.
2. En Él nuestras penas, en Él nuestro gozo,
en Él la esperanza, en Él nuestro amor.
4. ASPERSIÓN CON EL AGUA A LA
ASAMBLEA
Con profundo agradecimiento, comenzamos
esta Eucaristía recordando el día de nuestro
Bautismo. Desde la fe, recibimos el agua que
nos renueva para vivir según el Espíritu de
Dios. Pidámoslo con todo el corazón.
(Música de fondo o cantamos todos,
durante la aspersión…):
5. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo
un solo Dios y Padre.
Llamados a guardar la unidad del Espíritu
por el vínculo de la paz,
cantamos y proclamamos: Un solo Señor…
Llamados a formar un solo cuerpo
en un mismo Espíritu,
cantamos y proclamamos: Un solo Señor,
Llamados a compartir una misma
esperanza en Cristo, cantamos y proclamamos:
Un solo Señor…
7. Lectura del libro de los Hechos de los
Apóstoles 4, 32-35
En el grupo de los creyentes todos
pensaban y sentían lo mismo: lo poseían
todo en común y nadie llamaba suyo propio
nada de lo que tenía.
Los apóstoles daban testimonio de la
resurrección del Señor Jesús con mucho
valor.
Y Dios los miraba a todos con mucho
agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues
los que
8. poseían tierras o casas las
vendían, traían el dinero y lo
ponían a disposición de los
apóstoles; luego se distribuía
según lo que necesitaba cada
uno.
Palabra de Dios.
9. R. Dad gracias al Señor porque es
bueno, porque es eterna su misericordia
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
10. R. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque
es eterna su misericordia
La piedra que desecharon los arquitectos es
ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra
alegría y nuestro gozo.
R. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque
es eterna su misericordia
11. Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios, él nos ilumina.
R. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque
es eterna su misericordia
12. Lectura de la primera carta del apóstol
san Juan 5, 1-6
Queridos hermanos:
Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha
nacido de Dios; y todo el que ama a aquel
que da el ser ama también al que ha nacido
de él.
En esto conocemos que amamos a los hijos
de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus
mandamientos.
Pues en esto consiste el amor a Dios:
13. en que guardemos sus mandamientos. Y sus
mandamientos no son pesados, pues todo lo
que ha nacido de Dios vence al mundo.
Y lo que ha conseguido la victoria sobre el
mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence
al mundo, sino el que cree que Jesús es el
Hijo de Dios?
Éste es el que vino con agua y con sangre:
Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y
con sangre y el Espíritu es quien da
testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Palabra de Dios.
14. Aleluya Jn 20, 29
Porque me has
visto, Tomás, has
creído, -dice el Señor-
Dichosos los que
crean sin haber visto.
15. Lectura del santo evangelio según san Juan
20, 19-31
Al anochecer de aquel día, el primero de la
semana, estaban los discípulos en una
casa, con las puertas cerradas por miedo a
los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en
medio y les dijo:
-«Paz a vosotros.»
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el
costado. Y los discípulos se llenaron de
alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
16. «Paz a vosotros. Como el Padre me ha
enviado, así también os envío yo.»
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y
les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo; a quienes les
perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los retengáis, les
quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo,
no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los
otros discípulos le decían:
«Hemos visto al Señor.»
17. Pero él les contestó:
- «Si no veo en sus manos la señal de los
clavos, si no meto el dedo en el agujero de los
clavos y no meto la mano en su costado, no lo
creo.»
A los ocho días, estaban otra vez dentro los
discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús,
estando cerradas las puertas, se puso en
medio y dijo:
«Paz a vosotros.»
Luego dijo a Tomás:
- «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae
18. tu mano y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente.»
Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!»
Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has
creído? Dichosos los que crean sin haber
visto.»
Muchos otros signos, que no están escritos
en este libro, hizo Jesús a la vista de los
discípulos. Éstos se han escrito para que
creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de
Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en
su nombre. Palabra del
20. Oración de los fieles
Por medio de Jesús, el Señor, y movidos por
el Espíritu, presentamos a Dios nuestro Padre
nuestra oración, diciendo:
¡Señor, danos tu paz!
- Para que en la Iglesia seamos
creadores de vida y de esperanza,
de fuerza y ánimo para cuantos viven
abatidos.
¡Señor, danos tu paz!
21. - Por los pueblos de la tierra que sufren la
injusticia, el subdesarrollo, y la falta de
respeto a los derechos humanos para que
les hagamos llegar los frutos de la Pascua
liberadora de Cristo.
¡Señor, danos tu paz!
- Por los que viven marcados por el
sufrimiento, el fracaso y la miseria
para que la presencia resucitadora de
Jesús los vivifique.
¡Señor, danos tu paz!
22. - Para que nuestra comunidad parroquial
alegre por la experiencia de Jesús
Resucitado, anuncie siempre el triunfo del
amor, de la verdad y del bien.
¡Señor, danos tu paz!
Oración:
Danos tu Paz, Señor, que nos haga vivir en
tu Amor. Por Jesucristo.
23. CANTO DEL OFERTORIO
En este mundo que Cristo nos da
hacemos la ofrenda del pan.
El pan de nuestro trabajo sin fin
y el vino de nuestro cantar.
Traigo ante ti nuestra justa inquietud:
amar la justicia y la paz.
SABER QUE VENDRÁS, SABER QUE
ESTARÁS
PARTIENDO A LOS POBRES TU PAN
(bis).
24. HASTA LA COMUNION
Tarde o temprano, de forma inesperada o
como fruto de un proceso interior, nos
puede llegar de Jesús:
«No seas incrédulo, sino creyente».
25. CANTO DE COMUNION.
Andando por el camino, te
tropezamos, Señor, te hiciste el
encontradizo, nos diste conversación, tenían
tus palabras fuerza de vida y amor, ponían
esperanza
y fuego en el corazón.
Te conocimos, Señor, al partir el pan, tú
nos conoces, Señor, al partir el pan (Bis)
26. Llegando a la encrucijada, tú
proseguías, Señor, te dimos nuestra
posada, techo, comida y calor; sentados
como amigos a compartir el cenar, allí te
conocimos al repartirnos el pan.
Te conocimos, Señor, al partir el pan, tú
nos conoces, Señor, al partir el pan (Bis)
Andando por los caminos, te
tropezamos, Señor, en todos los peregrinos
que necesitan amor, esclavos y oprimidos
que buscan la
libertad, hambrientos, desvalidos, a
27. Oración
No tengáis miedo
Si sois hombres tentados
por el miedo,
si lo nuevo os aterra,
si os habéis acostumbrado a la rutina,
si no sabéis por dónde vais,
si os espanta todavía la cruz...
¡No tengáis miedo!
¡Está vivo y camina, como Señor,
delante de vosotros!
28. Si vuestros ojos se llenan de sueño,
si no veis nada detrás de las cosas,
si la realidad sólo es lo que veis,
si buscáis y sólo encontráis la frialdad del
silencio,
si clamáis y Dios no os
responde al instante...
¡No tengáis miedo!
¡Está vivo!
y camina, como Señor,
delante de vosotros!
29. Si el cansancio os abruma,
si la palabra no os dice nada,
si las palabras os faltan,
si no encontráis las razones
de vivir tantas veces buscadas,
si habéis perdido la ilusión,
si ya todo es noche sin chispa
de luz...
¡No tengáis miedo!
¡Está vivo y camina, como
Señor, delante de vosotros!
30. Si sentís el corazón triste, si ya no veis las
flores,
si sólo escucháis cantos de derrota,
si ya no quedan lágrimas en vuestro
lagrimal,
si tenéis ya la ventana abierta
para arrojarlo todo,
si ya no hay esperanza para
vuestra desesperanza...
¡No tengáis miedo!
¡Está vivo y camina, como Señor,
delante de vosotros!