Tema 9 UN FINAL FELIZ DE ACUERDO A LAS PROFECIAS.pdf
GUIÓN SIN CANCIONES DE LA EUCARISTIA DEL MIÉRCOLES DE CENIZA. CICLO B. DIA 18 DE FEBRERO DEL 2015
1. MIÉRCOLES DE CENIZA
Monición de Entrada:
Con esta celebración de hoy inauguramos la Cuaresma. La institución cuaresmal sigue
siendo necesaria en la Iglesia. La cuaresma es tiempo propicio para meditar y orar en el
silencio de nuestro interior.
Es tiempo de preparamos para celebrar la Pascua, en la que renovaremos nuestra
iniciación cristiana.
Es tiempo de conversión: de volver sobre nuestros pasos extraviados y emprender de
nuevo el camino de Dios.
Se omite el Acto Penitencial, ya que en esta celebración es sustituido por la imposición de la Ceniza,
después de la Homilía.
PRIMERA LECTURA (Joel 2,12-18)
"Ahora -oráculo del Señor- convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con
luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro,
porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente
de las amenazas." Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la
libación para el Señor, vuestro Dios.
Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión. Congregad al
pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a muchachos y niños
de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar
lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: "Perdona, Señor, a tu pueblo; no
entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre las
naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su
pueblo." Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL 50
R/. Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.
2. De la segunda carta de San Pablo a los Corintios. 5,20-6,2)
Hermanos: Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara
por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no
había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que
nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando su obra, os exhortamos a
no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: "En tiempo favorable te escuché, en día
de salvación vine en tu ayuda"; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de
salvación.
Palabra de Dios
Evangelio según san Mateo(Mateo 6,1-6.16-18)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidad de no practicar vuestra justicia
delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa
de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la
trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las
calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su
paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace
tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo
pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las
sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya
han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y
reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo
pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para
hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno
lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo
escondido, te recompensará."
Palabra del Señor
Homilía
Monición
Ahora el sacerdote va a bendecir la Ceniza que luego impondrá sobre nuestras cabezas. Esta
ceniza es símbolo de nuestra debilidad, de nuestros pecados, de nuestro egoísmo al
separarnos de Dios y de los demás.
Al recibirla vamos a comprometernos a cambiar el rumbo de nuestras vidas, y emprender una
Nueva Ruta que nos lleve al encuentro con Jesús y con todos los hermanos.
Sacerdote:
Padre nuestro: cuando somos sinceros y reconocemos sencillamente nuestros defectos, sin
intentar disimularlos, tú nos miras con cariño de Padre: Míranos aquí reunidos y bendícenos a
todos para que este signo de la ceniza no se quede en un puro rito, sino que signifique el
esfuerzo que queremos hacer esta Cuaresma para conocer más a Jesús, a nosotros mismos, y
llegar a ser como tú quieres que seamos. (Silencio…)
Señor, que nos ofreces la oportunidad de la Cuaresma para cambiar y ser mejores, dígnate
bendecir (+) esta ceniza que vamos a imponer sobre nuestras cabezas. Que el polvo de la
3. ceniza sea símbolo de todo lo que queremos que desaparezca de nuestras vidas: el odio, el
rencor, la violencia, la falta de respeto a los demás, el egoísmo.
Ayúdanos a abrir nuestros corazones al amor de Jesucristo, que vive y reina por los siglos de
los siglos. Amén.
El recibir la ceniza es señal de arrepentimiento. Por eso, pedimos perdón a Dios por nuestros
pecados. En silencio por nuestro pecados personales… (momento de silencio).
Y públicamente nos comprometemos a cambiar
(Si hay niños dos niños leen…)
Señor, queremos ser mejores, porque Tú nos quieres y quieres que seamos buenos. A veces
elegimos el camino equivocado y nuestro corazón se hace pequeño y nos cuesta amar a los
demás.
Hoy queremos verte, como Zaqueo. Si Tú nos miras, Señor, nuestro corazón cambiará, se hará
más grande, más acogedor, más compasivo.
Danos, Señor un corazón nuevo, como a Zaqueo.
Canto: Oh Dios, crea en mí un corazón nuevo…
Señor, si tú nos miras y nosotros te vemos, seremos valientes, como Zaqueo, no tendremos
miedo de hacer el bien, sabremos privarnos de lo que no es bueno, soplaremos el polvo de
nuestro egoísmo, de nuestra pereza, de nuestra soberbia; seremos sinceros; sabremos ayudar
y compartir, seremos hermanos.
Si Tú nos miras y te vemos, cambiaremos, porque nos quieres y te queremos.
Canto: Oh Dios, crea en mí un corazón nuevo…
Seguidamente, se dirige al lugar desde el que va a imponer la ceniza.
¨ Junto a él se coloca una persona con el Leccionario o Evangeliario abierto.
¨ A cada persona que se acerca le dice, mientras le impone la ceniza: “Conviértete y cree el
Evangelio” ( o “Convertíos y creed el Evangelio”)
¨ La respuesta de cada persona puede consistir en tocar con su mano el libro de la Palabra de
Dios, y santiguarse, como señal de que acogemos la invitación y nos ponemos en camino de
conversión.
Imposición de la ceniza:
Se puede hacer un doble gesto, besar la Palabra de Dios y recibir la ceniza, utilizando las dos
fórmulas del ritual.
Para la Palabra: “Conviértete y cree en el evangelio”.
Y para la ceniza: “Acuérdate de que eres polvo y en polvo te has de convertir”.
Oración de los fieles
Animados por el espíritu de Dios que todo lo renueva, dirijamos nuestras invocaciones a Cristo.
Respondamos diciendo:
ENVÍA, SEÑOR, TU ESPÍRITU DE VIDA.
4. 1.- Sobre los pastores de la Iglesia…
2.- Sobre los esposos consagrados en el amor…
3.- Sobre las personas dedicadas al servicio de Dios…
4.- Sobre los pobres y los que ocupan los últimos lugares…
5.-Sobre los perseguidos y oprimidos…
6.- Sobre los enfermos y desesperados…
7.- Sobre los niños y los ancianos abandonados…
8.- Sobre las víctimas del hambre y del odio…
9.- Sobre los que están solos y buscan quien les consuele…
10.- Sobre los que se han descarriado y alejado de Dios…
11.- Sobre los que empezamos el camino de preparación hacia la Pascua…
Envíanos tu Espíritu, Señor Jesús, que cree en nosotros un corazón nuevo. Danos tu perdón y
tu paz. Tú, que vives y reinas, con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas:
Prefacio…
Padrenuestro
Como barro que somos nos ponemos en tus manos de alfarero. Empápanos de tu misericordia,
renuévanos por dentro con espíritu firme y haznos sentir el gozo de tu salvación. Y agradecidos
por tu bondad, una vez más , te decimos: Padre nuestro…
Nos damos la paz
No basta con rezar. Hay que dar un paso más y manifestar a los que están junto a nosotros que
les queremos. Se lo demostramos dándonos el saludo de la paz.
Compartimos el pan
Es el momento de compartir la mesa de Jesús. Necesitamos alimentarnos de Jesús para estar
fuertes y poder hacer realidad, la conversión que Él nos invita a realizar en cada uno durante
esta Cuaresma. Que esta comunión nos llene de Jesús y de su Evangelio. Dichosos los
invitados…
Oración
Es el tiempo de fortalecer nuestro amor.
Vuelvo a escucharte decirme «Ven y sígueme»…
y esta vez mi respuesta va a ser más firme.
Quiero seguirte, Jesús,
quiero aprovechar esta nueva oportunidad.
Necesito salir de la rutina de lo ordinario,
para gozar lo extraordinario de nuestra relación.
5. Una vez más, me recuerdas que cuentas conmigo,
que estoy invitado a vivir cuarenta días especiales,
de más amor, más detalles para con los otros,
más austeridad, para mantenerme libre,
y más ratos de oración,
para estrechar nuestro amor,
para que nuestro corazón palpite al unísono.
Tú sabes bien que me es más fácil:
ayunar de un alimento, que de criticar,
dar una limosna, que acoger a quien no me gusta,
abstenerme de alguna cosa, que regalar más amor,
hacer un sacrificio, que compartir lo que me sobra,
asistir a un rito, que luchar por un mundo justo,
y actuar en fariseo, que trabajar por la igualdad.
No me dejes, Señor, esta Cuaresma
coger el primer puesto cuando rece,
hacer ostentación de mis acciones,
quedarme ya tranquilo con mis ritos,
dormirme en la general mediocridad,
sentirme satisfecho porque te tengo…
¡despiértame, Señor, hazme amar más!
Que esta Cuaresma sea otra oportunidad,
que me ponga de fiesta el corazón
y me funda contigo en el amor.
Bendición:
Recordemos alguno de los mensajes de este día: “Rasgad los corazones, no las vestiduras y
convertíos al Señor”, “cuando hagas limosna, cuando reces, cuando ayunes… que no lo note la
gente, sino tu Padre que ve en lo escondido”. Por tanto, hermanos, dejémonos reconciliar por
Dios y vivamos ya desde ahora atraídos por el desafío de la Pascua.
Que la Bendición de Dios Todopoderoso…
6. Una vez más, me recuerdas que cuentas conmigo,
que estoy invitado a vivir cuarenta días especiales,
de más amor, más detalles para con los otros,
más austeridad, para mantenerme libre,
y más ratos de oración,
para estrechar nuestro amor,
para que nuestro corazón palpite al unísono.
Tú sabes bien que me es más fácil:
ayunar de un alimento, que de criticar,
dar una limosna, que acoger a quien no me gusta,
abstenerme de alguna cosa, que regalar más amor,
hacer un sacrificio, que compartir lo que me sobra,
asistir a un rito, que luchar por un mundo justo,
y actuar en fariseo, que trabajar por la igualdad.
No me dejes, Señor, esta Cuaresma
coger el primer puesto cuando rece,
hacer ostentación de mis acciones,
quedarme ya tranquilo con mis ritos,
dormirme en la general mediocridad,
sentirme satisfecho porque te tengo…
¡despiértame, Señor, hazme amar más!
Que esta Cuaresma sea otra oportunidad,
que me ponga de fiesta el corazón
y me funda contigo en el amor.
Bendición:
Recordemos alguno de los mensajes de este día: “Rasgad los corazones, no las vestiduras y
convertíos al Señor”, “cuando hagas limosna, cuando reces, cuando ayunes… que no lo note la
gente, sino tu Padre que ve en lo escondido”. Por tanto, hermanos, dejémonos reconciliar por
Dios y vivamos ya desde ahora atraídos por el desafío de la Pascua.
Que la Bendición de Dios Todopoderoso…