El documento presenta las lecturas y oraciones de la liturgia dominical. Incluye lecturas del profeta Ezequiel, san Pablo y el evangelio de san Marcos sobre parábolas de Jesús acerca del Reino de Dios como una semilla que crece. También contiene oraciones para pedir la ayuda de Dios y fortalecer la fe.
1. DOMINGO XIº DEL TO. CICLO B. DIA 14 DE JUNIO DEL 2015
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La petición de la liturgia de la Palabra presenta a Dios nuestra fragilidad, en tanto que la
de la liturgia eucarística nos ayuda a adentrarnos más en su celebración.
Desde que empieza la asamblea se eleva al Señor una súplica: «No me deseches, no me
abandones». Súplica del hombre, que vive la experiencia de su debilidad, de sus
limitaciones y de su pecado y, a la vez, súplica del cristiano, que saca de su fracaso una
convicción mayor de su dependencia absoluta respecto a Dios, sin el cual «nada puede».
A quien se sabe redimido por Cristo, nunca le abandona el optimismo, puesto que
espera de El la gracia para «agradarle con sus acciones y deseos».
El Señor Jesús instituyó el memorial de su pasión bajo el signo de una comida. El pan y
el vino, convertidos en su Cuerpo y Sangre, alimentan a un mismo tiempo «nuestro
cuerpo y nuestro espíritu». El pan único, fraccionado y distribuido, y el cáliz común,
son «expresión de nuestra unión con Dios». Son el signo privilegiado de la unidad de
aquella Iglesia, en favor de la cual pidió Jesús, de la única casa del Señor, a la que
aspiran todos los bautizados.
Acto penitencial
En un momento de silencio, pongámonos ante Dios y pidámosle que nos renueve, y nos
perdone.
• Tú que has venido a anunciarnos la Buena Noticia del amor de Dios a todos sin
distinción. Señor, ten piedad.
• Tú que nos invitas a seguir tus pasos. Cristo, ten piedad
• Tú que quieres reunirnos a todos en tu Reino. Señor ten piedad.
Dios todopoderoso y rico en amor tenga misericordia de nosotros; perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Oración colecta
Oh Dios, fuerza de los que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y pues el hombre es
frágil y sin ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus
mandamientos y agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor.
Lectura del Profeta Ezequiel (17,22-24):
Esto dice el Señor Dios: «Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré. De sus ramas más
altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado; la plantaré en la
montaña más alta de Israel; para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble.
2. Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los árboles
silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles
humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he
dicho y lo haré.»
Palabra de Dios
Sal 91,2-3.13-14.15-16
R/. Es bueno darte gracias, Señor
Es bueno dar gracias al Señor
y tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia
y de noche tu fidelidad. R/.
El justo crecerá como una palmera,
se alzará como un cedro del Líbano;
plantado en la casa del Señor,
crecerá en los atrios de nuestro Dios. R/.
En la vejez seguirá dando fruto
y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo,
que en mi Roca no existe la maldad. R/.
Lectura de la segunda carta de san Pablo a los Corintios (5,6-10):
Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras vivimos en el cuerpo, estamos
desterrados, lejos del Señor. Caminamos guiados por la fe, sin ver todavía. Estamos, pues,
llenos de confianza y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor. Por eso
procuramos agradarle, en el destierro o en la patria. Porque todos tendremos que comparecer
ante el tribunal de Cristo, para recibir el premio o el castigo por lo que hayamos hecho en esta
vida.
Palabra de Dios
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,26-34):
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «El Reino de Dios se parece a lo
que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan
las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y
la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las
espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros
los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de
la cosecha.»
Les dijo también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué
parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que,
3. cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez
sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas
tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra.»
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su
mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba
sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor
Oración universal
Oremos unidos al Señor, que vive para siempre, intercediendo por nosotros.
1.- Pidamos por los que formamos la Iglesia, para que seamos ante todos los hombres y
mujeres, testimonio de fe viva y amor cristiano, como lo fueron los primeros cristianos.
Roguemos al Señor.
2.- Pidamos para que sepamos convivir en paz y armonía compartiendo nuestra fe,
nuestros bienes con los necesitados y nuestra esperanza con todos. Roguemos al Señor.
3.- Por los que aún no reconocen la presencia del Señor resucitado en el camino de la
vida. Roguemos al Señor.
4.- Por nuestra comunidad parroquial; para que sea un lugar de encuentro, de acogida y
de envío. Roguemos al Señor.
Señor Jesús, escucha nuestra oración. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Ofrendas
Recipiente con tierra buena: Señor, sin que apenas nos demos
cuenta. Tú vas trabajando nuestra tierra, nuestro ambiente,
favoreciendo que broten las semillas
Bandeja con semillas: Señor, somos como una semilla en tus
manos, llamada a germinar y producir cosecha.
Gesto
Una persona se acerca a la mesa de las ofrendas con una
regadera pequeña. Coge unas semillas y las deja caer en la
4. tierra del recipiente. Seguidamente riega un poco. Dice: Para
germinar y dar fruto, hace falta buena semilla y buena tierra.
Padrenuestro
Nuestro Padre Dios ha puesto en la tierra buena y abundante semilla. Semillas que
producen toda clase de alimentos y de sobra para que puedan comer todos sus hijos. Si
la gente se muere de hambre, es porque no sabemos compartir. Vamos a pedirle que a
ningunos de sus hijos le falte el alimento. Por eso unidos decimos Padre Nuestro …
Nos damos la paz
Si queremos vivir en paz, tenemos que empezar por sembrar semillas de amor en
nuestro corazón, cultivarlas con mimo y calor y compartirlas con los que viven a
nuestro lado. En señal de que todos nos queremos, hacemos las paces con todos.
Que la Paz de Jesús esté con todos nosotros …..
Nos damos la Paz.
Compartimos el Pan
Jesús es un Pan distinto al de todos los días, es un Pan que cuanto más se da, más
abunda, porque es el Pan de la Vida y el Amor, y cuanto más amor se da, más alegría
hay para todos… Dichosos los invitados a la mesa de Jesús.
Señor, no soy digno …….
Oración
Tu gramática es distinta
Tú llamas grandes a los pequeños,
a los pobres les haces ricos y libres.
Tú, Señor, nos dices que el primero será el último,
y que preferirás siempre a los abandonados de la tierra.
Tú nos convences de que el que perdona es el más sabio
y que el perdonado recobrará la libertad.
Tú nos recuerdas que al que sabe mucho no le enseñarás,
y al sencillo, que sabe poco, le contarás tu secreto.
Tú nos enseñas que el que tenga poco será más libre,
y el apegado a sus cosas vivirá preso de ellas.
5. Dices que para ganar la vida hay que perderla
y que para triunfar hay que ser pequeño.
Los niños, que no cuentan, son tus preferidos
y los lisiados y tullidos tu predilección.
Para ti no cuentan las grandes heroicidades,
sino los pequeños gestos de solidaridad.
Tú nos mides con un rasero extraño,
que mira el corazón en todo nuestro hacer.
Tú vienes a poner nuestra vida boca abajo,
inviertes nuestros valores, cambias nuestra existencia
nos llenas de tus sueños para cambiar el mundo con Amor.
El reino crece
Con la parábola del grano de trigo que crece por sí solo se insiste en la fuerza vital que
posee el Reino de Dios, depositada ya en la tierra, sin que nadie la pueda detener. Entre
la sementera y la cosecha, la semilla va creciendo y madurando calladamente, sin que la
persona lo advierta o lo comprenda, sin que nadie pueda impedir o acelerar su proceso.
Es una parábola que invita a la serenidad y a la confianza creyente en Dios. Él es quien
obra. El reino avanza lentamente, imperceptiblemente, pero seguro.
En la parábola del grano de mostaza se muestra el contraste entre los pequeños
comienzos y grandes resultados.
Ambas parábolas son un mensaje de ánimo y estímulo : Dios mismo saca adelante su
obra, el germen del Reino está en marcha hacia su madurez. A nosotros nos toca
sembrar y luego saber esperar.
6. Dices que para ganar la vida hay que perderla
y que para triunfar hay que ser pequeño.
Los niños, que no cuentan, son tus preferidos
y los lisiados y tullidos tu predilección.
Para ti no cuentan las grandes heroicidades,
sino los pequeños gestos de solidaridad.
Tú nos mides con un rasero extraño,
que mira el corazón en todo nuestro hacer.
Tú vienes a poner nuestra vida boca abajo,
inviertes nuestros valores, cambias nuestra existencia
nos llenas de tus sueños para cambiar el mundo con Amor.
El reino crece
Con la parábola del grano de trigo que crece por sí solo se insiste en la fuerza vital que
posee el Reino de Dios, depositada ya en la tierra, sin que nadie la pueda detener. Entre
la sementera y la cosecha, la semilla va creciendo y madurando calladamente, sin que la
persona lo advierta o lo comprenda, sin que nadie pueda impedir o acelerar su proceso.
Es una parábola que invita a la serenidad y a la confianza creyente en Dios. Él es quien
obra. El reino avanza lentamente, imperceptiblemente, pero seguro.
En la parábola del grano de mostaza se muestra el contraste entre los pequeños
comienzos y grandes resultados.
Ambas parábolas son un mensaje de ánimo y estímulo : Dios mismo saca adelante su
obra, el germen del Reino está en marcha hacia su madurez. A nosotros nos toca
sembrar y luego saber esperar.