El documento describe la organización del pueblo de Israel en el desierto bajo la guía de Dios. Explica que Dios estableció un orden sagrado con los sacerdotes a cargo del tabernáculo, lugar de morada de Dios, y los levitas que los asistían. También organizó al pueblo en tribus con ubicaciones específicas en el campamento y durante las marchas. El propósito de esta organización divina era asegurar la presencia continua de Dios con su pueblo.