La teoría curricular se ocupa de justificar la enseñanza mediante la planificación de los contenidos que se enseñarán, los criterios para seleccionarlos y el orden en que se enseñarán, así como las actividades y agentes que se utilizarán. También se ocupa de regular el proceso de enseñanza mediante normas y comprobar si las decisiones tomadas son adecuadas.