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Carta abierta pidiendo que votes al PRO
Aunque es muy habitual que las personas
inteligentes sientan que la política es sucia e inútil
creo que es hora de dar un paso adelante y crecer,
hay que poner en cuestión esos viejos lugares
comunes. Tenemos que cortarla con la constante
repetición de ideas sin someterlas a examen.
La política no es sucia, es humana. Y puede ser
mejor o peor. La política es el medio para dar forma
a una sociedad. Lo otro, la no política, es lo peor: es
violencia directa, desastrosa, asesina. Ya lo
sabemos. Si nuestra política tiene ciertas
características es porque esas características son
nuestras. No se mejora la cosa hablando mal de la
política, se la mejora haciéndola mejor.
Es más fácil y más cómodo decir “la política es una
mierda” que pensarla y entenderla un poco. Tener
que ocuparse es un fastidio. A mi me pasa: oscilo
entre seguir la novela política en diarios y radios, y
dejar de mirarla para poder hacer cosas que me
importan mucho más: leer, escribir, estar con mi
mujer, con mis hijos, ver amigos escuchar música,
hacerla, dibujar, pensar, etc.
Pero creo que eso no tiene que llevarnos a detestar
la política, no es sabio, no es útil. ¿No es mejor
darse cuenta de que es una vía para mejorar la
sociedad? De eso se trata, en el fondo, de tomar
decisiones y de hacer las leyes. De concretar ideas,
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planes, proyectos, que mejoren situaciones
concretas.
La política no es una actividad discursiva, es una
acción que busca hacer mundo. Cuando piensa, y
necesita pensar (y mucho), lo hace siempre en
relación con un mundo real.
Por otra parte, no es necesario trabajar
políticamente si uno no quiere. Es respetable. Yo
tampoco quiero hacer trabajo político, quiero seguir
trabajando en lo mío. Pero al menos podemos votar
de manera de ayudar a los que sí tienen esa rara
vocación del servicio público. Eso también es hacer
política, votar bien, con ganas, creyendo en lo que
uno vota, defendiendo el voto, promoviéndolo. (Tal
vez no es esta época de militancias full time, o no
queremos una política que nos pida la vida, tal vez
queremos una que nos ayude a solucionar nuestros
problemas y punto…)
Tener la posición descreída y escéptica no es un
rasgo de refinamiento o inteligencia, es no decidirse
a aportar. También es respetable, eh, pero después
no te quejes. Quejarse no es una acción política, es
una acción impotente y egoísta, es querer quedar
bien sin haber intentado hacer nada para mejorar las
cosas que uno dice querer mejorar. Es, además, tirar
basura mental a la comunicación pública, desalentar
a los que sí quieren hacer algo, difundir desánimo.
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Creo que hay que votar al PRO, te pido que lo
hagas, porque me parece que es lo más conveniente
para todos, y te explico por qué:
• El PRO es un partido político que está repleto
de gente nueva, gente que disfruta más de
hacer cosas buenas, de trabajar, que de
rosquear políticamente (una de las cosas que
no nos gustan, creo que estaremos de acuerdo,
de la política, al menos de la política tal como se
la hace corrientemente, es que los políticos se
dediquen a mirarse unos a otros todo el tiempo,
y crean en la falsedad de que el poder se
discute entre ellos, cuando es obvio que en una
democracia se trata de ofrecer al votante
capacidad de acción, de logro, de mejorar las
cosas).
• El PRO quiere hacer. ¿Hacer qué? Lo que
estuvo haciendo en la ciudad, ocuparse
decididamente de los logros básicos. El PRO no
piensa en tomar posiciones ideológicas frente a
las urgencias: quiere aplicar sentido común y
trabajar para solucionarlas.
No es Macri, ni es el PRO, somos nosotros. No
hay que endiosar a un líder. No hay que buscar
líderes perfectos, superiores, encantadores,
buenos. Lo que se busca es un gobernante, un
administrador, no un papá o un santo o un dios. La
política es atea: buscamos gente que quiera
trabajar. Mauricio quiere trabajar. Quiere hacer
obra. Su ambición es dejar huella en el país. Armó
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el equipo, hay mucha gente buena, capaz. Yo no
le recomendaría a nadie ser presidente, me
parece que hay que estar algo desequilibrado en
el plano íntimo para querer ser presidente. Pero
por suerte a algunos les pasa eso, de padecer esa
locura. (Si no hubiera locos a los que les gusta
abrir cadáveres tampoco tendríamos médicos…)
Lo nuestro es elegir el que más sirve ahora para
hacer lo que es necesario hacer.
Porque la verdad no es que los líderes usan a los
ciudadanos. La verdad es que los ciudadanos
debemos usar a los líderes. Ellos están al servicio de
un plan nuestro. Tenemos que usar a un líder que
quiera trabajar para que haga muchas cosas.
Y para que aplique criterios de fondo que tengan que
ver con esas ganas de mejorar la vida social.
Por que creo que este grupo humano que está en el
PRO quiere mejorar las cosas ¿Qué es mejorar?
Digo lo que es mejorar para mí:
• eliminar la pobreza (no denunciarla, trabajar en
serio para reducirla; no estudiarla e
ideologizarla: hacer lo necesario para reducirla),
• mejorar la educación pública (muchos creen que
los problemas de gas en las escuelas
empezaron con esta gestión, pero se equivocan,
esas escuelas que hoy se dice no tienen gas en
realidad NUNCA lo tuvieron, ¿por qué se le
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reclaman cosas a este gobierno que nunca
jamás hechas antes y que este gobierno SI por
fin está haciendo? – me sé la respuesta: porque
las mafias de la mediocridad política no toleran
a los hacedores, quedan mal parados, se hace
evidente que su costumbre es vestir de buenos
y populares para aprovecharse finalmente del
dinero público)
• mejorar la circulación en la ciudad (desde el
arreglo de calles, hasta los carriles especiales
que reducen el tiempo de viaje, hasta el control
de alcoholemia, y muchas otras obras y
medidas)
• elevar el nivel de inteligencia general (es decir,
promover la inteligencia, pero la inteligencia en
serio, no su parodia crítico-críptica, no la
impostura de inteligencia sino la inteligencia
real: ganas de vivir, creatividad, conocimiento,
capacidad de trabajo, disfrute del saber, deseo
de obra, autenticidad, entusiasmo, capacidades
afectivas)
• generar seguridad en los espacios compartidos
(creo que el crecimiento de la delincuencia tiene
que ver con ciertos deterioros sociales, pero me
sigue pareciendo que eso no la justifica, es
necesario combatirla, y sobre todo apuntar a la
delincuencia que se esconde en las fuerzas de
seguridad, en el ámbito judicial y entre los
protagonistas políticos),
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• insertar al país en el mundo (ayudarse con
todos los otros países posibles que tengan
estos objetivos, tratar de acercarse, dejar de
buscar constantes enemigos en todas partes
para victimizarnos: los que no logran tener un
país mejor somos nosotros, por nuestra propia
responsabilidad, no es culpa de ningún país
externo),
• potenciar la cultura (entendiendo por cultura no
sólo a las humanidades y las artes sino también
a las ciencias y por supuesto primordialmente a
la difusión de Internet),
• que la vida comunitaria pueda prolongar y
enriquecer el deseo de hacer natural en las
personas jóvenes y nuevas (y en todos los que
conserven el impulso de las ganas), volviéndose
aliada de los proyectos de crecimiento personal,
potenciando a unos con otros, generando un
ambiente excitante y de proyección,
Muchos leerán este texto teniendo en la mente algo
para criticarle al PRO. No me parece mal. ¿Acaso el
PRO es sobrenatural? ¿Cómo podría un
emprendimiento humano no tener errores? ¿Los
otros partidos y movimientos carecen de ellos?
Lo que me parece mal es esa tendencia constante a
la objeción, a buscarle el noveno tentáculo al pulpo,
a creer que la inteligencia tiene que ver con la
observación garca, digamos, con la posibilidad de
marcar el punto en el que todo falla.
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Quien lo hace, quien tiene esa costumbre, ¿se aplica
a sí mismo esa saña? Los partidarios de la visión de
la inteligencia como pensamiento crítico, ¿se hacen
objetos primeros, como debería ser, de tal
pensamiento severo? Por lo general no sucede así:
quienes militan en la objeción tienen predilección por
la falla ajena.
Yo no creo en el pensamiento crítico, creo en la
inteligencia creativa, en la capacidad de inventar, de
hacer, de entusiasmarse, de querer. Sí, claro, el
pensamiento crítico es parte de este trabajo
generador. Pero parte, no todo, ni pieza central. La
crítica es secundaria, lo que es más importante es la
generación de realidades positivas.
Votar por el PRO es el mejor voto posible hoy. Es el
voto que más tiene que ver con la evolución hacia un
país mejor. Es el voto que más deja atrás el pasado
(si, lo deja atrás, no es correcto considerar a la
historia como fuente principal de sentido: el sentido
tiene que ver con nosotros, que estamos vivos hoy y
queremos vivir hoy, creciendo juntos hacia cosas
nuevas)
Y tampoco creo que sea necesario coincidir en todo
con todas las personas del PRO.
Algunas de mis posiciones políticas, si se las puede
llamar así, no son las más constantes en el PRO.
Pero creo que estos temas son secundarios o por lo
menos futuros. Y que el debate social, que altera las
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posiciones de los políticos, podrá –si somos
capaces- cambiar la situación.
Me refiero a que yo
• soy defensor de la legalización de la marihuana
• creo en la necesaria despenalización de los
consumidores de otras drogas,
• apoyo la legalización del aborto (no por
considerarlo un derecho -me parece una
desgracia más que un derecho-, pero peor es lo
que pasa al no legalizarlo), y
• creo necesaria la eliminación del apoyo a la
religión católica como religión privilegiada desde
el Estado.
Para terminar: les pido a todos que tengan en cuenta
estos argumentos a la hora de decidir el voto. Les
pido que voten al PRO, que lo hagan, que lo digan,
que ayuden a otros a entender que es un buen voto.
Si el PRO sale fortalecido de estas elecciones, y si
logramos que prospere la unión con las partes
mejores del peronismo (puede no gustarnos del
todo, pero el peronismo es insoslayable: y no se
trata de peronizar al PRO sino de PROrizar al
peronismo, de ayudarlo en la evolución que
necesita), podemos tener una buena opción para las
elecciones nacionales del 2011.
Anímense. Si el PRO gana bien puede generar
efectos muy positivos en nuestro país, efectos que