3. La Educación en Ecuador
La educación en Ecuador está reglamentada por el Ministerio de Educación
sea educación fiscal, fisco misional, municipal, y particular laica o religiosa
, hispana o bilingüe intercultural. [1] [2] [3] La educación pública es laica en todos
sus niveles, obligatoria hasta el nivel básico, y gratuita hasta el bachillerato o su
equivalente.
Por otra parte la enseñanza, tiene dos regímenes, costa y sierra. Al régimen
costa, pertenecen el litoral y las islas Galápagos, las clases comienzan a
principios de abril de cada año y terminan en enero o febrero del siguiente año.
Al régimen sierra la región interandina y Amazonía, inicia en septiembre de cada
año y finalizan en junio o julio del próximo año.
Preescolar
El preescolar no es obligatorio en Ecuador. Corresponde desde los 4 años de
edad del niño/a y constituye una parte no obligatoria en la educación
ecuatoriana. En muchos casos considerada como parte de un desarrollo
temprano, pero no siempre utilizada por falta de recursos.
Educación General Básica
Corresponde desde 1º año de básica, usualmente se inscriben niños de
alrededor de 5 años, hasta 10º año de básica, a la edad de 14 años.
4. Bachillerato
Es la especialización que se realiza después de los 10 años de
educación básica y antes de la educación superior, estas pueden ser:
físico-matemático, químico-biológicas, sociales o técnicas. Se denominan
desde 1º a 3º año. El estudiante se gradúa entonces con el nombre de
bachiller en su especialización. A partir del 2011 se eliminan las
especializaciones mencionadas, por el Bachillerato General Unificado.
Instituciones
Se denominan escuelas a las instituciones que imparten la primaria desde
2º a 7ºaño, colegios, la secundaria desde 8º a 10º básico y bachillerato de
1º a 3º año.
Cuando se desea determinar un nivel de instrucción se distinguen
primaria, secundaria o educación media, aunque en la vida estudiantil el
uso de básica y bachillerato es más común.
Es propio de cada establecimiento sea cual sea su origen, escoger el
diseño del uniforme escolar, cuyo uso es muy común en el país. En
tiempos modernos unos pocos centros de sustentación privada permiten
que sus alumnos usen ropa casual u omiten los regímenes.
6. La Educación en Finlandia.
Finlandia tiene algo que enseñar al mundo: cómo enseñar. El sistema
educativo del país nórdico es el mejor del planeta según los últimos
informes PISA. Tony Wagner, experto en innovación en educación, viajó a
Finlandia el pasado mayo para descubrir las claves del éxito de este
sistema educativo y descubrió algo revolucionario: la educación se basa en
la confianza, la transparencia, el respeto y en enseñar a pensar en vez de
memorizar.
Está claro que la educación es mucho más que una colección de
conocimientos. Pero lo que no era tan obvio hasta ahora era que un
sistema educativo eficaz se sustenta en la confianza. En Finlandia, la
comunidad confía en los colegios, la población confía en los profesores y
los maestros confían en los alumnos.
“Los políticos, los pedagogos, los empresarios, los estudiantes… Todos
saben que la educación es el principal recurso del país para competir en el
mercado internacional y para construir una ciudadanía cívica”, dice Wagner
en ‘The Finland Phenomenon: Inside The World’s Most Surprising School
System’, el documental que presentó ayer en Madrid como inauguración del
Global Education Forum 2011.
7. Cada colegio tiene autonomía para organizar su programa de estudios. La
planificación educativa es consensuada entre los profesores y los
alumnos. Los adolescentes dan su opinión sobre las propuestas de los
docentes, informan de sus intereses y participan en la organización del
curso. Un hecho que Wagner atribuye a un sistema basado en la
transparencia.
La participación de los estudiantes garantiza que se incluyan los temas y
las herramientas educativas que les motivan. En las clases de Finlandia se
proyectan vídeos de YouTube, se preparan temas investigando en
Wikipedia o Facebook, utilizan cómics y escuchan música… No existe una
vida dentro del aula diferente a la vida detrás de sus puertas, y la
tecnología, igual que ocurre en sus casas, se utiliza a menudo en clase.
La autonomía de los colegios se enmarca dentro de un sistema en el que
la educación se concibe como algo gratuito e igual para todos. Los niños
tienen acceso a centros de enseñanza similares y no pagan por el
material. Los colegios proporcionan libros, ordenadores e incluso la
comida.
“Hace unos años el sistema estaba mucho más centralizado pero
descubrieron que los resultados eran mejores si cedían más poder y
autonomía a los colegios”, comentó Wagner. Esa es una muestra de la
confianza de la población en el sistema.