2. Es un sentimiento perturbador provo-
cado por la percepción del riesgo de
una amenaza o de un posible daño,
real o imaginario. Hay muchas cosas
que pueden producirnos miedo: la
enfermedad, lo desconocido, perder
un trabajo, no ser reconocidos o bien,
cualquier amenaza que ponga nuestra
integridad o nuestra vida en peligro.
El miedo
es una de las emociones
básicas del ser humanos.
3. Las personas que tienen
una actitud temerosa
afrontan las situaciones
y los cambios difíciles
que les plantea la vida
con desconfianza
e inseguridad.
4. Sus respuestas
espontáneas
a los retos
están basadas
en el temor
Algunas de ellas desarrollan una per-
sonalidad reservada, defensiva y poco
participativa, debido a la tensión y la
ansiedad que les abruma. Otras, se
comprotan en público de forma abierta
y sociable, pero cuando llega la hora de
tomar decisiones y asumir responsabi-
lidades, eluden los riesgos, ponerse a
prueba o comprometerse con algo o
alguien.
5. Hay personas que pueden
experimentar una actitud
temerosa en un momento
concreto de su vida,
aunque el miedo no sea
una característica de su
forma de ser.
Y esto fue lo que
le ocurrió a Pedro.
6. Pedro era un
profesional exitoso
que disfrutaba
con su trabajo.
Sin embargo, cuando le ofrecieron la
oportunidad de dirigir un bufete, reac-
cionó con sentimientos encontrados.
Por un lado consideraba que era una
gran oportunidad profesional y econó-
mica. Por otro, sintió temor y se sor-
prendió cuando le invadió la ansiedad y
el miedo de no cumplir con las expec-
tativas.
7. Esto le llevó a considerar la posibilidad
de rechazar la oferta. Se sentía insegu-
ro y dudaba de sus capacidades. Te-
mía no estar a la altura, fracasar y ser
despedido.
El temor
al posible cambio
se transformó
en conductas
saboteadoras en
el trabajo.
8. Tiene el poder de anular
nuestra capacidad
de concentración y de decisión
y socava nuestra confianza
en nosotros mismos.
Las personas con dificultades
para adaptarse a los cambios
suelen experimentar niveles
desmesurados de ansiedad
y miedo.
El miedo puede envenenar
las relaciones más
importantes para nosotros
e incluso destruirlas.
9. Afrontar el miedo no es una
tarea fácil, requiere esfuer-
zo y motivación, además
de la capacidad para anali-
zar las razones que nos lle-
van a sentir temor.
Y no es lo mismo tener miedo de una
amenaza identificada que no saber de
dónde nos puede llegar el golpe. Por
lo tanto, es importante preguntar ¿qué
me da miedo y por qué?; es el pri-
mer paso para poder superarlo. Una
vez identificado el miedo o la amenaza,
debemos ser conscientes de la necesi-
dad de pedir ayuda a personas de con-
fianza como amigos o familiares, y en
caso necesario, a especialistas.
10. Ajustar el riesgo
que percibes
a su valor real
lo lograrás a través
de un proceso
y es importante
trabajar en ello.
11. Vivir en
un permanente
estado de miedo
o de ansiedad
es peligroso,
ya que puede robarnos la alegría, la
energía, la esperanza y, en los peo-
res casos, las ganas de luchar o de
vivir. Ese Miedo dejará de bloquearte
mientras estés vivo, y para eso tienes
que vivir, hacer, realizar, ejecutar.