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Respetable C. Dr. Raúl Plasencia Villanueva, Presidente de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos.
Respetables C. Visitadores Generales
Respetables señores y señoras.
“La dignidad de la persona manifiesta todo su fulgor, cuando se
considera su origen y destino. Creado por Dios a su imagen y
semejanza, y redimido por la preciosísima sangre de Cristo, el hombre
está llamado a ser «hijo en el Hijo» y templo vivo del Espíritu; y está
destinado a esa eterna vida en comunión con Dios, que le llena de Gozo.
Por eso toda violación de la dignidad de la persona del ser humano grita
venganza delante de Dios, y se Configura como ofensa al Creador del
hombre»” (ChL, n. 37) Juan Pablo II.
La Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana, como parte
integrante de la Conferencia del Episcopado Mexicano, tiene el objetivo
primordial de anunciar y promover la dignidad de la persona, hecha a
imagen y semejanza de Dios, que ha creado al hombre racional,
confiriéndole la dignidad de su libertad y responsabilidad sobre el
universo por el uso de la razón y la capacidad de amar.
El servicio pastoral de la DEPMH, atiende el fenómeno migratorio
mundial, bajo un esquema globalizado, inmerso en los principios
rectores de la Iglesia Católica que asume el rostro del “buen
samaritano”, promoviendo la solidaridad, la responsabilidad y la caridad.
La Iglesia ofrece una misión en comunión, sin fronteras, al servicio de
los más necesitados. Anunciamos y promovemos la caridad como signo
de vida, a través de las diferentes obras de servicio a favor de las
personas migrantes y sus familias, refugiados o víctimas de la trata de
personas, del secuestro y de otros delitos; atendidas por sacerdotes,
diáconos, y personas consagradas y seglares comprometidas.
La DEPMH, para esto, quiere impulsar una cultura solidaria con todos los
hombres y mujeres; construyendo en armonía con la creación, una
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sociedad en la justicia y la paz, a favor de los más pobres, marginados y
excluidos.
Por todo ello celebramos la firma de este Convenio con el que hacemos
realidad uno de los objetivos de la Iglesia en México, contribuir con el
orden democrático social, impulsando acciones y apoyos coordinados a
favor de los más vulnerables y necesitados.
Los objetivos del Estado Mexicano suponen respeto de los Derechos
Humanos de los Migrantes, nacionales y extranjeros; así como una
atención especial Atención a los grupos más desprotegidos.
Uno de los grandes retos que tiene la nación mexicana, consiste
precisamente en la comprensión de los factores que inciden y
determinan los flujos migratorios. México es un país de origen, tránsito
destino, así como retorno de migrantes y está considerado como uno de
los países que en mayor medida está viviendo el fenómeno de la
migración y sus consecuencias asociadas.
Así pues, suscribimos el presente CONVENIO GENERAL DE
COLABORACIÓN EN MATERIA DE PROTECCIÓN Y DIFUSIÓN DE LOS
DERECHOS HUMANOS DE LOS MIGRANTES, con la finalidad de
establecer las bases para la defensa y promoción de los derechos
humanos hacía con los migrantes y sus familias, pero sobre todo
concientizar a la sociedad mexicana en el fortalecimiento sobre la
cultura de los derechos humanos, explicar el fenómeno migratorio y
evangelizar las conciencias sociales.
Es menester que las instituciones públicas de la administración federal,
estatal y municipal involucradas, los órganos constitucionales
autónomos y las organizaciones de la sociedad civil, sumemos esfuerzos
con responsabilidad, sensibilidad y apego al derecho y al debido proceso
que corresponde a cada una, dentro del ámbito de sus competencias,
para contribuir fundamentalmente en la prevención, detección, atención
y garantía de acceso a la justicia a favor de las víctimas de los delitos de
las que son sujetos los migrantes en el país, que únicamente por el
hecho de mejorar sus condiciones de vida o en su caso de reencontrarse
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con su familia, son objeto precisamente de vejaciones en cuanto a su
dignidad, integridad y pertenencias.
Reconocemos la gran labor que el Dr. Raúl Plasencia Villanueva y el Dr.
Fernando Batista han llevado a cabo durante su administración por
defender lo justo, los derechos humanos de los migrantes que transitan
y retornan por el país. Nuestro reconocimiento sincero por su alto valor
humano.
Este Convenio nos permitirá concientizar a la sociedad en general a
cerca de la necesidad de crear lazos que nos hagan ser más hermanos a
todos habitantes de una misma casa que el Creador nos ha regalado.
La Iglesia asume la responsabilidad pastoral de defender la dignidad
humana, abogar por su liberación. Educa en el amor. Defiende los
legítimos derechos de las personas, responde a las necesidades
pastorales de los niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres,
familias migrantes, debiendo denunciar las injusticias y violencia en
cualquier circunstancia que sea.
Convocamos a la sociedad a comprometernos a sostener en todo
momento la dignidad humana, con el fin de extinguir por completo
violaciones a los derechos de cada persona.
Nuestra oración permanente por todas las personas que llevan a cabo
acciones pastorales y humanitarias a lo largo del territorio nacional, así
como por nuestras autoridades encargadas de promover y fomentar los
valores que dignifican al ser humano.
Que nuestra Madre de Guadalupe y San Juan Diego Cuauhtlatoatzin nos
acompañen en esta acción común.
+Guillermo Ortiz Mondragón
Obispo de Cuautitlán
Responsable de la DEPMH