La Revolución Industrial tuvo lugar entre finales del siglo XVIII y principios del XIX en Europa, especialmente en Gran Bretaña. Supuso la transformación de la producción artesanal a la producción mecanizada en fábricas, dando lugar a nuevos grupos sociales. Factores como el crecimiento de la población, mejoras en la agricultura, recursos como el carbón, y el espíritu empresarial impulsaron estos cambios económicos y sociales que sentaron las bases de la producción moderna.