Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Nació en un tiempo histórico preciso y vivió como un hombre verdadero con cuerpo y alma, pero también declaró ser Dios Hijo y manifestó su divinidad con milagros como la Resurrección. En Cristo hay dos naturalezas, la divina y la humana, unidas en una sola Persona, la del Verbo, sin confusión y desde la eternidad.