2. CALZADAS ROMANAS
Disponer de buenos caminos utilizables tuvo en la antigüedad una gran
importancia estratégica y militar además del uso comercial en los tiempos de
paz.
Las calzadas inicialmente se utilizaban para facilitar el avance o desplazamiento
de las legiones romanas, clave para la expansión del Imperio.
Existen documentos que aportan datos sobre la red de calzadas existentes en
tiempos del Imperio Romano el más conocido es el "Itinerarium provinciarum
Antonini Augusti",conocido como el Itinerario de Antonino, del año 280, de autor
desconocido. Recoge las 372 vías más importantes desde Roma a los puntos más
alejados del Imperio, consignando las mansiones existentes y las distancias entre
ellas, totalizando unos 90.000.-km. De este mapa 34 vías corresponden a
Hispania, con 10.300.- km de longitud.
Estrabón (63 a.e.c. – 19) en su Geografía describe una red de calzadas de algo
más de 2.000 kilómetros en Hispania.
4. VISTAS
La Comunidad ha editado unos folletos informativos para difundir sus yacimientos visitables, el de la
calzada se puede consultar aqui
Como podemos leer en el Itinerario de Antonino, la vía 24 atravesaba el término de Galapagar, desde el
Puente del Herreño hasta el Puente del Toril, y de ahí continuaba su itinerario cruzando el actual casco
urbano de la localidad. Nuestro tramo tiene unos 200 metro de longitud y 8 de ancho.
Como muestra, un botón... o mejor dicho dos...
5. CÓMO SE CONSTRUYE UNA CALZADA ROMANA
En el trazado de la calzada,
se estudiaban distintas
alternativas valorando las
dificultades que habría que
salvar (ríos, barrancos, ...) y,
una vez decidida la
alternativa conveniente, se
procedía a su construcción.
1. Excavación de dos surcos que delimitarían su
anchura
2. Apertura de una zanja y cimentación
(statumen)
3. Capa de rudus sobre la que se asentaría el
pavimentum
Para evitar que el agua desgastase y destruyera
la vía, los ingenieros diseñaban un perfil
transversal que permitira la evacuación de la lluvia
a una fossa que canalizaba el líquido
7. ¿QUÉ PUEDO ENCONTRAR EN ESTA CALZADA?
El camino se señalizaba con miliarios, unos monolitos de piedra que
proporcionaban información útil a los viajeros; en nuestro caso los conservados
en el valle de la Fuenfría, constituyen un claro testimonio del paso de la Vía 24
por la sierra madrileña.
Si consultas la información sobre la calzada podrás ver un miliario algo
deteriorado del que se ha podido reconstruir una parte de la inscripción, que
incluye el nombre y títulos del emperador.
En la web puedes hacerte una idea más exacta de qué aspecto tendrían ya que,
afortunadamente, algunos han corrido mejor suerte de conservación.
Además, podrás ver el Puente del Toril, a imitación de las obras de ingeniería civil
romana pero de construcción relativamente moderna, en 1765.