Vision panoramica del di en sead bajo diferentes enfoques teóricos
M-Learning: Visualizando su potencial como espacio de interacción y comunicación en Venezuela
1. M-Learning: Visualizando su potencial como espacio de
interacción y comunicación en Venezuela
Lola Rincón. cefalola@gmail.com
Resumen: El M-Learning se presenta como variación del e-learning, cuando es
mediado por dispositivos móviles con conectividad inalámbrica. En Venezuela,
donde la penetración de la telefonía móvil es masiva, sobre todo entre jóvenes,
resulta interesante considerarla como alternativa educativa para un contingente de
personas que aspiran mejorar su condición académica y profesional. El estudio de
sus características, ventajas y desventajas, conduce a aceptar su indiscutible
potencial como espacio de comunicación e interacción, a pesar del rechazo de los
que defienden la educación tradicional, ya sea por falta de conocimientos para su
puesta en práctica, por la necesidad de capacitación docente en esta materia, por la
escasez de materiales instruccionales adaptados a estos dispositivos y por la
obligación pendiente de desarrollar competencias comunicativas entre los
estudiantes, así como el costo de los equipos y las condiciones nada alentadoras
en las que se haya la arquitectura de los sistemas comunicacionales en el país.
Palabras clave: M-Learning, dispositivos móviles, potencial educativo
1 Aproximación conceptual
El M-Learning (Mobile Learning o Aprendizaje Móvil) surge como un tipo de e-learning
(aprendizaje a través de medios electrónicos) cuando es particularmente mediado por
tecnologías móviles. Hoy por hoy, en la segunda década del siglo XXI, no podría decirse que
es nuevo, pero sí que es novedoso. Su uso se ha venido extendiendo tímidamente conforme se
han popularizado los dispositivos móviles (ordenadores portátiles, tabletas, lectores MP3-MP4,
teléfonos inteligentes, iPods y en general dispositivos que tienen conectividad inalámbrica). En
países como Venezuela, donde ya se habla de 100% de penetración de la telefonía móvil sobre
todo entre población juvenil (Escontrela, s/f), resulta por demás interesante considerarla como
alternativa para la inclusión al sistema educativo, de un grueso contingente de personas que
aspiran mejorar su condición académica y profesional, a pesar del rechazo que aún se percibe
por parte de los que defienden la educación tradicional a ultranza, ya sea por falta de
conocimientos para el manejo de los dispositivos móviles, por la necesidad de capacitación
docente en esta materia, por la escasez de materiales instruccionales adaptados a estos
dispositivos y por la obligación pendiente de desarrollar competencias comunicativas entre los
estudiantes (Zambrano, 2009). Todo lo cual podría considerarse como limitantes al desarrollo
de este espacio educativo emergente, cuya tendencia a masificarse pareciera indiscutible,
incluso en contextos de bajo nivel socio-económico, donde el costo de los equipos se une a las
limitaciones anteriores. (Escontrela, s/f)
Si bien el fenómeno del M-learning fue inicialmente estudiado desde la óptica exclusiva del
avance tecnológico que este representa, el énfasis se ha trasladado últimamente hacia el poder
que dan estos dispositivos móviles a los estudiantes para incrementar sus modos de
comunicarse en un sentido ambiental, dada su ubicuidad, accesibilidad, flexibilidad y rapidez
(Herrera y Fennema, 2011). Esto conlleva a considerar el M-learning un poderoso medio para
mantener a los participantes-estudiantes en contacto entre sí –comunicación- y con las fuentes
de información –interacción-.
Evidentemente, la idea anterior debe asociarse con la capacidad del aprendiz para la
utilización de la tecnología de red con el objeto de acceder a información que considere
relevante, o para almacenar nueva información, con independencia de su ubicación geográfica y
del tiempo empleado. Por tanto, se habla de un tipo de aprendizaje personalizado y a la medida
2. del participante, que se vincula desde su contexto real-físico con la nube computacional -
computing cloud- a través de un dispositivo móvil. (ob. cit)
Para efectos de lograr los objetivos de aprendizaje, se presentan al menos 3 modos de
interacción del estudiante en el M-Learning: a) recuperación de información –interacción en un
solo sentido/acceder-; b) recopilación y análisis de información –interacción en ambos
sentidos/acceso y respuesta-; c) comunicación y colaboración en redes –múltiples
sentidos/nodos y direcciones. (ob.cit). Estas formas se perfilan insertas en diferentes teorías,
enfoques y modelos pedagógicos, cuyo tronco común no es más que el constructivismo. Burgos
y Lozano (citados por Zambrano, 2009) establecen relaciones entre las características del M-
Learning y los enfoques de aprendizaje, que se presentan en el siguiente cuadro:
Cuadro 1 M-Learning y su relación con enfoques de aprendizaje constructivista
Enfoques de Aprendizaje Tecnología Móvil
Centrado en el estudiante Servicios dirigidos y personalizados
Colaborativo Conectividad inalámbrica a servicios de red
Situacional Movilidad de recursos, materiales y contenidos educativos
Contextual Conciencia del contexto
Ubicuo Acceso desde cualquier lugar a cualquier hora
Permanente
Reusabilidad, durabilidad, permanencia de recursos educativos
abiertos (REA) y objetos de aprendizaje (OA)
Fuente: Burgos y Lozano (2007), citados por Zambrano (2009)
Camacho (2011) resume la relación entre el aprendizaje constructivo y el M-Learning como
“interacción social para la co-construcción de conocimiento”, lo que permite al estudiante
“construir andamiajes para el aprendizaje significativo” (p. 3); esto implica que el estudiante
toma el control de su aprendizaje, crea sus propios objetivos y procesos, colabora con sus pares
para la producción de contenido y utiliza el recurso para la investigación y exploración de
información. Desde este punto de vista, la citada autora deriva algunas características del M-
Learning en Educación: a) aprendizaje centrado en el entorno y contexto del estudiante; b)
permite la publicación directa de contenidos; c) favorece la interacción; d) facilita la creación
de comunidades de aprendizaje; e) permite que las nuevas habilidades se apliquen de manera
inmediata; f) captura fácilmente momentos irrepetibles; g) favorece la colaboración distribuida.
(p. 4)
Zambrano (2009) por su parte, aporta un listado de características del M-Learning más
cercanas al ámbito tecnológico, que se pueden vincular con las anteriores: a) movilidad; b)
ubicuidad; c) accesibilidad; d) conectividad; e) sensibilidad al contexto; f) individualidad; g)
creatividad; h) portabilidad; i) usabilidad baja comparada con aplicaciones de escritorio. Estas
características suponen importantes ventajas del M-Learning, frente a otros sistemas de
aprendizaje (incluyendo los de tipo e-learning), que se listan a continuación:
Cuadro 2 Ventajas del M-Learning
Uso eficiente del tiempo
Expansión de la alfabetización digital
Interacción social
Mejoramiento de la productividad
Puesta en práctica de modelos de Aprendizaje Colaborativo
Incremento del estudio individual
Fomento del aprendizaje autónomo
Acceso a información eficaz
Posibilidad de diseñar nuevos materiales instruccionales
Presentación de información en forma simplificada
Participación y compromiso de los estudiantes en comunidades dispersas
Generación de experiencias de aprendizaje activas
Mejora en las competencias de comunicación y creación de comunidades
Mejora de la creación identitaria
Mayor uso del “mentoring” o tutoría
Fuente: Camacho (2011); Herrera y Fennema (2011); Zambrano (2009)
3. 2 Potencial educativo del M-Learning
El esfuerzo de variados autores por comprender el fenómeno del M-Learning en su justa
medida, -sin apasionamientos parciales ni desmedros simplistas-, se concreta en cómo se
visualiza su potencial educativo de cara al futuro. Escontrela (s/f) parte de que lo razonable
sería “en vez de satanizar el uso de los dispositivos móviles, aprovechar la pasión de los
jóvenes por el uso de las tecnologías, su familiaridad y destreza digital, dándole un uso positivo
y enriquecedor en el proceso de aprendizaje” (p. 6). Más adelante expresa que cuando se
atienden las iniciativas y peticiones de los estudiantes, las propuestas pedagógicas por muy
diferentes que sean pueden generar alcances que superan las expectativas de los docentes.
Esta invitación a renovar las prácticas educativas considerando los beneficios que podrían
obtenerse al insertar el uso de los dispositivos móviles, consigue eco también en otros expertos
en el tema, quienes consideran que el M-Learning posee potencial para aumentar el acceso al
sistema educativo, la naturaleza de las propuestas pedagógicas y la permanencia de los
estudiantes, contribuyendo así a mejorar la calidad educativa sobre todo en el nivel de
postgrado (Herrera y Fennema, 2011).
Los citados autores ya hablan del Ecosistema de M-Learning como una comunidad de
personas inmersas en un contexto cultural particular, que usan tecnologías móviles en red para
acceder a los contenidos, almacenar información y comunicarse permanentemente entre sí y con
sus facilitadores, lo que forma parte de sus experiencias de aprendizaje colaborativo. Agregan
que los componentes de dicho ecosistema (dispositivos, infraestructura, conceptos, contenidos,
plataformas y herramientas), deben verse como un conjunto integrado y proponen que el diseño
de estrategias educativas soportadas en el M-Learning, debería responder a las necesidades e
intereses de los estudiantes.
Estas estrategias, que van desde el uso de canales digitales para colgar contenidos en formato
multimedia hasta la “ciencia de redes” -estudio del impacto que producen las comunicaciones
móviles en la sociedad-, permiten crear conexiones estrechas entre personas-estudiantes que no
están físicamente cerca. Parafraseando a estos autores, se puede decir que los descriptores
referenciales utilizados para definir el M-Learning (just in time, just enough, just for me),
resumen eficientemente el potencial que posee este tipo de ecosistema en la educación.
Abundando en ello, se propone un listado que a todas luces constituye un menú apetecible,
para todos los que tenemos hambre de novedosas experiencias educativas mediadas por la
tecnología móvil:
3 A manera de conclusión
La apertura hacia el uso del M-Learning, de forma progresiva y soportada en un concienzudo
estudio de sus potencialidades en ecosistemas particulares, atiende a una concepción positiva y
abierta del fenómeno en estudio, como en su tiempo pudo haber significado la inclusión de la
televisión educativa, cuando se hablaba de la segunda generación de la tecnología educativa por
los años 70 del siglo pasado. Por otra parte, la puesta en práctica de esta forma de comunicarse
e interactuar, no debe verse por sus participantes como una receta que hay que seguir a pie
juntillas, como tampoco es garantía del éxito en el logro de los objetivos de aprendizaje.
Por lo tanto, la exhortación que se hace a los facilitadores es la de estudiar concienzudamente
las particularidades de los componentes con los que se cuenta en un contexto educativo
determinado (dispositivos, infraestructura, conceptos, contenidos, plataformas y herramientas)
con el fin de estudiar la factibilidad de ejecución y así acercarse al logro de las metas
educativas.
Por lo pronto, los que lo han intentado aseguran que el M-Learning tiene potencial para
mejorar la calidad de los aprendizajes, en la medida en que los participantes logran conciencia
de que los dispositivos móviles pueden ser utilizados como herramientas que favorecen la
comunicación con sus pares y la interacción con todo tipo de material educativo; usarlos solo
para jugar y entretenerse, sería prácticamente subestimarlos en su esencia misma, minimizar su
poder y despreciar su utilidad.
4. En países como Venezuela, la idea también pasa por estudiar la arquitectura de los sistemas
móviles (aplicaciones-cliente, servidores, velocidad de banda) y los actores que intervienen en
el mismo (proveedores de contenido, de conversión de contenidos, de aplicaciones, de
hardware, de servicios y de soluciones tecnológicas); una realidad desmotivante que genera
problemas de conectividad entre los usuarios-estudiantes. La perspectiva de solución a esta
problemática de infraestructura tecnológica evidentemente escapa de las manos de los docentes,
incluso de las instituciones educativas. Hasta que la administración no vea esto como una
genuina prioridad para el país, más allá de plantearlo a nivel normativo dentro de los programas
de gobierno, las condiciones para la puesta en práctica del M-Learning siguen siendo un futuro
incierto para los venezolanos.
Camacho (2011) resume las potencialidades del M-Learning en al menos cuatro vertientes: a)
como herramienta para la distribución de contenidos; b) como facilitador de procesos
reflexivos; c) como base para desarrollar juegos móviles y d) como Web 2.0 móvil. A manera
de síntesis, se ofrece un listado de las potencialidades educativas del M-Learning, como aporte
al estudio en esta materia.
Cuadro 3 Potencialidades del M-Learning
Mejora de la retención
Eficiencia en la administración de los contenidos
Ahorro de costos
Ahorro de tiempo
Aumento de la colaboración entre estudiantes y profesores
Incremento de las comunidades de aprendizaje
Diseño granular (en pequeñas porciones) de información
Información actualizada –dinamismo-
Personalización con base en los intereses de aprendizaje
Integralidad del conocimiento adquirido
Efecto motivador en el estudiante familiarizado con los dispositivos móviles
Efecto estimulante en habilidades lingüísticas (lectura y escritura)
Desarrollo de competencias comunicativas para la vida
Enriquecimiento de los ambientes de aprendizaje gracias a la variedad de recursos, aplicaciones
y herramientas que podrían incorporarse
Actitud positiva del estudiante hacia la posibilidad de ampliación del uso de los dispositivos
móviles
Fuente: Escontrela (s/f); Herrera y Fennema (2011)
5. Referencias
Camacho, M. (2011). Mobile Learning: aproximación conceptual y prácticas colaborativas
emergentes. En UT. Revista de Ciències de l’Educació. Diciembre 2011. Pag. 43-50. ISSN
1135-1438. [Revista en línea]. [Consultado el 14 de febrero de 2013]. Disponible en:
http://pedagogia.fcep.urv.cat/revistaut/revistes/2011desembre/article03.pdf
Escontrela, R. (s/f). Usos educativos de la tecnología móvil (móvil learning). Exploración de su
factibilidad en el caso venezolano. [Artículo en línea]. [Consultado el 12 de febrero de 2013].
Disponible en:
Herrera, S. y Fennema, M. (2011). Tecnologías Móviles Aplicadas a la Educación Superior. En
CACIC 2011 - XVII Congreso Argentino de Ciencias de la Computación. [Artículo en línea].
[Consultado el 10 de febrero de 2013]. Disponible en:
http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/18718
Zambrano, Zambrano, J. (2009). Aprendizaje Móvil. M-Learning. En Revista Inventum No. 7.
Facultad de Ingeniería Uniminuto - Diciembre de 2009 38 - ISSN 1909 – 2520. [Revista en
línea]. [Consultado el 12 de febrero de 2013]. Disponible en:
http://biblioteca.uniminuto.edu/ojs/index.php/Inventum/article/.../120
.