3. Es una narración mítica que pretende dar
respuesta al origen del Universo y de la
propia humanidad.
Nos remonta a un momento de
preexistencia o de caos originario, en el
cual el mundo no estaba formado, pues
los elementos que habían de constituirlo
se hallaban en desorden.
4. El relato mítico cosmogónico presenta el
agrupamiento
repentino
de
estos
elementos.
Con un lenguaje totalmente simbólico y
con la participación de elementos divinos
que pueden poseer o no atributos
antropomorfos.
5. La cosmogonía pretende establecer una
realidad,
ayudando
a
construir
activamente la percepción del universo
(espacio) y del origen de dioses, la
humanidad y elementos naturales.
La concepción del universo o la
cosmogonía Mexicana (prehispánica) es
una de las mas extensas y folclóricas .
Considerada Patrimonio mundial por la
UNESCO.
6. De acuerdo a la leyenda de los soles y la
creación del hombre, los seres humanos
actuales fueron hechos de los despojos de
los muertos en etapas anteriores.
Quetzalcóatl, dios celeste, bajó al Mictlán,
inframundo
habitado
por
el
dios
descarnado Mictlantecutli, para buscar los
“huesos preciosos”.
7. Luego de molerlo, Quetzalcóatl se sangró
junto con varios dioses; nació el hombre,
por
cuyos
sacrificios
vivirían
las
divinidades.
8. Entre los antiguos mexicanos creían que
la vida de todo hombre estaba constituida
por tres fluidos vitales:
El Tonalli localizado en la cabeza.
El Ihiyotl, asentado en el hígado.
Y el Teyolía, cuyo centro era el corazón.
9. Creían que cuando la muerte acontecía, estos
tres elementos se separaban.
El cuerpo se incineraba o se enterraba pero el
alma, la otra parte de la naturaleza humana,
viajaba al sitio final, límite del cosmos y
espacio de la divinidad.
10. Entonces, el Teyolía o alma, tenía las
posibilidades de ir a Cincalco
(niños)Tlalocan (enfermos y ahogados) ,
Tonatiuhichan (durante el parto) o a
Mictlan.
Las almas o Teyolias acompañados de
sus pertenencias mortuorias, emprendían
un largo camino a través de 9 niveles
subterráneos para llegar al Mictlan.
11. La duración de este viaje era de 4 años.
Sin distinción nobles y plebeyos, ricos y
pobres se dirigían al nivel inferior.
12. Todos esto con la finalidad de llegar hasta
el trono del señor Mictlantecuhtli y su
señora esposa Mictecacihuatl
El Mictlan también conocido como el lugar
de los muertos o de los descarnados, la
casa que no tiene puertas ni ventanas; era
la morada final de todas las Teyolias o
almas.
13. Mictlantecuhtli con el cuerpo cubierto de
huesos humanos, el rostro con una
máscara en forma de cráneo, su pelo
negro y decorado, con ojos estelares.
Su collar estaba hecho de ojos humanos y
sus aretes de huesos.
14. Dios del inframundo y de los muertos,
también era llamado Popocatzin (de
"popoca" 'fumar'), por lo tanto era el dios
de las sombras.
En su culto los participantes sacrificaban
víctimas y consumían la carne de estos
sacrificados en los alrededores del templo.
15.
16. Mictecacihuatl estaba asociada a las
arañas, los búhos y murciélagos, todos
ellos seres asociados a aspectos del
inframundo como lo subterráneo y oscuro.
Dice el mito que Mictecacihuatl fue
sacrificada de bebe.
17. Y se convirtió en Dama de los muertos.
Ella vigilaba los huesos de los muertos y
que presidia los festivales funerario.
De aspecto semejante al de su esposo,
siendo por lo general representada con un
cuerpo descarnado, una cabeza de
calavera y una mandíbula abierta para
devorar a las estrellas que caen a lo largo
del día.
18.
19. En el Mictlan las almas o Teyolias
descansaban aguardando para regresar al
plano terrenal.
Otro motivo para abandonar el Mictlan eran
las fiestas a los difuntos.
Que se llevaban acabo durante el onceavo
mes del año en un festival llamado
“Quecholli”, festividad coincide en fecha con
la de Todos Santos y los Fieles Difuntos del
calendario cristiano.
20. El Quecholli tenia una duración de 2
días 1 y 2 de noviembre.
Los registros arqueológicos más
antiguos muestran que el universo
imaginario de los muertos formaba
parte de su vida diaria.
21. Durante el periodo clásico, hacia el primer
milenio
de
nuestra
era,
las
representaciones de cráneos esculpidos
como el marcador de piedra teotihuacano,
indican que la muerte fue pensada como
símbolo de espacio y de tiempo.
Dioses
y
Diosas
descarnados,
abundantes en piedra, barro y pinturas,
indican un pensamiento que no
escondía de la muerte.
22. Los sacrificios humanos eran tan
importantes a la religión como a la
economía; la muerte y sus símbolos se
multiplicaron como señales inequívocas
de ser parte terrible de la vida productiva.
23.
24. La muerte es vida y trascendencia para
los pueblos indígenas de México.
Aunque la propagación de este culto es
mundial y se ha manifestado en diferentes
culturas de Europa y Asia como la china,
árabe o egipcia, desde hace miles de
años.
25. Encontramos un sentimiento religioso y una
clara preocupación por el individuo después
de muerto, que se registra desde épocas
remotas.
La cultura mexicana tiene su más añeja
festividad en la celebración del día de
muertos, festividad que se ha visto
retratada con diferentes expresiones y
matíces culturales en nuestro país, desde
el arte mortuorio prehispánico hasta el
popular de nuestros días.
26. Hoy la muerte hecha objeto no nos toma por
sorpresa pero se reconoce que lo
particularmente mexicano no radica en el
desprecio sino en su valoración, se entiende
como manifestación y explicación del mundo
heredada inconscientemente: sus gestos
socializados de la vida.
Ahora sigue asombrando el símbolo, pero
más que por sus contenidos por su
abrumadora presencia en diferentes esferas
sociales, rurales y urbanas.
27. El arte funerario mexicano, no está solo es
sus piezas de manufactura única, es el
arte de el gusto entre los vivos para
convivir con sus muertos, a pesar de los
motivos ideales propios de cada época; se
les da su lugar y función.
La muerte es entonces cantada y rezada,
emblema
y
contrapunto
de
los
devocionarios y las didácticas religiosas y
morales, es esculpida como deidad de
renacimientos y finales o como freno de
las vanidades.
28. La muerte es objeto de fiesta, tiempo que
da contexto a las imaginerías, ritos y
juegos; es adorno y juguete, conmemora,
avisa y divierte, ubica lo sagrado en lo
profano.
30. En el año de 1521, México
conquistado por los españoles.
fue
La caída de Tenochtitlán, capital de los
antiguos mexicanos, fue el símbolo del
exterminio de las culturas indígenas.
Nuevas ideas acerca de la muerte se
implantaron.
31. La ideología de los conquistadores,
sustentada en el catolicismo, modificó
ritos y cosmovisiones.
La idea de una prolongación de la vida
en el más allá se mantuvo, si bien es
cierto que sustancialmente distinta.
Un nuevo dios apareció que premiaba o
castigaba.
32. Las dos regiones a las que iban los
muertos en la mitología mexica, se
sustituyeron por el cielo y el infierno,
cambio que traería consigo una diferente
valoración del concepto de la muerte.
El destino del alma se determinó en
atención al bien y al mal, al
comportamiento de una ética cristiana
basada en las buenas o en las malas
acciones que se hubiesen realizado en
vida.
33. Se prohibió la cremación y todos eran
enterrados.
Lo cual dio lugar al hasta entonces
desconocido concepto del cementerio, del
ataúd, de la tumba acicalada, de epitafios,
del catafalco y de los primarios entierros
en los atrios de las iglesias.
34. Con los españoles llegaron también las
nuevas fechas para los rituales de la muerte
–el 1º y 2 de noviembre- que venían a
sustituir a las dos fiestas indígenas
dedicadas a los muertos.
La nueva concepción se impuso, muchos
de los ritos antiguos se mantuvieron, otros
se amalgamaron a los hispanos y esta
mezcla de elementos culturalmente
distintos, dio origen a un nuevo culto, a
una ceremonia mortuoria derivada del
35. En la religión católica, encontramos que
en el año 835 se instituye la fiesta de
Todos los Santos, para su celebración el
día primero de noviembre, por el pontífice
Gregorio IV.
En cuanto a la celebración de los Fieles
Difuntos, que se realiza al día siguiente de
Todos Santos, aparece que es hasta el
siglo X.
36. • Que se introduce en el rito católico-romano,
ésta tiene como propósito conmemorar a las
almas del purgatorio, pidiendo a los santos
que intercedan por ellas, para que logren
alcanzar la paz. También se pide a las
almas que están en el cielo intercedan por
los vivos.
37. Época contemporánea
Sincretismo es un intento de conciliar
doctrinas distintas.
El sincretismo religioso es un proceso,
generalmente espontáneo, consecuencia
de los intercambios culturales entre los
diversos pueblos.
38. Lo resumimos como la unión de
ideologías, creencias y culturas distintas
en una misma, con elementos de ambas.
En el caso de México, después de la
conquista se unieron los elementos
religiosos de los españoles con los
elementos religiosos indígenas.
39. El
sincretismo
entre
costumbres
españolas e indígenas dio origen a lo que
actualmente constituye la Fiesta de Día de
Muertos.
En México, país pluricultural y pluriétnico,
la celebración de muertos no tiene un
carácter homogéneo, sino que adquiere
diferentes modalidades según el pueblo
indígena o grupo social que la realice.
40. Las variantes rituales son muchas, sin
embargo, todas ellas giran alrededor de
ciertas prácticas comunes.
La bienvenida y despedida de las ánimas,
la colocación de ofrendas para los
muertos, el arreglo de las tumbas, la
velación en el cementerio y la celebración
de oficios religiosos.
41. Los preparativos para estas fiestas varían;
algunas comunidades inician el 15 de
mayo, con la siembra del cempaxúchitl.
Otras los primeros días de octubre
empiezan a hacer sus ahorritos para la
fiesta de noviembre.
42. En el caso de los nahuas de Tepexititla y
Chililico, se inicia el 29 de septiembre,
fecha en que se celebra a San Miguel,
este día se realiza la primera ofrenda a los
muertos.
Los últimos días de octubre o el primero
de noviembre dependiendo del grupo, da
inicio a la celebración del Día de Muertos,
que al parecer esta marcado por la
preparación de la ofrenda en la cual
participa toda la familia.
43. La colocación de la ofrenda y todas las
actividades que se realizan alrededor de la
celebración del Día de Muertos, originan
una gran producción artesanal de carácter
meramente ritual.
Semanas
antes
de
las
fechas
conmemorativas, los artesanos de todo
México comienzan la tarea de elaborar
objetos rituales que han de utilizarse para
el adorno de tumbas, ofrendas y los
servicios religiosos.
44. Las producciones artesanales son muchas
y muy variadas.
Destacan las flores de papel de estaño
del Estado de México; el papel picado de
Puebla; los sahumerios de Chiapas; los
ángeles y querubines de azúcar de San
Luis Potosí.
Las calaveras de azúcar, chocolate y
amaranto de la Ciudad de México; los
candelabros de Oaxaca; la cerámica
negra de Michoacán.
45. Los juguetitos de barro pintado de Veracruz;
el pan polimorfo de toda la República y, por
supuesto, la artesanía culinaria y efímera que
elaboran las mujeres para la ofrenda.
Todos estos productos artesanales cumplen
una función específica, están dirigidos a las
ánimas de los parientes muertos y tienen
como objeto propiciar su llegada, a la vez
que proporcionarles la esencia de los
elementos que les permitan mantenerse en
buenas condiciones en el lugar del más allá
en que se encuentran.
46. Por otro lado, por medio del ritual de la
ofrenda y sus componentes, el difunto
obtiene la conciencia de que no ha sido
olvidado, de que aún “vive” en el recuerdo
de sus familiares porque es objeto de
atención.
48. La ofrenda es ese ritual colorido donde el
individuo
y
la
comunidad
están
representados con sus costumbres; es un
acto sagrado, pero también puede ser
profano: la tradición popular es la
simbiosis de la devoción sagrada y la
práctica profana.
Ofrendar, en el Día de Muertos, es
compartir con los difuntos el pan, la sal,
las frutas, los manjares culinarios, el
agua y, si son adultos, el vino.
49. Ofrendar es estar cerca de nuestros
muertos para dialogar con su recuerdo,
con su vida. La ofrenda es el reencuentro
con un ritual que convoca a la memoria.
La ofrenda del Día de Muertos es una
mezcla cultural donde los europeos
pusieron algunas flores, ceras, velas y
veladoras; los indígenas le agregaron el
sahumerio con su copal y la comida y la
flor de cempasúchil (Zempoalxóchitl).
50. La ofrenda, tal y como la conocemos hoy,
es también un reflejo del sincretismo del
viejo y el nuevo mundo.
Se recibe a los muertos con elementos
naturales, frugales e intangibles -incluimos
aquí las estelas de olores y fragancias que
le nacen a las flores, al incienso y al copal.
51. La ofrenda de muertos debe tener varios
elementos esenciales.
Si faltara uno de ellos, se pierde aunque
no del todo el encanto espiritual que rodea
a este patrimonio religioso.
Cada uno de los siguiente elementos
encierra su propia historia, tradición,
poesía y, más que nada, misticismo.
52. El agua: La fuente de la vida, se ofrece a
las ánimas para que mitiguen su sed
después de su largo recorrido y para que
fortalezcan su regreso. En algunas
culturas simboliza la pureza del alma.
La sal: El elemento de purificación,
sirve para que el cuerpo no se
corrompa, en su viaje de ida y vuelta
para el siguiente año.
53. Velas
y
veladoras:
Los
antiguos
mexicanos utilizaban rajas de ocote. En la
actualidad se usa el cirio en sus diferentes
formas: velas, veladoras o ceras. La flama
que producen significa "la luz", la fe, la
esperanza. Es guía, con su flama titilante
para que las ánimas puedan llegar a sus
antiguos lugares y alumbrar el regreso a
su morada.
54. En varias comunidades indígenas cada
vela representa un difunto, es decir, el
número de veladoras que tendrá el altar
dependerá de las almas que quiera recibir
la familia.
Si los cirios o los candeleros son morados,
es señal de duelo; y si se ponen cuatro de
éstos en cruz, representan los cuatro
puntos cardinales, de manera que el
ánima pueda orientarse hasta encontrar
su camino y su casa.
55. Copal e incienso: El copal era ofrecido por
los indígenas a sus dioses ya que el
incienso aún no se conocía, este llegó con
los españoles.
Es el elemento que sublima la oración o
alabanza. Fragancia de reverencia. Se
utiliza para limpiar al lugar de los malos
espíritus y así el alma pueda entrar a su
casa sin ningún peligro.
56. Las flores: Son símbolo de la festividad
por sus colores y estelas aromáticas.
Adornan y aromatizan el lugar durante la
estancia del ánima, la cual al marcharse
se irá contenta, el alhelí y la nube no
pueden faltar pues su color significa
pureza y ternura, y acompañan a las
ánimas de los niños.
57. En muchos lugares del país se
acostumbra poner caminos de pétalos que
sirven para guiar al difunto del campo
santo a la ofrenda y viceversa.
La
flor
amarilla
del
cempasuchil
(Zempoalxóchitl) deshojada, es el camino
del color y olor que trazan las rutas a las
ánimas.
58. Los indígenas creían que la cempasúchil
era una planta curativa, pero ahora solo
sirve para adornar los altares y las tumbas
de los difuntos.
Por esta razón se dice que a lo largo del
tiempo la flor fue perdiendo sus poderes
curativos. Flor de cempasúchil significa en
náhuatl "veinte flor"; efeméride de la
muerte.
59. El petate: Entre los múltiples usos del
petate se encuentra el de cama, mesa o
mortaja.
En este particular día funciona para que
las ánimas descansen así como de mantel
para colocar los alimentos de la ofrenda.
60. El izcuintle: Lo que no debe faltar en los
altares para niños es el perrito izcuintle en
juguete, para que las ánimas de los
pequeños se sientan contentas al llegar al
banquete.
El perrito izcuintle, es el que ayuda a las
almas a cruzar el caudaloso río
Chiconauhuapan, que es el último paso
para llegar al Mictlán.
61. El pan: El ofrecimiento fraternal es el pan. La
iglesia lo presenta como el "Cuerpo de
Cristo". Elaborado de diferentes formas, el
pan es uno de los elementos más preciados
en el altar.
El gollete y las cañas: Se relacionan con el
tzompantli, los golletes son panes en
forma de rueda y se colocan en las
ofrendas sostenidos por trozos de caña.
Los panes simbolizan los cráneos de los
enemigos vencidos y las cañas las varas
donde se ensartaban.
63. El retrato del recordado sugiere el ánima que
nos visitará, pero este debe quedar
escondido, de manera que solo pueda verse
con un espejo, para dar a entender que al ser
querido se le puede ver pero ya no existe.
La imagen de las Ánimas del Purgatorio,
para obtener la libertad del alma del
difunto, por si acaso se encontrara en ese
lugar, para ayudarlo a salir, también puede
servir una cruz pequeña hecha con
ceniza.
64. Pueden colocarse otras imágenes de
santos, para que sirva como medio de
interrelación entre muertos y vivos, ya que
en el altar son sinónimo de las buenas
relaciones sociales.
Además, simbolizan la paz en el hogar y
la firme aceptación de compartir los
alimentos, como las manzanas, que
representa la sangre, y la amabilidad a
través de la calabaza en dulce de tacha.
65. Las calaveras de azúcar medianas son
alusión a la muerte siempre presente. Las
calaveras chicas son dedicadas a la
Santísima Trinidad y la grande al Padre
Eterno.
También se puede colocar un aguamanil,
jabón y toalla por si el ánima necesita
lavarse las manos después del largo viaje.
66. El licor: Es para que recuerde los grandes
acontecimientos agradables durante su
vida y se decida a visitarnos.
Cruz grande de ceniza: Sirve para que al
llegar el ánima hasta el altar pueda expiar
sus culpas pendientes.
Papel picado: Simboliza el viento y adorna
la ofrendra para darle color y alegría.