3. INTRODUCCION Entendemos la justicia de dos maneras. 1. La justicia imputada. Es lo que Jesús hizo por nosotros. 2. La justicia impartida. Es lo que Jesús hace para modelarnos a su imagen.
4. INTRODUCCION El propósito de la lección es mostrar que la justicia es un don dado al hombre por gracia con propósitos específicos. Para ello contestaremos tres grandes preguntas, Qué, por qué y cómo practicar la justicia.
8. “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito, 3: 5) LA JUSTICIA DEL HOMBRE “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia” (Isaías, 64: 6) La justicia y las buenas acciones son el resultado de nuestra unión con Cristo. Sin Él no existe justicia, solo SEPULCROS BLANQUEADOS Lo que nos hace santos ante Dios es lo que Cristo ha hecho por nosotros, no lo que nosotros hacemos.
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10. JUSTICIA IMPUTADA Una transgresión (la de Adán) La desobediencia de uno. Condenación para todos. Muchos constituidos pecadores. Un acto de justicia (el de Jesús) La obediencia de uno. Justificación para todos. Muchos constituidos justos. “Por tanto, así como una sola transgresión causó la condenación de todos, también un solo acto de justicia produjo la justificación que da vida a todos. Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos” (Romanos, 5: 18-19 NVI)
11. JUSTICIA IMPUTADA “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” (Romanos, 3: 28) “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1ª de Pedro, 2: 24) La única forma de ser considerados justos ante Dios es a través del sacrificio de Jesús. Éste es un don que debemos reclamar.
12. JUSTICIA IMPARTIDA “La justicia es la práctica del bien, y es por sus hechos por lo que todos han de ser juzgados. Nuestros caracteres se revelan por lo que hacemos. Las obras muestran si la fe es genuina o no” (PVGM, 254) El Espíritu Santo produce en nosotros el fruto de la justicia que nos capacita para realizar actos de justicia y obedecer los Mandamientos.
13. “El Señor aborrece el camino de los malvados, pero ama a quienes siguen la justicia” (Proverbios, 15: 9 NVI) JUSTICIA IMPARTIDA “Lo hizo para que nosotros podamos cumplir con las justas exigencias de la ley, pues ya no vivimos según las inclinaciones de la naturaleza débil sino según el Espíritu” (Romanos, 8: 4 DHH) “Por lo tanto, poned toda vuestra atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibiréis también todas estas cosas” (Mateo, 6: 33 DHH) “Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él” (1ª de Juan, 2: 29)
14. La contemplación de la cruz crea en nuestros corazones la motivación para obedecer a Dios por el simple hecho de agradarle. “No ganamos la salvación con nuestra obediencia; porque la salvación es el don gratuito de Dios, que se recibe por la fe. Pero la obediencia es el fruto de la fe” (CC, 60)
15. “Aunque se nos amonesta a obedecer, no debemos pensar que nuestras buenas obras nos dan algún mérito para la salvación; ésta es un don gratuito de Dios y se recibe por la fe. La ofrece Cristo al alma arrepentida mediante el gran plan de redención. Pero la prueba de nuestro amor a él, la evidencia de nuestra fe, es la obediencia a su santa ley. Nuestro Salvador dice: "El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él" (Juan 14:21). Cristo nos pide que guardemos los mandamientos porque sabe que el resultado será formar un carácter de acuerdo a la semejanza divina” E.G.W. (Signs of the Times, 16 de mayo, 1895)