1. El Ciervo, el Manantial y el León .
. En un dia con mucho sol un ciervo se encontraba agobiado y con mucha sed,
cuando vió a lo lejos un hermoso manantial. Después de beber tanta agua y
calmada la sed, el ciervo levantó la cabeza y vio en el agua el precioso reflejo de su
cabeza.
Entonces contemplando su hermosa cornamenta, grande y robusta el ciervo se
sintió tan orgulloso por aquel atributo que tanta admiración ocasionaba entre el
resto de los animales, pero a la vez se quedó tan afligido por sus piernas delgadas
y delicadas.
- ¡ Qué extraordinaria y atractiva es mi cornamenta! – exclamaba lleno de
orgullo por aquel adorno que la naturaleza le había obsequiado.
- ¡Ójala tuviera unas patas tan maravillosas como mi cornamenta! se
recriminó.
Preocupado aún por estos pensamientos, se apareció un león que comenzó a
perseguirlo, pero él echó a correr tán rapido como pudo y le ganó gran distancia en
muy poco tiempo, pues la fuerza de los ciervos está en sus piernas y la del león en
su corazón.
Mientras el campo fue llano en la huída, el ciervo guardó la distancia que le
salvaba; pero al entrar en el bosque sus cuernos se engancharon tan fuerte a las
ramas frondosas de los árboles, no pudiendo poder escapar siendo atrapado por el
león.
2. A punto de morir, el ciervo exclamó para sí mismo:
- ¡ Desdichado ! Mis patas, de las que renegué creyendo que me
traicionaban; eran los que me salvaban, y mis cuernos, en los que puse
toda mi confianza, son las que ahora me traicionan ¡ que ironia !
MORALEJA DE LA FÁBULA EL CIERVO, EL MANANTIAL Y EL
LEÓN:
Esta interesante fàbula nos enseña muchas lecciones que debemos tener en cuenta.
En lo físico no debemos dejarnos llevar por la vanidad. Dios sabe por que nos
regalo la vida y el cuerpo que tenemos. Saber utilizar cada parte e nuestro cuerpo
es lo más maravilloso que podemos hacer. Muchas personas discapacitadas tienen
un Don que las hace fuertes y bellas ante la sociedad. Otra lección es tomar
importancia a todas las personas sin importar su condición física, ya que tarde o
temprano ellos nos darán la mano en los problemas, mientras que los que dicen ser
nuestros mejores amigos se irán apenas tengas alguna necesidad. A veces puedes
encontrar ayuda en los lugares menos esperados o recibirla de donde jamás te
pudiste imaginar.
3. El hombre, el niño y el burro con moraleja.
Un día un hombre y su hijo iban caminando junto a su burro rumbo al mercado, y
de pronto una persona que pasaba por su lado se les acercó y les dijo:
- No sean tontos ¿Para qué es un burro sino para montarse?
Así que el hombre sin pensarlo puso de inmediato al niño sobre el burro y siguieron
su camino, cuando de pronto pasó un grupo de hombres que pasaba al lado del
camino le dijeron:
- Mira que niño tan perezoso, él viajando tranquilo mientras que su padre
caminando.
Luego de esto el padre bajó al niño y se montó sobre el burro, pero una vez que
habían llegado al pueblo, dos mujeres que pasaban le dijeron:
- Debe darle vergüenza a ese hombre estar montado en el burro y su pobre
hijo caminando.
Entonces el hombre cargó de a su hijo y juntos montaron sobre el Burro, pero otra
gente que los miraba mientras pasaban le dijo:
- ¿No les da pena ponerle tanto peso al pobre burro?.
Nuevamente el hombre y el niño se bajaron y tomaron un palo donde ataron y
colgaron al burro de las patas, para llevarlo por el camino. Al verlos pasar todas las
personas que los veían se reían a carcajadas. Sin embargo al llegar a un puente el
burro incómodo al estar amarrado de cabeza trató de sacudirse y por la fuerza se
les cayó al agua. Tanto así que el burro al tener los pies amarrados, se ahogó.
Moraleja de la fábula de el hombre, el niño y el burro:
No nos dejemos llevar por lo que dice la gente. Seamos auténticos, sino toda la
vida vamos a estar pendientes de lo que las personas digan. Si tenemos errores ó
aciertos uno mismo se va a dar cuenta y lo va a resolver, no se necesita que otras
personas nos lo digan ni hacer caso de sus soluciones. No intentemos complacer a
toda la gente, porque así nunca podrás complacer a nadie.
4. El Cocodrilo Mentiroso.
Dos pajaritos conversaban siempre en la cima de un àrbol, de todo lo que ocurría a
su alrededor.
Estos pajaritos estaban acostumbrados a ver y escuchar los engaños que hacía un
cocodrilo que vivía al borde del río, el cual lloraba desconsoladamente con un
pañuelo en la boca, para pedir ayuda a otros animales que una vez que estaban
cerca se los devoraba.
Es así que una tarde los pajaritos vieron que unos patitos se acercaban al cocodrilo
para brindarle ayuda.
- Pobres patitos incautos que van a ayudar a este cocodrilo mentiroso sin
saber sus verdaderas intenciones y que acabarán como comida del
malvado cocodrilo. Una vez más el cocdrilo se ha valido de sus tretas para
devorarlos sin piedad. Dijeron los pajaritos.
Y sucedió lo previsto los patitos cayeron en la trampa del cocodrilo y al momento de
acercarse para preguntarle porque lloraba, el cocodrilo los devoró uno tras otro.
Pero lo que no contaba el cocodrilo es que un patito, se escondió y cuando el
cocdrilo lo trapó le colocó un palo en el hocico, dejándolo con la boca abierta,
pudiendo de esta manera ayudar que los demás patitos pudieran escaparan del
interior del reptil.
- ¡Bien merecido se lo tenía este malvado cocodrilo!. Dijeron los pajaritos.
Moraleja de la fábula de el cocodrilo mentiroso:
Esta fábula nos enseña que antes de realizar alguna buena acción debemos saber a
quién vamos a brindar nuestra ayuda. Muchas personas malas estafan y se
aprovechan de las personas de buen corazón que quieren ayudarles. Seamos
precavidos con las personas que no conocemos para evitar que nos sorprendan
aparentando una necesidad. Lágrimas de cocodrilo, se burlan con sigilo.
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5. La Fábula el Jilguero timido, Fábulas de Esopo con
reflexiones.
Una vez había un jilguero que por más que las demás aves le deban ánimos para
cantar, el jilguero se negaba a cantar, y cuando le preguntaban el porqué su
negación esto les contestaba:
- No cantaré jamás, no deseo ser motivo de burlas.
Y así respondía hasta que otro día se le acercó al jilguero un perico y le dijo:
- No hay porque temer amigo jilguero, vaya a cantar y verás que nadie se
burlará.
Pero el jilguero nada de cantar hasta que luego se le acercó una cotorra y le
exclamó:
- Amigo jilguero cierta vez te oí cantar en el bosque, dime ¿Porqué no
cantas ahora?
Pero el jilguero nada, no cantó así que más tarde se le acercó un ruiseñor y con
gran ánimo empezó a entonar sus bellos cantos, pero al notar el desinterés del
jilguero le preguntó:
- Señor jilguero, ¿que te parece si cantamos juntos?, seriamos un gran
dúo!
El jilguero tímidamente le contó sus razones por las que no cantaba y luego de esto
el ruiseñor le exclamó:
- Mira jilguero cantes bien o mal, es asunto tuyo pero, si no cantas ni para
ti mismo, no eres jilguero ni eres nada.
Esta fábula nos hace reflexionar que todos tenemos un don y si no la demostramos
nunca las personas sabrán de nuestras habilidades que nace con uno. Si tienes
miedo en demostrar esas grandiosas habilidades tanto en el canto, en la pintura, en
la música, en los estudios, en el deporte, ó en cualquier materia donde tus trabajos
destaquen demuéstralo sin miedos, las críticas son buenas si son constructivas pero
sigue adelante demuestra lo que vales! .Quien no dice cuanto quiere, llega a viejo y
tonto muere.
6. La zorra y el cocodrilo.
Un día de aquellos, una zorra y un cocodrilo discutían en el bosque sobre la nobleza
ó alcurnia de sus antepasados. Por mucho tiempo habló el cocodrilo acerca del
origen de sus ancestros, y terminó por decir que sus padres habían llegado a ser
los guardianes del gimnasio.
La zorra le respondió:
- No es necesario que me lo digas mi buen amigo. Le dijo la zorra para
agregar:
- Las cualidades de tu piel demuestran muy bien que desde hace muchos
años te dedicas a los ejercicios de gimnasia.
De esta manera, la astuta zorra conoció la mentira del cocodrilo y con ello podemos
aprender que todo aquello que podemos ver, es imposible de ocultar con la
mentira.
Moraleja de la fábula: La zorra y el cocodrilo
Hay muchas cosas que no se puede ocultar con una mentira. Recuerda siempre que
hay cosas que no se pueden ocultar mintiendo a los demás. Muchas veces los
hechos desmienten a los mentirosos, decir la verdad es lo mejor que podemos
hacer para que las personas nos crean y confíen en nosotros.
7. Fábula del Gato y las Ratas.
Había una casa invadida de ratas, que cuando se enteró un gato, se fué para este
lugar para devorarse a las ratas una y tras otra.
Entonces las ratas, viendo que siempre eran cazadas, decidieron guardarse en sus
agujeros y no salir para nada.
No pudiendo el gato alcanzarlas ya que las ratas estaban siempre en sus agujeros,
ideó una trampa para que salieran. Trepó a lo alto de una viga, y colgado de ella se
hizo el muerto. Pero una de las ratas que no era tan tonta se asomó, lo vió y le
dijo:
- ¡ Oye amiguito gato, aunque fueras un saco de harina, no me acercaría a
tí !
Y el pobre gato se bajo de donde estaba colgado y derrotado por no seguir
comiendo a las ratas se fue muy triste de la casa.
MORALEJA DE LA FÁBULA DEL GATO Y LAS RATAS:
Las personas malas buscan siempre la mejor trampa para engañarnos, uno
debe darse cuenta de las malas intenciones de las personas conociendo
sus antecedentes. Evita en lo posible aceptar las ofertas que te ofrecen el
oro y el moro cuando en realidad es una trampa para que te engañen.
Demostremos ser inteligentes no haciendo caso a personas de dudosa
reputación que lo único que buscan es hacerte daño.
8. La Fábula de los Caminantes
Dos caminantes marchaban muy alegres hacía su trabajo, cuando de pronto uno de
ellos halló un bolso de dinero.
- ¡Qué buena suerte hemos tenido! , exclamó su compañero.
- ¿Hemos? - Sólo yo soy el afortunado, porque yo lo encontré.
Con semejante advertencia el otro amigo se quedó en silencio y comprendió que
estaba fuera de el hallazgo. Así que de nuevo siguieron caminando por el camino,
cuando de pronto vieron no muy lejos a un trío de ladrones.
- ¡Oh no! estamos perdidos - gritó el afortunado caminante que había
encontrado el bolso de monedas al presentir la desgraciada suerte que les
esperaba.
-¿Perdidos? - repuso con sorna el amigo.
- Solo tú estás perdido, ya que nadie más que tu ha hecho el gran
hallazgo - Respondió el otro amigo.
En efecto, los ladrones se les acercaron a los dos y uno a uno fueron revisados y al
hallar al dueño del hallazgo le quitaron todo el dinero no sin antes dejando
malherido de una paliza.
9. Moraleja de la fábula de los Caminantes:
Muchas veces cuando trabajamos en equipo no falta la persona que espera
ser la única reconocida. Si trabajamos en grupo todos los logros deben ser
compartidos entre todos sin distinción. No sólo las cosas buenas deben ser
compartidas si no también las errores que tengamos para su rápida
solución. Recuerda que de los errores uno aprende. Quien sólo saborea la
miel, sólo probará la hiel.
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Las Ranas pidiendo Rey
Un día las Ranas cansadas del propio desorden y anarquía en donde ellas vivían,
mandaron una delegación hacia el Dios Zeus para que les enviara un Rey.
Zeus, les repondió su pedido y este, les envió un grueso y grande leño a su charca.
Asustadas las Ranas por tan fuerte ruido que hizo el leño al caer, se escondieron
donde mejor pudieron.
Hasta que por fin, viendo que el leño no se movía más, fueron saliendo con un poco
de temor a la superficie y dada la quietud que predominaba, empezaron a sentir
tan grande desprecio por el nuevo Rey, que saltaba sobre él y se le sentaba
encima, burlándose sin descanso.
- ¡Miren que tonto es este rey que no se mueve!
- Es un inútil - gritaban otras ranas
- ¡Queremos otro rey! – decían todas a coro
- Este no puede darnos órdenes - se quejaban
10. Y así pues las Ranas, sintiéndose humilladas por tener de monarca a un simple
madero, volvieron donde Zeus, pidiéndole otra vez que les cambiara al Rey, pues
éste era demasiado tranquilo.
Indignado entonces Zeus, les mandó una activa serpiente de agua que, una a una,
las atrapó y devoró a todas sin compasión.
Moraleja de la fábula las Ranas pidiendo Rey:
A veces nos equivocamos en elegir a nuestros gobernantes
dejándonos llevar por ofrecimientos que una vez en el
cargo no se cumplirán. Debemos pensar bien e investigar
sus virtudes y valores de nuestro futuro representante. A
veces queremos cambios en nuestra sociedad y de no
elegir bien a nuestros gobernantes podemos caer en la
tiranía y la dictadura que nada bueno hará en nuestra
ciudad ó país. Dios a cada pueblo ofrece el gobierno que
merece.