libro para colorear de Peppa pig, ideal para educación inicial
Inmunología
1. TEMA 8. INMUNOLOGÍA
1. MECANISMOS DE DEFENSA ORGÁNICA
INESPECÍFICOS EXTERNOS.
Están representadas por la piel y las mucosas (barreras mecánicas) La integridad de
estas estructuras que cubren la superficie corporal externa y las cavidades digestivas y
respiratorias (abiertas al exterior) respectivamente, es fundamental para evitar la
invasión por antígenos extraños. Una de las vías de acceso más frecuentes de los
agentes patógenos se produce cuando estas estructuras se rompen o son destruidas
por causas diversas (heridas, ulceraciones, quemaduras, etc).
INESPECÍFICOS INTERNOS.
Los glóbulos blancos fagocitan a las partículas extrañas y las destruyen por la
acción de enzimas contenidos en su citoplasma, se trata de una digestión
intracelular. Los principales glóbulos blancos que realizan la fagocitosis son:
Los neutrófilos, que representan entre le 60% y el 70% de los glóbulos
blancos. Atraídos por mediadores químicos, abandonan los capilares
sanguíneos entran en los tejidos infectados y eliminan a los agentes
infecciosos. Con frecuencia se autodestruyen después de realizar su función.
Los macrófagos son células de gran tamaño que están distribuidas por todos
los tejidos del organismo. Se originan a partir de los monocitos de la sangre y,
aunque constituyen sólo el 5% de los glóbulos blancos, son muy activos, pues
no sólo fagocitan las bacterias patógenas sino también restos de tejido dañado
y neutrófilos muertos.
Como resultado de la fagocitosis, en el lugar de la infección se forma pus.
Contiene principalmente restos de células muertas y fluidos que salen de los
capilares.
Los eosinófilos representan el 1,5 % de los glóbulos blancos y aunque su
actividad fagocitaria es mucho menor, están especializados en destruir grandes
parásitos, como lombrices, arrojando enzimas contra el cuerpo del parásito.
Las células cebadas o mastocitos, leucocitos emigrados de la sangre que
en contacto con los gérmenes externos segregan histaminas entre otras
sustancias. Las histaminas aumentan el flujo sanguíneo a la zona, mediante la
dilatación de los capilares, lo que provoca una hinchazón de la misma y un
enrojecimiento.
2. Interferón. Constituye una defensa inespecífica humoral. Cuando se produce
una invasión por virus , las células infectadas y algunos leucocitos, sintetizan
unas pequeñas proteínas , conocidas como interferón, que difunden a las
células de su alrededor.
En las superficies celulares hay unos receptores que, al captar el interferón,
inducen a la célula a sintetizar enzimas antivíricas que impiden la
proliferación del virus, mediante la inhibición de síntesis de proteínas víricas.
Así, si otro virión llegase a estas células alteradas por el interferón, aunque
penetre, no puede multiplicarse en ellas y cesa la infección.
El interferón también alerta a los leucocitos, provocando bien respuestas
inflamatorias o específicas de inmunidad.
Cabe reseñar que el interferón:
Sólo es activo en infecciones víricas.
No actúa directamente contra los virus, sino que estimula en las células
la resistencia a la infección vírica.
También inhibe la proliferación celular, por lo cual se pensó que podría
ser un remedio eficaz contra el cáncer, aunque la experimentación no ha
corroborado estas expectativas, de momento.
Complemento. El sistema del complemento está constituido por más de 20
proteínas plasmáticas, globulinas , que se activan frente al complejo
antígeno-anticuerpo.
Algunas de estas proteínas, llamadas opsoninas, atraen a los
leucocitos fagocitarios.
Otras son las que participan en la reacción de inflamación.
Otras originan la lisis o destrucción de la célula bacteriana.
Mecanismos de actuación de las defensas inespecíficas internas.
Fagocitosis.- Cuando las barreras mecánicas y químicas son superadas, los
gérmenes pueden ser eliminados por fagocitosis, es decir, tragados y diferidos
por células especiales del organismo, entre las que se encuentran:
3. Los macrófagos, leucocitos localizados en sitios estratégicos para filtrar la
sangre, linfa o aire inspirado, como son los ganglios linfáticos, hígado, bazo y
alvéolos pulmonares.
Los leucocitos polimorfonucleares, que actúan en el lugar de la infección
atraídos por procesos de quimiotactismo.
Las células NK (Natural Killer o asesinas naturales) que son leucocitos con
aspecto de linfocitos grandes y granulados, y que destruyen células que han
sido infectadas por virus.
Respuesta inflamatoria localizada y sistémica.- Cuando la piel se
rompe y los gérmenes llegan a las células internas del organismo, éstas liberan
una serie de sustancias químicas, llamadas mediadoras, responsables de la
respuesta inflamatoria.
En el tejido conjuntivo y demás, están los mastocitos, leucocitos emigrados de
la sangre, que, en contacto con los gérmenes externos segregan histamina,
entre otras sustancias. La histamina aumenta el flujo sanguíneo a la zona,
mediante la dilatación de los capilares lo que produce un hinchazón de la
misma, y un enrojecimiento.
Al mismo tiempo fluyen gran cantidad de leucocitos capaces de fagocitar los
gérmenes extraños; son los macrófagos. Estos salen de los capilares a través
de los espacios existentes entre las células endoteliales de los mismos
(fenómeno conocido como diapédesis) y muchos mueren por la cantidad de
gérmenes fagocitados, constituyendo lo que llamamos “pus”.
Como consecuencia del aporte sanguíneo hay también una aumento de la
temperatura en esa zona, aunque, se la infección es fuerte se pueden producir
sustancias piretógenas que hacen aumentar la temperatura corporal, causando
fiebre general.
Al mismo tiempo se comienza la coagulación por efecto de los trombocitos,
para evitar que, a través del flujo sanguíneo, la infección se propague a otras
zonas corporales. Luego comienza el proceso de cicatrización.
Los síntomas de la respuesta inflamatoria son: hinchazón, rubor o
enrojecimiento, calor y dolor, provocado este último por la excitación continua
de las fibras nerviosas libres receptoras y transmisoras de este estímulo,
debido a otro mediador, la prostaglandina.
4. MECANISMOS DE DEFENSA ESPECÍFICOS. EL SISTEMA
INMUNE
2. Características básicas de la respuesta inmune.-
2.1. Especificidad
Es la capacidad que tiene el sistema inmune de reconocer y destruir microorganismos
y moléculas extrañas distinguiéndolas de otras muy parecidas. Por ejemplo, el sistema
inmune distingue las diferentes variedades del virus de la gripe.
Se denomina antígeno, a cualquier sustancia capaz de provocar una respuesta
inmune. Los antígenos son moléculas de naturaleza muy variada, presentes en los
virus, bacterias, hongos, protozoos, así como en el polen, venenos, tejidos
trasplantados, etc.
El sistema inmune responde a un antígeno produciendo linfocitos especializados y
proteínas específicas, denominadas anticuerpos .
2.2. Diversidad
El sistema inmune puede responder a millones de posibles agentes extraños, a los
que reconoce por la presencia de antígenos. Ello es posible por la existencia de una
enorme variedad de linfocitos, que pueden elaborar un gran número de anticuerpos
distintos.
2.3. Memoria
Es la capacidad que tiene el sistema inmune de recordar aquellos antígenos a los que
ya ha estado expuesto, para reaccionar contra ellos de forma más rápida y efectiva en
encuentros posteriores.
Son responsables del estado de inmunidad del individuo, que puede durar más o
menos, en función del tiempo de vida de estos linfocitos, desde unos meses o años
hasta toda la vida, como sucede con la viruela.
2.4. Reconocimiento de lo propio/no propio.
El hecho de que los componentes moleculares propios no desencadenen la respuesta
inmunitaria se explica porque durante la etapa embrionaria, todos los linfocitos que
producen anticuerpos frente a los antígenos propios son destruidos y sólo sobreviven
aquellos que no reconocen los antígenos presentes en esta etapa del desarrollo.
De esta manera, el sistema inmunitario se hace tolerante frente a los antígenos
propios y no reaccionan frente a ellos, sólo actúan cuando reconocen lo no propio.
Una alteración del sistema de reconocimiento ocasionado por una mutación puede dar
lugar a la aparición de enfermedades autoinmunitarias.
5. Origen y tipos de células que intervienen en la respuesta inmune.-
La función defensiva del sistema inmune se basa en la acción coordinada de millones
de células y moléculas, las cuales se hallan en alerta permanente para reconocer y
eliminar a los posibles agentes patógenos.
Las células del sistema inmune están dispersas por el cuerpo, aunque se concentran
preferentemente en los órganos linfoides : médula ósea roja, bazo, timo, ganglios
linfáticos, amígdalas, etc. donde pueden entran en contacto con el antígeno más
fácilmente.
Los linfocitos son las células más importantes del sistema inmune y pueden ser de dos
tipos: linfocitos B y linfocitos T. Ambos tipos, junto con los macrófagos, viajan por
el cuerpo y allí donde entran en contacto con un agente extraño desencadenan una
respuesta inmune.
Los linfocitos se producen en la médula ósea roja, en forma de linfoblastos . Estas
células, aún inmaduras, deberán adquirir receptores antigénicos específicos para
convertirse en células inmunocompetentes, es decir, capaces de llevar a cabo
respuestas inmunes.
Los dos tipos de linfocitos se diferencian por el órgano en el que se realiza su
maduración:
a) Los que continúan su maduración en la médula ósea se convertirán en
linfocitos B
b) Los que emigran de la médula ósea al timo, darán origen a los linfocitos T.
(El timo es una glándula situada en la parte superior de la cavidad torácica, que
produce las hormonas necesarias para la maduración de los linfocitos T).
Una vez que el sistema inmunitario reconoce la naturaleza del antígeno lanza contra él
dos tipos de respuestas que actúan de modo secuencial:
A. Respuesta celular.- Mediada por los linfocitos T, que destruyen a los
microorganismos portadores de dichos antígenos y a las células propias en
caso de estar infectadas por ellos, fundamentalmente en la infección vírica.
B. Respuesta humoral.- Basada en la síntesis de anticuerpos por los
linfocitos B
( en presencia del antígeno se transformarán en células plasmáticas, y son
éstas las que producen los anticuerpos) y en su liberación a la circulación
sanguínea.
Los anticuerpos se extienden por el cuerpo y se unen con el antígeno inductor
de su producción ( de ahí su nombre, pues viajan a través de los humores o
6. líquidos del medio interno), en esta acción coopera el sistema del complemento
que ayuda a destruir al patógeno.
RESPUESTA HUMORAL
Concepto de antígeno y anticuerpo.-
Antígeno, toda sustancia que es reconocida como extraña por el sistema inmunitario
e induce la reacción de éste, desencadenando la inmunidad celular o la síntesis de
anticuerpos, conocida como inmunidad humoral.
Según la naturaleza química la mayoría de los antígenos son proteínas o tienen una
fracción proteica, pudiendo ser la otra de naturaleza glucídica, ej. glóbulos rojos A, B o
Pequeñas moléculas que de por sí, no originan la respuesta inmune pero que unida a
otras sustancias proteícas sobre todo, son capaces de activar las células
inmunocompetentes. Estas moléculas se denominan haptenos, átomos o moléculas
de determinados metales, cuando se unen a proteínas como ocurre en las alergia.
Anticuerpo, son proteínas liberadas a la sangre por las células plasmáticas, es decir
los linfocitos B evolucionados y especializados, tras haber actuado sobre un antígeno
y que tienen la peculiaridad de unirse a los antígenos.
Estructura química tienen forma de Y, y contienen cuatro cadenas polipeptídicas
dos cadenas ligeras (L) y dos cadenas pesadas (H) que se mantienen unidas
entre sí gracias a una serie de uniones no covalentes y covalentes (puentes disulfuro).
Cuando se comparan las secuencias de aminoácidos de las diversas cadenas ligeras
y pesadas se comprueban que ambas presentan una secuencia variable (Vl y Vh)
en su extremo aminoterminal y una secuencia constante en su extremo carboxilo
terminal (Cl y Ch)
7. TIPOS DE REACCIÓN ANTÍGENO-ANTICUERPO
Neutralización.
Se basa en la capacidad que tienen los anticuerpos para anular la actividad de ciertos
patógenos (ej. virus) o toxinas bacterianas, simplemente mediante su unión con ellos,
debido a que bloquean sus puntos de anclaje y unión a las células diana y así impiden
su actuación.
Aglutinación.
Determinados anticuerpos (aglutininas) pueden unirse a varias moléculas de
antígeno de superficie (aglutinógenos) de diversos tipos de células o virus y
provocar su aglutinación (un complejo entramado de células adheridas unas a otras).
Estas células o partículas aglutinadas son reconocidas fácilmente por el sistema del
complemento, los macrófagos, o las células NK, los cuales se encargarán de su
destrucción. Una reacción de aglutinación de este tipo son las manifestadas en las
transfusiones de glóbulos rojos.
Precipitación.
En otros casos los anticuerpos pueden formar precipitados de antígenos libres (toxinas
bacterianas), de manera que la precipitación impide la actividad de estos antígenos y,
además de insolubilizarlos, favorece su eliminación.
Algunas veces estos precipitados pueden dar lugar a reacciones de hipersensibilidad.
Opsonización.
Las moléculas denominadas opsoninas son responsables del proceso de
opsonización, en el cual los gérmenes patógenos son primeramente recubiertos por
estos tipos de anticuerpos y quedan opsonizados, listos para ser engullidos.
La unión de las opsoninas con los antígenos desencadena un cambio en la fracción
constante de estos anticuerpos que permiten que se unan a receptores presentes en
la superficie de las células fagocíticas (macrófagos y neutrófilos), de manera que la
unión de los complejos Ag-Ac a estos receptores dispara el proceso de fagocitosis.
8. RESPUESTA CELULAR
Tipos de células y función.
Linfocitos B. Una vez maduros se dispersan por todo el cuerpo en número
aproximado a los 12 billones. Son los encargados de producir anticuerpos
(inmunoglobulinas) para bloquear los antígenos. Estos anticuerpos una vez
sintetizados pasan al plasma sanguíneo, por lo cual se dice que los linfocitos B
son responsables de la inmunidad humoral.
Cuando un linfocito B es activado se multiplica y se diferencia en dos grupos de
células: células plasmáticas , cuya función es sintetizar los anticuerpos en
gran número, desapareciendo luego; y células de memoria , que perviven
durante mucho tiempo y guardan la información recibida, de modo que la
penetración del mismo antígeno origina una respuesta inmune inmediata.
Linfocitos T. Adquieren su especialidad en el contacto con las células del timo.
No producen anticuerpos, por lo que se dice que son responsables de la
inmunidad celular, ya que su especialidad es interaccionar con células
eucariotas, bien sean extrañas, pero especialmente con las del propio
organismo.
Atendiendo a su función se conocen tres clases de linfocitos T: los linfocitos T
colaboradores y los linfocitos T supresores , (T8) por una parte, que son
responsables de la regulación de la respuesta inmune, incluyendo la actividad de
los linfocitos B; los linfocitos T citotóxicos , (T8) por otra, que actúan contra
las células eucariotas extrañas si se introducen en el organismo o contra las
células propias que han sido infectadas por virus u otros organismos.
En su maduración y diferenciación desempeña un papel primordial la adquisición
de determinadas glucoproteínas en su membrana. Así los linfocitos T supresores
y citotóxicos presentan la glucoproteína CD-8 ( por ello, se les llama
linfocitos T8) mientras que los linfocitos T colaboradores presentan la
glucoproteína CD-4 ( se les llama también linfocitos T-4). Estas
glucoproteínas sirven para reconocer las células del propio organismo y los
antígenos extraños que puedan existir en ellas.
Las células accesorias . Como tales se conocen, principalmente, los
macrófagos, leucocitos que fagocitan los antígenos, los procesan y, finalmente,
depositan fragmentos en su superficie para estimular a los linfocitos T.
9. Visión coordinada de la respuesta inmune
Cuando se detecta la presencia de un antígeno, un macrófago lo fagocita y lo
transporta a los ganglios linfáticos. Allí presenta fragmentos del antígeno a los
linfocitos T, que produce la formación de linfocitos T citotóxicos , que pueden
destruir directamente las células infectadas , y de linfocitos T auxiliares , que
facilitan el desarrollo de los linfocitos B .
Ante la presencia del antígeno, los linfocitos T auxiliares responden segregando una
serie de mediadores, las interleucinas o interleuquinas que activan otros
glóbulos blancos ( macrófagos y linfocitos ).
Las mejor conocidas son las interleucinas 1 y 2 (IL-1, IL-2 en el esquema). La
interleucina 1 actúa como mediador soluble en el proceso de inflamación y como
factor de crecimiento y diferenciación de las células B. La interleucina 2 es el factor
de crecimiento y diferenciación de las células T.
10. CONCEPTO DE MEMORIA INMUNOLÓGICA. RESPUESTA PRIMARIA Y
SECUNDARIA DEL SISTEMA INMUNE
Se denomina respuesta inmune primaria frente a determinado antígeno a
aquella que se origina cuando es la primera vez que dicho antígeno penetra en el
organismo e induce la síntesis de anticuerpos por primera vez.
En esta respuesta los anticuerpos formados son del tipo IgM y se empiezan a
detectar en la sangre de un modo creciente, es decir, la concentración de los
mismos va aumentando hasta un máximo con el transcurso del tiempo. Ello obedece
a los fenómenos de adaptación, proliferación y secreción de las células plasmáticas.
Al cabo de un tiempo la concentración de anticuerpos en la sangre va disminuyendo,
hasta desaparecer prácticamente.
Si existe un segundo contagio con el mismo antígeno, se produce una respuesta
inmune secundaria . En el organismo, tras la primera respuesta, se forman las
células de memoria. Ello hace que en esta segunda respuesta la producción de
globulinas es mayor y más rápida, ya que el organismo está preparado de antemano
para ello. La mayoría de inmunoglobulinas formadas son de tipo G y A.
La capacidad para producir una respuesta inmunitaria secundaria puede durar
durante muchos años o incluso durante toda la vida, como sucede con muchas
enfermedades producidas por gérmenes patógenos en la infancia, y que luego no se
vuelven a padecer, ya que el organismo las bloquea rápidamente porque está
preparado para ello. Este fenómeno se conoce como memoria inmunológica y es
debido, como decíamos, a la formación de linfocitos de memoria tras la primera
reacción, los cuales tienen una larga vida, incluso la del ser vivo al que pertenecen.
11. TIPOS DE INMUNIDAD:
Inmunidad natural. Es la inmunidad desarrollada por procesos naturales o
habituales del organismo.
Inmunidad natural activa . Se origina cuando la inmunidad es obtenida por
los propios mecanismos del individuo, tal como se han descrito, cuando de
forma ocasional y aleatoria penetra un germen en su organismo.
Inmunidad natural pasiva . Se produce cuando los anticuerpos son
recibidos en estado embrionario a través de la placenta. Se ha comprobado
también que, en la mayoría de los mamíferos, la primera leche materna,
calostros, es rica en inmunoglobulinas A y G, que actúan hasta que el bebé va
desarrollando sus mecanismos inmunológicos.
Inmunidad artificial. Es la inmunidad desarrollada por mecanismos no naturales,
es decir, que obedecen a acciones humanas estudiadas y realizadas como técnicas
sanitarias.
Inmunidad artificial activa. El principal método de adquisición de este tipo
de inmunidad es la vacunación o administración de vacunas. Consiste en la
introducción de gérmenes muertos o atenuados, incapaces de desarrollar la
enfermedad, pero que son portadores de los antígenos específicos que
desencadenan la respuesta inmune, confiriendo la memoria inmunológica al
organismo. La duración de esta inmunidad es perpetua, es decir, para toda la
vida del individuo en cuestión, o bien temporal, con lo cual es necesario repetir
la vacunación. La finalidad de la vacunación es profiláctica, es decir, prevenir
la enfermedad.
Inmunidad artificial pasiva. El principal método para conseguirla es la
sueroterapia. Consiste en inyectar al individuo que sufre una infección, los
anticuerpos específicos del germen causante, sin que haya que esperar la
respuesta de inmunidad del individuo. Los anticuerpos se logran vacunando
con dicho germen a un animal, para que éste ponga en marcha su respuesta
inmune. En su sangre estarán posteriormente las globulinas específicas. Tras
la extracción de la sangre del animal, se aíslan y purifican los anticuerpos que
van a ser inyectados en la persona infectada. Hasta ahora el animal de
laboratorio empleado en la obtención de suero y anticuerpos ha sido el caballo,
debido a su gran volumen sanguíneo. La acción del suero es terapéutica, es
decir, curativa.
12. INMUNOLOGÍA APLICADA
3.Compatibilidad de las transfusiones de sangre y transplantes de
órganos y tejidos.
La sangre es considerada como un tejido cuyas células están libres en el plasma.
Entre los varios antígenos detectados en la superficie de los glóbulos rojos, tienen
importancia los empleados para clasificar la sangre en los grupos del sistema ABO,
así como el factor Rh.
El sistema sanguíneo ABO, se caracteriza por la presencia o ausencia de antígenos A
y B en la superficie de los eritrocitos, y la presencia o ausencia en el plasma de
anticuerpos anti A y anti B. Los antígenos se llaman aglutinógenos, y los anticuerpos
aglutininas.
Para que la transfusión sea posible, la persona que la recibe no ha de tener en su
plasma los anticuerpos de los glóbulos rojos que recibe, ya que si esto no ocurre, los
anticuerpos de su plasma reaccionarían con los glóbulos transfundidos, originándose
una aglutinación . Ello acarrearía la presencia de trombos, con los trastornos
derivables.
El factor Rh, es otro antígeno que puede estar presente en la membrana de los
eritrocitos, su presencia determina el grupo sanguíneo Rh + y su ausencia el Rh-. Los
que tienen este último grupo, al recibir sangre Rh+, reaccionan inmunitariamente
formando anticuerpos anti Rh.
Completa la siguiente tabla:
Grupo Aglutinógeno en Aglutinina en
sanguíneo eritrocito plasma
A A Anti B
B B Anti A
AB AB ninguna
O O Anti A y Anti B
En cirugía el trasplante, es la sustitución de un órgano o parte de él, dañado o
enfermo, por otro sano. Dependiendo de la procedencia del órgano trasplantado se
habla de cuatro tipos de trasplantes.
Autólogos, proceden de la misma persona que recibe el trasplante. Alotrasplante o
alogénicos, proceden de otro individuo de la misma especie. Xenotrasplante o
xenogénicos, proceden de individuos de distinta especie.
La aceptación o rechazo del órgano trasplantado están relacionados con las
reacciones inmunitarias de tipo celular, es decir, producidas por linfotios T
13. citotóxicos, principalmente. El antígeno que provoca la respuesta inmune es el MHC
de clase I de la superficie de las células trasplantadas. Si es del mismo organismo,
como sucede en los dos primeros casos citados arriba, los linfocitos lo reconocen
como propio. En caso contrario, los linfocitos citotóxicos, lisan y destruyen las células
extrañas, y acuden macrófagos y todo tipo de glóbulos blancos para rechazar lo que
detectan como una infección.
4. ALTERACIONES DEL SISTEMA INMUNE
4.1. Inmunodeficiencia congénita y adquirida. Características del SIDA,
transmisión y modo de acción del VIH sobre el sistema inmunitario.
Cuando las reacciones inmunológicas son insuficientes ante las infecciones de todo
tipo o bien no existen. Las consecuencias de las inmunodeficiencias son,
principalmente:
Propensión a padecer múltiples infecciones y aumento de la aparición de tumores, ya
que, están controlados por el sistema inmunológico.
Síndrome de inmunodeficiencia congénita.-
En este caso no ha existido un proceso de formación y diferenciación de células
inmunocompetentes, como causa más generalizada. A los niños que presenta este
síndrome se le llama niños burbuja, ya que deben vivir en una habitación estéril y
evitar el contacto con persona, animal u objeto portadores de gérmenes. Una de las
soluciones viables para remediar este déficit, es el injerto de médula ósea capaz de
formar células inmunocompetentes.
El virus de SIDA tiene afinidad por las células portadoras del receptor CD-4. Estas
células son: los linfocitos T4, los macrófagos y monocitos, y muchas células
nerviosas y de la mucosa digestiva. El virus se unirá a estas células y pasará a su
interior, reproduciéndose según los ciclos estudiados en el tema 7.
Las evidencias epidemiológicas reconocen únicamente tres mecanismos implicados
en la transmisión del virus:
Por contacto sexual , a través del semen o secreciones vaginales, tanto en
las relaciones homosexuales como heterosexuales.
Por vía sanguínea y derivados de la misma, como sucede con las
transfusiones sanguíneas, por el hecho de compartir instrumentos
potencialmente portadores de sangre infectada, como jeringuillas de agujas,
maquinillas de afeitar, cepillos de dientes, etc.
Por vía materno-filial , bien sea a través de la circulación fetal ( hay riesgo
del 20-25%) o en el momento del parto por vía sanguínea o secreciones
vaginales.
14. Normalmente se admiten tres etapas en la infección provocada por el VIH
Período de infección , dura de 1 a 6 semanas desde el momento del
contagio. Los síntomas que se suelen presentar son los parecidos a una gripe
o virosis, es decir, fiebre, cefaleas, inflamación de ganglios linfáticos, dolores
musculares, etc.
En este período no se detectan aún en el plasma los anticuerpos contra el
virus, pero éste está presente y el enfermo puede ser transmisor.
Fase asintomática, a partir del período de infección, puede durar desde
meses a años, calculándose que en el 30 a 35% de los infectados sin
tratamiento, puede durar hasta 7 u 8 años. En los recién nacidos infectado, no
sobrepasa los dos años.
En este período ya se detectan los anticuerpos contra el virus, por lo cual se
dice que el infectado es seropositivo, y parece que hay un cierto equilibrio
entre el virus y el sistema inmunitario que lucha contra él, pudiéndose
presentar, de vez en cuando, fases agudas similares a la del periodo de
infección, que corresponden a momentos de actividad replicadora del virus. En
esta fase el enfermo es también un posible transmisor.
Deterioro del sistema inmunitario y sida . Al producirse un déficit de
linfocitos T lisados por el virus, la lucha del sistema inmunitario se va
debilitando, no sólo contra el virus, sino también contra toda posible
enfermedad. Se aprecian además lesiones producidas en el sistema nervioso y
en digestivo tales como trastornos nerviosos y motores así como diarreas,
desnutrición, pérdida de peso. Al desaparecer las defensas inmunitarias,
proliferan lo que se denominan infecciones oportunistas, causadas muchas de
ellas por protozoos y hongos, fácilmente vencidos en estado normal, y
determinados tipos de cáncer. Todas ellas suelen aparecer en las entradas
naturales del organismo.
Como ejemplo citaremos las neumonías, causadas por el protozoo
Pneumocystits carinii, trastornos digestivos, producidos por el hongo Candida o
el protozoo Microsporidium, meningitis de origen fúngico, etc. Entre los
cánceres son típicos el sarcoma de Kaposi, aparición de tumoraciones rojo-
violáceas en la piel y los linformas, tumores en ganglios linfáticos en general y
en los situados en el aparto digestivo e hígado. Al final el enfermo es una ruina
humana y termina falleciendo.
16. 10
tecnologias
.14.
LOS ANTICUERPOS son unas proteínas llamadas
inmunoglobulinas que son producidas
por los linfocitos B de la sangre. Se
nuevas
originan como una respuesta de defensa
del sistema inmune ante la presencia
de una molécula (proteína, azúcar,
etc) que se denomina antígeno y que no
esta presente en el organismo. Los anticuerpos
tienen la propiedad de unirse específicamente
al antígeno y bloquearlo. Distintos linfocitos B (clones) pueden
producir anticuerpos distintos que puede unirse a diferentes partes del mismo
antígeno, cada una de ellas se llama determinante antigénico o epítopo.
A la inmunoglobulina producida por un solo linfocito B (clón), y que
posee la capacidad de reconocer a un único determinante antigénico se
le denomina anticuerpo monoclonal (de un clon). Por ello, al conjunto
de las distintas inmunoglobulinas que se producen como respuesta contra
un antígeno complejo se les denomina anticuerpos policlonales (de muchos
clones). Estos últimos se obtienen de forma muy sencilla a partir
de la sangre de animales inmunizados con un antígeno. Sin embargo, los
monoclonales se producen en el laboratorio a partir de unas células inmortalizadas
denominadas hibridomas, que surgen de la fusión de linfocitos
B de un animal inmunizado con células de mieloma (una célula tumoral
de ratón). Las células de los hibridomas pueden cultivarse en fermentadores
y producir anticuerpos muy específicos contra un antígeno
en grandes cantidades.
Debido a esta propiedad, los anticuerpos monoclonales se utilizan para desarrollar
métodos de análisis muy sensibles y precisos que permiten detectar
la presencia de estos antígenos en mezclas complejas de substancias
y células, como por ejemplo en la sangre, donde el antígeno puede
ser una sustancia libre, estar unida a otras substancias o incluso formar
parte de células aisladas u organismos completos, como virus o bacterias.
Por ello, los anticuerpos monoclonales se usan ampliamente para el diagnóstico
clínico para poder medir hormonas, diagnosticar virus o diferentes
tipos de tumores.
17. ¿Qué son los anticuerpos
monoclonales y cuales son sus
aplicaciones al diagnóstico?
Los anticuerpos
monoclonales
permiten análisis
muy precisos