Un hombre y su esposa estaban de vacaciones en Jerusalén cuando la esposa falleció. El encargado de la funeraria le ofreció enterrarla en Tierra Santa por 150 euros o enviar el cuerpo de vuelta a España por 5,000 euros. A pesar de que sería maravilloso enterrarla en Tierra Santa, el hombre eligió pagar más para enviarla a España, citando el caso de Jesús, quien resucitó tres días después de ser enterrado allí.