SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 15
Descargar para leer sin conexión
03/09/2010




CR 1 de 43
                                                      INTRODUCCIÓN, 1


                          La cristología es una parte de la teolo-
                          gía que trata sobre Cristo. Estudia a
                          Jesucristo como el Verbo encarnado
                          e Hijo de Dios, y a Jesús como nuestro
                          salvador y redentor, tal como nos lo
                          propone la fe de la Iglesia.

     El misterio de Cristo, que se refiere a su persona y a su obra de
     salvación, anuda y resume todos los artículos de la fe: los que se
     refieren a la Trinidad, pues Él es Dios, el Hijo del Padre, y nos
     revela la Trinidad; y los que se refieren a los designios y obras de
     Dios, pues Él ha realizado el plan de su voluntad salvífica.




CR 2 de 43
                                                      INTRODUCCIÓN, 2

      Mediante los métodos propios de la historia podemos llegar a
      conocer cada vez mejor la realidad visible de la vida de Jesús.
      Pero únicamente mediante la Revelación divina y la fe podemos
      trascender lo externo y llegar a conocer quién es Él verdadera-
      mente: “nadie conoce al Hijo sino el Padre” (Mt 11, 27 “nadie
                                                    Mt      27);
      puede venir a mí si no le atrae el Padre que me ha enviado”
      (Jn 6, 44
       Jn 44).

   Jesucristo, mediador y plenitud de toda la Re-
   velación, no es un mito: es Dios hecho hombre
   que vivió en un contexto histórico concreto, y
   los acontecimientos de su vida fueron reales y
   comprobables. Pero hace falta un conocimiento
   amoroso de Cristo hasta hacernos semejantes a
   Él (cfr. CCE 428-429
                428-429).




CR 3 de 43
                                                      INTRODUCCIÓN, 3

     Desde finales del siglo XVIII (Ilustración), surge la búsqueda de
     reconstruir la vida de Jesús con una metodología histórica prescin-
     diendo de lo que no tiene una explicación racional. Cristo fue un
     simple hombre: desechar como mito todo lo milagroso.

     En el siglo XIX, el protestantismo liberal también intentó llegar
     al “verdadero” Jesús, sólo hombre, contando únicamente con la
     razón y la ciencia histórica positiva. Se podría conocer muy poco
     del “Jesús histórico”.

     Siglo XX: para Rudolf Bultmann la fe en Jesús fue desarrollán-
     dose por un proceso de mitificación. Habría que estudiar la histo-
     ria de las formas literarias de los Evangelios y después desmiti-
     ficar el camino que la fe habría recorrido. Autores posteriores:
     nuevas aportaciones de la lingüística. Se llega a un Jesús “judío”,
     taumaturgo, maestro, revolucionario, o profeta escatológico.




                                                                                    1
03/09/2010




CR 4 de 43
                                                       INTRODUCCIÓN, 4


    Los prejuicios racionalistas excluyen de
    entrada como imposible que Jesucristo
    sea Dios o la realidad de los milagros.
    Esta actitud resulta incompatible con
    la sincera búsqueda de la verdad. La
    distinción entre el “Jesús histórico” y
    el “Cristo de la fe” es una distinción de
    graves consecuencias.

   El mismo nombre de “Jesucristo”, con el que le denominaron desde
   los comienzos, confiesa que “Jesús”, el Hijo único de Dios que vivió
   en Nazaret, es el “Cristo”, el de la fe. La actitud principal de la pri-
   mera tradición cristiana fue la de conservar fielmente el recuerdo de
   las palabras y obras de Jesús.




CR 5 de 43
                                                       INTRODUCCIÓN, 5

   El punto de partida de la cristología (teología) es la fe. El depósito
   de la fe se ha transmitido de dos modos: la Sagrada Escritura y la
   Tradición. Y “el oficio de interpretar auténticamente la palabra de
   Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magiste-
   rio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesu-
   cristo” (Dei Verbum 10
             Dei           10).

                    Las ciencias humanas (historia, arqueología, filolo-
                    gía, etc.) tienen su valor (conocer mejor las condi-
                    ciones históricas de la cultura del ambiente de Jesús,
                    los géneros literarios, la composición de los Evange-
                    lios, etc.), siempre que se apliquen de modo científi-
                    co y con rectitud, y no estén viciadas por determi-
                    nadas ideas filosóficas. Ese Jesús que la historia in-
                    vestiga no es un simple hombre, es el Hijo de Dios.




CR 6 de 43
                                         VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 1


   El fin de la Encarnación es la salva-
   ción de los hombres: el Hijo de Dios
   vino “para que el mundo se salve por
   Él” (Jn 3, 17 “para ser salvador del
        Jn 17),
   mundo”(1 Jn 4, 14
            1      14).



   Credo “por nosotros los hombres y
   Credo:
   por nuestra salvación bajó del cielo,
   y por obra del Espíritu Santo se en-
   carnó de María la Virgen y se hizo
   hombre”.




                                                                                      2
03/09/2010




CR 7 de 43
                                        VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 2

     La salvación del hombre comprende dos aspectos unidos: la libera-
     ción del pecado y la comunicación de la vida divina.

      CCE 457 “El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos
           457:
      con Dios”.

    CCE 458 “Se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor
         458:
    de Dios”.

                                 CCE 459 “Se encarnó para ser nuestro
                                     459:
                                 modelo de santidad”.

                                 CCE 460 “Se encarnó para hacernos
                                       460:
                                 ‘partícipes de la naturaleza divina’
                                 (2 P 1, 4)”.
                                  2      4




CR 8 de 43
                                        VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 3


                        El hombre, con sus solas fuerzas, no puede al-
                        canzar la salvación. Después del pecado origi-
                        nal, todos los hombres habían quedado privados
                        de la gloria de Dios, de la amistad de Dios, y
                        esclavos del pecado. Nadie puede ser justificado
                        sino por la gracia de Jesucristo.


     La Encarnación es obra del amor y de la misericordia de Dios. La
     decisión de Dios de salvarnos es absolutamente libre y gratuita.

         La venida del Hijo de Dios al mundo no era necesaria para la
         salvación del hombre.

   El nombre de Jesús quiere decir en hebreo “Dios salva” o “Salvador”.




CR 9 de 43                              VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 4

   Promesas del Redentor: 1) protoevangelio (Gn 3, 15 2) promesa a
                                                  Gn 15);
   Abraham (Gn 12 de darle una tierra y hacerle padre de un gran
                Gn 12)
   pueblo y que por su descendencia serían bendecidas todas las nacio-
   nes de la tierra; 3) confirmación y renovación de la promesa con dis-
   tintos elegidos, concretando la ascendencia del Mesías: descendiente
   de Jacob, de la tribu de Judá, de la familia de David.


    Profecías sobre el Mesías rey: 1) será hijo
    de David y su reino no tendrá fin (Natán:
    2 Sam 7, 12-16 2) especial filiación divina
             12-16);
    (Salmo 2 3) nacerá de una virgen y se lla-
     Salmo 2);
    mará Emmanuel, que significa “Dios con
    nosotros” (Is 7, 14
               Is 14).




                                                                                   3
03/09/2010




CR 10 de 43
                                          VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 5

    Profecías sobre el Mesías rey y profeta: Moisés,
    tipo y figura de todos los profetas. Dt 18, 15-19:
                                                15-19
    Dios enviará “otro profeta” como Moisés que
    enseñará y guiará a su pueblo. Is 61, 1-2: el Me-
                                            1-
    sías será ungido por Dios con el espíritu de los
    profetas para anunciar la salvación a los hombres.

    Profecías sobre el Mesías rey y sacerdote: Salmo 109 (110) el Sal-
                                                             (110):
    vador será a la vez rey y sacerdote. Pero su sacerdocio no es el leví-
    tico. Figura de Cristo: Melquisedec, rey-sacerdote (cfr. Heb 7, 33).

   Profecías sobre el sacrificio de Cristo: Is 42, 49, 50, 52 cantos sobre
                                                           52:
   el “Siervo de Yahvéh”; Salmo 21 (22) “Dios mío, Dios mío, ¿por
                                     (22).
   qué me has abandonado?”.
              “Hijo del hombre”: Dan 7: restaura el reino mesiánico.




CR 11 de 43
                                          VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 6

                     El nombre de Mesías proviene del hebreo “mashiah”
                     que significa “ungido”. Fue traducido al griego por
                     “christós” y latinizado en “christus”. Originalmente
                     se aplicaba al rey de Israel, ungido con aceite en su
                     investidura. Aplicado a David y a su dinastía. Tam-
                     bién a los consagrados para una misión recibida de
                     Dios (sacerdotes y excepcionalmente profetas).


        El Mesías “que Dios enviaría para instaurar definitivamente su
        Reino (...) debía ser ungido por el Espíritu del Señor a la vez
        como rey y sacerdote (cfr. Za 4, 14; 6, 13 pero también como
                                                13),
        profeta (cfr. Is 61, 1 Lc 4, 16-21). Jesús cumplió la esperanza
                             1;      16-21
        mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y
        rey” (CCE 436
              CCE 436).




CR 12 de 43
                                          VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 7


      La Encarnación da sentido a toda la historia. Cristo es el funda-
      mento de toda la historia anterior, que tiene valor salvífico sólo
      por medio de Él y hacia Él se ordena. Así como también Cristo
      es el fundamento de toda la historia posterior, que vive de la
      gracia proveniente de su obra redentora.

                              Gaudium et spes 10 “Cree la Iglesia que la
                                                 10:
                              clave, el centro y el fin de toda la historia
                              humana se halla en su Señor y Maestro”.

                             Cristo es el centro de la historia humana, no
                             en sentido cronológico, sino trascendente: es
                             “el alfa y la omega, el primero y el último,
                             el principio y el fin” (Ap 22, 13
                                                     Ap     13).




                                                                                      4
03/09/2010




CR 13 de 43
                                 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 1

    En el admirable plan de la donación que Dios
    hace de sí mismo a la criatura, la Encarnación
    es el acontecimiento central y culminante, y
    María ha sido la colaboradora con su fe y con
    su amor a la unión de Jesús con la humanidad.

    La Encarnación es obra de la Trinidad. Se
    realiza por el Espíritu Santo en comunión con
    el Hijo.

    María es verdaderamente Madre de Dios. “En efecto, aquél que ella
    concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha he-
    cho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo
    eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad”
    (CCE 495).
     CCE 495




CR 14 de 43
                                 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 2
                      Realidad del cuerpo de Cristo
     El docetismo (ya en el siglo I considera que la materia es mala y,
                                  I)
     en consecuencia, niega que Cristo tuviera un verdadero cuerpo
     material. El cuerpo de Cristo sería sólo aparente: su nacimiento o
     su pasión y muerte no fueron reales sino sólo ficticios e irreales.

                                NT: testimonia que Cristo fue hombre
                                NT
                                verdadero, con un cuerpo real: descien-
                                de de David, fue concebido de María,
                                nació, se cansó, tuvo hambre y sed,
                                durmió, sufrió, derramó su sangre, mu-
                                rió, fue sepultado. Cuerpo de carne y
                                hueso, real y tangible.

      Santos Padres: negar la realidad del cuerpo de Cristo es negar la
                                redención.




 CR 15 de 43
                                 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 3
                       Realidad del alma de Cristo
       Apolinar de Laodicea (siglo IV la humanidad de Cristo estaría
                              siglo IV):
       compuesta solamente de carne y alma sensitiva. El Verbo asu-
       miría la función de alma intelectiva y racional.

    Santos Padres: sin alma (sin inteligencia ni
    voluntad humanas), Cristo no habría redi-
    mido al linaje humano, pues no fue sanado
    lo que no fue asumido.

    Apolinarismo condenado por el Papa San Dá-
    maso y el Concilio Constantinopla I (381
                                         381).

   Verdadera naturaleza humana de Jesús: unión del alma y del cuerpo.




                                                                                   5
03/09/2010




CR 16 de 43
                                 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 4

                        Jesucristo es perfecto Dios
     Adopcionismo: Cristo no era una persona di-
     vina, sino un hombre que recibió una “dyna-
     mis” o fuerza divina en el Bautismo que lo
     hace un hombre superior. No es Hijo de Dios
     por naturaleza, sino sólo por adopción (ej.:
     Pablo de Samosata, obispo de Antioquía, con-
     denado y depuesto de su cargo en el año 268
                                             268).

   Arrio (256-336 Subordinacionismo extremo: Hijo creado de la
          256-336):
   nada, criatura a través de la cual se hicieron las demás cosas. Conde-
   nado en Nicea I (325 Cristo es “homousios”, consustancial al Padre.
                     325):

   Siglo XIX y XX: negación de la divinidad del “Jesús de la historia”.
   Pío X condenó el modernismo (Enc. Pascendi, 1907
                                                 1907).




CR 17 de 43
                                 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 5
                   NT: prerrogativas divinas de Jesús:
   - Es superior a la Ley: señor del sábado (Mt 12, 1-8).
                                             Mt     1-
   - Es superior a los profetas y reyes (Jonás y Salomón: Mt 12, 41-42
                                                                   41-42).
   - Perdona los pecados, poder exclusivo de Dios.
   - Se equipara con Dios en la autoridad (“...Pero Yo os digo...”).
   - Pide fe (Jn 14, 1 y amor por encima de todo (Mt 10, 37 que sólo
              Jn     1)                             Mt       37)
   Dios puede exigir, y su aceptación es requisito para la salvación
   (Mt 10, 32 Incluso pide que se entregue la vida por Él (Lc 17, 33
    Mt      32).                                              Lc     33).
                      NT: su preexistencia al mundo:

   Jn 17, 5 “gloria que tuve junto a ti antes de que el mundo existiera”;
          5:
   Col 1, 15-17 creador y conservador del mundo; muchos textos que
          15-17:
   afirman que ha venido enviado por su Padre: viene “del cielo” (Jn 3,
                                                                   Jn
   13), “de lo alto” (Jn 8, 23 “ha salido de Dios Padre” (Jn 8, 42 etc..
   13                 Jn 23);                             Jn 42),




CR 18 de 43                      REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 6
                   NT: igualdad de Jesús con el Padre:
                         Como el Padre actúa siempre, así Jesús da la
                         vida y la salud, incluso en sábado (Jn 5, 17
                                                             Jn 17).

                         Jn 8, 19 “Si me conocierais a mí conoceríais
                               19:
                         también al Padre”; Jn 10, 38 “El Padre está
                                                     38:
                         en mí, y yo en el Padre”; Jn 14, 9 “El que me
                                                           9:
                         ha visto a mí ha visto al Padre”.

                         Jn 10, 30 “El Padre y yo somos una sola cosa”.
                                30:
     NT: afirmaciones explícitas y directas de su condición divina:
  Prólogo del Evangelio de San Juan; Rom 9, 5 (“el cual es sobre todas
  las cosas Dios bendito por los siglos”); Flp 2, 5-8 (“siendo de condi-
                                                  5-
  ción divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios...”); Tit 2, 13-14
                                                                     13-
  (“esperamos la manifestación gloriosa del gran Dios (...) Jesucristo”).




                                                                                     6
03/09/2010




CR 19 de 43
                                REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 7
                “Hijo de Dios” en la Sagrada Escritura:
   AT: título dado a los ángeles (Dt 32, 8 al pueblo elegido (Ex 4, 22
                                   Dt    8),                  Ex 22),
   y a sus reyes (2 Sam 7, 14 Significa entonces una relación particu-
                  2         14).
   lar entre Dios y su criatura. También cuando llama “hijo de Dios” al
   Mesías (Salmo 2, 7 los judíos entendían que era un hombre singular-
             Salmo 7)
   mente bendecido por Dios, y no Hijo único de Dios por naturaleza.

   NT: - Lo que vimos ya muestra que Jesús se declaraba
   Hijo de Dios en cuanto verdadero Dios nacido del Pa-
   dre: los judíos lo entendían así y querían matarle por
   eso; - Jesús distingue: “mi Padre... vuestro Padre”
   (Jn 20, 17 - Él es “hijo propio” (Rom 8, 3 y Unigé-
    Jn      17);                       Rom 3)
   nito (Jn 3, 16. 18 del Padre; - Mt 11, 27 “Nadie co-
         Jn         18)                     27:
   noce al Hijo sino el Padre, ni nadie conoce al Padre
   sino el Hijo...”.




CR 20 de 43
                            UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 1

    Nestorio (patriarca de Constantinopla, 428 María no sería Madre
                                            428):
    de Dios porque en Jesús habría dos personas: una divina y otra hu-
    mana, y María sería madre de la persona humana de Cristo. La
    unión entre la naturaleza divina y la humana sería sólo una unión
    moral entre dos sujetos. Identidad de voluntad, pero no se podría
    decir que el Hijo de Dios nació de María, murió, etc..

                               Refutado por San Cirilo de Alejandría
                               y condenado por Éfeso (431 Unión
                                                        431).
                               de las dos naturalezas de Cristo en la
                               Persona (hipóstasis) divina del Verbo,
                               única en Cristo. Por eso María es ver-
                               daderamente Madre de Dios: de Ella
                               nació el Verbo según la carne.




CR 21 de 43                 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 2


     Monofisismo: Eutiques, superior de un mo-
     nasterio de Constantinopla (s. V), afirma que
                                  s. V
     después de la Encarnación hay una sola natu-
     raleza en Cristo, compuesta de la divina y la
     humana, aunque la humana habría sido absor-
     bida en la infinita persona del Hijo de Dios.

   Condenado por San León Magno (440-461 y Calcedonia (451
                                       440-461)                 451):
   “Hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesu-
   cristo: perfecto en la divinidad, y perfecto en la humanidad; ver-
   daderamente Dios y verdaderamente hombre (...). Se ha de recono-
   cer a un solo y mismo Cristo Señor, Hijo único del Padre, en dos
   naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación.
   (...) Quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas”.




                                                                                   7
03/09/2010




CR 22 de 43
                             UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 3

   Una hipóstasis o individuo es una substancia individual completa,
   subsistente en sí misma, independiente en su ser de otros individuos.
   => Se llaman “personas” a las hipóstasis más dignas, los seres racio-
   nales que son dueños de sus actos.

     Naturaleza es la esencia en cuanto principio de operaciones (ej.:
     la naturaleza de Pedro es su condición humana con sus facultades
     propias por las que actúa como hombre).

   La distinción entre una naturaleza y la
   persona que la posee es una distinción
   entre una parte y el todo. Ej.: Pedro es
   la persona, el todo, y la naturaleza es
   una parte de él que le especifica.




 CR 23 de 43                 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 4

                          La unión de las dos naturalezas en Cristo es
                          una unión hipostática (en la persona). No
                          tiene semejanza con ninguna otra unión. La
                          conocemos por la fe.

                          La naturaleza humana de Cristo es íntegra y
                          perfecta, pero no es una persona humana, ni
                          es un sujeto distinto del Verbo.

   Constantinopla II (553) “confesó a propósito de Cristo: ‘No hay más
   que una sola hipóstasis (o persona) que es nuestro Señor Jesucristo,
   uno de la Trinidad’. Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristo
   debe ser atribuido a su persona divina como a su propio sujeto, no
   solamente los milagros sino también los sufrimientos y la misma
   muerte” (CCE 468
             CCE 468).




CR 24 de 43                  UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 5

   La Encarnación no supuso cambio alguno en el Hijo de Dios, que
   es inmutable. Sólo hay cambio en la naturaleza humana que comien-
   za a existir elevada inefablemente a la unión personal con el Verbo.

   La Persona de Cristo no es causada por la unión de las dos naturale-
   zas, sino que es eterna. Cristo no “es” o existe por su naturaleza hu-
   mana, sino que por ella “es hombre”.

                     Cristo en cuanto hombre no es hijo adoptivo por la
                     gracia que tiene, pues su humanidad no constituye
                     ningún sujeto personal que pudiera ser hijo.

                   El Hijo de Dios (Persona) es Hijo de María, pues ha
                   nacido verdaderamente de Ella según su naturaleza
                   humana. Nacen personas, no naturalezas.




                                                                                    8
03/09/2010




CR 25 de 43                   UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 6

   Para unos autores recientes la personalidad consis-
   tiría en la apertura de la conciencia humana al ser
   en general, al infinito, o sea a Dios. Pero entonces,
   como en Cristo hay un centro de conciencia huma-
   no referido a otro centro de conciencia divino, ha-
   bría dos subjetividades en Él: una divina (Dios),
   otra humana (Cristo). Jesús será un hombre en quien
   tiene lugar la revelación suprema de Dios.

   Esas teorías reducen la realidad de un ser a uno de sus actos: la per-
   sona sería la simple conciencia de sí. Lo cual es un error, pues toda
   operación vital -como lo es la conciencia- requiere un sujeto operan-
   te, que es la persona. La persona no se identifica con su conciencia,
   ni se constituye por ella: la persona es quien tiene esa conciencia de
   sí.




CR 26 de 43                   UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 7

      El Hijo de Dios ha hecho partícipe a la humanidad asumida de la
      dignidad de su persona: al expresar el misterio de la Encarnación
      se da una especie de comunicación de propiedades entre lo huma-
      no y lo divino, que se llama “communicatio idiomatum”.

     A la única persona de Cristo hay que atribuir tanto todas las pro-
     piedades y acciones de su naturaleza divina como las de su natura-
     leza humana (ej.: se puede decir “Dios ha nacido de María” o “ha
     muerto por nosotros”).

     No se puede atribuir a una naturaleza de Cristo
     las propiedades y acciones de la otra (ej.: no se
     puede decir que la divinidad ha nacido en el
     tiempo). Sí se puede reduplicar: “Jesús, en cuan-
     to Dios...”; “el Hijo de Dios, en cuanto hombre...”.




CR 27 de 43
                                 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 1

   La humanidad de Cristo es el adecuado instrumento indisoluble-
   mente unido al Verbo para la obra salvífica. Es un instrumento vivo
   y racional, no inerte o pasivo.

    Cuanto más unido se está con Dios, más se participa de su bondad
    y más abundantes bienes se reciben. No hay unión más íntima con
    Dios que la unión en una persona divina. De ahí que Cristo en su
    humanidad esté lleno de los dones divinos: su naturaleza humana
    pertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la
    ha asumido (cfr. CCE 470
                          470).

    El Hijo de Dios no asumió aquellos defectos o li-
    mitaciones que dificultarían la obra salvífica (peca-
    do, ignorancia...). Sí asumió aquellas limitaciones
    de nuestra naturaleza que sirven al fin de la Encar-
    nación y que no son defecto moral (dolor...).




                                                                                    9
03/09/2010




CR 28 de 43
                                 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 2

     Santidad en el AT: alguien o algo es santo en sentido ontológico
     en la medida que está unido a Dios, le pertenece, y está destinado
     o consagrado a su servicio exclusivo (el Templo, el sábado, el
     pueblo de Dios...). En el NT, esta noción se enriquece con la de
     una participación en la vida divina por acción del Espíritu Santo
     que transforma al hombre interiormente, lo diviniza, lo purifica
     del pecado.

                      En sentido operativo y moral se dice que es santo
                      quien vive establemente la unión sobrenatural
                      con Dios por la fe y el amor.

                      Cristo es santo no sólo en cuanto Dios, sino tam-
                      bién en cuanto hombre.




CR 29 de 43
                                 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 3

    Por la unión hipostática, la humanidad de Cristo
    tiene la santidad infinita del Verbo. Así en cuanto
    hombre, Cristo es santo porque su humanidad está
    unida al Verbo y le pertenece. Ese don a la natura-
    leza humana de Cristo se llama “gracia de unión”.

    Cristo en cuanto hombre también es santo por la gracia habitual,
    conveniente porque su humanidad no es santa por sí misma ni se ha
    transformado en divina (distinción de las dos naturalezas). Llega a
    ser divina y santa por participación. Cristo tiene plenitud de gra-
    cia santificante porque la unión de su humanidad a Dios es la más
    estrecha imaginable. Jesús poseía la gracia con toda la perfección
    posible: con todos los efectos, virtudes, dones y operaciones que
    ésta puede tener y alcanzar. Todas las gracias que tienen los hom-
    bres provienen de Él. Esa plenitud se llama “gracia capital”.




CR 30 de 43                      LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 4

    La gracia diviniza al                       extiende a las potencias
    alma en su esencia.                         del alma por las virtu-
    Esta divinización se                        des sobrenaturales.

    Cristo en cuanto hombre está plenamente divinizado por la gracia
    habitual: por eso no podían faltarle las virtudes infusas en grado
    máximo y perfecto. Pero no tuvo aquellas virtudes que suponen
    en sí mismas alguna carencia o imperfección (fe: ya poseía la vi-
    sión de Dios; esperanza: ya tenía la unión con Dios; penitencia: no
    tuvo pecado).

   A causa de su plenitud de gracia, Cristo poseía los dones del Espíri-
   tu Santo en grado excelentísimo y eminente, y todos los carismas
   que han tenido los hombres para alguna misión de edificación de los
   demás (apóstoles, profetas, predicadores, doctores, pastores, etc.).




                                                                                  10
03/09/2010




CR 31 de 43
                                  LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 5


                 Jesús es santo también en sentido opera-
                 tivo y moral: completa identificación de
                 su voluntad humana con su voluntad di-
                 vina, en lo grande y en lo pequeño.

   El Magisterio ha enseñado en varias ocasiones que Cristo no tuvo
   pecado, es “semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado” (ej.:
   Calcedonia, 451 y estuvo libre también del pecado original y del
                451);
   “fomes peccati”, por lo que en Él la sensibilidad estaba siempre per-
   fectamente subordinada a la razón (ej.: Constantinopla II, 553
                                                                553).
     Cristo no sólo no tuvo pecado de hecho, sino que era impecable,
     porque las acciones son de la persona. Si Cristo pudiera pecar,
     sería Dios quien pecaría. Además Cristo gozaba de la visión de
     Dios, que supone la imposibilidad de rechazar el Bien infinito.




CR 32 de 43
                                  LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 6

      Como Cristo tiene dos naturalezas perfectas, tiene dos modos de
      conocer, uno infinito y divino y otro humano.
                    Conocimiento humano de Cristo
   Gaudium et spes 22 El Hijo de Dios “trabajó con manos de hombre,
                    22:
   pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre,
   amó con corazón de hombre”.


   Tuvo ciencia adquirida (parte de los sentidos y de
   la experiencia), ciencia de visión (visión beatífica
   propia de los bienaventurados: Jn 8, 38 “Yo digo
                                         38:
   lo que veo en el Padre”) y ciencia infusa o proféti-
   ca (proviene directamente de Dios por la comuni-
   cación de algunas ideas a la mente humana).




CR 33 de 43
                                  LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 7

     La crítica histórica, el protestantismo liberal y el modernismo, han
     sostenido que Jesús padecía error en cuanto a la fecha del fin del
     mundo y en cuanto a la naturaleza de su mesianismo. Teorías
     condenadas por San Pío X (Enc. Pascendi, 1907  1907).

                        La existencia de un error en Cristo implicaría
                        que no es Dios, que no es la Verdad. No tuvo
                        ni error ni ignorancia.

                        Padres: Cristo no ignoraba la fecha del fin del
                        mundo, sino que ni quería ni debía revelarla.
                        => CCE 474 “Lo que reconoce ignorar en este
                                 474:
                        campo (cfr. Mc 13, 32 declara en otro lugar no
                                            32),
                        tener misión de revelarlo (cfr. Hch 1, 7
                                                               7)”.




                                                                                   11
03/09/2010




CR 34 de 43                       LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 8


                         A partir del siglo XX, especial interés por la
                         conciencia que Jesús tenía de sí mismo: si se
                         sabía Hijo de Dios y Mesías. Unos autores
                         niegan que tuviera conciencia de su divinidad.
                         Otros sostienen que desde una inicial ignoran-
                         cia, iría poco a poco tomando conciencia de
                         ser Hijo de Dios y Salvador del mundo.

   Jesús en su conciencia humana tenía un claro y verdadero conoci-
   miento de sí: Hijo de Dios venido al mundo para salvarnos. En NT
   se ve ya cuando tenía 12 años: “¿No sabíais que yo debía estar en
   la casa de mi Padre?” (Lc 2, 49 Además, nunca aparece un yo hu-
                          Lc 49).
   mano de Jesús y otro yo del Hijo de Dios. Y Jesús utiliza a menudo
   la expresión revelada a Moisés, “Yo soy”, manifestando que es Dios.




CR 35 de 43                               OTRAS CARACTERÍSTICAS, 1

                            Monoenergetismo: para ganarse a los mo-
                            nofisitas, Sergio de Constantinopla (inicio
                            s. VII enseñó que Cristo tenía una única
                               VII)
                            operación. Monotelismo: buscando la uni-
                            dad religiosa, el Emperador Heraclio dejó
                            de hablar del monoenergetismo y pasó a
                            sostener que había una sola voluntad en
                            Cristo. Lo impuso a toda la Iglesia (638
                                                                 638).


   Máximo el Confesor consiguió que el Papa Martín I convocara un
   concilio en Letrán (649 que condenó ambos errores. En el año 681
                          649)                                        681,
   el concilio ecuménico de Constantinopla III los condenó solemne-
   mente: “se dan en Él (Cristo) dos voluntades y dos operaciones na-
   turales, sin división, sin cambio, sin separación, sin confusión”.




CR 36 de 43                               OTRAS CARACTERÍSTICAS, 2

    El Verbo asumió una naturaleza humana per-
    fecta, y la voluntad libre pertenece, de modo
    esencial, a la integridad y perfección de la natu-
    raleza humana. Así tiene un querer divino
    común con el Padre y el Espíritu Santo, propio
    de la naturaleza divina, y un querer humano
    propio de su naturaleza humana asumida, que
    no comparte con el Padre y el Espíritu Santo.

    Libertad humana de Cristo: “Doy mi vida para tomarla de nuevo.
    Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente” (Jn 10, 17
                                                       Jn     17).

    Que Cristo sea libre no significa que pudiera pecar. Elige siempre
    el bien con dominio sobre sus actos porque su libertad es perfecta.
    Querer el mal, no es lo propio de la libertad, aunque sea un signo de
    libertad, como el error no es conocimiento.




                                                                                    12
03/09/2010




CR 37 de 43
                                         OTRAS CARACTERÍSTICAS, 3


    La voluntad humana de Cristo siempre “sigue a su voluntad divina
    sin hacerle resistencia ni oposición, sino que, por el contrario, está
    siempre subordinada a esta voluntad omnipotente” (Constantinopla
                                                         Constantinopla
    III, 681
         681).

    En Getsemaní, cuando Jesús dice: “No se
    cumpla mi voluntad, sino la tuya” (Mt 26,
                                         Mt
    39), no hay oposición de voluntades, sino
    39
    que su inclinación sensible o su sensibilidad
    podían apetecer algún bien distinto del querer
    divino, pero estaban enteramente sometidas
    a él por el acto libre de su voluntad racional
    humana.




CR 38 de 43
                                         OTRAS CARACTERÍSTICAS, 4

   Constantinopla III, 681 confesó “dos operaciones naturales sin di-
   visión, sin cambio, sin separación, sin confusión, en el mismo Señor
   nuestro Jesucristo, nuestro verdadero Dios, esto es, una operación
   divina y otra operación humana”.

                     Santo Tomás de Aquino (Compendium theolo-
                                               Compendium theolo-
                     giae, c. 212, n. 419 “La naturaleza es el princi-
                                      419):
                     pio de la operación. Por eso en Cristo no hay una
                     sola operación por ser un único sujeto, sino dos
                     operaciones porque son dos las naturalezas”.

    Como todo hombre, puede realizar todas las acciones humanas na-
    turales y como todo hombre en estado de gracia puede realizar
    obras sobrenaturales. Todas estas acciones son propias de la se-
    gunda Persona de la Santísima Trinidad.




CR 39 de 43
                                         OTRAS CARACTERÍSTICAS, 5


                          Como las acciones humanas de Cristo eran
                          libres y nacían del inmenso amor al Padre
                          que el Espíritu Santo había infundido en su
                          alma, todas ellas eran meritorias, es decir,
                          eran dignas de alcanzar el fin al que las
                          había ordenado el designio divino.


    Antes de su Resurrección, Cristo mereció para sí mismo aquellos
    bienes que aún no poseía (glorificación y exaltación de su huma-
    nidad). También mereció para nosotros la salvación. Mereció la
    gracia para todos los hombres, pues a este fin estaba ordenada
    la Encarnación del Verbo.




                                                                                    13
03/09/2010




CR 40 de 43                               OTRAS CARACTERÍSTICAS, 6
   Las acciones humanas de Cristo en cuanto son instrumentos de la
                            divinidad
   En el orden físico: se sirve de gestos y palabras humanas para hacer
   milagros. Estas acciones humanas en cuanto son instrumentos de la
   divinidad para realizar obras propias de la omnipotencia divina se
   llaman en teología “teándricas”. En el orden espiritual, la divinidad
   se sirvió de su querer humano y de sus palabras para perdonar los
   pecados, y de sus acciones humanas para comunicar la gracia.


                       En todas estas acciones la causa eficiente princi-
                       pal es la naturaleza y el poder del Verbo, que
                       tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo;
                       y la humanidad de Cristo es la causa instrumen-
                       tal.




CR 41 de 43
                                          OTRAS CARACTERÍSTICAS, 7

   Cristo tuvo aquellos sentimientos y pasiones propios de la naturale-
   za humana compatibles con la plenitud de gracia y que servían a
   nuestra redención: alegría de las obras de su Padre (Lc 10, 21 y
                                                        Lc     21)
   de saberse amado del Padre (Jn 15, 10 deseos ardientes de nuestra
                                 Jn     10);
   redención (Lc 12, 50 y de quedarse en la Eucaristía (Lc 22, 15
               Lc      50)                               Lc     15);
   tristeza al contemplar los sufrimientos
   de su Pasión y el pecado de los suyos
   (Mt 26, 38 dolor del alma hasta llo-
    Mt      38);
   rar por la muerte de Lázaro (Jn 11, 33-
                                  Jn    33-
   35); ira ante la hipocresía de algunos
   35
   (Mc 3, 5 y los mercaderes en el Templo
    Mc 5)
   (Mt 21, 12 etc..
    Mt      12),

    En Cristo la razón controlaba perfectamente sentimientos y pasio-
    nes, toda su afectividad.




CR 42 de 43
                                          OTRAS CARACTERÍSTICAS, 8


      En Jesús no faltó la virtud natural, de la
      que derivan todas las demás, que es el amor,
      y que es sobrenaturalizado por la caridad.
      Éste ha sido el motor de su vida, y la clave de
      la armonía y unidad de todo su ser: su amor y
      entrega al Padre y a nosotros.


   CCE 478 “Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta
         478:
   razón, el Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros peca-
   dos y para nuestra salvación, ‘es considerado como el principal indi-
   cador y símbolo (...) del amor con que el divino Redentor ama conti-
   nuamente al eterno Padre y a todos los hombres’ (Pío XII, Enc.
   Haurietis aquas, 1956
                     1956)”.




                                                                                   14
03/09/2010




CR 43 de 43
                                OTRAS CARACTERÍSTICAS, 9

              Los Evangelios no nos han transmitido ninguna
              descripción directa sobre el rostro y el aspecto
              físico de María y de Cristo. De modo indirecto
              nos sugieren algunos datos sobre la fisonomía
              de Jesús: debió de tener una presencia agradable,
              amable para que muchos acudieran a Él, y le lle-
              varan niños para que les impusiera las manos;
              unos modales dignos que inspiraban el afecto de
              personas de toda condición; una mirada que re-
              movió a los Apóstoles para que lo siguieran de-
              jando todas las cosas...

              Quizá Dios permitió que no tuviéramos una des-
              cripción de Jesús para que no fuéramos atraídos a
              Él por motivos meramente humanos.




                                                                         15

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Cristologia leccion1
Cristologia leccion1Cristologia leccion1
Cristologia leccion1Jose Otero
 
La identidad de Jesús - ¿es Dios o no?
La identidad de Jesús - ¿es Dios o no?La identidad de Jesús - ¿es Dios o no?
La identidad de Jesús - ¿es Dios o no?antso
 
Cristología - El verbo encarnado
Cristología - El verbo encarnadoCristología - El verbo encarnado
Cristología - El verbo encarnadofaropaideia
 
El Misterio De La Encarnación
El Misterio De La EncarnaciónEl Misterio De La Encarnación
El Misterio De La EncarnaciónGermán Vallejos
 
Tema 5, 2º ESO: Galilea, Jesús apuesta por nosotros
Tema 5, 2º ESO: Galilea, Jesús apuesta por nosotrosTema 5, 2º ESO: Galilea, Jesús apuesta por nosotros
Tema 5, 2º ESO: Galilea, Jesús apuesta por nosotrosVanessa Silvano Prieto
 
Introducción a la Cristología
Introducción a la CristologíaIntroducción a la Cristología
Introducción a la Cristologíafaropaideia
 
Cristologia 01 introduccion
Cristologia 01 introduccionCristologia 01 introduccion
Cristologia 01 introduccionSALOMON345
 
Cristología para empezar
Cristología para empezarCristología para empezar
Cristología para empezarIurisalbus
 
Curso de la persona de Jesús, Cristologia.
Curso de la persona de Jesús, Cristologia.Curso de la persona de Jesús, Cristologia.
Curso de la persona de Jesús, Cristologia.Alberto Motta Ochoa
 
HEREJIAS CRISTOLÓGICAS
HEREJIAS CRISTOLÓGICASHEREJIAS CRISTOLÓGICAS
HEREJIAS CRISTOLÓGICASrorromc
 

La actualidad más candente (20)

Cristologia leccion1
Cristologia leccion1Cristologia leccion1
Cristologia leccion1
 
Cristologia
CristologiaCristologia
Cristologia
 
La identidad de Jesús - ¿es Dios o no?
La identidad de Jesús - ¿es Dios o no?La identidad de Jesús - ¿es Dios o no?
La identidad de Jesús - ¿es Dios o no?
 
Cristología - El verbo encarnado
Cristología - El verbo encarnadoCristología - El verbo encarnado
Cristología - El verbo encarnado
 
El Misterio De La Encarnación
El Misterio De La EncarnaciónEl Misterio De La Encarnación
El Misterio De La Encarnación
 
Tema 5, 2º ESO: Galilea, Jesús apuesta por nosotros
Tema 5, 2º ESO: Galilea, Jesús apuesta por nosotrosTema 5, 2º ESO: Galilea, Jesús apuesta por nosotros
Tema 5, 2º ESO: Galilea, Jesús apuesta por nosotros
 
Introducción a la Cristología
Introducción a la CristologíaIntroducción a la Cristología
Introducción a la Cristología
 
Cristologia 01 introduccion
Cristologia 01 introduccionCristologia 01 introduccion
Cristologia 01 introduccion
 
Cristología para empezar
Cristología para empezarCristología para empezar
Cristología para empezar
 
Curso de la persona de Jesús, Cristologia.
Curso de la persona de Jesús, Cristologia.Curso de la persona de Jesús, Cristologia.
Curso de la persona de Jesús, Cristologia.
 
el credo
el credoel credo
el credo
 
Clase 2 de Cristologia
Clase 2 de CristologiaClase 2 de Cristologia
Clase 2 de Cristologia
 
08 Jesucristo
08 Jesucristo08 Jesucristo
08 Jesucristo
 
Credo ppt
Credo pptCredo ppt
Credo ppt
 
HEREJIAS CRISTOLÓGICAS
HEREJIAS CRISTOLÓGICASHEREJIAS CRISTOLÓGICAS
HEREJIAS CRISTOLÓGICAS
 
TEMA 10 _EL MISTERIO DE LA ENCARNACION_
TEMA 10 _EL MISTERIO DE LA ENCARNACION_TEMA 10 _EL MISTERIO DE LA ENCARNACION_
TEMA 10 _EL MISTERIO DE LA ENCARNACION_
 
Cristología
Cristología Cristología
Cristología
 
Trabajo de Cristologia sistematica
Trabajo de Cristologia sistematicaTrabajo de Cristologia sistematica
Trabajo de Cristologia sistematica
 
09 La Encarnacion
09 La Encarnacion09 La Encarnacion
09 La Encarnacion
 
08 Jesucristo
08 Jesucristo08 Jesucristo
08 Jesucristo
 

Destacado (8)

Teologia espiritual
Teologia espiritualTeologia espiritual
Teologia espiritual
 
Conocer la biblia todo
Conocer la biblia todoConocer la biblia todo
Conocer la biblia todo
 
Moral especial total
Moral especial totalMoral especial total
Moral especial total
 
Doctrina social total
Doctrina social totalDoctrina social total
Doctrina social total
 
Mariologia
MariologiaMariologia
Mariologia
 
Teologia espiritual
Teologia espiritualTeologia espiritual
Teologia espiritual
 
Matrimonio y familia
Matrimonio y familiaMatrimonio y familia
Matrimonio y familia
 
Iglesia total
Iglesia totalIglesia total
Iglesia total
 

Similar a Cristologia

Catecismo de la Iglesia - Cuarta Sesion - Antonio Ribas Ribas OCD
Catecismo de la Iglesia - Cuarta Sesion - Antonio Ribas Ribas OCDCatecismo de la Iglesia - Cuarta Sesion - Antonio Ribas Ribas OCD
Catecismo de la Iglesia - Cuarta Sesion - Antonio Ribas Ribas OCDec2s3
 
Cristologia 02 venida del hijo de Dios
Cristologia 02 venida del hijo de DiosCristologia 02 venida del hijo de Dios
Cristologia 02 venida del hijo de Diosptrinidad1981
 
Cristologia 02 venida del hijo de dios
Cristologia 02 venida del hijo de diosCristologia 02 venida del hijo de dios
Cristologia 02 venida del hijo de diosteresajornet2011
 
El sábado enseñaré | Lección 3 | ¿Quién es Jesucristo? | Escuela Sabática 2015
El sábado enseñaré | Lección 3 | ¿Quién es Jesucristo? | Escuela Sabática 2015El sábado enseñaré | Lección 3 | ¿Quién es Jesucristo? | Escuela Sabática 2015
El sábado enseñaré | Lección 3 | ¿Quién es Jesucristo? | Escuela Sabática 2015jespadill
 
Herejias CristolóGicas
Herejias CristolóGicasHerejias CristolóGicas
Herejias CristolóGicascesarmes
 
Milágros de Jesús segunda parte
Milágros de Jesús  segunda parteMilágros de Jesús  segunda parte
Milágros de Jesús segunda parteBlanca1206
 
III Unidad El reino de los Cielos!.pptx
III Unidad El reino de los Cielos!.pptxIII Unidad El reino de los Cielos!.pptx
III Unidad El reino de los Cielos!.pptxRonalStevenPinznGuer
 
Clase 1.clase introductoria
Clase 1.clase introductoriaClase 1.clase introductoria
Clase 1.clase introductoriaLUISE195
 
08 jesucristo-1194621656378392-4
08 jesucristo-1194621656378392-408 jesucristo-1194621656378392-4
08 jesucristo-1194621656378392-4Gustavo Alvarez
 
Soteriología 05
Soteriología 05 Soteriología 05
Soteriología 05 tiotavio
 
Cristologia 05
Cristologia 05 Cristologia 05
Cristologia 05 tiotavio
 
Cristologia[1].pptx
Cristologia[1].pptxCristologia[1].pptx
Cristologia[1].pptxNimajnebAlej
 

Similar a Cristologia (20)

Catecismo de la Iglesia - Cuarta Sesion - Antonio Ribas Ribas OCD
Catecismo de la Iglesia - Cuarta Sesion - Antonio Ribas Ribas OCDCatecismo de la Iglesia - Cuarta Sesion - Antonio Ribas Ribas OCD
Catecismo de la Iglesia - Cuarta Sesion - Antonio Ribas Ribas OCD
 
Cristologia 02 venida del hijo de Dios
Cristologia 02 venida del hijo de DiosCristologia 02 venida del hijo de Dios
Cristologia 02 venida del hijo de Dios
 
Cristologia 02 venida del hijo de dios
Cristologia 02 venida del hijo de diosCristologia 02 venida del hijo de dios
Cristologia 02 venida del hijo de dios
 
La deidad de Cristo
La deidad de CristoLa deidad de Cristo
La deidad de Cristo
 
Módulo 7
Módulo 7Módulo 7
Módulo 7
 
Presentación1.pptx
Presentación1.pptxPresentación1.pptx
Presentación1.pptx
 
Cristo Entre Nosotros
Cristo Entre NosotrosCristo Entre Nosotros
Cristo Entre Nosotros
 
Cristo entre nosotros
Cristo entre nosotrosCristo entre nosotros
Cristo entre nosotros
 
El sábado enseñaré | Lección 3 | ¿Quién es Jesucristo? | Escuela Sabática 2015
El sábado enseñaré | Lección 3 | ¿Quién es Jesucristo? | Escuela Sabática 2015El sábado enseñaré | Lección 3 | ¿Quién es Jesucristo? | Escuela Sabática 2015
El sábado enseñaré | Lección 3 | ¿Quién es Jesucristo? | Escuela Sabática 2015
 
Herejias CristolóGicas
Herejias CristolóGicasHerejias CristolóGicas
Herejias CristolóGicas
 
Milágros de Jesús segunda parte
Milágros de Jesús  segunda parteMilágros de Jesús  segunda parte
Milágros de Jesús segunda parte
 
1. CRISTOLOGÍA
1. CRISTOLOGÍA 1. CRISTOLOGÍA
1. CRISTOLOGÍA
 
III Unidad El reino de los Cielos!.pptx
III Unidad El reino de los Cielos!.pptxIII Unidad El reino de los Cielos!.pptx
III Unidad El reino de los Cielos!.pptx
 
Clase 1.clase introductoria
Clase 1.clase introductoriaClase 1.clase introductoria
Clase 1.clase introductoria
 
08 jesucristo-1194621656378392-4
08 jesucristo-1194621656378392-408 jesucristo-1194621656378392-4
08 jesucristo-1194621656378392-4
 
08-9.JesucristoDios-hombre-Plus.ppt
08-9.JesucristoDios-hombre-Plus.ppt08-9.JesucristoDios-hombre-Plus.ppt
08-9.JesucristoDios-hombre-Plus.ppt
 
Credo en Jesucristo...
Credo en Jesucristo...Credo en Jesucristo...
Credo en Jesucristo...
 
Soteriología 05
Soteriología 05 Soteriología 05
Soteriología 05
 
Cristologia 05
Cristologia 05 Cristologia 05
Cristologia 05
 
Cristologia[1].pptx
Cristologia[1].pptxCristologia[1].pptx
Cristologia[1].pptx
 

Más de clasesteologia

Omnes Febrero 2022-4-5.pdf
Omnes Febrero 2022-4-5.pdfOmnes Febrero 2022-4-5.pdf
Omnes Febrero 2022-4-5.pdfclasesteologia
 
Omnes Febrero ratzinger III.pdf
Omnes Febrero ratzinger III.pdfOmnes Febrero ratzinger III.pdf
Omnes Febrero ratzinger III.pdfclasesteologia
 
Omnes Abril2022-4-5.pdf
Omnes Abril2022-4-5.pdfOmnes Abril2022-4-5.pdf
Omnes Abril2022-4-5.pdfclasesteologia
 
Omnes Marzo 2022-4-5.pdf
Omnes Marzo 2022-4-5.pdfOmnes Marzo 2022-4-5.pdf
Omnes Marzo 2022-4-5.pdfclasesteologia
 
Omnes Abril2022-1-3.pdf
Omnes Abril2022-1-3.pdfOmnes Abril2022-1-3.pdf
Omnes Abril2022-1-3.pdfclasesteologia
 
Omnes Marzo 2022-1-3.pdf
Omnes Marzo 2022-1-3.pdfOmnes Marzo 2022-1-3.pdf
Omnes Marzo 2022-1-3.pdfclasesteologia
 
Ratzinger i omnes 01 2022
Ratzinger i omnes 01 2022Ratzinger i omnes 01 2022
Ratzinger i omnes 01 2022clasesteologia
 
Kierkegaard y la teologia omnes 12 2021
Kierkegaard y la teologia omnes 12 2021Kierkegaard y la teologia omnes 12 2021
Kierkegaard y la teologia omnes 12 2021clasesteologia
 
Newman santo doctor para la iglesia del siglo xxi (palabra)
Newman santo doctor para la iglesia del siglo xxi (palabra)Newman santo doctor para la iglesia del siglo xxi (palabra)
Newman santo doctor para la iglesia del siglo xxi (palabra)clasesteologia
 
Claves teologicas san josemaria (palabra)
Claves teologicas san josemaria (palabra)Claves teologicas san josemaria (palabra)
Claves teologicas san josemaria (palabra)clasesteologia
 
Gustave thils palabra nov 2021
Gustave thils palabra nov 2021Gustave thils palabra nov 2021
Gustave thils palabra nov 2021clasesteologia
 
01 202006 francisco bxvi w
01 202006 francisco bxvi w01 202006 francisco bxvi w
01 202006 francisco bxvi wclasesteologia
 
02b 202007 jp ii salcantay wff
02b  202007 jp ii salcantay wff02b  202007 jp ii salcantay wff
02b 202007 jp ii salcantay wffclasesteologia
 
02 202006 jp ii salcantay wf
02 202006 jp ii salcantay wf02 202006 jp ii salcantay wf
02 202006 jp ii salcantay wfclasesteologia
 
03 202006 juan xxiii y pablo vi wf
03 202006 juan xxiii y pablo vi wf03 202006 juan xxiii y pablo vi wf
03 202006 juan xxiii y pablo vi wfclasesteologia
 
05 20200721 papa francisco wfinal
05 20200721 papa francisco wfinal05 20200721 papa francisco wfinal
05 20200721 papa francisco wfinalclasesteologia
 
03 mes de mayo guadalupe2020 w
03 mes de mayo guadalupe2020 w03 mes de mayo guadalupe2020 w
03 mes de mayo guadalupe2020 wclasesteologia
 
02 mes de mayo lourdes 2020 wf
02 mes de mayo lourdes 2020 wf02 mes de mayo lourdes 2020 wf
02 mes de mayo lourdes 2020 wfclasesteologia
 

Más de clasesteologia (20)

Omnes Febrero 2022-4-5.pdf
Omnes Febrero 2022-4-5.pdfOmnes Febrero 2022-4-5.pdf
Omnes Febrero 2022-4-5.pdf
 
Omnes Febrero ratzinger III.pdf
Omnes Febrero ratzinger III.pdfOmnes Febrero ratzinger III.pdf
Omnes Febrero ratzinger III.pdf
 
Omnes Abril2022-4-5.pdf
Omnes Abril2022-4-5.pdfOmnes Abril2022-4-5.pdf
Omnes Abril2022-4-5.pdf
 
Omnes Marzo 2022-4-5.pdf
Omnes Marzo 2022-4-5.pdfOmnes Marzo 2022-4-5.pdf
Omnes Marzo 2022-4-5.pdf
 
Omnes Abril2022-1-3.pdf
Omnes Abril2022-1-3.pdfOmnes Abril2022-1-3.pdf
Omnes Abril2022-1-3.pdf
 
Omnes Marzo 2022-1-3.pdf
Omnes Marzo 2022-1-3.pdfOmnes Marzo 2022-1-3.pdf
Omnes Marzo 2022-1-3.pdf
 
Ratzinger i omnes 01 2022
Ratzinger i omnes 01 2022Ratzinger i omnes 01 2022
Ratzinger i omnes 01 2022
 
Kierkegaard y la teologia omnes 12 2021
Kierkegaard y la teologia omnes 12 2021Kierkegaard y la teologia omnes 12 2021
Kierkegaard y la teologia omnes 12 2021
 
Newman santo doctor para la iglesia del siglo xxi (palabra)
Newman santo doctor para la iglesia del siglo xxi (palabra)Newman santo doctor para la iglesia del siglo xxi (palabra)
Newman santo doctor para la iglesia del siglo xxi (palabra)
 
Claves teologicas san josemaria (palabra)
Claves teologicas san josemaria (palabra)Claves teologicas san josemaria (palabra)
Claves teologicas san josemaria (palabra)
 
Gustave thils palabra nov 2021
Gustave thils palabra nov 2021Gustave thils palabra nov 2021
Gustave thils palabra nov 2021
 
01 202006 francisco bxvi w
01 202006 francisco bxvi w01 202006 francisco bxvi w
01 202006 francisco bxvi w
 
02b 202007 jp ii salcantay wff
02b  202007 jp ii salcantay wff02b  202007 jp ii salcantay wff
02b 202007 jp ii salcantay wff
 
02 202006 jp ii salcantay wf
02 202006 jp ii salcantay wf02 202006 jp ii salcantay wf
02 202006 jp ii salcantay wf
 
03 202006 juan xxiii y pablo vi wf
03 202006 juan xxiii y pablo vi wf03 202006 juan xxiii y pablo vi wf
03 202006 juan xxiii y pablo vi wf
 
05 20200721 papa francisco wfinal
05 20200721 papa francisco wfinal05 20200721 papa francisco wfinal
05 20200721 papa francisco wfinal
 
04 202006 pio xii wf
04 202006 pio xii wf04 202006 pio xii wf
04 202006 pio xii wf
 
03 mes de mayo guadalupe2020 w
03 mes de mayo guadalupe2020 w03 mes de mayo guadalupe2020 w
03 mes de mayo guadalupe2020 w
 
02 mes de mayo lourdes 2020 wf
02 mes de mayo lourdes 2020 wf02 mes de mayo lourdes 2020 wf
02 mes de mayo lourdes 2020 wf
 
01 mes de mayo fatima
01 mes de mayo fatima01 mes de mayo fatima
01 mes de mayo fatima
 

Cristologia

  • 1. 03/09/2010 CR 1 de 43 INTRODUCCIÓN, 1 La cristología es una parte de la teolo- gía que trata sobre Cristo. Estudia a Jesucristo como el Verbo encarnado e Hijo de Dios, y a Jesús como nuestro salvador y redentor, tal como nos lo propone la fe de la Iglesia. El misterio de Cristo, que se refiere a su persona y a su obra de salvación, anuda y resume todos los artículos de la fe: los que se refieren a la Trinidad, pues Él es Dios, el Hijo del Padre, y nos revela la Trinidad; y los que se refieren a los designios y obras de Dios, pues Él ha realizado el plan de su voluntad salvífica. CR 2 de 43 INTRODUCCIÓN, 2 Mediante los métodos propios de la historia podemos llegar a conocer cada vez mejor la realidad visible de la vida de Jesús. Pero únicamente mediante la Revelación divina y la fe podemos trascender lo externo y llegar a conocer quién es Él verdadera- mente: “nadie conoce al Hijo sino el Padre” (Mt 11, 27 “nadie Mt 27); puede venir a mí si no le atrae el Padre que me ha enviado” (Jn 6, 44 Jn 44). Jesucristo, mediador y plenitud de toda la Re- velación, no es un mito: es Dios hecho hombre que vivió en un contexto histórico concreto, y los acontecimientos de su vida fueron reales y comprobables. Pero hace falta un conocimiento amoroso de Cristo hasta hacernos semejantes a Él (cfr. CCE 428-429 428-429). CR 3 de 43 INTRODUCCIÓN, 3 Desde finales del siglo XVIII (Ilustración), surge la búsqueda de reconstruir la vida de Jesús con una metodología histórica prescin- diendo de lo que no tiene una explicación racional. Cristo fue un simple hombre: desechar como mito todo lo milagroso. En el siglo XIX, el protestantismo liberal también intentó llegar al “verdadero” Jesús, sólo hombre, contando únicamente con la razón y la ciencia histórica positiva. Se podría conocer muy poco del “Jesús histórico”. Siglo XX: para Rudolf Bultmann la fe en Jesús fue desarrollán- dose por un proceso de mitificación. Habría que estudiar la histo- ria de las formas literarias de los Evangelios y después desmiti- ficar el camino que la fe habría recorrido. Autores posteriores: nuevas aportaciones de la lingüística. Se llega a un Jesús “judío”, taumaturgo, maestro, revolucionario, o profeta escatológico. 1
  • 2. 03/09/2010 CR 4 de 43 INTRODUCCIÓN, 4 Los prejuicios racionalistas excluyen de entrada como imposible que Jesucristo sea Dios o la realidad de los milagros. Esta actitud resulta incompatible con la sincera búsqueda de la verdad. La distinción entre el “Jesús histórico” y el “Cristo de la fe” es una distinción de graves consecuencias. El mismo nombre de “Jesucristo”, con el que le denominaron desde los comienzos, confiesa que “Jesús”, el Hijo único de Dios que vivió en Nazaret, es el “Cristo”, el de la fe. La actitud principal de la pri- mera tradición cristiana fue la de conservar fielmente el recuerdo de las palabras y obras de Jesús. CR 5 de 43 INTRODUCCIÓN, 5 El punto de partida de la cristología (teología) es la fe. El depósito de la fe se ha transmitido de dos modos: la Sagrada Escritura y la Tradición. Y “el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magiste- rio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesu- cristo” (Dei Verbum 10 Dei 10). Las ciencias humanas (historia, arqueología, filolo- gía, etc.) tienen su valor (conocer mejor las condi- ciones históricas de la cultura del ambiente de Jesús, los géneros literarios, la composición de los Evange- lios, etc.), siempre que se apliquen de modo científi- co y con rectitud, y no estén viciadas por determi- nadas ideas filosóficas. Ese Jesús que la historia in- vestiga no es un simple hombre, es el Hijo de Dios. CR 6 de 43 VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 1 El fin de la Encarnación es la salva- ción de los hombres: el Hijo de Dios vino “para que el mundo se salve por Él” (Jn 3, 17 “para ser salvador del Jn 17), mundo”(1 Jn 4, 14 1 14). Credo “por nosotros los hombres y Credo: por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se en- carnó de María la Virgen y se hizo hombre”. 2
  • 3. 03/09/2010 CR 7 de 43 VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 2 La salvación del hombre comprende dos aspectos unidos: la libera- ción del pecado y la comunicación de la vida divina. CCE 457 “El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos 457: con Dios”. CCE 458 “Se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor 458: de Dios”. CCE 459 “Se encarnó para ser nuestro 459: modelo de santidad”. CCE 460 “Se encarnó para hacernos 460: ‘partícipes de la naturaleza divina’ (2 P 1, 4)”. 2 4 CR 8 de 43 VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 3 El hombre, con sus solas fuerzas, no puede al- canzar la salvación. Después del pecado origi- nal, todos los hombres habían quedado privados de la gloria de Dios, de la amistad de Dios, y esclavos del pecado. Nadie puede ser justificado sino por la gracia de Jesucristo. La Encarnación es obra del amor y de la misericordia de Dios. La decisión de Dios de salvarnos es absolutamente libre y gratuita. La venida del Hijo de Dios al mundo no era necesaria para la salvación del hombre. El nombre de Jesús quiere decir en hebreo “Dios salva” o “Salvador”. CR 9 de 43 VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 4 Promesas del Redentor: 1) protoevangelio (Gn 3, 15 2) promesa a Gn 15); Abraham (Gn 12 de darle una tierra y hacerle padre de un gran Gn 12) pueblo y que por su descendencia serían bendecidas todas las nacio- nes de la tierra; 3) confirmación y renovación de la promesa con dis- tintos elegidos, concretando la ascendencia del Mesías: descendiente de Jacob, de la tribu de Judá, de la familia de David. Profecías sobre el Mesías rey: 1) será hijo de David y su reino no tendrá fin (Natán: 2 Sam 7, 12-16 2) especial filiación divina 12-16); (Salmo 2 3) nacerá de una virgen y se lla- Salmo 2); mará Emmanuel, que significa “Dios con nosotros” (Is 7, 14 Is 14). 3
  • 4. 03/09/2010 CR 10 de 43 VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 5 Profecías sobre el Mesías rey y profeta: Moisés, tipo y figura de todos los profetas. Dt 18, 15-19: 15-19 Dios enviará “otro profeta” como Moisés que enseñará y guiará a su pueblo. Is 61, 1-2: el Me- 1- sías será ungido por Dios con el espíritu de los profetas para anunciar la salvación a los hombres. Profecías sobre el Mesías rey y sacerdote: Salmo 109 (110) el Sal- (110): vador será a la vez rey y sacerdote. Pero su sacerdocio no es el leví- tico. Figura de Cristo: Melquisedec, rey-sacerdote (cfr. Heb 7, 33). Profecías sobre el sacrificio de Cristo: Is 42, 49, 50, 52 cantos sobre 52: el “Siervo de Yahvéh”; Salmo 21 (22) “Dios mío, Dios mío, ¿por (22). qué me has abandonado?”. “Hijo del hombre”: Dan 7: restaura el reino mesiánico. CR 11 de 43 VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 6 El nombre de Mesías proviene del hebreo “mashiah” que significa “ungido”. Fue traducido al griego por “christós” y latinizado en “christus”. Originalmente se aplicaba al rey de Israel, ungido con aceite en su investidura. Aplicado a David y a su dinastía. Tam- bién a los consagrados para una misión recibida de Dios (sacerdotes y excepcionalmente profetas). El Mesías “que Dios enviaría para instaurar definitivamente su Reino (...) debía ser ungido por el Espíritu del Señor a la vez como rey y sacerdote (cfr. Za 4, 14; 6, 13 pero también como 13), profeta (cfr. Is 61, 1 Lc 4, 16-21). Jesús cumplió la esperanza 1; 16-21 mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey” (CCE 436 CCE 436). CR 12 de 43 VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 7 La Encarnación da sentido a toda la historia. Cristo es el funda- mento de toda la historia anterior, que tiene valor salvífico sólo por medio de Él y hacia Él se ordena. Así como también Cristo es el fundamento de toda la historia posterior, que vive de la gracia proveniente de su obra redentora. Gaudium et spes 10 “Cree la Iglesia que la 10: clave, el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su Señor y Maestro”. Cristo es el centro de la historia humana, no en sentido cronológico, sino trascendente: es “el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin” (Ap 22, 13 Ap 13). 4
  • 5. 03/09/2010 CR 13 de 43 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 1 En el admirable plan de la donación que Dios hace de sí mismo a la criatura, la Encarnación es el acontecimiento central y culminante, y María ha sido la colaboradora con su fe y con su amor a la unión de Jesús con la humanidad. La Encarnación es obra de la Trinidad. Se realiza por el Espíritu Santo en comunión con el Hijo. María es verdaderamente Madre de Dios. “En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha he- cho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad” (CCE 495). CCE 495 CR 14 de 43 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 2 Realidad del cuerpo de Cristo El docetismo (ya en el siglo I considera que la materia es mala y, I) en consecuencia, niega que Cristo tuviera un verdadero cuerpo material. El cuerpo de Cristo sería sólo aparente: su nacimiento o su pasión y muerte no fueron reales sino sólo ficticios e irreales. NT: testimonia que Cristo fue hombre NT verdadero, con un cuerpo real: descien- de de David, fue concebido de María, nació, se cansó, tuvo hambre y sed, durmió, sufrió, derramó su sangre, mu- rió, fue sepultado. Cuerpo de carne y hueso, real y tangible. Santos Padres: negar la realidad del cuerpo de Cristo es negar la redención. CR 15 de 43 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 3 Realidad del alma de Cristo Apolinar de Laodicea (siglo IV la humanidad de Cristo estaría siglo IV): compuesta solamente de carne y alma sensitiva. El Verbo asu- miría la función de alma intelectiva y racional. Santos Padres: sin alma (sin inteligencia ni voluntad humanas), Cristo no habría redi- mido al linaje humano, pues no fue sanado lo que no fue asumido. Apolinarismo condenado por el Papa San Dá- maso y el Concilio Constantinopla I (381 381). Verdadera naturaleza humana de Jesús: unión del alma y del cuerpo. 5
  • 6. 03/09/2010 CR 16 de 43 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 4 Jesucristo es perfecto Dios Adopcionismo: Cristo no era una persona di- vina, sino un hombre que recibió una “dyna- mis” o fuerza divina en el Bautismo que lo hace un hombre superior. No es Hijo de Dios por naturaleza, sino sólo por adopción (ej.: Pablo de Samosata, obispo de Antioquía, con- denado y depuesto de su cargo en el año 268 268). Arrio (256-336 Subordinacionismo extremo: Hijo creado de la 256-336): nada, criatura a través de la cual se hicieron las demás cosas. Conde- nado en Nicea I (325 Cristo es “homousios”, consustancial al Padre. 325): Siglo XIX y XX: negación de la divinidad del “Jesús de la historia”. Pío X condenó el modernismo (Enc. Pascendi, 1907 1907). CR 17 de 43 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 5 NT: prerrogativas divinas de Jesús: - Es superior a la Ley: señor del sábado (Mt 12, 1-8). Mt 1- - Es superior a los profetas y reyes (Jonás y Salomón: Mt 12, 41-42 41-42). - Perdona los pecados, poder exclusivo de Dios. - Se equipara con Dios en la autoridad (“...Pero Yo os digo...”). - Pide fe (Jn 14, 1 y amor por encima de todo (Mt 10, 37 que sólo Jn 1) Mt 37) Dios puede exigir, y su aceptación es requisito para la salvación (Mt 10, 32 Incluso pide que se entregue la vida por Él (Lc 17, 33 Mt 32). Lc 33). NT: su preexistencia al mundo: Jn 17, 5 “gloria que tuve junto a ti antes de que el mundo existiera”; 5: Col 1, 15-17 creador y conservador del mundo; muchos textos que 15-17: afirman que ha venido enviado por su Padre: viene “del cielo” (Jn 3, Jn 13), “de lo alto” (Jn 8, 23 “ha salido de Dios Padre” (Jn 8, 42 etc.. 13 Jn 23); Jn 42), CR 18 de 43 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 6 NT: igualdad de Jesús con el Padre: Como el Padre actúa siempre, así Jesús da la vida y la salud, incluso en sábado (Jn 5, 17 Jn 17). Jn 8, 19 “Si me conocierais a mí conoceríais 19: también al Padre”; Jn 10, 38 “El Padre está 38: en mí, y yo en el Padre”; Jn 14, 9 “El que me 9: ha visto a mí ha visto al Padre”. Jn 10, 30 “El Padre y yo somos una sola cosa”. 30: NT: afirmaciones explícitas y directas de su condición divina: Prólogo del Evangelio de San Juan; Rom 9, 5 (“el cual es sobre todas las cosas Dios bendito por los siglos”); Flp 2, 5-8 (“siendo de condi- 5- ción divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios...”); Tit 2, 13-14 13- (“esperamos la manifestación gloriosa del gran Dios (...) Jesucristo”). 6
  • 7. 03/09/2010 CR 19 de 43 REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 7 “Hijo de Dios” en la Sagrada Escritura: AT: título dado a los ángeles (Dt 32, 8 al pueblo elegido (Ex 4, 22 Dt 8), Ex 22), y a sus reyes (2 Sam 7, 14 Significa entonces una relación particu- 2 14). lar entre Dios y su criatura. También cuando llama “hijo de Dios” al Mesías (Salmo 2, 7 los judíos entendían que era un hombre singular- Salmo 7) mente bendecido por Dios, y no Hijo único de Dios por naturaleza. NT: - Lo que vimos ya muestra que Jesús se declaraba Hijo de Dios en cuanto verdadero Dios nacido del Pa- dre: los judíos lo entendían así y querían matarle por eso; - Jesús distingue: “mi Padre... vuestro Padre” (Jn 20, 17 - Él es “hijo propio” (Rom 8, 3 y Unigé- Jn 17); Rom 3) nito (Jn 3, 16. 18 del Padre; - Mt 11, 27 “Nadie co- Jn 18) 27: noce al Hijo sino el Padre, ni nadie conoce al Padre sino el Hijo...”. CR 20 de 43 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 1 Nestorio (patriarca de Constantinopla, 428 María no sería Madre 428): de Dios porque en Jesús habría dos personas: una divina y otra hu- mana, y María sería madre de la persona humana de Cristo. La unión entre la naturaleza divina y la humana sería sólo una unión moral entre dos sujetos. Identidad de voluntad, pero no se podría decir que el Hijo de Dios nació de María, murió, etc.. Refutado por San Cirilo de Alejandría y condenado por Éfeso (431 Unión 431). de las dos naturalezas de Cristo en la Persona (hipóstasis) divina del Verbo, única en Cristo. Por eso María es ver- daderamente Madre de Dios: de Ella nació el Verbo según la carne. CR 21 de 43 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 2 Monofisismo: Eutiques, superior de un mo- nasterio de Constantinopla (s. V), afirma que s. V después de la Encarnación hay una sola natu- raleza en Cristo, compuesta de la divina y la humana, aunque la humana habría sido absor- bida en la infinita persona del Hijo de Dios. Condenado por San León Magno (440-461 y Calcedonia (451 440-461) 451): “Hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesu- cristo: perfecto en la divinidad, y perfecto en la humanidad; ver- daderamente Dios y verdaderamente hombre (...). Se ha de recono- cer a un solo y mismo Cristo Señor, Hijo único del Padre, en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación. (...) Quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas”. 7
  • 8. 03/09/2010 CR 22 de 43 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 3 Una hipóstasis o individuo es una substancia individual completa, subsistente en sí misma, independiente en su ser de otros individuos. => Se llaman “personas” a las hipóstasis más dignas, los seres racio- nales que son dueños de sus actos. Naturaleza es la esencia en cuanto principio de operaciones (ej.: la naturaleza de Pedro es su condición humana con sus facultades propias por las que actúa como hombre). La distinción entre una naturaleza y la persona que la posee es una distinción entre una parte y el todo. Ej.: Pedro es la persona, el todo, y la naturaleza es una parte de él que le especifica. CR 23 de 43 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 4 La unión de las dos naturalezas en Cristo es una unión hipostática (en la persona). No tiene semejanza con ninguna otra unión. La conocemos por la fe. La naturaleza humana de Cristo es íntegra y perfecta, pero no es una persona humana, ni es un sujeto distinto del Verbo. Constantinopla II (553) “confesó a propósito de Cristo: ‘No hay más que una sola hipóstasis (o persona) que es nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad’. Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristo debe ser atribuido a su persona divina como a su propio sujeto, no solamente los milagros sino también los sufrimientos y la misma muerte” (CCE 468 CCE 468). CR 24 de 43 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 5 La Encarnación no supuso cambio alguno en el Hijo de Dios, que es inmutable. Sólo hay cambio en la naturaleza humana que comien- za a existir elevada inefablemente a la unión personal con el Verbo. La Persona de Cristo no es causada por la unión de las dos naturale- zas, sino que es eterna. Cristo no “es” o existe por su naturaleza hu- mana, sino que por ella “es hombre”. Cristo en cuanto hombre no es hijo adoptivo por la gracia que tiene, pues su humanidad no constituye ningún sujeto personal que pudiera ser hijo. El Hijo de Dios (Persona) es Hijo de María, pues ha nacido verdaderamente de Ella según su naturaleza humana. Nacen personas, no naturalezas. 8
  • 9. 03/09/2010 CR 25 de 43 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 6 Para unos autores recientes la personalidad consis- tiría en la apertura de la conciencia humana al ser en general, al infinito, o sea a Dios. Pero entonces, como en Cristo hay un centro de conciencia huma- no referido a otro centro de conciencia divino, ha- bría dos subjetividades en Él: una divina (Dios), otra humana (Cristo). Jesús será un hombre en quien tiene lugar la revelación suprema de Dios. Esas teorías reducen la realidad de un ser a uno de sus actos: la per- sona sería la simple conciencia de sí. Lo cual es un error, pues toda operación vital -como lo es la conciencia- requiere un sujeto operan- te, que es la persona. La persona no se identifica con su conciencia, ni se constituye por ella: la persona es quien tiene esa conciencia de sí. CR 26 de 43 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 7 El Hijo de Dios ha hecho partícipe a la humanidad asumida de la dignidad de su persona: al expresar el misterio de la Encarnación se da una especie de comunicación de propiedades entre lo huma- no y lo divino, que se llama “communicatio idiomatum”. A la única persona de Cristo hay que atribuir tanto todas las pro- piedades y acciones de su naturaleza divina como las de su natura- leza humana (ej.: se puede decir “Dios ha nacido de María” o “ha muerto por nosotros”). No se puede atribuir a una naturaleza de Cristo las propiedades y acciones de la otra (ej.: no se puede decir que la divinidad ha nacido en el tiempo). Sí se puede reduplicar: “Jesús, en cuan- to Dios...”; “el Hijo de Dios, en cuanto hombre...”. CR 27 de 43 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 1 La humanidad de Cristo es el adecuado instrumento indisoluble- mente unido al Verbo para la obra salvífica. Es un instrumento vivo y racional, no inerte o pasivo. Cuanto más unido se está con Dios, más se participa de su bondad y más abundantes bienes se reciben. No hay unión más íntima con Dios que la unión en una persona divina. De ahí que Cristo en su humanidad esté lleno de los dones divinos: su naturaleza humana pertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido (cfr. CCE 470 470). El Hijo de Dios no asumió aquellos defectos o li- mitaciones que dificultarían la obra salvífica (peca- do, ignorancia...). Sí asumió aquellas limitaciones de nuestra naturaleza que sirven al fin de la Encar- nación y que no son defecto moral (dolor...). 9
  • 10. 03/09/2010 CR 28 de 43 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 2 Santidad en el AT: alguien o algo es santo en sentido ontológico en la medida que está unido a Dios, le pertenece, y está destinado o consagrado a su servicio exclusivo (el Templo, el sábado, el pueblo de Dios...). En el NT, esta noción se enriquece con la de una participación en la vida divina por acción del Espíritu Santo que transforma al hombre interiormente, lo diviniza, lo purifica del pecado. En sentido operativo y moral se dice que es santo quien vive establemente la unión sobrenatural con Dios por la fe y el amor. Cristo es santo no sólo en cuanto Dios, sino tam- bién en cuanto hombre. CR 29 de 43 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 3 Por la unión hipostática, la humanidad de Cristo tiene la santidad infinita del Verbo. Así en cuanto hombre, Cristo es santo porque su humanidad está unida al Verbo y le pertenece. Ese don a la natura- leza humana de Cristo se llama “gracia de unión”. Cristo en cuanto hombre también es santo por la gracia habitual, conveniente porque su humanidad no es santa por sí misma ni se ha transformado en divina (distinción de las dos naturalezas). Llega a ser divina y santa por participación. Cristo tiene plenitud de gra- cia santificante porque la unión de su humanidad a Dios es la más estrecha imaginable. Jesús poseía la gracia con toda la perfección posible: con todos los efectos, virtudes, dones y operaciones que ésta puede tener y alcanzar. Todas las gracias que tienen los hom- bres provienen de Él. Esa plenitud se llama “gracia capital”. CR 30 de 43 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 4 La gracia diviniza al extiende a las potencias alma en su esencia. del alma por las virtu- Esta divinización se des sobrenaturales. Cristo en cuanto hombre está plenamente divinizado por la gracia habitual: por eso no podían faltarle las virtudes infusas en grado máximo y perfecto. Pero no tuvo aquellas virtudes que suponen en sí mismas alguna carencia o imperfección (fe: ya poseía la vi- sión de Dios; esperanza: ya tenía la unión con Dios; penitencia: no tuvo pecado). A causa de su plenitud de gracia, Cristo poseía los dones del Espíri- tu Santo en grado excelentísimo y eminente, y todos los carismas que han tenido los hombres para alguna misión de edificación de los demás (apóstoles, profetas, predicadores, doctores, pastores, etc.). 10
  • 11. 03/09/2010 CR 31 de 43 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 5 Jesús es santo también en sentido opera- tivo y moral: completa identificación de su voluntad humana con su voluntad di- vina, en lo grande y en lo pequeño. El Magisterio ha enseñado en varias ocasiones que Cristo no tuvo pecado, es “semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado” (ej.: Calcedonia, 451 y estuvo libre también del pecado original y del 451); “fomes peccati”, por lo que en Él la sensibilidad estaba siempre per- fectamente subordinada a la razón (ej.: Constantinopla II, 553 553). Cristo no sólo no tuvo pecado de hecho, sino que era impecable, porque las acciones son de la persona. Si Cristo pudiera pecar, sería Dios quien pecaría. Además Cristo gozaba de la visión de Dios, que supone la imposibilidad de rechazar el Bien infinito. CR 32 de 43 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 6 Como Cristo tiene dos naturalezas perfectas, tiene dos modos de conocer, uno infinito y divino y otro humano. Conocimiento humano de Cristo Gaudium et spes 22 El Hijo de Dios “trabajó con manos de hombre, 22: pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre”. Tuvo ciencia adquirida (parte de los sentidos y de la experiencia), ciencia de visión (visión beatífica propia de los bienaventurados: Jn 8, 38 “Yo digo 38: lo que veo en el Padre”) y ciencia infusa o proféti- ca (proviene directamente de Dios por la comuni- cación de algunas ideas a la mente humana). CR 33 de 43 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 7 La crítica histórica, el protestantismo liberal y el modernismo, han sostenido que Jesús padecía error en cuanto a la fecha del fin del mundo y en cuanto a la naturaleza de su mesianismo. Teorías condenadas por San Pío X (Enc. Pascendi, 1907 1907). La existencia de un error en Cristo implicaría que no es Dios, que no es la Verdad. No tuvo ni error ni ignorancia. Padres: Cristo no ignoraba la fecha del fin del mundo, sino que ni quería ni debía revelarla. => CCE 474 “Lo que reconoce ignorar en este 474: campo (cfr. Mc 13, 32 declara en otro lugar no 32), tener misión de revelarlo (cfr. Hch 1, 7 7)”. 11
  • 12. 03/09/2010 CR 34 de 43 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 8 A partir del siglo XX, especial interés por la conciencia que Jesús tenía de sí mismo: si se sabía Hijo de Dios y Mesías. Unos autores niegan que tuviera conciencia de su divinidad. Otros sostienen que desde una inicial ignoran- cia, iría poco a poco tomando conciencia de ser Hijo de Dios y Salvador del mundo. Jesús en su conciencia humana tenía un claro y verdadero conoci- miento de sí: Hijo de Dios venido al mundo para salvarnos. En NT se ve ya cuando tenía 12 años: “¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” (Lc 2, 49 Además, nunca aparece un yo hu- Lc 49). mano de Jesús y otro yo del Hijo de Dios. Y Jesús utiliza a menudo la expresión revelada a Moisés, “Yo soy”, manifestando que es Dios. CR 35 de 43 OTRAS CARACTERÍSTICAS, 1 Monoenergetismo: para ganarse a los mo- nofisitas, Sergio de Constantinopla (inicio s. VII enseñó que Cristo tenía una única VII) operación. Monotelismo: buscando la uni- dad religiosa, el Emperador Heraclio dejó de hablar del monoenergetismo y pasó a sostener que había una sola voluntad en Cristo. Lo impuso a toda la Iglesia (638 638). Máximo el Confesor consiguió que el Papa Martín I convocara un concilio en Letrán (649 que condenó ambos errores. En el año 681 649) 681, el concilio ecuménico de Constantinopla III los condenó solemne- mente: “se dan en Él (Cristo) dos voluntades y dos operaciones na- turales, sin división, sin cambio, sin separación, sin confusión”. CR 36 de 43 OTRAS CARACTERÍSTICAS, 2 El Verbo asumió una naturaleza humana per- fecta, y la voluntad libre pertenece, de modo esencial, a la integridad y perfección de la natu- raleza humana. Así tiene un querer divino común con el Padre y el Espíritu Santo, propio de la naturaleza divina, y un querer humano propio de su naturaleza humana asumida, que no comparte con el Padre y el Espíritu Santo. Libertad humana de Cristo: “Doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente” (Jn 10, 17 Jn 17). Que Cristo sea libre no significa que pudiera pecar. Elige siempre el bien con dominio sobre sus actos porque su libertad es perfecta. Querer el mal, no es lo propio de la libertad, aunque sea un signo de libertad, como el error no es conocimiento. 12
  • 13. 03/09/2010 CR 37 de 43 OTRAS CARACTERÍSTICAS, 3 La voluntad humana de Cristo siempre “sigue a su voluntad divina sin hacerle resistencia ni oposición, sino que, por el contrario, está siempre subordinada a esta voluntad omnipotente” (Constantinopla Constantinopla III, 681 681). En Getsemaní, cuando Jesús dice: “No se cumpla mi voluntad, sino la tuya” (Mt 26, Mt 39), no hay oposición de voluntades, sino 39 que su inclinación sensible o su sensibilidad podían apetecer algún bien distinto del querer divino, pero estaban enteramente sometidas a él por el acto libre de su voluntad racional humana. CR 38 de 43 OTRAS CARACTERÍSTICAS, 4 Constantinopla III, 681 confesó “dos operaciones naturales sin di- visión, sin cambio, sin separación, sin confusión, en el mismo Señor nuestro Jesucristo, nuestro verdadero Dios, esto es, una operación divina y otra operación humana”. Santo Tomás de Aquino (Compendium theolo- Compendium theolo- giae, c. 212, n. 419 “La naturaleza es el princi- 419): pio de la operación. Por eso en Cristo no hay una sola operación por ser un único sujeto, sino dos operaciones porque son dos las naturalezas”. Como todo hombre, puede realizar todas las acciones humanas na- turales y como todo hombre en estado de gracia puede realizar obras sobrenaturales. Todas estas acciones son propias de la se- gunda Persona de la Santísima Trinidad. CR 39 de 43 OTRAS CARACTERÍSTICAS, 5 Como las acciones humanas de Cristo eran libres y nacían del inmenso amor al Padre que el Espíritu Santo había infundido en su alma, todas ellas eran meritorias, es decir, eran dignas de alcanzar el fin al que las había ordenado el designio divino. Antes de su Resurrección, Cristo mereció para sí mismo aquellos bienes que aún no poseía (glorificación y exaltación de su huma- nidad). También mereció para nosotros la salvación. Mereció la gracia para todos los hombres, pues a este fin estaba ordenada la Encarnación del Verbo. 13
  • 14. 03/09/2010 CR 40 de 43 OTRAS CARACTERÍSTICAS, 6 Las acciones humanas de Cristo en cuanto son instrumentos de la divinidad En el orden físico: se sirve de gestos y palabras humanas para hacer milagros. Estas acciones humanas en cuanto son instrumentos de la divinidad para realizar obras propias de la omnipotencia divina se llaman en teología “teándricas”. En el orden espiritual, la divinidad se sirvió de su querer humano y de sus palabras para perdonar los pecados, y de sus acciones humanas para comunicar la gracia. En todas estas acciones la causa eficiente princi- pal es la naturaleza y el poder del Verbo, que tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo; y la humanidad de Cristo es la causa instrumen- tal. CR 41 de 43 OTRAS CARACTERÍSTICAS, 7 Cristo tuvo aquellos sentimientos y pasiones propios de la naturale- za humana compatibles con la plenitud de gracia y que servían a nuestra redención: alegría de las obras de su Padre (Lc 10, 21 y Lc 21) de saberse amado del Padre (Jn 15, 10 deseos ardientes de nuestra Jn 10); redención (Lc 12, 50 y de quedarse en la Eucaristía (Lc 22, 15 Lc 50) Lc 15); tristeza al contemplar los sufrimientos de su Pasión y el pecado de los suyos (Mt 26, 38 dolor del alma hasta llo- Mt 38); rar por la muerte de Lázaro (Jn 11, 33- Jn 33- 35); ira ante la hipocresía de algunos 35 (Mc 3, 5 y los mercaderes en el Templo Mc 5) (Mt 21, 12 etc.. Mt 12), En Cristo la razón controlaba perfectamente sentimientos y pasio- nes, toda su afectividad. CR 42 de 43 OTRAS CARACTERÍSTICAS, 8 En Jesús no faltó la virtud natural, de la que derivan todas las demás, que es el amor, y que es sobrenaturalizado por la caridad. Éste ha sido el motor de su vida, y la clave de la armonía y unidad de todo su ser: su amor y entrega al Padre y a nosotros. CCE 478 “Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta 478: razón, el Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros peca- dos y para nuestra salvación, ‘es considerado como el principal indi- cador y símbolo (...) del amor con que el divino Redentor ama conti- nuamente al eterno Padre y a todos los hombres’ (Pío XII, Enc. Haurietis aquas, 1956 1956)”. 14
  • 15. 03/09/2010 CR 43 de 43 OTRAS CARACTERÍSTICAS, 9 Los Evangelios no nos han transmitido ninguna descripción directa sobre el rostro y el aspecto físico de María y de Cristo. De modo indirecto nos sugieren algunos datos sobre la fisonomía de Jesús: debió de tener una presencia agradable, amable para que muchos acudieran a Él, y le lle- varan niños para que les impusiera las manos; unos modales dignos que inspiraban el afecto de personas de toda condición; una mirada que re- movió a los Apóstoles para que lo siguieran de- jando todas las cosas... Quizá Dios permitió que no tuviéramos una des- cripción de Jesús para que no fuéramos atraídos a Él por motivos meramente humanos. 15