El documento desea un feliz día de San Enrique a los colegios teresianos para que se diviertan. Relata que cuando Enrique tenía 15 años, su madre enfermó gravemente de cólera y falleció acompañada por él, lo que le hizo desear ser sacerdote recordando las palabras de su madre. Enrique aumentó su amor a la Virgen bajo la advocación de Montserrat.