La adaptación de esta obra ha sido realizada por Paula Alén Rodríguez, alumna de 2º de Educación Infantil de la Escuela Universitaria CEU de Magisterio de Vigo
4° UNIDAD 2 SALUD,ALIMENTACIÓN Y DÍA DE LA MADRE 933623393 PROF YESSENIA CN.docx
Malditas mates
1. Malditas matemáticas.
Alicia en el país de los números.
Carlo Fabretti
Malditas matemáticas de Carlo Fabretti es un libro que cuenta la historia de
una niña a la que no le gustaban las matemáticas hasta que un día estando
en el parque se encuentra con un peculiar señor que la hace cambiar de
opinión. La invita a un increíble viaje en el que a través de muchas
aventuras se da cuenta de lo importante que son la matemáticas en nuestro
día a día.
3. H
abía una vez una niña que se llamaba Alicia. A esta niña no le
gustaban nada de nada las matemáticas, hasta que un día le pasó
algo increíble.
Mientras hacía sus ejercicios sentada en un banco, decía: "Las matemáticas
no sirven para nada", y de repente un hombrecillo apareció entre las hierbas
y la sacó de su error. Este se presentó como Lewis Carroll e invitó a Alicia
al país de los números.
Este país se parecía mucho al país de las maravillas, también tenía una
Reina de Naipes y un enorme laberinto. Estaban charlando sobre los
números mientras paseaban por los fantásticos jardines, cuando de repente
se les cruzó un conejo muy veloz.
- ¡Llego tarde a tomar el té!"- dijo mientras se adentraba en el laberinto.
Alicia se quedó muy sorprendida y gritó:
- ¡Vamos a seguirle!
Los dos se metieron en el laberinto siguiendo al conejo, al que pronto
perdieron de vista.
Durante un rato dieron vueltas y más vueltas, hasta que Alicia escuchó un
rugido.
- ¿Qué es eso? - dijo asustada la niña.
- ¡Supongo que el monstruo del laberinto! - contesto el hombrecillo muy
tranquilo.
Aunque la idea de que un monstruo habitara en el laberinto la asustaba,
Alicia siguió caminando junto a su amigo.
No tardaron en llegar a un espacio cuadrado donde una mujer con cabeza
de vaca hacía gimnasia.
4. -Perdona - le dijo Alicia- ¿has visto pasar a un conejo muy veloz por aquí?
- Si - le contestó la vaca-mujer.
- ¿Y por dónde ha ido? - le preguntó Lewis.
- Si queréis saberlo tendréis que resolver unas cuestiones y os daré una
pista.
Alicia se quedó pensativa, no sabía si sería capaz de responder a las
preguntas que la mujer-vaca tenía preparadas, pero quería llegar a junto del
conejo fuese como fuese. Se quedó mirando para Lewis y le preguntó:
-¿Tú crees que seré capaz de contestar a las preguntas?
- ¡Si no pruebas nunca lo sabrás! - le contestó Lewis con una gran sonrisa.
- Está bien - le dijo Alicia a la mujer-vaca - Puedes empezar.
- La primera es: en un árbol hay cuatro manzanas
verdes y tres manzanas maduras. ¿Cuántas
manzanas hay en el árbol?
Alicia pensó... 4+3=... y respondió gritando
- ¡Hay 7 manzanas!
- Bien - respondió la mujer-vaca - pero y si se
cayeran al suelo dos manzanas maduras, ¿Cuántas
me quedan en el árbol?
La niña parecía confusa, se quedó mirando para su
amigo que le guiñó un ojo, y Alicia pensó 7-2=...
- Te quedan 5 manzanas en el árbol.
5. - ¡Muy bien! - respondió la mujer-vaca - me alegra que lo hayas
resuelto pero aun te quedan dos enigmas más. Si en un campo tengo cuatro
árboles iguales, y cada uno tiene cinco manzanas, ¿Cuántas
manzanas tengo en total?
Alicia estuvo un buen rato pensando, hasta que descubrió que podría
multiplicar 4x5 y así le daría el total de las manzanas, entonces respondió:
- ¡Son 20 manzanas!
- ¡Caramba- se sorprendió la mujer-vaca - que rapidez!
- Muy bien Alicia, has sumado, restado y multiplicado, ¡cuántas cuentas
sabes hacer! - la animó el hombrecillo.
- Sí, las matemáticas no están tan mal - respondió la niña.
- Y para acabar, el último problema - continúo la mujer-vaca - si quiero
repartir las veinte manzanas entre dos amigos, ¿Cuantas le tocarán a cada
uno?
6. Después de un rato dándole vueltas a la cabeza, respondió:
- Pues 10 manzanas, por que 20:2=10
- ¡Bien! - gritó la mujer-vaca - os daré la pista entonces: el conejo se ha
metido por una puerta similar a una figura geométrica que tiene tres lados.
Al final de la sala había tres puertas:
1 2 3 3
- ¿Cuál será la puerta correcta? - le preguntó el hombrecillo a Alicia.
- A ver...una figura geométrica con tres lados es un triángulo - respondió
Alicia - y la única puerta que se parece a una triángulo es la número tres,
por que la número uno es un cuadrado y la número dos es un rectángulo.
Estoy segura de que es la número tres.
- Pues si es la correcta solo lo sabremos si entramos.
Siguieron adelante y cruzaron la puerta, se encontraron en un salón con una
mesa en el centro y alrededor estaban sentados un conejo y una liebre, que
los invitaron a tomar el té con ellos.
Después de una charla animada acerca de los números, figuras geométricas
y demás elementos de las matemáticas era hora de que volvieran a casa,
para ello el hombrecillo llamó a su amigo, un matemago, que por arte de
magia los devolvió al parque.
7. Una vez allí Alicia se despidió de su amigo.
- Un placer haber viajado a ese maravilloso mundo.
- De nada, dulce niña - respondió- me ha encantado hacer que vieras de otra
forma las matemáticas.
- Si, ¡les contaré a todos mis amigos esta historia! pero... ¿volveré a verte?
- Siempre que quieras, yo estaré aquí dispuesto a explicarte lo que quieras.
Y así Alicia volvió a su casa con una nueva afición: las MATEMÁTICAS.