Las revoluciones políticas y la revolución industrial marcaron el inicio de la Edad Contemporánea a finales del siglo XVIII. Durante el siglo XIX hubo grandes cambios en los sistemas políticos, la economía y la sociedad de España, aunque la revolución industrial tardó en despegar y la economía siguió siendo principalmente agrícola. A partir de 1900 se produjeron grandes cambios económicos y sociales en España, incluyendo la proclamación de la Segunda República en 1931.