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IV SES LUN 15 TUTO CUIDO MI MENTE CUIDANDO MI CUERPO YESSENIA 933623393 NUEV...
1.1. El Individuo
1.
2. ¿Quiénes somos?
El proceso de conocerse se encuentra íntimamente
relacionado al desarrollo del individuo como tal.
Conforme nos reconocemos como individuos
adoptamos patrones de conducta y roles que sirven
de contacto con otros individuos.
La primer pregunta que la psicología Gnóstica se plantea es
En el frontis que la antigüedad había dedicado a la
sabiduría eterna, se leía la siguiente frase :
«Gnoscete Ipsum» - Conócete -
3. El término individuo etimológicamente proviene de
indiviso: que no se puede dividir.
Puede referirse a:
• Una unidad independiente, frente a otras unidades.
• Una unidad elemental de un sistema mayor o más complejo.
• Algunas veces significa ser, ente o entidad viva (animada), y también individuo
humano o persona, aunque se trata de conceptos jurídicos distintos.
• Frecuentemente designa cualquier cosa numéricamente singular.
4. Gracias a la Conciencia de Si es que podemos
reconocernos como individuos
Si acercamos a un bebe de 2 años a un espejo este buscara al
bebe que esta dentro del espejo
Esto mismo sucede con los animales
Mas aun, es la conciencia de si la que permite al bebe de 3 años
reconocerse frente al espejo.
Es la conciencia de si
la que permite saber quienes somos
y cual es el lugar que ocupamos en
el mundo.
5. «Los Eventos de la casa, de la calle, etc., dan a la
personalidad su tinte característico» V M Samael Aun Weor
Una situación tan sencilla como darnos cuenta que estamos
desnudos puede resultar gracioso para algún individuo, pero
puede resultar totalmente traumático para otro individuo.
Ellos tienen personalidad
13. Todo ser humano que puebla la faz de la tierra por lo
común posee únicamente un 3% de consciencia o de
esencia libre en su manifestación, conforme va
creciendo, el restante 97% se va embotellando en los
condicionamientos que en ultima instancia vienen a
formar al ego
“dadme a un niño hasta
los 7 años y después que
lo crie quien quiera”
Sn Ignacio de Loyola (fundador de los Jesuitas)
14. De hecho, ni remotamente somos únicos, en nuestro interior
habitan tantos egos, como recuerdos tenemos, cada uno de ellos
queriendo tomar las riendas de este cuerpo físico.
La Psicología Gnóstica afirma que en
nuestro interior tenemos un mundo
psicológico con tantos EGOS dentro, como
personas en el mundo.
Esto significa que no hemos logrado la
individuación, el ser individuales, el ser
únicos…
¿SOMOS REALMENTE LO QUE DECIMOS QUE
SOMOS?
15. Cada uno de estos agregados limitan la libre expresión de la
identidad, de lo que realmente somos.
Alguna persona diría: “es que soy el panadero”,
después llegando a casa diría “es que soy el padre de familia”
y estando con su esposa diría “es que soy el esposo”
Así pues, constantemente cambiamos de identidad, lo que nos
hace, en ocasiones actuar en forma equivocada.
Ejemplo.
Estando en la panadería el individuo diría: “es que soy el
esposo” frente a otra dama
o quizá diría: “es que soy el padre de casa” frente a un grupo
de niños.
16. El VM Samaél, Nos brinda una sencilla clave que nos permitirá
ayudarnos a expandir nuestra conciencia y a observar los egos
de momento en momento.
Son unas sencillas
preguntas que nos
realizaremos de instante en
instante con el objetivo de
saber quienes realmente
somos ante cada situación
de la vida.
¿CÓMO PODEMOS DARNOS CUENTA DE
QUIENES SOMOS EN CADA MOMENTO?
Notes de l'éditeur
Formación de los eneatipos
Según lo enseña Laleh Bakhtiar, el Eneagrama se basa en la siguiente idea: al nacer cada uno de nosotros, al venir al mundo (a éste que podemos ver, sentir, palpar, sufrir y disfrutar), perdemos el contacto con nuestra esencia, nuestras cualidades, nuestro ser interior, aquello que en realidad somos. También podría decirse que esa relación con nosotros mismos está aún por descubrir, o que la vamos perdiendo a medida que nos hacemos adultos. Sea como fuere, la realidad es que acabamos encontrándonos en una situación de ignorancia, de vacío, de no saber, de no controlar, y nos sentimos perdidos en un mundo que no comprendemos, algo que inevitablemente genera inseguridad, ansiedad, miedo al qué me pasará, miedo a lo desconocido, miedo a no ser aceptado, a no tener una buena vida.
Sin embargo ese miedo no genera conocimiento, no resuelve nada; por eso, desde el miedo damos el salto a construirnos una representación personal del mundo que nos rodea, y a la vez creamos una personalidad, una máscara falsa desde la que interactuar con ese mundo cuya realidad imaginamos. Resumiendo: el vacío de saber en el que nos encontramos genera inseguridad y miedo, por lo cual buscamos protegernos de esa incertidumbre creando nuestra propia seudosabiduría, una imagen falsa del mundo y una representación de nosotros mismos a modo de máscara también falsa (aunque necesaria en esta primera fase). Al final nos creemos y hacemos nuestra esa seudosabiduría fortaleciendo la identificación con ella, y de esa forma ocultamos esa falta de conocimiento, ese vacío de saber que subyace y que nos influye, haciendo transcurrir nuestras vidas entre sin sabores y falsas esperanzas.
En el caso ideal de que no perdiéramos ese contacto con nuestra esencia, entonces seríamos personas equilibradas y capaces de vivir con un elevado grado de libertad. Como dice Pilar Feijoo, seríamos independientes y responsables, seguros de nosotros mismos y con una cabeza serena, y tendríamos mucho amor para dar sin crear apegos ni dependencias. En otras palabras, el ser se mostraría en nosotros como: templanza y sobriedad; prudencia y sabiduría; sinceridad y coraje.
Formación de los eneatipos
Según lo enseña Laleh Bakhtiar, el Eneagrama se basa en la siguiente idea: al nacer cada uno de nosotros, al venir al mundo (a éste que podemos ver, sentir, palpar, sufrir y disfrutar), perdemos el contacto con nuestra esencia, nuestras cualidades, nuestro ser interior, aquello que en realidad somos. También podría decirse que esa relación con nosotros mismos está aún por descubrir, o que la vamos perdiendo a medida que nos hacemos adultos. Sea como fuere, la realidad es que acabamos encontrándonos en una situación de ignorancia, de vacío, de no saber, de no controlar, y nos sentimos perdidos en un mundo que no comprendemos, algo que inevitablemente genera inseguridad, ansiedad, miedo al qué me pasará, miedo a lo desconocido, miedo a no ser aceptado, a no tener una buena vida.
Sin embargo ese miedo no genera conocimiento, no resuelve nada; por eso, desde el miedo damos el salto a construirnos una representación personal del mundo que nos rodea, y a la vez creamos una personalidad, una máscara falsa desde la que interactuar con ese mundo cuya realidad imaginamos. Resumiendo: el vacío de saber en el que nos encontramos genera inseguridad y miedo, por lo cual buscamos protegernos de esa incertidumbre creando nuestra propia seudosabiduría, una imagen falsa del mundo y una representación de nosotros mismos a modo de máscara también falsa (aunque necesaria en esta primera fase). Al final nos creemos y hacemos nuestra esa seudosabiduría fortaleciendo la identificación con ella, y de esa forma ocultamos esa falta de conocimiento, ese vacío de saber que subyace y que nos influye, haciendo transcurrir nuestras vidas entre sin sabores y falsas esperanzas.
En el caso ideal de que no perdiéramos ese contacto con nuestra esencia, entonces seríamos personas equilibradas y capaces de vivir con un elevado grado de libertad. Como dice Pilar Feijoo, seríamos independientes y responsables, seguros de nosotros mismos y con una cabeza serena, y tendríamos mucho amor para dar sin crear apegos ni dependencias. En otras palabras, el ser se mostraría en nosotros como: templanza y sobriedad; prudencia y sabiduría; sinceridad y coraje.
Formación de los eneatipos
Según lo enseña Laleh Bakhtiar, el Eneagrama se basa en la siguiente idea: al nacer cada uno de nosotros, al venir al mundo (a éste que podemos ver, sentir, palpar, sufrir y disfrutar), perdemos el contacto con nuestra esencia, nuestras cualidades, nuestro ser interior, aquello que en realidad somos. También podría decirse que esa relación con nosotros mismos está aún por descubrir, o que la vamos perdiendo a medida que nos hacemos adultos. Sea como fuere, la realidad es que acabamos encontrándonos en una situación de ignorancia, de vacío, de no saber, de no controlar, y nos sentimos perdidos en un mundo que no comprendemos, algo que inevitablemente genera inseguridad, ansiedad, miedo al qué me pasará, miedo a lo desconocido, miedo a no ser aceptado, a no tener una buena vida.
Sin embargo ese miedo no genera conocimiento, no resuelve nada; por eso, desde el miedo damos el salto a construirnos una representación personal del mundo que nos rodea, y a la vez creamos una personalidad, una máscara falsa desde la que interactuar con ese mundo cuya realidad imaginamos. Resumiendo: el vacío de saber en el que nos encontramos genera inseguridad y miedo, por lo cual buscamos protegernos de esa incertidumbre creando nuestra propia seudosabiduría, una imagen falsa del mundo y una representación de nosotros mismos a modo de máscara también falsa (aunque necesaria en esta primera fase). Al final nos creemos y hacemos nuestra esa seudosabiduría fortaleciendo la identificación con ella, y de esa forma ocultamos esa falta de conocimiento, ese vacío de saber que subyace y que nos influye, haciendo transcurrir nuestras vidas entre sin sabores y falsas esperanzas.
En el caso ideal de que no perdiéramos ese contacto con nuestra esencia, entonces seríamos personas equilibradas y capaces de vivir con un elevado grado de libertad. Como dice Pilar Feijoo, seríamos independientes y responsables, seguros de nosotros mismos y con una cabeza serena, y tendríamos mucho amor para dar sin crear apegos ni dependencias. En otras palabras, el ser se mostraría en nosotros como: templanza y sobriedad; prudencia y sabiduría; sinceridad y coraje.
Por ejemplo, como muestra el gráfico 2: el vacío de saber propio del 9 puede conducir a reaccionar mínimamente (-) o a sobreactuar exageradamente (+) sin embargo el propio vértice del eneatipo 9 representaría una inconsciencia sobre ese vacío (0), una no acción ante el vacío y su tristeza correspondiente. Aplicando esta sencilla fórmula a los otros dos vértices del triá
Y si a esta representación le ponemos nombres y apellidos obtendríamos la habitual clasificación del Eneagrama con sus nueve tipos:ngulo (eneatipos 3 y 6) nos daría los 9 eneatipos.
Es importante señalar que todos los seres humanos tenemos en nosotros los 9 eneatipos y lo que cada uno de ellos representa, y también que todos en alguna medida operan en nuestro deambular por la vida pero, eso sí, solemos echar raíces en uno de ellos, utilizándolo como eje de nuestros comportamientos y formas de sentir y pensar. Así pues, uno de los tres vértices básicos u originales (el vacío, el miedo o el seudosaber-falsedad) predomina en la construcción de nuestras estrategias ante la vida y las relaciones, y posteriormente un eneatipo concreto se hace fuerte en nuestra identidad.
En ese sentido, y según Riso y Hudson, tenemos un “Yo triádico” (en relación con cada uno de los tres vértices originales), veamos: uno es la tríada del instinto (eneatipos 8-9-1 del vértice del vacío); otro la tríada del pensamiento (eneatipos 5-6-7 del vértice del miedo); y finalmente la tríada del sentimiento (eneatipos 2-3-4 del vértice del seudosaber). Se basan también en los tres componentes fundamentales de la psique: instinto, sentimiento y pensamiento.
Las tríadas del Eneagrama
Haciendo un breve resumen de las tríadas, tenemos que:
La tríada del instinto (8-9-1): tienden a resistirse a la realidad creando tensiones físicas, pudiendo tener problemas de agresividad y de represión. Han deformado y constreñido sus instintos desconectándose de la vitalidad del cuerpo. Albergan una ira que les afecta de formas diferentes. Necesitan sentir que controlan el entorno. Suelen tener fijaciones e idealizan las cosas. Buscan autonomía, tener un sentido de identidad de sí mismos, influenciar en el entorno pero sin dejarse influenciar por él.
La tríada del pensamiento (5-6-7): tienden a la ansiedad y a la inseguridad por falta de apoyo y de un sentido de orientación interior. Buscan sentirse más seguros, pues bajo sus máscaras hay mucho miedo, y por eso no logran tranquilizar sus mentes creando planes y estrategias, y creyendo que en otra parte estarán mejor. Están desconectados de su mente silenciosa, de donde proviene la verdadera orientación interior. Les cuesta mucho estar en el presente y tienden a proyectarse hacia el futuro.
La tríada del sentimiento (2-3-4): Tienden a bloquear su corazón y eso les lleva a no sentirse amados ni valorados. Razón por la que buscan otros elementos que les den sensación de valía. Se interesan por desarrollar su imagen, están muy identificados con su emotividad, su falsa personalidad y sus aparentes cualidades, reemplazando lo que en verdad son por esa imagen falsa. Bajo su máscara hay mucha vergüenza y también rabia. Se orientan al pasado. Buscan la atención y la aprobación de los demás.
Conocer estas tríadas es muy importante porque nos van decir dónde están nuestros mayores desequilibrios, los más marcados. Representan los tres principales grupos de problemas y defensas del ego, y las tres maneras en que nos autolimitamos. También hay que destacar que, justamente, la tríada predominante en cada uno es la que sufre una mayor distorsión: es donde el ego más ha deformado su potencial creando una falsa imitación de la auténtica cualidad. Así vemos que el instinto es reprimido, el pensamiento es retorcido y el sentimiento busca aprobación y atención externa.