El documento discute los tatuajes y cómo son vistos en la sociedad. Aunque los tatuajes a menudo se asocian con pandillas y criminalidad, en realidad son expresiones de arte y una forma de identidad cultural o de pertenencia a un grupo. El autor argumenta que tener tatuajes no hace que una persona sea mala y que la sociedad es ignorante al pensar que solo los delincuentes o ex presidiarios los usan. Los tatuajes son arte y una forma de expresión personal.