3. Recursos poéticos
Las figuras retóricas son instrumentos propios de la técnica
literaria, procedimientos encaminados a potenciar estética y
expresivamente el lenguaje.
No sólo se utilizan en los textos literarios, también aparecen en los
publicitarios y en todos aquellos en los que interesa destacar la
función poética.
Se relacionan con los planos de estudio de la lengua:
- Plano fónico: se basan en la repetición o imitación de sonidos.
- Plano morfosintáctico: basados en la repetición, supresión de
estructuras morfológicas y sintácticas.
- Plano léxico-semántico: Semejanza de significados, analogías.
PLANO FÓNICO
RECURSO EJEMPLO EXPLICACIÓN
ALITERACIÓN que queda Un no sé qué Repetición de un mismo
balbuciendo. fonema vocálico o
consonántico.
ONOMATOPEYA Uco, uco, uco , uco Imitación de sonidos
Abejaruco. reales mediante la
utilización de
determinados fonemas.
RIMA Con lilas llenas de agua Repetición de sonidos a
1.Asonante Le golpeé las espaldas partir de la última vocal
2.Consonante acentuada.
1. sólo vocales
2. vocales y
consonantes.
PARONOMASIA Aquí se vive porque se Utilización de palabras
bebe. con forma semejante y
significado distinto.
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4. PLANO MORFOSINTÁCTICO
RECURSO EJEMPLO EXPLICACIÓN
ANADIPLOSIS Lo dejaría todo Un verso comienza con
Todo lo tiraría. la misma palabra que
finaliza el anterior.
¿Por qué este inquieto, Repetición de una misma
abrasador deseo// palabra al comienzo de
ANÁFORA ¿Por qué este varios versos o períodos.
sentimiento extraño y
vago//
Verde Que te quiero Repetición de la misma
EPANADIPLOSIS verde palabra al comienzo y al
final del verso.
REDUPLICACIÓN Río Duero, Río Duero Repetición seguida de un
Nadie a acompañarte término.
baja
ELIPSIS Tengo dos hijos, uno de Supresión de palabras
cuatro años, otro de tres sin que se altere la
comprensión de la frase.
HIPÉRBATON Pidió las llaves a la Cambio del orden
sobrina del aposento. habitual de las palabras
en una frase.
ASÍNDETON Acude, corre, vuela... Supresión de
conjunciones.
Y el santo de Israel abrió Repetición de
POLISÍNDETON su mano// y las dejó y conjunciones.
cayó en
despeñadero//el carro y
el caballo y el caballero.
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5. PLANO LÉXICO-SEMÁNTICO
NOMBRE EJEMPLO EXPLICACIÓN
Tú que hiciste cayado de
PERÍFRASIS ese leño, Forma de hacer
En que tiendes los referencia a algo no
brazos poderosos nombrándolo
(la cruz) directamente sino
utilizando varias
palabras.
IRONÍA Comieron una comida Se quiere dar a entender
eterna sin comienzo ni lo contrario de lo que se
fin dice.
(no había comida)
HIPÉRBOLE Érase un hombre a una Exageración extrema.
nariz pegado.
PROSOPOPEYA El 6 es el número que va Atribuir a seres
a tener familia. inanimados o animales
características de
humanos.
Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero Ideas aparentemente
PARADOJA Que muero porque no contradictorias que se
muero unen.
Que el alma que hablar
puede con los ojos// Mezcla o intercambio de
SINESTESIA también puede besar sensaciones.
con la mirada.
¡Qué tristeza de olor de
jazmín!
Apreté la voz,
COMPARACIÓN como un cincho, Relación de semejanza
alrededor entre dos ideas.
Del verso.
Su luna de pergamino
METÁFORA Preciosa tocando viene Comparación sin nexos
las perlas de su boca. comparativos.
Sus ojos son dos luceros.
Respeto sus canas
METONIMIA (su edad) Sustituir el todo por la
Ha comprado un Greco parte, el efecto por la
causa, el autor por la
Vio venir las velas por el obra.
mar.
PLEONASMO Lo vio con sus propios Inclusión de un elemento
ojos. innecesario,
Grité con toda mi voz redundante.
Pregunta de la que no se
INTERROGACIÓN ¿Serás, amor, espera respuesta.
RETÓRICA un largo adiós que no se
acaba?
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6. CORPUS DE POESÍAS PARA TRABAJAR
EL HORNERO
Leopoldo Lugones (1874 – 1938)
La casita del hornero
tiene alcoba y tiene sala.
En la alcoba la hembra instala
justamente el nido entero.
En la sala, muy orondo,
el padre guarda la puerta,
con su camisa entreabierta
sobre su buche redondo.
Lleva siempre un poco viejo
su traje aseado y sencillo,
que, con tanto hacer ladrillo,
se la habrá puesto bermejo.
Elige como un artista
el gajo de un sauce añoso,
o en el poste rumoroso
se vuelve telegrafista.
Allá, si el barro está blando,
canta su gozo sincero.
Yo quisiera ser hornero
y hacer mi choza cantando.
Así le sale bien todo,
y así, en su honrado desvelo,
trabaja mirando al cielo
en el agua de su lodo.
Por fuera la construcción,
como una cabeza crece,
mientras, por dentro, parece
un tosco y buen corazón.
Pues como su casa es centro
de todo amor y destreza,
la saca de su cabeza
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7. y el corazón pone adentro.
La trabaja en paja y barro,
lindamente la trabaja,
que en el barro y en la paja
es arquitecto bizarro.
La casita del hornero
tiene sala y tiene alcoba,
y aunque en ella no hay escoba,
limpia está con todo esmero.
Concluyó el hornero el horno,
y con el último toque,
le deja áspero el revoque
contra el frío y el bochorno.
Ya explora al vuelo el circuito,
ya, cobre la tierra lisa,
con tal fuerza y garbo pisa,
que parece un martillito.
La choza se orea, en tanto,
esperando a su señora,
que elegante y avizora,
llena su humildad de encanto.
Y cuando acaba, jovial,
de arreglarla a su deseo,
le pone con un gorjeo
su vajilla de cristal.
Los espejos
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8. Jorge Luis Borges (1899 –1986)
Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos
sino ante el agua especular que imita
el otro azul en su profundo cielo
que a veces raya el ilusorio vuelo
del ave inversa o que un temblor agita
Y ante la superficie silenciosa
del ébano sutil cuya tersura
repite como un sueño la blancura
de un vago mármol o una vaga rosa,
Hoy, al cabo de tantos y perplejos
años de errar bajo la varia luna,
me pregunto qué azar de la fortuna
hizo que yo temiera los espejos.
Espejos de metal, enmascarado
espejo de caoba que en la bruma
de su rojo crepúsculo disfuma
ese rostro que mira y es mirado,
Infinitos los veo, elementales
ejecutores de un antiguo pacto,
multiplicar el mundo como el acto
generativo, insomnes y fatales.
Prolonga este vano mundo incierto
en su vertiginosa telaraña;
a veces en la tarde los empaña
el Hálito de un hombre que no ha muerto.
Nos acecha el cristal. Si entre las cuatro
paredes de la alcoba hay un espejo,
ya no estoy solo. Hay otro. Hay el reflejo
que arma en el alba un sigiloso teatro.
Todo acontece y nada se recuerda
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9. en esos gabinetes cristalinos
donde, como fantásticos rabinos,
leemos los libros de derecha a izquierda.
Claudio, rey de una tarde, rey soñado,
no sintió que era un sueño hasta aquel día
en que un actor mimó su felonía
con arte silencioso, en un tablado.
Que haya sueños es raro, que haya espejos,
que el usual y gastado repertorio
de cada día incluya el ilusorio
orbe profundo que urden los reflejos.
Dios (he dado en pensar) pone un empeño
en toda esa inasible arquitectura
que edifica la luz con la tersura
del cristal y la sombra con el sueño.
Dios ha creado las noches que se arman
de sueños y las formas del espejo
para que el hombre sienta que es reflejo
y vanidad. Por eso no alarman.
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10. Un sol
Alfonsina Storni (1892-1938)
Mi corazón es como un dios sin lengua,
mudo se está a la espera del milagro,
he amado mucho, todo amor fue magro,
que todo amor lo conocí con mengua.
He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
pero yo espero algún amor-natura
capaz de renovarme y redimirme.
Amor que fructifique mi desierto
y me haga brotar ramas sensitivas,
soy una selva de raíces vivas,
sólo el follaje suele estarse muerto.
¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
distinto al tronco fiel que lo alimenta.
¿En dónde está el espíritu sombrío
de cuya opacidad brote la llama?
Ah, si mis mundos con su amor inflama
yo seré incontenible como un río.
¿En dónde está el que con su amor me envuelva?
Ha de traer su gran verdad sabida...
Hielo y más hielo recogí en la vida:
Yo necesito un sol que me disuelva.
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11. El despertar
Alejandra Pizarnik (1936-1972)
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios
Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo
Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos
Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre
Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.
Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada
Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue
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12. ¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?
¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?
El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde
Señor
Arroja los féretros de mi sangre
Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas
Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo
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13. Espantapájaros 18
Oliverio Girondo (1891- 1967)
Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la
camiseta. Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado, de nuestro
llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños
familiares, llorando. Atravesar el África, llorando.
Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuies y los
cocodrilos no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.
Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato, de flacura.
Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
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