"La llaman la montaña que devora a los hombres, pero es más bien la montaña que devora a las mujeres". Raúl de la Fuente es el director de Minerita, corto documental candidato al Goya que narra la violencia que sufren mujeres y niñas en el entorno de la mina de Cerro Rico (Bolivia), a 4.700 metros de altura, por unos hombres que, conscientes de su condena de muerte por culpa de unas condiciones de trabajo extremas (su esperanza de vida no llega a los 45 años), las agreden y las violan con total impunidad. "De todos los sitios en los que he estado, este es el menos apto para la vida",
Informe Estudio de Opinión en Zapopan Jalisco - ABRIL
Documental: La montaña que devora a las mujeres
1. La montaña que devora a las mujeres
Por: Lorenzo Calonge | 24 de enero de 2014
"La llaman la montaña que devora a los hombres, pero es más bien la
montaña que devora a las mujeres". Raúl de la Fuente es el director
de Minerita, corto documental candidato al Goya que narra la
violencia que sufren mujeres y niñas en el entorno de la mina de
Cerro Rico (Bolivia), a 4.700 metros de altura, por unos hombres
que, conscientes de su condena de muerte por culpa de unas
condiciones de trabajo extremas (su esperanza de vida no llega a los
45 años), las agreden y las violan con total impunidad. "De todos los
sitios en los que he estado, este es el menos apto para la vida",
sentencia el realizador.
MINERITA trailer, de Raúl de la Fuente y Amaia Remírez,
KANAKI FILMS.
https://vimeo.com/71877977
Lucía, de 40 años, Ivone, de 16, y Abigail, de 17, son las
protagonistas de un relato angustioso al pie de una mina que mata a
jóvenes dentro y estrangula a mujeres fuera. Cada una sobrevive y
escapa como puede, abandonadas en su desgracia. Las tres viven en
la bocamina, en casetas de adobe minúsculas y en algunos casos
teniendo que beber el agua contaminada que sale de los túneles.
La mayor de ellas, Lucía, trata de espantar a los agresores haciendo
explotar dinamita y saliendo a la carrera, aunque asegura que ya no
tiene miedo. Todo lo contrario que Ivone, que, además de huir de los
mineros, también debe hacerlo de su padre alcohólico. "Cuando él
está en casa, yo me marcho. También pega a mi mamá. Le odio",
confiesa en el filme. "Es una chica fuerte, con mucho carácter, que
vive con un temor constante. En la grabación pronunció al menos 20
veces la palabra miedo. Ella aguanta allí por su madre, que está coja
de una pierna, y sus hermanas, pero le gustaría irse a Brasil", explica
2. De la Fuente. Nunca falta en su bolsillo una piedra con la que
defenderse.
Ivone con su madre.
La estrategia de Abigail es mimetizarse con los mineros. Como las
dos anteriores protagonistas, se gana la vida guardando el material
de los trabajadores, pero ella también entra en la mina por las
noches, durante 12 horas (hay unos 13.000 niños mineros en todo
Bolivia, según la ONG Cepromin). Antes lo hacía con bastante
frecuencia y ahora solo esporádicamente, cuando necesita un dinero
extra, a espaldas de la organización con la que pasa el resto del día
estudiando, enlazando la mina con los libros en jornadas
interminables que casi se juntan la una con la otra. Su sueldo, eso sí,
es cinco veces inferior al de un trabajador, aunque, puestos a ser
optimistas, en la actualidad cobra. En el pasado, una deuda con los
propietarios de la mina por un robo de los materiales que la familia
de Abigail custodiaba le obligó a trabajar gratis durante una
temporada.
Y con ella se metieron Raúl de la Fuente y Axel O'Mill, responsable de
sonido, para grabar el momento más sobrecogedor del corto dentro
de esas galerías ruinosas, enfangadas, pestilentes, completamente
oscuras, apenas alumbradas por un pequeño foco que cuelga del
casco de la joven, que carga centenares de kilos de piedras en su
vagoneta. "Entramos la noche siguiente a la muerte de dos jóvenes
por un escape de gas. Las galerías están llenas de líquido y barro, y
algunos túneles son muy estrechos, por eso necesitan que entren
niños. Por supuesto, las medidas de seguridad son nulas. Estuvimos
unas tres horas dentro, pero no sé... En realidad pierdes la noción del
tiempo. Traté de abstraerme del lugar concentrándome en las
aspectos técnicos de la grabación, hasta que ella dijo: 'No toquéis
ahí, se puede caer todo'. Esa frase fue como una bofetada de
3. realidad. Ahí decidimos salir lo más rápido posible. Si aquello se caía,
estábamos muertos", recuerda el director de Minerita.
Abigail en la mina de Cerro Rico.
La idea inicial también incluía acceder a la mina con ellos, pero la
desconfianza que generó entre los trabajadores su presencia les
obligó a desistir. "Las mujeres nos recibieron con cautela. Agradecían
que se contara su historia, sin embargo, también sabían que eso
suponía un riesgo para ellas. Ivone, por ejemplo, no quería participar.
Axel le convenció cantándole un tango a ella y a su madre. Rodamos
con cuidado para no ponerlas más en peligro. Tratamos que los
mineros no estuvieran cerca. Aun así, la tensión era inevitable.
Teníamos pensado quedarnos tres semanas, pero al final nos fuimos
un poco antes", cuenta De la Fuente.
Esta historia de cine tuvo su inspiración y prólogo hace cuatro años
en un reportaje escrito (con fotos y audio) de Dani Burgui y Ander
Izagirre sobre los niños mineros de Cerro Rico, en el que ya aparecía
Abigail dentro de la montaña, y que fue premiado en 2010 por Manos
Unidas como la mejor información del año sobre los países del Sur.
"Se había escrito mucho sobre el supermacho minero que se juega la
vida, pero se había contado poco sobre la situación de muchas
mujeres: violadas y agredidas, y de las situaciones de incesto. Son
víctimas con una gran determinación para salir adelante y que no
esperan nada de las autoridades ni de Europa", concluye Burgui.
En un futuro no muy lejano, a Raúl de la Fuente le gustaría organizar
en Potosí, la ciudad a las faldas de Cerro Rico, un pase privado para
Lucía, Ivone y Abigail, las tres heroínas deMinerita. Y tal vez con la
compañía de un Goya.