4. Entre el aquí y el allá
Nada hay más misterioso.
El mundo llama del otro lado, despertando nuestra imaginación que empieza a construir
muros con sombras, cielos inalcanzables, ilusiones de protección, temores y dudas acerca
de nuestras más sólidas atalayas. Así todo un pasado viene a nosotros, abriendo nuestra
memoria.
¿dónde queremos estar? ¿dentro o fuera? ¿arriba o abajo?. Parece que estar dentro es
recogerse uno mismo, condensarse, estar en la intimidad. Parece que estar fuera es
exponerse, desparramarse. El ser o el no ser. El consejo filosófico de entrar en uno mismo
para situarse en la existencia nos lleva a preguntarnos: ¿a qué “fuera” podríamos huir? ¿en
qué “dentro” podríamos refugiarnos? La puerta, como la escalera, es todo un mundo de la
vacilación: salir o entrar, subir o bajar. El umbral donde se acumulan las dudas, los deseos
y las tentaciones.
Una puerta abierta nos invita a traspasar el umbral, pero una puerta cerrada… ¿la
abrimos?. Nuestro ser quiere manifestarse y quiere ocultarse a la vez. Somos ambiguos
como la puerta entreabierta. Somos seres entreabiertos, dicen los filósofos. Encerrados en
nuestro ser, necesitamos salir de él. Y apenas fuera, ya queremos volver.
En paralelo con la idea de la puerta, y sin olvidarla, Ernst Kraft nos invita a un viaje por la
escalera de Jacob. Nos muestra una escalera soñada y silenciosa, como soñados y
silenciosos son los seres que las suben y las bajan.
Dante nos habló de las escaleras que conducen a los diferentes círculos del infierno, como
símbolos del cambio, de transformación de los que allí habitan. Pero las escaleras de
bajada al inframundo… no se suben.
5. Kraft nos muestra una escalera de subida, recta. No es la escalera de caracol serpenteante
y siniestra que pintó Rembrandt en su cuadro “el filósofo en meditación”. Es una escalera
transparente y ligera, como la ascensión al cielo, donde podemos volar y llegar hasta las
nubes, en marcha leve, como leves son los peldaños de su escalera. Unos peldaños
cambiantes, portadores de todos los reflejos, con sus luces y sus sombras, como nuestros
sueños. La vida espiritual desea crecer, elevarse.
Durante el sueño subimos o bajamos sin cesar. Soñar cayendo y soñar subiendo. Y
conectamos con el mundo mágico, donde aparece siempre un dintel por donde pasar, una
puerta que ha de abrirse, unas aguas que hay que sobrevolar, unas escaleras entre la luz y
la oscuridad. La vida y la muerte. Momentos de trascendencia.
La escalera del desván… se sube. Tiene el signo de la ascensión hacia la claridad, la
soledad más tranquila.
La escalera del sótano… se baja. Hacia la oscuridad y lo oculto.
Un piso más, un segundo piso, un tercero… y los sueños se confunden, evocando
recuerdos y recorriendo laberintos, espacios de soledades. No se tiene memoria de los
sueños, aunque algunos se recuerden. Son rescate y aparición de lo oculto, de lo perdido.
El fenómeno del sueño lo es de una ocultación. De estar presente o de estar ausente. El
hombre cuando sueña no está en la realidad. El cuerpo cede a la gravedad, pero no está
presente. Está lejos, en otra parte. En un mundo inmenso. No está “aquí”, sino en un
“ahí”, en un “ahí” que es también un “allá”. Ahí como cuerpo; allá como persona. Ausente
de sí mismo y en ninguna parte presente.
Y al caer bajo la oscuridad del sueño, se produce un corte en el tiempo, un tiempo que ha
transcurrido y que no cuenta. Y cuando despiertas es ya ahora y lo que acabas de vivir es
ya pasado. Y al final el despertar es cosa de un instante. Nos sentimos
despertados, “sacados de”, y volvemos a entrar en escena. Si la vida es sueño, es sueño
que acaba en un despertar.
6. En los sueños se nos revela algo de nosotros mismos. El extrañamiento que sentimos
puede ser la imagen de la muerte, y sin embargo, el soñar es la esencia misma de la
vida, porque el hombre la está viviendo. No es sólo rememorar, sino
explorar, otear, retroceder, hundirse. Vamos a una situación reveladora, nos despojamos
de nuestra personalidad, de nuestra máscara. Abandonamos nuestras circunstancias y a
la vez nos sentimos abandonados. Cerrar los ojos es un acto de total confianza, de
entrega, de fe. De ahí el insomnio engendrado por la inquietud, por la desconfianza.
El sueño nos deja como solemos estar, solos, como lo estamos en el pensamiento. Es un
viaje mágico en el que el viajero anda a la vez preso y errante, en un lugar desconocido al
que ha llegado por error. Y fluye, y sube y baja en silencio, en ese silencio en el que se
oyen los pasos ahogados y deja el espacio detrás de o ¿es el espacio el que retrocede?
Un enigma a descifrar.
Así que necesitamos un camino, una escalera para no sentirnos errantes. Unos escalones
que separan lo alto y lo bajo, el bien y el mal, la claridad y la sombra. Y allá
arriba, cuando la mirada se precipita hacia el vacío y tendemos la mano hacia
arriba, fundiendo virtualmente la cima y el abismo, mientras tierra y cielo se separan.
Así el artista nos ofrece la visión de un fragmento de la escala cósmica. Una escalera de
subida, hacia un lugar que permite ser abierto, para encontrar otros caminos
ocultos, quizás en la oscuridad. Escalón tras escalón.
La escalera hacia nuestro personal desván imaginario…. ¿la subimos?
Charo Carrera, Málaga, 1 Agosto, 2013
7. Sobre el concepto
Para la instalación y su título " Entre el aquí y el allá ", me inspiran las “Études d'exécution
transcendante” de Franz Liszt. Es “une étude”, un ejercicio. Es temporal, efímero y
transparente; es, en breve, lo que se llama una instalación, que se monta y luego se
desmonta, y terminando la fecha de exposición no quedará nada más que un reportaje
gráfico y audiovisual.
Constan varias metáforas para el viaje de aquí para allá… el puente, la puerta, la escalera.
Con la instalación física me he limitado a la última, la escalera, siendo la forma más
potente dentro del espacio disponible, y ¿quizás? también porque la sala Manuel
Barbadillo en Málaga, donde se realiza la instalación, tiene una fachada que se parece a
una abstracción de la Puerta del Sol en Tihahuanaco, Bolivia. La sala está justamente
enfrente del rio Guadalhorce, y su puente forma parte casi natural del camino para llegar
a la “escalera”.
Tanto la escalera como la puerta tienen un aspecto místico y Junguiano.
La escalera es un fenómeno que siempre me ha intrigado, no simplemente porque vivo y
trabajo en un quinto piso, ¡no!, sino también porque hace muchos años, cuando tenía mi
taller en Amsterdam, que era un garaje en frente del canal de Brouwersgracht, (¡vaya
puentes…!) tenía la misma fascinación. Encontré en la calle una escalera de solo 3
peldaños, la monté en una pared de mi taller, y en su punto más alto monté una puerta
con su bastidor, también encontrada en la calle… No servía para nada, pero cambiaba mi
espacio totalmente, era trascendente, era el sueño, y no hace falta llamarse Jacob para
soñar…
8. La escalera es la visualización del verbo trascender (de trans, más allá, y scando, escalar) y
significa pasar de un ámbito a otro, en niveles distintos, atravesando el límite que los
separa. Trascender significa la acción de «sobresalir», de pasar de «dentro» a «fuera» de
un determinado ámbito, superando su limitación o clausura.
No hay metáfora más potente que la escalera para expresar el deseo de ir al cielo, o el
miedo de bajar al inframundo.
La escalera es una construcción diseñada para comunicar espacios situados a diferentes
alturas.
Es el símbolo de la unión entre el cielo, la tierra y el inframundo. Hace referencia a la
posibilidad de ascender, de subir, de acceder a otros niveles o estratos pero siempre en
forma gradual y paulatina.
Como vía de doble comunicación, también evoca la idea del movimiento, del fluir, el
panta rei, del intercambio entre el arriba y el abajo.
Al igual que la escala, es el punto que relaciona lo alto con lo bajo, lo superior con lo
inferior, permitiendo la elevación, dando idea de progreso, de avance, de superación y de
ir hacia la muerte. El cielo, la tierra y el inframundo, qué curiosa trinidad.
Me imagino la subida del pobre ser humano hacia el “Reino de Dios”, como un viaje que
emprende desde la oscuridad terrenal hacia la luz espiritual, de manera progresiva,
escalón tras escalón, venciendo los obstáculos que se le presentan a cada paso y en cada
recodo. Vista como un camino, la escalera elevada al cielo habla del conocimiento
exotérico, consciente y divino, mientras que la que desciende a la tierra es la del
conocimiento esotérico, de lo oculto y de lo inconsciente.
9. En su otro aspecto la escalera genera miedo, temores, angustias, opera como un medio de
regresión, de descenso, de caída a la tierra. (Era miedo lo que sentía Jacob) Hasta llegar a
las oscuras profundidades del infra-mundo y a lo que se crea, se oculta en él.
Para llegar a la escalera, que no es el reto pero sí el medio, antes hay que pasar la puerta…
una puerta o más.. .. pasar por el puente…
¡Bien!, todos tenemos que asumir este viaje de la vida a la muerte…
Ahora: la puerta… ¿Es el material que hace bisagra con su bastidor? o ¿Es el hueco en la
pared que separa los espacios? En la instalación me quedo con la última….
Entre el mundo de los vivos y el de los muertos existen puertas. Entre el aquí y el allá hay
una puerta, como la entrada a una ciudad, que une y separa un mundo y otro.. Me he
inspirado en la Puerta del Sol, de la cultura Aymara de Bolivia.
El material para construir la escalera es de metacrilato, es de transparencia total. Los
peldaños y las paredes de la escalera colgadas independientemente con hilos de nylon, se
mueven con el aire que surge… . (No hay ningún ser humano capaz de subir estos
peldaños, ni hay un ángel que se atreva a bajar). De eso se trata…
Ernst Kraft, Málaga, marzo, 2013
10. Ficha técnica
Fechas: Sala Manuel Barbadillo, disponible por cortesía de APLAMA (Asociación de
Artistas Plásticos de Málaga) desde el 26 de julio 2013. Montaje 26 de julio al 1 de agosto.
Inauguración jueves 1 de agosto. Clausura instalación el 27 de agosto. (Desmontaje hasta
el 28 de Agosto)
Ficha técnica de la sala: Altura: 3.22 m. / Anchura entre pilares 3.80 m. / Longitud de la
sala 19.80 m. 5 Pilares 40 x 48 / 3.20 m. entre los pilares / 5 espacios cada pared. Techo
falso: profundidad 48 cm., Cuadrados de escayola del techo 60 x 60 cm. Entre pilares:
techo 6 cuadrados enteros y 2 medios a cada lado.
Materiales:
41. English summary
Ernst Kraft invites us to make a journey to Jacob’s Ladder We see a dreamlike and silent
stairway peopled by silent creatures of dreams ascending and descending the stairs. Dante
spoke of stairs leading to the different circles of hell, as symbols of change, of the
transformation of those who live there. But the stairs down to the underworld… you cannot
climb, writes Charo Carrera in her introduction. Kraft shows a straight ascending staircase .
çNot the sinister winding stairs that Rembrandt painted in his work “ The Philosopher In
Meditation”. It is a transparent, lightweight stairway, as the ascension to heaven, where we
fly and reach the clouds. The steps of his staircase are light. Changing steps, carriers of all
reflections, with their lights and shadows, as our dreams.
The Ladder, the staircase, is the symbol of the union between heaven, earth and the
underworld. It refers to the ability to ascend or descend to access other levels, albeit
gradually.
Communication between the levels also evokes the idea of movement, the flow, the panta
rei, the exchange between above and below.
In its other aspect the staircase creates fears and anxieties, operating as a way of
regression, decline, falling to the ground ( It was a fear that Jacob felt..) until reaching the
dark depths of the underworld and facing that which should be kept hidden.
The material used to build the staircase is methacrylate, used to underline the
transparency and lightness. The steps and stairway walls are hung independently with nylon
threads, they move with the ambient air…..
There is no human being able to climb these steps, nor is there an angel that dares to
descend. That is what it is all about.
42. Eine ätherische Treppe zwischen zwei Welten
Eine transparenete Treppe erhebt sich grazil im Raum und scheint ins Unendliche zu
führen. Diese elegante Installation des holländischen Künstlers Ernst Kraft ist bis zum 27.
August im Ausstellungssaal Manuel Barbadillo in Málaga zu sehen. Kraft hat sich für diese
Arbeit von der biblischen Erzählung der Jakobsleiter, dem Verbindungsglied zwischen Erde
und Himmel, inspirieren lassen. Auf diese Schnittstelle zwischen zwei Welten spielt auch
der Ausstellungstitel ‘Entre el aquí y el allá’ (Zwischen dem Hier und dem Jenseits) an. Die
Idee der Verknüpfung zweier Welten ist nicht neu im Werk des Künstlers. Schon bei seiner
Ausstellung im vergangenen Monat, als im selben Saal Gemälde von Kraft zu sehen waren,
tauchte das Motiv der Treppe auf, und auch Labyrinthe und Türen sind eine Konstante im
Werk des Holländers.
«Die Tür wie auch die Treppe ist ein Moment des Zweifels: ein- oder heraustreten, hinauf
oder hinabsteigen. Es ist die Schwelle der Unsicherheit, der Begehren und der
Versuchungen», schreibt die Ausstellungskuratorin Charo Carreras in dem Text, der die
Ausstellung begleitet. Krafts Treppe erhebt sich leicht und gerade gegen den Himmel und
lädt dazu ein, in unbekannte Sphären einzutauchen. Die Installation wird von einem
Videofilm begleitet, der den Enstehungsprozess des Werkes dokumentiert.
Beatrice Lavalle, Sur Deutsche Ausgabe, 08 08 13
45. Ernst Kraft
1952, Bloemendaal., Países Bajos.
En el año 1989 establece su taller en Málaga, y celebra su primera exposición en la ciudad
en la entrañable galería Terral.
Su trayectoria profesional incluye períodos figurativos expresionistas, pero conste que
prevalece su vocación por la abstracción dramática.
Su obra pictórica se complementa con otras perspectivas, como objetos, esculturas, videos
e instalaciones / construcciones en espacios públicos: El laberinto, en el espacio verde de
la Fundación Altzheimer en León, México, El laberinto de piedras en el parque “der
Ortspitze”, en la ciudad de Passau, (Alemania) por la ocasión de celebrar el 20 aniversario
del hermanamiento con la ciudad de Málaga, el laberinto transparente en La Casa de
Cultura de las Lagunas de Mijas, La casa con las dos chimeneas , realizado en el parque
escultórico de la ciudad Santa Rosa, Argentina en octubre 2010 o La escalera transparente
que formaba la parte principal de su instalación “Entre el aquí y el allá”, realizada en la Sala
Manuel Barbadillo en Málaga (E) en agosto 2013
Ernst Kraft es socio de APLAMA, Asociación de Artistas Plásticos de Málaga. Es socio del
VEGAP, es socio honorífico de la Asociación Cultural "Terra Dell´Arte", Italia. Miembro del
jurado de Ars Latina. Socio fundador de la Asociación Cultural Malaga on, y coordinador
del Proyecto Internacional Din A4.
(Foto a la izquierda: Ernst Kraft retratado por Charo Carrera, 2013)
46. Colofón
Entre el aquí y el allá
Una instalación de Ernst Kraft
Sala Manuel Barbadillo, por cortesía de la Asociación de Artistas Plásticos de Málaga
Agosto 2013
Concepto y realización: Ernst Kraft
Texto introducción: Charo Carrera, Reseña en Alemán: Beatrice Lavalle
Fotografía: Charo Carrera y Ernst Kraft
Montaje de la instalación: Javier Ponce y Ernst Kraft
Imprenta: INTERCOPY, Fuengirola
http://ernstkraft.blogspot.com.es/
(Derechos protegidos por VEGAP)