Un campesino descubrió que le faltaban vegetales de su huerta y sospechó que las brujas del pueblo se los estaban robando. El campesino y los vecinos planearon una trampa para las brujas, pero estas se enteraron y hechizaron al campesino convirtiéndolo en un hongo. Más tarde, las brujas rompieron el hechizo porque se sentían solas y el campesino volvió a la normalidad. Las brujas abandonaron el pueblo y el campesino se casó y vivió