1. LA FUNCIÓN SIMBÓLICA
Origen y desarrollo de la función simbólica en el niño
Siempre se define al ser humano como un animal racional, pero en lugar de ello
deberíamos entenderle como un animal simbólico, ya que, todo lo que nos rodea, e
incluso pensamos es mediante símbolos.
El ser humano desarrolla rápidamente una capacidad para ejecutar actos libres en la
elaboración y expresión del pensamiento, gracias a la ayuda de los símbolos.
Los símbolos, en general, son los que permiten la cognición y la designación de las
cosas, es posible que haga referencia a la comunicación.
Es una forma de representación de todo lo que se produce en el
pensamiento, bien sea como aprehensión del mundo exterior, producto
de la fantasía o la creación cultural, construcción de conocimientos,
organización afectiva, volitiva o de interacción social.
A esta capacidad o facultad de representación mediadora de la
realidad, Piaget( entre otros ) la han denominado también como la
facultad semiótica.
Habilita al hombre para la realidad, representar, transformar y aludir a ella en la
comunicación, convirtiéndola en referente. Van entrando en el terreno de los signos
(semiosis) y su función en la construcción del conocimiento.
SEMIOSIS: Es la socialización del conocimiento que se construye, hacen que los
símbolos signifiquen algo de alguien sobre algo con destino a alguien. Es decir
permite que la comunicación sea al mismo tiempo símbolos que nos representan una
cosa en la mente.
Piaget decía que la función simbólica cubre, a la vez, los símbolos y los signos, cuya
diferencia se reduce a la simple función : Representativa (Los símbolos) y
comunicativa (Los signos) .
Los signos se caracterizan por ser convencionales, pues tiene su fundamento en una
aceptación social previa, y por llevar en ellos mismos una intencionalidad
comunicativa.
Es preciso advertir que, además de la función simbólica, el lenguaje se le asocian
varias funciones como la expresión de la emotividad y la interacción comunicativa.
El hombre es un ser capaz de crear símbolos par el desarrollo y expresión del
pensamiento y su personalidad, adquiere una o más lenguas par este mismo fin y para
la comunicación.
2. Las acciones simbólicas y palabras que remiten a algo que no son ellas mismas son
signos. Dentro de esta categoría destacan los índices y las señales. En el primero hay
una relación entre signo y referente de causa-efecto, (causal) por ejemplo, el humo
sería el índice del fuego, el relámpago al trueno, etcétera. Las señales tienen un tipo
de relación de contigüidad, de aproximación temporal o espacial entre referente y
signo, un ejemplo de lo anteriormente dicho, es el experimento realizado por el
conductista, Paulov, el que el perro salivaba cuando sonaba una campana, la
campana sería la señal de la comida.
Los símbolos son un tipo de signos en el que se guarda una relación de
representación. Un ejemplo de representación es cuando un niño hace “pío-pío” para
referirse a un pájaro.
TIPOS DE SIMBOLOS:
Existen dos tipo de símbolos.
Tipo figurativo, tienen un código analógico, existe una relación entre significado y
significante. Un ejemplo sería un dibujo (de un árbol) que representa una relación y
guarda una relación con ella (planta).
Tipo convencional, son de tipo analíticos, el ejemplo por excelencia son las
palabras, ya que, no hay relación entre significado y significante. Las palabras no
evocan una realidad si no se conoce el código para poder descifrarlas.
Se dice que los símbolos “son en su origen acciones o conductas peculiarmente
desadaptadas”, esto quiere decir, que a pesar de tratarse de acciones
instrumentales y funcionales no están en un contexto adecuado. Por ejemplo,
cuando un niño hace como que bebe de una taza estando vacía, tiene interiorizada
una conducta simbólica que no sirve para lo que se podría prever, beber, sino,
para realizar una actividad lúdica delante de su madre.
En un primer momento en la evolución del niño, el objeto tiene que estar presente,
pero posteriormente se podrá obviar, alcanzando cada vez una mayor abstracción
por su parte. En el ejemplo anterior, un niño más mayor, podría realizar la misma
simulación, pero sin necesidad de tener la taza, y podría realizar un gesto con su
pulgar hacia su boca indicando la acción de beber.
La clave está en lo anteriormente tratado, cómo el niño pasa del mundo concreto al
mundo abstracto. Como hemos podido ver, se trata de un proceso secuencial que
tiene una gradación. En un primer momento, imitan las conductas de los adultos,
especialmente, la de sus padres, y posteriormente, interiorizan los conceptos y los
símbolos haciéndolos suyos. De ahí, que la principal función del símbolo sea poder
comunicarse con los demás y con uno mismo, y sea una interpretación mental
tanto suya como de los demás, como hemos venido diciendo hasta ahora.
El lenguaje es simbólico. Un tipo de lenguaje, es la lengua de signos que se
compone de símbolos icónicos y conceptuales. La lengua de signos surge como
una necesidad y tiene una estructura distinta a la oral.
Estructura de la lengua oral: sujeto + verbo + complementos.
Estructura de la lengua de signos: complemento + sujeto + verbo.
También los tiempo verbales son distintos, se suele poner el cuerpo como
3. referente y representaría el presente, por delante de él sería el futuro, y por detrás
el pasado. La lengua de signos no es universal, e incluso tiene distintas
connotaciones dentro de un mismo país, o según los colegios, tiene jergas (por
ejemplo, la juvenil). Se construye como otra lengua a través del medio, el entorno,
las concepciones del mundo de cada lugar, etcétera.
En la lengua de signos existen distintos niveles de abstracción, de lo más concreto
a lo más abstracto, como el mencionado proceso del niño en adquirir un
pensamiento simbólico. Para los sordo-ciegos hay una gradación de menor a
mayor abstracción, primero se adquiere el lenguaje concreto, posteriormente
simbólico, el lenguaje de letras, braile y por último hablar. En cuanto adquieren el
lenguaje simbólico, es más fácil evolucionar a los siguientes.
APARICIÓN DE LA FUNCIÓN SEMIÓTICA
A partir del segundo año aparece un conjunto de conductas que implica la evocación
representativa de un objeto o acontecimiento ausente, lo cual supone la construcción o
el empleo de significantes diferenciados.
Al menos cinco de esas conductas pueden distinguirse:
1.IMITACIÓN DIFERIDA Se inicia en ausencia del modelo.
El autor nos cita el ejemplo de una niña que ve a un amiguito tener un berrinche (lo
cual es nuevo para ella), pero un par de horas después de su marcha, imita la escena
riéndose; esta imitación diferida constituye un comienzo de representación, y el gesto
imitador, un inicio de significante diferenciado.
2-JUEGO SIMBÓLICO En el caso del juego simbólico, o juego de ficción, la
representación es neta y el significante diferenciado es, un gesto imitador, pero
acompañado de objetos que se han hecho simbólicos.
3-EL DIBUJO La imagen grafica es un intermediario entre el juego y la imagen mental;
no aparece antes de los dos o dos años y medio.
4-IMAGEN MENTAL Aparece como una imitación interiorizada.
5-EL LENGUAJE El lenguaje naciente permite la evocación verbal de acontecimientos
no actuales. Cuando el niño dice "guau", sin ver al perro, existe una representación
verbal además de imitación.
Piaget sostiene que las cuatro primeras de estas conductas se basan en la imitación, y
la última, el lenguaje, es adquirida en un contexto necesario de imitación. Y que por
tanto la imitación es una prefiguración de la representación.
"…que constituye en el curso del período senso-motor, una especie de representación
en actos materiales, todavía no en pensamiento.
Al término del período senso-motor, el niño ha adquirido una capacidad suficiente en
dominio de la imitación así generalizada, para que se haga posible la imitación
diferida…"
Es así que el acto se desprende de su contexto, se hace significante diferenciado, y
por lo tanto, se va constituyendo en el niño la representación en pensamiento.
Piaget afirma que con el juego simbólico y el dibujo, ese paso de la representación en
acto a la representación-pensamiento, se ve reforzado.
Más tarde, la imagen mental posibilita que la imitación deje de ser únicamente diferida,
para ser también interiorizada, dando lugar así a una representación que está en
condiciones para convertirse en pensamiento.
4. La adquisición del lenguaje, hecha posible en esos contextos de imitación, permite que
esta representación naciente aumente sus poderes apoyándose en la comunicación.-
Es así que, la función semiótica da surgimiento a dos clases de instrumentos: los
símbolos (los cuales "motivados", aunque presentan significantes diferenciados, existe
alguna semejanza con sus significados), y los signos.-
En cuanto a los símbolos, Piaget dice que son "motivados" porque pueden ser
construidos por el individuo solo, más allá de que existan símbolos colectivos.-
"La imitación diferida, el juego simbólico, la imagen gráfica o mental dependen
entonces directamente de la imitación, no como transmisión de modelos exteriores
dados (ya que hay una imitación de si misma igual que de otros) sino como paso de la
pre-representación en acto a la representación interior o pensamiento".-
El signo, sin embargo, es convencional; necesariamente debe ser colectivo. El niño lo
recibe por el canal de la imitación, pero lo adquiere de modelos exteriores, únicamente
lo acomoda a su manera.-
LOS SÍMBOLOS
Según Ángel Reviere, los símbolos son, en su origen, acciones significantes que
remiten a ciertos significados "ausentes". Y las acciones significantes son, por lo tanto,
formas elaboradas de interacción comunicativa. Aunque no son las primeras
actividades comunicativas que realiza el niño; desde el 1er. año de vida aparecen
pautas claras de comunicación intencional que tienen un carácter pre-simbólico.-
Entre los 8 y 12 meses el niño comienza a señalar con el dedo determinados objetos o
situaciones que le interesan, Realiza gestos y vocalizaciones que pueden tener una
función proto-declaratoria (compartir la experiencia) o proto- imperativa (conseguir algo
a través del otro).-
Estas acciones están al borde de la función simbólica aunque no lo son.-
Sin embargo, los gestos pre-simbólicos y vocalizaciones pre-verbales que hace el niño
de alrededor de 1 año, presentan una limitación: su referente tiene que estar
necesariamente presente.-
Para que el niño pueda realizar las funciones comunicativas cuando el referente está
ausente, se hace necesario representar al referente a través de una acción simbólica.-
"Originariamente, los símbolos nacen como resultado de la necesidad de comunicarse
acerca de objetos – referentes con los demás. Por la vía de los símbolos, la
comunicación se trastocará en conciencia reflexiva, la cual tiene en sí misma una
naturaleza simbólica o "semiótica"…"
Desde el principio, los símbolos cumplen un doble papel comunicativo, con otros y con
uno mismo. A través de los símbolos, el niño expresa e interpreta.-
ORÍGENES Y REQUISITOS DE LOS SÍMBOLOS
Ángel Riviere afirma que el origen de los símbolos no debe buscarse únicamente en
el desarrollo de las capacidades cognitivas generales, sino también en el desarrollo
social y comunicativo del niño.-
En este sentido, hay una diferencia sustancial entre la posición mantenida por Piaget y
las defendidas por los psicólogos interaccionstas como Vigotsky.-
Piaget señala la necesidad de cierto nivel de desarrollo en la noción de objeto
permanente para que los símbolos aparezcan, pero su observación no explica con qué
finalidad y para qué aparecen.
Vigotsky por su parte, interpreta la función simbólica como una función comunicativa.
5. Así es que, el niño no sólo tiene que estar situado en un mundo de objetos
permanentes, sino también en un mundo de seres sociales que son sujetos, con los
que puede establecer una relación intersubjetiva.-
"Los símbolos determinan y condicionan nuestra capacidad de compartir
intersubjetivamente el mundo mental de otros, pero el desarrollo está, a su vez,
determinado y condicionado por esa capacidad.."
El autor explica así que, para desarrollar la función simbólica, el niño debe tener
noción de la conducta intencionada de los otros, y que son poseedores de un mundo
interno de experiencias, cuya estructura es idéntica a la propia.-
Alrededor de los 18 meses el niño se comunica deliberadamente con los demás, a
través de gestos y vocalizaciones, no sólo para conseguir un objeto, sino por puro
placer funcional y comunicativo de compartir sus experiencias con otros. Esto
presupone la noción de que los otros también pueden tener experiencia.-
Este tipo de acto comunicativo, es denominado por Bates como "protodeclarativo".
También se habla de "conductas ostensivas".-
Ángel Riviere afirma que hay una gran diferencia entre el símbolo como
representación que sirve para conseguir algo, y los símbolos como "representaciones
para los otros acerca de las cosas". En el primer caso, no es necesario que el niño
alcance el grado de intersubjetividad que se requiere para informar a los demás acerca
de algo.-
"De este modo, los símbolos son el resultado de la integración de un conjunto
complejo de funciones y capacidades que se producen a lo largo del desarrollo previo:
habilidades de imitación, básicas para la construcción de significantes; competencias
intersubjetivas que permiten compartir experiencias y entender que los otros son seres
con experiencia; intereses hacia los objetos y la noción de que éstos tienen un grado
de permanencia que no depende de su percepción directa; capacidades de análisis y
abstracción de las propiedades de los objetos; posibilidad de evocarlos mentalmente;
motivos comunicativos de carácter declarativo".-
DESARROLLO SIMBÓLICO
Los sistemas simbólicos, se desarrollan muy rápidamente entre el segundo año de
vida y el comienzo de la edad escolar. El autor afirma que es en el lenguaje donde es
más evidente la velocidad, complejidad y facilidad de esta evolución.-
En el desarrollo de todos los sistemas simbólicos participan determinados vectores
evolutivos: descentración, diversificación, complicación estructural, integración y sobre
todo el de interiorización.-
"Los símbolos, a lo largo del desarrollo, se interiorizan y se convierten en recursos de
la propia conducta, y no sólo de la conducta de los demás; en sistemas de relación
con nosotros mismos.”
EL JUEGO SIMBOLICO
Sinopsis
Breve repaso por la Teoría de Jean Piaget acerca del Juego Simbólico y la importancia
de la palabra y el pensamiento en el desarrollo del niño.
Si el niño jugando con su cuerpo y con los objetos desarrolla sus habilidades físicas y
logra formar con la práctica las huellas mentales de su experiencia, pronto hará de
estos conocimientos su propio motivo de juego.
Recordemos como alrededor del año repite acciones en momentos que
no son los habituales, por ejemplo, acostarse para hacer como si fuera
a dormir, usar la cuchara como si fuera a comer, las cuales pueden ser
consideradas el nacimiento de conductas simbólicas, es decir son la
6. representación de un hacer algo como se da en la vida cotidiana, pero jugando.
Estas son conductas que hablan de una transición del Juego de Ejercicio, al Juego
Simbólico.
El Juego Simbólico surge alrededor del año y se prolonga en una primera etapa hasta
los 4 años, es ya un juego propio de los humanos, porque en los animales sólo
podemos distinguir el juego de ejercicio puro.
Estadios en el juego simbólico.
En el Juego Simbólico Piaget distingue también varios estadios y tipos que
evolucionan y que es común que se sobrepongan unos a otros, pero en los que puede
percibirse la evolución del desarrollo mental, afectivo y social del niño.
1. Después de las conductas en que el niño “juega a hacer”, empieza a proyectar
estas acciones a objetos nuevos, les atribuye sus propias conductas y generaliza la
acción, por ejemplo si en la etapa anterior hacía como que dormía, ahora hace como
que su oso duerme o hace como que la muñeca camina o llora, situaciones que
identifica en sí mismo, pero que ahora juega a que otros las hacen.
2. En esta época Piaget menciona un tipo de juego que es
complementario al anterior y que consiste en la imitación de
conductas que el niño ve en los otros. Estas acciones las
observa y las copia, todos recordamos al niño que ladra como
el perro, hace el gesto y la sonrisa como mamá, lee el
periódico como papá, etcétera.
Ambos tipos de juego consisten en aplicar su experiencia propia o imitada a objetos
nuevos y viceversa. Este ir de la conducta concreta a la conducta “como si”, es el inicio
de la simbolización, determinante como la característica humana por excelencia, el
lenguaje. Porque realizar una conducta que “significa algo” en otro momento, lo
prepara para poner una palabra (símbolo), en el lugar de un objeto, una persona y una
acción.
La simbolización es la relación entre un objeto, persona o acción tangibles en un plano
imaginado. La simbolización se da cuando un niño logra tener una representación
mental de los objetos, aun cuando se hallan ausentes, punto culminante y
determinante de lo que es pensar.
La función simbólica del juego enriquece el placer del ejercicio y la imitación de
conductas le ayuda a la realización de deseos, la compensación ante las frustraciones
y la posibilidad de repetir las experiencias que le deja la vida
3. Otro tipo de juego que podemos observar en los niños alrededor de los dos años, es
el traspaso de características o acciones de un objeto a otro, es decir ya no es su
experiencia directa, sino la de otro la que representa en un objeto nuevo. Por ejemplo
toma una piedra y dice que es un perro y lo mueve como un perro, toma un bote y dice
que es un biberón y se lo da a la muñeca, toma su oso y dice que lee el periódico
como papá, toma su muñeca y dice que sonríe como mamá.
4. En la evolución del juego infantil podemos descubrir un tipo de juego que prolonga y
supera el adelanto antes descrito de imitar acciones de otros y que es la imitación de
los otros, pero sin que ellos estén delante, por ejemplo actúa como la tía, o imita al
7. mecánico, no sólo lo que hace sino que juega a ser el otro. Copia el objeto evocado
simbólicamente, lo cual implica un paso más en el manejo simbólico del pensamiento.
Es importante detenernos en este momento de la evolución del juego para ver
claramente su función, el niño no copia o imita mecánicamente, sino que asimila al
otro y juega a que es el otro. Actúa “como si fuera el otro”, entrelazando plenamente
realidad y fantasía.
Alrededor de los dos años comienza a utilizar el lenguaje y a decir en vez de hacer,
anuncia la acción verbalmente antes de hacerla. Es un gran paso lograr el esquema
simbólico de las acciones y las palabras, pues el niño empieza a jugar también con las
ideas como lo hace con sus músculos y sus acciones. Porque lo que es juguete para
el ejercicio motor, lo es el símbolo y la palabra para la imaginación.
Y en su mente se estrenan las palabras que nombran cosas y seres y con estas
palabras hace malabares y destrezas y pronto construye frases que son simiente de
su lenguaje interior, es decir su pensamiento.
A través del símbolo convertido en palabras el niño
empieza a evocar las cosas, a nombrarlas y a
expresar sus deseos e intereses en su diaria
interacción con el medio ambiente en el que vive, a
través de su juego. Y se hace experto en la
representación de la vida jugando a la comidita y a la
mamá, a los coches y a los vaqueros.
Las implicaciones de estas nuevas adquisiciones a
través del juego simbólico son múltiples, valiosas y
variadas. A partir de este momento y hasta los 4 años aproximadamente, el juego se
hace cada vez mas complejo utilizando y jugando con las palabras, imitando y
representando a las personas y animales, jugando con lo real y lo imaginario.
Una de las funciones del juego en esta primera etapa del juego simbólico, es
reproducir la realidad a placer como él quiere que esta sea, corrigiéndola conforme a
sus deseos, usando el inconmensurable don sólo dado a los humanos de reproducir la
vida modificándola, a través de la imaginación.
Las representaciones que el niño hace en el juego al evocar lo vivido, lo imitado y lo
aprendido, posteriormente con el dominio del lenguaje son verbalizadas al mismo
tiempo que actuadas. Y el cuenta en el juego y juega contando y puede adelantarse a
los hechos diciéndoles y diciéndolos puede efectuar los hechos.
Con el Juego Simbólico él desarrolla diversas combinaciones de acciones, ideas y
palabras y poco a poco enriquece su experiencia no sólo con su destreza corporal,
sino también con múltiples juegos vocales, frases, descripciones y cuentos elaborados
a su voluntad.