1. Taurodontismo con tetrafurcación y lesión en J Detectamos caries en el 47 de un paciente que acude a realizarse la revisión anual, así como un foco de infección con forma de “J”. La vitalidad, percusión y palpación son negativas, y sospechamos una posible fisura debido a la forma de la lesión. No obstante, el sondaje de 7mm en distal no es puntual sino en bolsa y contamos con la caries como posible etiología de la patología, por lo que tras advertir al paciente, decidimos llevar a cabo el tratamiento de conductos. RX INICIAL RX CONDUCTOMETRÍA
2. Dr. Gaizka Loroño Dr. Gaizka Loroño RX FINAL REVISIÓN A LOS 9 MESESINSTRUMETACIÓN: RECIPROC 25/08PROTOCOLO FINAL DE IRRIGACIÓN: HIPOCLORITO DE SODIO AL 4% + EDTA AL 17% 1 MINUTO +HIPOCLORITO DE SODIO AL 4%OBTURACIÓN: CONDENSACIÓN VERTICAL POR OLA CONTINUA + TERMOCOMPACTACIÓN
3. En el caso presentado nos encontramos con diversos retos, tanto de diagnóstico como de anatomía y manejo clínico. Loanalizamos uno por uno: Diagnóstico: las lesiones en gota de agua o en “J” son típicas de dientes fisurados. Como sabemos, suelen tener un sondajepuntual y pueden doler más al dejar de morder que al morder. La vitalidad y percusión pueden o no estar alteradas, y una de lapruebas que nos pueden facilitar el diagnóstico son la transiluminación y la tinción. Esta segunda se puede llevar a cabo tras laapertura en la cámara pulpar, pero ninguna de las pruebas nos mostró la presencia de la fisura. Por ello, y dado que contábamos conla caries como posible factor etiológico de la patología, decidimos llevar a cabo el tratamiento. En estos casos es todavía másimportante si cabe el seguimiento del paciente, y observamos como a los 9 meses existe ya una disminución considerable de la lesión. Anatomía: La etilogía del taurodontismo no está del todo clara, pero se especula con una posible alteración de la vaina epitelial de Hertwig, la cual no se invagina en el plano horizontal adecuado, dando lugar a un diente con raíces cortas. Su incidencia es del 2,25% aproximadamente (1), y en nuestro caso se trata de un molar hipertaurodóntico según Shifman y Chanannel (2). Observamos efectivamente un conducto ancho que se divide en apical, pero desconocenmos si se trata de una bifurcación, trifurcación, tetrafurcación... Manejo del caso: Contaba con un conducto mesial, un segundo en lingual y dos distales que confluían. Lo importante en estos casos es no conformarse con los 2 que encontramos al inicio, y DL L debemos buscar más mediante limas manuales precurvadas. Por otro lado, una de las ventajas del DV M sistema Reciproc para estos casos es que, al igual que en el caso presentado anteriormente para el premolar de 3 conductos, detectamos con mayor facilidad que conducto estamos instrumentando. 1. Prevalence of Taurodont and Pyramidal Molars in a German Population. Burklein S, Breuer D, Schafer E. J Endod 2011;37:158–162. 2. Shifman A, Chanannel I. Prevalence of taurodont
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Taurodontismo con tetrafurcación y lesión en j
1. Taurodontismo con tetrafurcación y lesión
en J
Detectamos caries en el 47 de un paciente que acude a
realizarse la revisión anual, así como un foco de infección con forma
de “J”. La vitalidad, percusión y palpación son negativas, y
sospechamos una posible fisura debido a la forma de la lesión. No
obstante, el sondaje de 7mm en distal no es puntual sino en bolsa y
contamos con la caries como posible etiología de la patología, por lo
que tras advertir al paciente, decidimos llevar a cabo el tratamiento
de conductos.
RX INICIAL
RX CONDUCTOMETRÍA
2. Dr. Gaizka Loroño
Dr. Gaizka Loroño
RX FINAL REVISIÓN A LOS 9 MESES
INSTRUMETACIÓN: RECIPROC 25/08
PROTOCOLO FINAL DE IRRIGACIÓN: HIPOCLORITO DE SODIO AL 4% + EDTA AL 17% 1 MINUTO +
HIPOCLORITO DE SODIO AL 4%
OBTURACIÓN: CONDENSACIÓN VERTICAL POR OLA CONTINUA + TERMOCOMPACTACIÓN
3. En el caso presentado nos encontramos con diversos retos, tanto de diagnóstico como de anatomía y manejo clínico. Lo
analizamos uno por uno:
Diagnóstico: las lesiones en gota de agua o en “J” son típicas de dientes fisurados. Como sabemos, suelen tener un sondaje
puntual y pueden doler más al dejar de morder que al morder. La vitalidad y percusión pueden o no estar alteradas, y una de la
pruebas que nos pueden facilitar el diagnóstico son la transiluminación y la tinción. Esta segunda se puede llevar a cabo tras la
apertura en la cámara pulpar, pero ninguna de las pruebas nos mostró la presencia de la fisura. Por ello, y dado que contábamos con
la caries como posible factor etiológico de la patología, decidimos llevar a cabo el tratamiento. En estos casos es todavía más
importante si cabe el seguimiento del paciente, y observamos como a los 9 meses existe ya una disminución considerable de la lesión.
Anatomía: La etilogía del taurodontismo no está del todo clara, pero se especula con una
posible alteración de la vaina epitelial de Hertwig, la cual no se invagina en el plano horizontal
adecuado, dando lugar a un diente con raíces cortas. Su incidencia es del 2,25% aproximadamente
(1), y en nuestro caso se trata de un molar hipertaurodóntico según Shifman y Chanannel (2).
Observamos efectivamente un conducto ancho que se divide en apical, pero desconocenmos si se
trata de una bifurcación, trifurcación, tetrafurcación...
Manejo del caso: Contaba con un conducto mesial, un segundo en lingual y dos distales que
confluían. Lo importante en estos casos es no conformarse con los 2 que encontramos al inicio, y DL
L
debemos buscar más mediante limas manuales precurvadas. Por otro lado, una de las ventajas del DV M
sistema Reciproc para estos casos es que, al igual que en el caso presentado anteriormente para el
premolar de 3 conductos, detectamos con mayor facilidad que conducto estamos instrumentando.
1. Prevalence of Taurodont and Pyramidal Molars in a German Population. Burklein S, Breuer D, Schafer E. J Endod 2011;37:158–162.
2. Shifman A, Chanannel I. Prevalence of taurodontism found in radiographic dental examination of 1200 young adult Israeli patients.
Community Dent Oral Epidemiol. 1978;6:200–3.
4. En el caso presentado nos encontramos con diversos retos, tanto de diagnóstico como de anatomía y manejo clínico. Lo
analizamos uno por uno:
Diagnóstico: las lesiones en gota de agua o en “J” son típicas de dientes fisurados. Como sabemos, suelen tener un sondaje
puntual y pueden doler más al dejar de morder que al morder. La vitalidad y percusión pueden o no estar alteradas, y una de la
pruebas que nos pueden facilitar el diagnóstico son la transiluminación y la tinción. Esta segunda se puede llevar a cabo tras la
apertura en la cámara pulpar, pero ninguna de las pruebas nos mostró la presencia de la fisura. Por ello, y dado que contábamos con
la caries como posible factor etiológico de la patología, decidimos llevar a cabo el tratamiento. En estos casos es todavía más
importante si cabe el seguimiento del paciente, y observamos como a los 9 meses existe ya una disminución considerable de la lesión.
Anatomía: La etilogía del taurodontismo no está del todo clara, pero se especula con una
posible alteración de la vaina epitelial de Hertwig, la cual no se invagina en el plano horizontal
adecuado, dando lugar a un diente con raíces cortas. Su incidencia es del 2,25% aproximadamente
(1), y en nuestro caso se trata de un molar hipertaurodóntico según Shifman y Chanannel (2).
Observamos efectivamente un conducto ancho que se divide en apical, pero desconocenmos si se
trata de una bifurcación, trifurcación, tetrafurcación...
Manejo del caso: Contaba con un conducto mesial, un segundo en lingual y dos distales que
confluían. Lo importante en estos casos es no conformarse con los 2 que encontramos al inicio, y DL
L
debemos buscar más mediante limas manuales precurvadas. Por otro lado, una de las ventajas del DV M
sistema Reciproc para estos casos es que, al igual que en el caso presentado anteriormente para el
premolar de 3 conductos, detectamos con mayor facilidad que conducto estamos instrumentando.
1. Prevalence of Taurodont and Pyramidal Molars in a German Population. Burklein S, Breuer D, Schafer E. J Endod 2011;37:158–162.
2. Shifman A, Chanannel I. Prevalence of taurodontism found in radiographic dental examination of 1200 young adult Israeli patients.
Community Dent Oral Epidemiol. 1978;6:200–3.
5. En el caso presentado nos encontramos con diversos retos, tanto de diagnóstico como de anatomía y manejo clínico. Lo
analizamos uno por uno:
Diagnóstico: las lesiones en gota de agua o en “J” son típicas de dientes fisurados. Como sabemos, suelen tener un sondaje
puntual y pueden doler más al dejar de morder que al morder. La vitalidad y percusión pueden o no estar alteradas, y una de la
pruebas que nos pueden facilitar el diagnóstico son la transiluminación y la tinción. Esta segunda se puede llevar a cabo tras la
apertura en la cámara pulpar, pero ninguna de las pruebas nos mostró la presencia de la fisura. Por ello, y dado que contábamos con
la caries como posible factor etiológico de la patología, decidimos llevar a cabo el tratamiento. En estos casos es todavía más
importante si cabe el seguimiento del paciente, y observamos como a los 9 meses existe ya una disminución considerable de la lesión.
Anatomía: La etilogía del taurodontismo no está del todo clara, pero se especula con una
posible alteración de la vaina epitelial de Hertwig, la cual no se invagina en el plano horizontal
adecuado, dando lugar a un diente con raíces cortas. Su incidencia es del 2,25% aproximadamente
(1), y en nuestro caso se trata de un molar hipertaurodóntico según Shifman y Chanannel (2).
Observamos efectivamente un conducto ancho que se divide en apical, pero desconocenmos si se
trata de una bifurcación, trifurcación, tetrafurcación...
Manejo del caso: Contaba con un conducto mesial, un segundo en lingual y dos distales que
confluían. Lo importante en estos casos es no conformarse con los 2 que encontramos al inicio, y DL
L
debemos buscar más mediante limas manuales precurvadas. Por otro lado, una de las ventajas del DV M
sistema Reciproc para estos casos es que, al igual que en el caso presentado anteriormente para el
premolar de 3 conductos, detectamos con mayor facilidad que conducto estamos instrumentando.
1. Prevalence of Taurodont and Pyramidal Molars in a German Population. Burklein S, Breuer D, Schafer E. J Endod 2011;37:158–162.
2. Shifman A, Chanannel I. Prevalence of taurodontism found in radiographic dental examination of 1200 young adult Israeli patients.
Community Dent Oral Epidemiol. 1978;6:200–3.