1. CANCION: ANGIE
MUSICA: ROLLING STONES
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Perfectamente descansados, despertaron con el ronco bocinazo de la
sirena del barco que anunciaba su entrada a un puerto, Portsmouth, invadido
por gaviotas y buques de guerra. Atracaron y salieron rápida y
discretamente. En el mismo muelle tomaron un autobús rojo de dos pisos
que, rasgando la pálida niebla, les condujo a Londres, London le dicen los
ingleses.
Antes de llegar
se cruzaron con un
convoy de la policía en
sentido contrario. Ricamente sentados, imaginaron cómo entre brumas y a
golpe de sirena acordonarían el ferrys en el que descubrirían la furgoneta
que ellos ya no necesitaban, pues contaban con el metro, cuyo
funcionamiento Nabintou y Denis controlaban perfectamente.
Se encaminaron al Museo de Historia Natural para asegurarse del
lugar de origen del árbol que aparecía en el plano del tesoro. Casi no lo
consiguen, pues no había forma de apartar a Carlos del formidable esqueleto
de dinosaurio que ocupaba la sala de entrada y del que se había enamorado.
2. Finalmente acabaron asegurándose de que su destino era el lejano Oriente.
Sólo quedaba tomar un avión y... ¡A volar!
Pero salió la vena
intelectual de Leire afirmando que no podían irse sin visitar la ciudad. Así,
pusieron en hora sus relojes con el Big Ben, subieron a la Torre de Londres
y atravesaron el Tower Bridge sobre el río Támesis. En el Soho probaron
comida y fruta exótica y las coquetas de Ainhoa y Leydy se hicieron con
braguitas fosforescentes en un bazar chino. A Eneko lo sacaron arrastras
del Spicker Corner, no paraba de discursear a los sosos paseantes de Hyde
Park. Finalmente, a propuesta de Nabintou, que no aguantaba las mordidas
de su estómago, en Picadilly engulleron canapés de patata con mantequilla,
hamburguesas y unos pluncakes.
—¡Vaya comida basura! —afirmó seria Leire— Si me ve mi aita…
Todos
estuvieron de
acuerdo en que
eran una
porquería en
comparación con las delicias que elaboraban con Manolo en cocina. Luego se
inflaron de caramelos, todos salvo Denis que no soporta las chucherías.
Acallados los estómagos, pensaron en los pasajes de avión. Se dieron
cuenta de que era necesario conseguir libras. Éstas no tienen nada que ver
con su masculino, libros, aunque en Londres eran tan necesarias como los
libros, puesto que es la moneda de los ingleses que, un poco raritos, utilizan
libras en vez de euros como el resto de los europeos.
3. En un bar —pub les llaman ellos—, solicitaban actores en vivo. Cuatro
actuaciones fueron suficientes. Leire entró dura y enloqueció a los jóvenes
con su rap escolar, Aibnhoa les relajó con sus malabares, una canción de
Leydy emocionó y arrancó los aplausos del público y, como colofón, el baile
del vientre que se marcó Carlos mareó a quienes aún no había mareado la
cerveza. A las once sonó una campana y todos a la calle. Los siete salieron
con un considerable fajo de libras y rechazando mil ofertas de trabajo.
Descansaron en una
pensión sencilla para
no levantar sospechas
y al siguiente día
fueron a una compañía
aérea a comprar los
pasajes para volar al sur de Asia, el Lejano Oriente. Con gestos y un poco de
inglés que se le había pegado a Ainhoa de un novio neocelandés con quien
había ligado en San Fermín, solicitaron los billetes de avión a la escuálida
dependienta.
Nabintou se dio cuenta de
cómo la flaca de la agencia de
viajes telefoneaba a la policía. Lo
hizo saber a sus colegas y
salieron de estampida para
dirigirse a la estación del tren.
Allí, en una máquina automática
consiguieron billetes para París y
permanecieron en la penumbra de una sala de espera para no ser
reconocidos.
Leydy, simulando bailar distraídamente al
ritmo marcado por sus auriculares, fue a ojear los
periódicos. En la edición de “El País” para ingleses,
que se vendía en aquella estación, aparecían los
titulares: “Cuadrilla de amigos fugados desde el
4. Vasque Country, localizados en London. La furgoneta robada ha aparecido en
un ferrys. Últimas informaciones apuntan su supuesta intención de salir del
país en avión”
—¡En avión! ¡Je, je! —río Leydy.
Entraron sin problemas al tren. Una vez en el vagón, surgió la
discusión acerca de cómo un tren podía atravesar el mar.
—Se montará en un barco —supuso Leire.
—Si se monta en un barco, me cago —aseguró Carlos.
—Igual es el puente más largo del mundo, cruza el Canal de la Mancha
y el tren va por arriba —aventuró Eneko.
—¿Un puente de mogollón de kilómetros? ¡Qué guay! —exclamó
Ainhoa.
—¡Guau! ¡Qué emoción! —añadió Denis simulando escalofríos.
6. COMIDAS
RECETA DE FISH AND CHIPS
Ingredientes para 2 personas
• 2 filetes de bacalao fresco sin espinas
• 1 huevo
• 100cl. cerveza
• 100 gr. de harina
• 750 gr patatas grandes
• 100 cl. aceite de girasol
• salsas al gusto
Elaboración
Batir el huevo con medio vaso de cerveza y uno de harina. Rebozar el
bacalao en esa pasta y ponerlo a freir a ser posible en freidora ala vez que
unas patatas cortadas gruesas. Si no es posible en freidora cada vez una
cosa. Servir como los ingleses sobre papel de periodico para que absorva el
aceite restante. Y acompañar con salsas: mahonesa, ketchup, curry,…
7. NOMBRE DE LA RECETA: FIHS AND CHIPS
Nº PERSONAS 2
Ingredientes Cantidad
Precio
Unidad
Precio
Cantidad
Bacalao 2 filetes
100 gr.
6,65 € 2,41€
Huevo 1 u.
1,04€ 0,08€
Cerveza 100 cl.
0,69€ 0,34€
Harina 100 gr.
0,39€ 0,07€
Patatas 750 gr.
2,25€ 0,56€
Aceite de girasol 100 cl.
0,95€ 0,95€
Salsa (mahonesa, kechup ..)
320 gr. 0,66€ 0,33€
TOTAL RECETA 3,89€
TOTAL PERSONA 1,95€