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Discurso MBA, Enrique Pérez, Medalla de oro y diploma de honor, EMAE Promoción XV
1. Guayaquil, viernes 28 de noviembre, 2013.
Compañeros magísteres, familiares, público presente e invitados especiales.
Buenas noches.
Para mí es un verdadero honor el estar aquí ante tan distinguida audiencia y compartir con ustedes
unas palabras en representación de mis compañeros magísteres.
Es muy difícil visualizar con anterioridad este momento de nuestras vidas. Lo que empezó para muchos
a mediados del año 2010, tal vez como una simple idea o en base a una necesidad profesional o
académica, hoy llega a feliz término. Muchas veces nos preguntábamos durante el camino recorrido,
cuando y como sería el día de la ceremonia de incorporación. El estar aquí, significa que pudimos
vencer todos los obstáculos y barreras, y este acto lo llevaremos en lo más profundo de nuestro ser.
En todos nosotros, concurren sentimientos encontrados en este momento. Por una parte, la alegría por
la obtención del título; y por otra, tristeza y nostalgia al ya no tener la vivencia presencial en las aulas.
Para la gran mayoría, fueron prácticamente tres años que se pasaron muy rápido, en los cuales se
experimentaron varias emociones intensas, tanto a nivel individual como grupal, las mismas nos han
servido para moldear nuestro carácter y crecer como personas.
Durante cada módulo, el hecho de contar con personas de diversas profesiones y puntos de vista,
pertenecientes a varios sectores económicos, contribuyó para enriquecer el nivel de los temas
analizados. Tuvimos momentos buenos y también de los otros, tiempo para reír y llorar, discutir y
asentir, encendidos debates y disertaciones en las plenarias.
Hubo espacio para los aciertos y errores también, numerosas farras académicas y pocas sociales,
muchos días interminables de 48 horas, interesantes contrapuntos con profesores, la tesis y el arduo
trabajo que conllevó el hacerla; deserciones por diversos motivos en el camino, nos convertimos en
padres y tíos al crecer la familia ESPAE; pero al término de todas estas experiencias una satisfacción
enorme por la misión cumplida y que todo el sacrificio efectuado tuvo su recompensa al estar aquí
presentes en este momento.
Con perseverancia, paciencia, disciplina y dedicación, logramos el objetivo establecido y cada segundo
invertido, cada paso y decisión tomada, nos sirvieron para lograr nuestro propósito.
En las instalaciones físicas, quedan parte de nuestros sueños y anhelos. Extrañaremos las frases, los
gestos, las conversaciones en el comedor y las celebraciones de los cumpleaños, que servían como unos
momentos de distensión y unión; pero sobre todo, la calidez humana del personal que hace de esta
Escuela de Negocios, un lugar único y especial. Las amistades sinceras aquí cimentadas, nos
acompañarán siempre como un fiel testimonio y herencia de nuestro paso.
Cada maestrante en su interior tendrá su anécdota especial para recordar. Por mencionar una, la
ocurrida el 21 de abril del año 2012 y el susto tremendo con el conato de incendio en el comedor y la
intervención oportuna para evitarlo, principalmente de 4 compañeros, Víctor Chiluiza, Rodrigo Corral,
Oscar Espín y Víctor Fernández. Hechos que nos sirvieron para reflexionar y a la ESPAE para mejorar su
infraestructura, con el agregado inclusive de la generación de un caso de estudio.
Como todo en la vida, en el resumen final que cada uno de nosotros hagamos, hay ganancias y
pérdidas. En lo que a mi corresponde, obtuve bastantes canas, amigos incondicionales y algunas libras
de más; pero por otra parte, sacrifiqué bastantes horas de sueño, una que otra película y sobre todo
tiempo con mi familia, actividades que aspiro recuperar rápidamente.
Ya en un aspecto más formal, los conocimientos académicos que se adquieren al cursar la maestría en
la ESPAE, nos forman como profesionales líderes, nos permiten ver el mundo de una manera diferente
2. y amplían nuestra perspectiva de crecimiento y desarrollo, a través del énfasis en el emprendimiento
como un mecanismo o factor válido para crecer. Siempre con un enfoque que se basa en principios y
valores éticos y morales que rigen nuestro accionar, así como en la concientización sobre la
conservación del medio ambiente y la responsabilidad social, siendo el complemento necesario para
nuestra formación. No puedo dejar de mencionar lo grato que fue la interacción con alumnos de
Escuelas en otros países, que permitieron coordinar trabajos en conjunto a pesar de tener culturas,
idiomas y horarios diferentes.
Adicionalmente, y sin temor a equivocarme, hablo a nombre todas las maestrías aquí presentes y de la
EMAE XV principalmente, al referirme a lo muy competitivo que fue el curso y en buena hora que así
fue, ya que permitió explorar ampliamente todos los temas tratados y a dar lo mejor de cada uno de
nosotros en cada plenaria, siempre con respeto y altura.
Magísteres, el mundo actual está evolucionando rápidamente a nuevas formas de desarrollo e
interacción y el Ecuador no es ajeno a los cambios que esto implica. En un estudio realizado por las
Naciones Unidas y Accenture para este año sobre la sostenibilidad, indica que la mayoría de los
gerentes encuestados están basándose en actividades de tipo colaborativas, que incluyen un desarrollo
social equilibrado el mismo que involucra alianzas con todos los stakeholders como un factor
fundamental; lo que implica, nuevas concepciones de negocios en contraste con los modelos
tradicionales vigentes. Nuestro reto, consiste en darle forma a estos escenarios con relaciones de largo
alcance impulsando sectores pocos desarrollados con responsabilidad social donde el país pueda tener
ventajas competitivas con cadenas de valor que sean perdurables en el tiempo.
Tengamos siempre presente que formamos parte de un selecto grupo de profesionales que poseen ya
un título de cuarto nivel, con el gran cometido y desafío de ser agentes positivos de un cambio que sea
sostenible en nuestro medio.
Por otra parte, no quiero desaprovechar esta oportunidad para agradecer de manera individual en
primer lugar a Dios, por estar siempre a mi lado y servir de guía y fortaleza espiritual. A mi esposa Karin
y a mis hijos Paula y Enrique por su constante aliento, este título es por y para ellos. A mis padres
Enrique y Mary, por su apoyo incondicional e irrestricto. A mis compañeros de la promoción y a mis
queridos Avengers y Diversus, y de manera particular a Henry Andrade, Denise Franco y Cecilia
Moncayo, por ser un ejemplo de compañerismo y trabajo en equipo. A los Directivos, por permitirme
formar parte de esta Escuela de Negocios. Al personal logístico y administrativo, por ser un
complemento eficaz y oportuno. Al personal docente, por su paciencia y generosidad al compartir sus
conocimientos y de manera muy efusiva al Dr. William Loyola, por su constante dedicación y esfuerzo
para formar en nosotros verdaderos agentes de cambio. Al final, mi estimado Dr., hicimos sentido.
También, en nombre de todos, queremos hacer llegar una felicitación especial a la ESPAE por cumplir
hoy 30 años ininterrumpidos de fructífera labor en beneficio de nuestra sociedad, a través de la
formación con calidad de líderes comprometidos con el país. El querer realizar una maestría, no debe
ser enfocado como un requisito laboral; sino más bien, como un anhelo de progreso personal.
Sin lugar a dudas, la mejor decisión que pudimos haber tomado, fue el haber realizado nuestros
estudios de postgrado aquí en la ESPAE. Hoy todos nos consideramos privilegiados al pertenecer a esta
gran familia y les deseamos que sigan adelante en su cometido. La llevaremos siempre en nuestros
corazones.
Compañeros magísteres. Amigos todos. Que este logro que hemos alcanzado no sea el final de una
etapa, sino más bien, el medio para alcanzar mejores días y nuevas metas en cualquier ámbito en que
nos desempeñemos, ya sea familiar, social o laboral. Seamos seres humanos firmemente
comprometidos con la búsqueda constante de renovados horizontes, a través de acciones y decisiones
que creen valor y sinergias en el largo plazo.
3. Ya reintegrados a nuestras actividades, la tarea que adquirimos es la de construir sólidamente las bases
de una sociedad más justa, que genere nuevas oportunidades, que busque la integración en todos los
sectores y niveles, para que sea de beneficio para las nuevas generaciones que vendrán a tomar la
posta y nuestro legado. Está en cada uno de nosotros, el tener ese impulso interior y la motivación
necesaria que nos permita que las tesis que hemos elaborado y que comprenden nuevas ideas de
negocios, no sólo queden en un trabajo meramente académico sino que se constituyan en realidades
que favorezcan al desarrollo y progreso del Ecuador.
Para concluir, los dejo con una pequeña reflexión. Todo el esfuerzo que hemos hecho lo podemos
resumir en una sola palabra: compromiso, el mismo que empieza hoy y que debe ser permanente.
Compromiso con nosotros mismos para crecer cada día como personas de bien y que sirvamos de
molde a seguir e imitar. Compromiso de estar siempre vinculados a la ESPAE brindando ese aporte, que
permita a nuestra querida institución mantenerse en el sitio que le corresponde, esto es, el ser la
Escuela de Negocios no.1 del país.
Les deseo a todos el mejor de los éxitos de aquí en adelante. El Ecuador nos necesita. Dios los bendiga
siempre.
Muchas gracias.
MBA, Enrique Alberto Perez Jaramillo
Medalla de oro y diploma de honor
EMAE Promoción XV