2. legitimidad como tal. Caídas bruscas y sostenidas como la de
Chile pueden interpretarse como reflejo de la insatisfacción de La baja participación electoral en Chile está lesio-
los chilenos con respecto a su sistema político. Efectivamente, nando el principio de igualdad. Solo ateniéndonos a
el nivel de satisfacción con la democracia en Chile ha disminuido las características socioeconómicas de los votantes,
sistemáticamente durante las últimas dos décadas, ubicándo-
vemos que los que participan no son los mismos que
se actualmente en el lugar 12 de 17 países Latinoamericanos3.
Pero, adicionalmente, la baja participación electoral implica los que no participan.
un problema de representatividad si la caída en la participación
electoral no es imparcial respecto a quienes quedan excluidos.
Generalmente son los ciudadanos provenientes de las familias el nivel educacional. Este patrón, especialmente notorio en las
de menores ingresos, con menores niveles de educación adqui- cohortes más jóvenes, ha comenzado a ser perceptible en el
rida y menor capital cultural los que se “marginan” del ejercicio electorado total a medida que las nuevas generaciones han ido
democrático esencial (Lijphart 1997). En este contexto, el electo- reemplazando a las mayores. El efecto en el largo plazo es evi-
rado chileno no solo ha envejecido, sino que también exhibe un dente. Estamos en proceso de construcción de un electorado
notorio “sesgo de clase”; es decir, los excluidos pertenecen a los con fuerte sesgo de clase.
sectores económicamente menos favorecidos de la sociedad. Es indudable, entonces, que la baja participación electoral
La diferencia en la participación entre clases sociales es en Chile está lesionando el principio de igualdad. Solo atenién-
evidente entre las cohortes más jóvenes. En Las Condes hay donos a las características socioeconómicas de los votantes,
unos ocho mil jóvenes entre 18 y 19 años. De ellos, más de cua- vemos que los que participan no son los mismos que los que no
tro mil se registraron para votar en las últimas elecciones. En participan. El votante representativo no sería el mismo que el
La Pintana también viven ocho mil jóvenes de la misma edad, ciudadano representativo. Y, dado que la situación socioeconó-
pero menos de 300 se registraron para votar. Dicho comporta- mica determina o influencia en gran medida las predilecciones
miento no es particular de la última elección, sino que ocurrió políticas, la baja participación se traduciría en que las prefe-
también en las pasadas elecciones parlamentarias de los años rencias de los más jóvenes y los más pobres no se estarían ma-
2001 y 2005, a la vez que muestra un claro aumento en el tiem- nifestando en el proceso de representación política. En efecto,
po. La siguiente figura muestra la tasa de registro en función varios estudios muestran que los ciudadanos más jóvenes tie-
del ingreso comunal en la Región Metropolitana el año 2005. nen preferencias distintas a las de los mayores (Carlin 2006)
y, considerando los altos niveles de desigualdad económica y
Inscripción electoral (18-19 años) social de Chile, lo mismo debiese ocurrir con el sesgo clasista
Elección 2005, R. Metropolitana que exhibe el registro. Potencialmente, esta desigualdad en
60
la representación podría tener una injerencia no menor sobre
los resultados electorales y las decisiones de políticas deriva-
Inscrip. electoral: % (SERVEL)
dos de ellos.
Se podría argumentar que en Chile las preferencias políti-
40
cas de inscritos y no inscritos no difieren radicalmente, según
lo reportado en algunas encuestas, pero es erróneo concluir a
partir de esta evidencia que una mayor participación efectiva
20
no afectaría los resultados electorales (Grofman et al. 1999). Tí-
picamente la incorporación antecede a la politización. El asunto
es que ignoramos cuán estables son las preferencias de los que
no participan (los no inscritos) y si estas eventualmente cambia-
0
rían al incorporar la información recabada durante la elección.
Logaritmo de crecimiento (CASEN 2006) En síntesis, la evidencia apunta directamente hacia una cri-
Fuente: Corvalan y Cox (2012) sis de representación en el país.
Un patrón similar se observa a lo largo de todo el país (Cor- EXPLICACIONES Y SALIDAS DE LA CRISIS
valán, Cox 2012). El ingreso es un factor explicativo significati-
vo y robusto de la propensión de registro electoral4, aun con- La baja participación ciudadana y el malestar con la democra-
siderando varios otros factores socioeconómicos, incluyendo cia han recibido múltiples explicaciones, las cuales, no obstan-
1 Las elecciones fundacionales que inician la transición democrática, como el plebiscito del Sí y el No (1988) en el caso chileno, son “momentos de gran drama” y gran participación. Parte
de este electorado tiende a desencantarse posteriormente (O’Donnell and Schmitter 1986).
2 Latinobarómetro, 2008.
3 Latinobarómetro, 2008.
4 En Corvalán y Cox 2012, a partir de información proporcionada por la encuesta Latinobarómetro para Chile en 2006, 2008 y 2010 los autores usan diferentes especificaciones para estudiar
la probabilidad –mediante un modelo probabilístico de estimación– de que el encuestado esté registrado. El análisis econométrico multivariado muestra que el ingreso es una variable
explicativa estadísticamente significativa y robusta.
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4. y en horarios altamente restringidos; finalmente, los registros les de desigualdad económica, no es capaz de ser procesado
cierran 120 días antes de la elección, incluso antes de que los por las instituciones y, por lo tanto, la búsqueda de represen-
propios candidatos se inscriban para participar, lo cual impide tación sale de los canales formales y se transforma en protesta.
tanto la movilización de los partidos como el efecto motivador Las diferencias entre ambas explicaciones causales de la
de las campañas electorales. Valenzuela (2004) resume esto actual crisis chilena, aquella basada en “expectativas” y la otra
correctamente cuando asegura que respecto a la inscripción en las “instituciones”, son relevantes en cuanto a las disímiles
electoral, “Chile tiene tal vez el sistema más tortuoso entre to- consecuencias políticas que se derivan de ellas. En el primer
das las democracias del mundo para realizarla”. caso, el malestar es inevitable, fruto del desarrollo, y, salvo
Segundo, el sistema binominal genera incentivos perversos ajustes menores, la democracia chilena no requiere de trans-
sobre la participación. Los sistemas electorales incentivan la formaciones sustantivas. La segunda, por el contrario, impli-
participación por ser representativos y competitivos (sistemas ca asumir que las actuales instituciones son ineficientes y que
proporcionales) o por generar elecciones muy decisivas (sis- merecen ser corregidas. Los autores de estas líneas comulgan
temas mayoritarios). Sin embargo, el sistema binominal no in- ampliamente con esta segunda interpretación: profundas refor-
corpora ninguna de estas dimensiones. Por una parte, tiene la mas institucionales son necesarias para dejar atrás el legado
magnitud de distrito más baja dentro de los sistemas propor- autoritario y avanzar hacia una democracia participativa. MSJ
cionales, lo cual no se traduce en niveles deseables de repre-
sentatividad y competencia; por otra, tampoco es mayoritario REFERENCIAS
y, por lo tanto, no genera elecciones decisivas. Brunner, José Joaquín, 1998, “Malestar en la Sociedad Chilena: ¿De qué,
exactamente, estamos hablando?”, Estudios Públicos nº 72, pp.173-198.
MOVILIZACIONES NO SE DEBEN AL “DESARROLLO” / Carlin, Ryan, 2006: “The Decline of Citizen Participation in Electoral Po-
litics in Postauthoritarian Chile”. Democratization, nº 13 (4), pp. 632-651.
/ Corvalán, Alejandro, y Cox, Paulo, 2012: “When Generational Replace-
La conjunción de todas estas instituciones, donde cada una ment is Class Biased: The Case of Chilean Turnout”, disponible en SSRN. /
por separado limita el papel de los ciudadanos en el proceso Corvalán A., 2012, “Institutional Design Against Participation: the case of
Chile”, Documentos de trabajo nº 32, UDP. / Grofman, B., Owen, G., Collet,
de toma de decisiones, no fue fruto del azar sino de un cuida- C., 1999: “Rethinking the partisan effects of higher turnout: so what’s the
doso diseño; en la práctica, ha generado una democracia con question?”, Public Choice nº 99, pp. 357-376. / Lijphart, Arend, 1997: “Un-
bajos niveles de incorporación de nuevos votantes, tal cual sus equal Participation: Democracy’s Unresolved Dilemma”. American Political
Science Review, nº 91(1), pp. 1–14. / Mainwaring, S., and Timothy Scully,
diseñadores estipularon. Ante la presencia de serias restriccio- 2008: “Latin America: Eight Lessons for Governance”, Journal of Demo-
nes al proceso de representación, tanto en la elección de los cracy, nº 19 (3), pp. 113-127. / Mainwaring, S., and Timothy Scully, 2009:
representantes como en sus posibilidades de maniobra legal, “Democratic Governance in Latin America”, Stanford University Press. /
O’Donnell, Guillermo, y Schmitter, Philippe, 1986: “Transitions from Au-
la reciente reforma del sistema de registro difícilmente cumplirá thoritarian Rule: Tentative Conclusions about Uncertain Democracies”.
el objetivo de incorporar a los millones de votantes excluidos. John Hopkins University Press. / Posner, Paul W., 2008: State, Market and
Bajo esta lectura, la democracia chilena es institucional- Democracy in Chile: The Constraint to Popular Participation, New York,
Palgrave MacMillan. / Siavelis, Peter, 2000: The President and Congress
mente poco inclusiva. La crisis actual y el malestar ciudadano in Postauthoritarian Chile: Institutional Constraints to Democratic Con-
se deben a limitaciones objetivas en el proceso de represen- solidation. The Penn State University Press. / Soto Barrientos, Francisco,
tación. En particular, el reciente ciclo de movilizaciones no ha 2008: “El derecho de participación en el Sistema Constitucional Chileno”.
Revista catalana de dret públic nº 37, pp. 461-494. / Valenzuela, J. Samuel,
sido generado por exceso de desarrollo. Por el contrario, se 2004: “¿El Voto Voluntario Fortalece o Debilita la Democracia?”. Asuntos
produce porque el conflicto social, gatillado por los altos nive- Públicos, Informe nº 399.
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