El documento describe la misión del Apolo 8 en diciembre de 1968, la primera misión tripulada que orbitó la Luna. La misión fue un éxito y logró múltiples hitos, incluyendo ser la primera vez que humanos veían la cara oculta de la Luna y viajaban a 40,000 km/h. Los astronautas enviaron un mensaje de Navidad a la Tierra leyendo el primer capítulo de Génesis, siendo la primera transmisión de voces humanas desde la Luna. El autor recibió una medalla conmemorativa de la misión.
1. Felicitaciones lunares
Traigo hoy en la mochila el recuerdo de unas felicitaciones de Navidad que me
llegaron desde la cara oculta de la Luna; hace, exactamente por estas fechas, la
nada despreciable cantidad de tiempo de cuarenta y cinco años, casi medio
siglo.
Acababa de entrar a trabajar en la NASA. Sí, en la National Aernautics and
Space Administratión. Desarrollaba mis funciones en la Estación Espacial de Robledo de Chavela (Madrid) Un complejo con tres instalaciones: una en el
propio Robledo, otra en Cebreros (Ávila) y la otra en Fresnedillas de la Oliva,
también, como la primera, en la provincia de Madrid. Cada una de ellas con sus
antenas específicas, ya que tenían asignadas misiones diferentes. Yo trabajaba
en la de Fresnedillas, encargada del seguimiento de los vuelos tripulados. Ésta
última, junto a sus hermanas gemelas de Goldstone (California) y Honeysuckle
Creek (Australia) separadas una de otra 120º en la esfera terrestre, aseguraban
el contacto permanente con Luna (y en su caso con la nave tripulada) con el
planeta.
En una misión llevada a cabo entre los días 21 y 27 de diciembre de aquel año
de 1.968, se envió desde una de las rampas de lanzamiento de cabo Kennedy
[De siempre cabo Cañaveral (con ―eñe‖ y todo) nombre tan español como la misma Florida] al
Apolo 8 a orbitar la Luna. A orbitar sólo, el alunizaje aún no estaba determinado
qué Apolo debía realizarlo puesto que la programación de las distintas misiones
se iba haciendo en función de la consecución, o no, de los objetivos
encomendados a cada a cada de ellas. Todo se hacía con una enorme
concienciación, garantizando que los astronautas debían regresar sanos y
salvos a la Tierra, siguiendo las palabras del presidente Kennedy pronunciadas
el 12 septiembre de 1.962 en las que dijo que el pueblo americano debía
comprometerse a poner un hombre en la Luna y a que regresase sano y salvo
antes de que acabara la década.
La misión constituyó un rotundo éxito. Era tanto el deseo de colocar al hombre
en la Luna que, en cada una de las etapas previas que se iban cumpliendo, se
incrementaba el afán por ver cumplida aquella promesa del presidente
Kennedy. Con el Apolo 8 se había alcanzado la máxima expectación en la
carrera lunar hasta entonces. Era la primera vez que una nave tripulada por
humanos giraba en torno a Luna; la primera vez que el hombre veía con sus
propios ojos la cara oculta de nuestro satélite; la primera vez también que tres
personabas navegaban por el espacio a una velocidad de 40.000 kilómetros por
hora, y muchos más record que sería prolijo enunciar.
2. El despegue de la nave se produjo el día 21 de diciembre, impulsada por un
cohete Saturno V –un dechado, un verdadero ―monstruo‖ de la ingeniería
espacial-. La tripulación estaba compuesta por el comandante Frank Borman;
por el piloto del módulo de mando, Jim Lovell; y el Piloto del módulo lunar, Bill
Anders. Después de tres días de navegación, el día 24, alcanzan la órbita lunar,
siendo la estación de Fresnedillas la primera del planeta que entra en contacto
con los tripulantes, hora local : 13:26, recibiendo por primera vez las imágenes
de una nave tripulada orbitando la Luna, imágenes que pronto dieron la vuelta
al mundo. —Un hecho que meses después agradeció personalmente el
comandante Borman, en una visita que realizó a España para tal fin, visitando
nuestras instalaciones y donde tuve el
honor y la satisfacción de saludarlo
personalmente-. Los astronautas
completaron diez órbitas alrededor del
satélite, empleando en ello algo menos
de veinte horas. El regreso a la Tierra
se inicia el día 25 por la noche para
llegar el día 27.
Me gustaría resaltar que los
astronautas llevaban en la nave un
conglomerado, un tanto amorfo,
constituido a base de aluminio. La
finalidad de este material era acuñar
medallones a la llegada a la Tierra
para entregar a cada uno de los
componentes del equipo humano que
hicieron posible esta hazaña. He aquí
que me entregaron uno, el que figura
al margen de este escrito.
Pero singularmente emotivo resultó el
mensaje de Navidad que los
tripulantes del Apolo 8 enviaron a
todos los habitantes de la Tierra en la
Nochebuena. Para ello calcularon para
hacerlo coincidir con la aparición de
nuestro planeta en el horizonte lunar,
con todo el esplendor y colorido de nuestro querido planeta azul. Fue el
momento en el que los astronautas, con una voz de extraterrestres, nunca
mejor dicho, inician su mensaje:
3. — Nos acercamos al amanecer lunar, y, para toda la gente de la Tierra la
tripulación del Apolo 8 tiene un mensaje que queremos enviarles:
En el principio Dios creó los cielos y la Tierra
La tierra no tenía forma y estaba vacía, y las tinieblas cubrían la faz
del abismo. Y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las
aguas.
Y dijo Dios “Sea la luz”, y fue la luz.
Y Dios vio que la luz era buena, y Dios dividió la luz de las tinieblas.
Y Dios llamó a luz “día”, y a la oscuridad la llamó “noche”. Y fue la
mañana y la tarde del primer día.
Y dijo Dios: “ haya firmamento entre las aguas, y que divida unas
aguas de otras”.
Y Dios hizo el firmamento y dividió las aguas debajo del firmamento
de las aguas que están arriba del firmamento, y así fue hecho. Y vio
Dios que era bueno.
Y Dios llamó al firmamento “cielo”. Fue la mañana y la tarde del
segundo día.
Y dijo Dios: Que las aguas debajo de los cielos se reúnan en un lugar,
y que surja tierra firme; y fue hecho.
Y Dios llamó al terreno seco “tierra”, y a la masa conjunta de las
aguas se llamó “mar”, y Dios vio que era bueno.
—Y por parte de la tripulación del Apolo 8, terminamos diciendo:
Buenas noches, buena suerte, Feliz Navidad, y Dios los bendiga a todos,
todos ustedes en la buena Tierra.
Y de parte mía, desde aquí, desde esta pequeña parcela informativa de
la página web de Pozo Alcón: Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo.
Manuel Almagro Chinchilla