Este documento describe la muerte y sepultura de Jesús. Explica que Jesús fue enterrado en la tumba de José de Arimatea para confirmar su muerte, y que descansó en el sábado según el mandamiento que él mismo había establecido. También señala que aún en silencio desde la tumba, Jesús continuó predicando y enseñando a vivir con austeridad y aceptar la voluntad de Dios.
Disciplinas espirituales en el Ministerio de Alabanza.pptx
7 - Pasos de Silencio
1.
2.
3. Ese sábado Jesús también predicó, no
fue desde un púlpito sino desde una
tumba, dio pasos que nosotros también
podemos imitar.
4.
5. Jesús fue enterrado para
hacer más cierta su muerte y
más gloriosa su resurrección.
La sepultura indicaba que
realmente estaba muerto,
Pilato no habría permitido la
sepultura de no haberse
asegurado de su muerte.
6. “Se presentó a Pilato y pidió
el cuerpo de Jesús. Entonces
Pilato mandó que se le diese
el cuerpo” (v.58).
7. Es que la tumba, la muerte y
la nada son el final del
pecador. Si bien es cierto no
había pecado propio en él,
cargó sobre sí los pecados
de toda la humanidad.
8. Así como en su vida, también
en su muerte Jesús dio pasos
de austeridad.
9.
10. “Por fin Jesús descansaba. El
largo día de oprobio y tortura
había terminado. Al llegar el
sábado con los últimos rayos
del sol poniente, el Hijo de
Dios yacía en quietud en la
tumba de José. Terminada su
obra, con las manos cruzadas
en paz, descansó durante las
horas sagradas del sábado”
(El deseado de todas las gentes, p. 714).
11. Cuando Dios completó su
obra de la creación, reposó el
sábado, y no fue porque
estaba cansado sino para dar
un ejemplo, lo bendijo y
santificó, es decir, lo puso
aparte para un uso sagrado.
12. Cuando Dios decidió
poner por escrito en dos
tablas de piedra, y dar los
diez mandamientos que el
mismo escribió con su
dedo, incluyó el sábado
como día de reposo y
adoración especial para
con él.
13. Después del grito
“consumado es”, después de
“en tus manos encomiendo
mi espíritu”, ya muerto y en la
tumba descansó el sábado
conforme al mandamiento
que él mismo había
establecido, y al mismo
tiempo, sus seguidores
también lo hicieron.
14.
15. José se había transformado
en un secreto seguidor de
Jesús. No tenía valor de
confesarlo públicamente,
pero sentía afecto por el
Señor.
16. “Ni José ni Nicodemo habían
aceptado abiertamente a
Jesús durante su vida; pero
habían prestado oído a sus
enseñanzas y habían seguido
paso a paso su ministerio...
17. ... Aunque los discípulos
habían olvidado las palabras
con que el Salvador les
anunciara su muerte, José y
Nicodemo las recordaron; y
los acontecimientos
relacionados con la muerte
de Jesús…
18. ... que hicieron vacilar a los discípulos en su fe,
sirvieron para confirmar a éstos, los convencieron
de que era el verdadero Mesías, y los indujeron a
ponerse resueltamente de su parte”
(Cristo nuestro Salvador, p.137).
19.
20. El Jesús que había predicado
con su vida y su palabra,
seguía predicando con su
muerte y con su silencio.
21. Aún desde la tumba y en
silencio, nos enseñó a dar
pasos de austeridad viviendo
una vida simple, pasos de
fidelidad respetando y
aceptando su voluntad para
nuestra vida.