2. Había una vez
un conejito que
vivía en el
bosque, siempre
con mucho
miedo miraba
todo con temor
y su nariz
constantemente
estaba
temblando.
Un día se termino toda su comida y, lleno de miedo
agarró su cesta y salió a recoger alimentos para varios
días.
3. Decidió recoger semillas bajo los
arboles, pero se encontró con
las ardillas jugando entre las
ramas, al verlas el conejo huyo a
la carrera. “Mejor me voy”, dijo
el conejo muy asustado, “Ellas
podrían hacerme daño”.
Nunca salía a pasear, pasaba el
día entero acurrucado entre las
hojas de su cueva, solo recogía
sus alimentos en la noche
ocultándose de todos los
animales.
4. Se fue cerca al lago para recoger
algunas lechugas, pero se encontró
con una cigüeña que dormía por
ahí.
“Mejor me voy, antes que me
vea, porque si me ataca y yo
moriría.
5. Siguió buscando
alimento y encontró
un sembradío de
zanahorias. Cuando
iba a sacar algunas
vio pasar unos
pajaritos volando; el
conejo, al verlos, se
asusto y corrió a
esconderse bajo los
arboles.
“¡Estas aves si que
son peligrosas!”, dijo
mientras corría
velozmente.
6. Entre los arboles encontró un montón de ricas manzanas. Feliz iba
a recogerlas cuando escucho el crujir de hojas secas. Miro entre
los arboles y vio un venado, que pasaba por ahí muy tranquilo.
“¡Que horror!”, exclamó el conejo muy asustado y corrió a
esconderse. “Si me ve ese animal, me ataca y… ¡Seguro me
come!”, exclamó y se fue corriendo.
7. Muy triste se fue a la laguna a tomar agua.
Mientras bebía sintió un ruido fuerte. Vio a
unas ranas que salían del agua gritando:
“¡Auxilio!”, ¡Que animal tan peludo y feo!, ¡Hay
que escondernos porque nos puede comer!.
El conejo se quedo impresionado. “Que miedosas y
cobardes son las ranas”, pensó, “Me temen a
mi, que soy indefenso y temeroso”.
El conejito volvió a su cueva y pensó: “Mañana
volveré al bosque; seré valiente y buscare mi
alimento sin tenerle miedo a nada.