Colombia tiene una gran diversidad de fauna que ha llevado al país a ser uno de los principales focos de explotación y tráfico ilegal de animales. La policía realiza operativos para decomisar animales traficados ilegalmente y llevarlos a corporaciones o veterinarias para su evaluación y determinar si pueden ser devueltos a su hábitat natural. El tráfico de flora y fauna es considerado un delito ambiental y penal en Colombia.