La Guerra Fría marcó la transición entre la Segunda Guerra Mundial y una nueva era bipolar definida por el enfrentamiento entre los bloques capitalista occidental liderado por Estados Unidos y el bloque comunista oriental liderado por la Unión Soviética. Estos bloques compitieron por expandir su influencia política e ideológica en todo el mundo durante décadas a través de una guerra fría caracterizada por conflictos proxy, la carrera armamentística y la amenaza nuclear mutua.