2. Sin embargo, cualquiera puede estar inclinado a leer acontecimientos más
concretos de tu vida sin necesidad de que seas famoso, siempre y cuando
estos sean interesantes. Es fácil que todos tengamos en nuestro haber algo
digno de compartir con el mundo en mayor o menor medida.
No obstante, si consideras que toda tu vida ha sido objetivamente
extraordinaria pese a ser un desconocido, entonces adelante, escribe una
autobiografía. Pero aún así, piensa que de primeras es mucho menos
intimidante narrar una parte de tu vida, centrándote en un tema concreto,
que contarlo absolutamente todo. Además, siempre es más sencillo escribir
sobre algo que te apasiona que sobre un montón de cosas que a ratos
pueden aburrirte incluso a ti, así que ahí tenemos otro punto más a favor de
las memorias.
Decidas lo que decidas, si no quieres invetir tiempo y esfuerzo en escribir una
historia que no va a ninguna parte, ante todo debes ser humilde y honesto
contigo mismo. Si es necesario, pide opinión sobre tu historia a otras
personas para adquirir una visión objetiva y averiguar si realmente puede
suscitar interés. Siempre que sea posible, eso sí, evita que te juzguen mejores
amigos y familiares; a no ser, claro, que tu objetivo no vaya más allá de
escribir para ellos, lo cual es igualmente respetable. Y es que no todo el
mundo busca escribir su historia con fines comerciales; hay a quien
simplemente le basta con dejar un testimonio escrito a su descendecia.