¿QUE SIENTE EL INVERSOR AL PRESTAR A SU HIJA, LA INVERSION'
ESCUCHA EMPATICA: SU INESTIMABLE VALOR
1. ESCUCHA EMPATICA: SU INESTIMABLE VALOR.
Santiago, ya pasada la cuarta década de vida, nota que ve borroso de cerca
especialmente cuando tiene que leer. Decidido a solucionar este problema
hace una cita con un oculista. El galeno hace una inspección ocular con los
aparatos oftalmológicos y decide recetar anteojos.
Mira entonces a su paciente fijamente a los ojos y le dice:
-Bueno Sr Santiago necesita anteojos. Como sé que es un hombre de trabajo
le voy a regalar los anteojos que estoy usando, de excelente calidad, total en
casa tengo otro par.
Dicho esto Santiago se los pone y ve peor. Al comentarle al Doctor este le dice
que cuando se acostumbre verá correctamente. Lo despide exhortándolo a
tener una actitud positiva. Pasan 15 días y Santiago sigue viendo borroso, con
lo cual hace una segunda cita con el Oftalmólogo.
En esta segunda cita no es recibido con amabilidad, sino con dureza.
-¿Cómo es que a Usted no le sirven? A mí me sirvieron por más de cinco años.
-Doctor, hice como Ud. me indicó, pero veo borroso igual.
2. -Malagradecido, a mí me funcionaron por años y Usted dice que no. ¿Qué se
cree, que soy un inútil?
Dejamos al lector que imagine como se sintió Santiago y como se retiró de la
consulta. ¿Se habrá sentido desagradecido? ¿Se sentía en deuda con el
Doctor? ¿O por el contrario pensó que pese a sus títulos era un mal profesional
y que debiera consultar a otro? O peor aún, ¿habrá concluido que todos los
doctores eran una especie de mata sanos?
¿Podemos entonces arreglar las cosas con solamente un buen consejo? Más
bien deberíamos primero comprender, escuchar lo que realmente se dice y se
siente.
Existen 4 niveles de escucha que conducen al fracaso.
a. Ignorar, no escuchar para nada.
b. Fingir: <<ahá, claro, estoy de acuerdo, tenés razón>>.
c. Ser selectivo: se escucha ciertas partes de la conversación, pero se omiten
los silencios. ¿Los silencios? Sí, una parte importantísima de la conversación.
d. Escucha atenta: efectivamente escuchamos con toda nuestra energía y
prestamos toda la atención.
Si realmente queremos escuchar debemos llegar a un quinto nivel, la escucha
empática. La simpatía es estar de acuerdo, la empatía es ver como la otra
persona ve y sentir como el otro aunque no se esté de acuerdo. Es
comprender, porqué dice lo que dice, porqué siente lo que siente, concordemos
o no.
3. ¿Por qué esta es una forma superior de escuchar? Los humanos necesitamos
ser valorados, apreciados, dignificados, o sea comprendidos. ¿Qué hace un
doctor si a una persona le falta el aire? Sabemos que lo primero es oxigenar al
paciente. ¿Qué haremos cuando a una persona le falta aire sicológico? Lo
mismo, oxigenarlo, en este caso por medio de la comprensión.
De esta manera tenderemos puentes con las personas, en vez de construir
muros. La comunicación empática es un puente que nos con confianza tanto
al que habla como el que escucha. Esta confianza hace la diferencia.
Pensemos en esto, entre dos médicos, ¿a cuál elegiríamos? ¿Al que más sabe
o al que nos comprende? Si no hay confianza en el diagnóstico no hay
confianza en la prescripción. ¿Cómo se puede diagnosticar sin comprender?
Vale la pena meditar bien en este principio, <<la escucha empática>> ya que
mejorará nuestras relaciones interpersonales, las cuales son imprescindibles
para vivir en este mundo.
Para más detalles ver el 5 hábito de la gente altamente efectiva (Stephen R.
Covey, “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.”)