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- Iremos a la Torre de Tokyo, cerca de ahí hay una excelente cafetería.


- Pero nos tomara por lo menos 45 minutos en llegar hasta allá, y además tengo hambre.


- Pero que la señorita no se despertaba hasta el mediodía, es imposible que a las 9:35 tenga hambre.


Himeko no podía ocultar su rostro que estaba totalmente rojo, Chikane que le gustaba esa timidez,
solo se rió.


- Pero antes de ir hasta allá quiero pasar a mi departamento y cambiarme ropa también quiero
colocarle a la cámara una tarjeta para poder tomar más fotos.


- Bueno pero démonos prisa.


Chikane fue hasta su cuarto, tomo una chaqueta, un pequeño bolso verde y guardo sus llaves. En
tanto Himeko, fue al baño para arreglarse el cabello.


Cuando estaban lista se juntaron en la puerta, salieron y rápidamente se dirigieron hasta el
departamento de Himeko. Iban casi corriendo, Chikane quería ir más rápido, pero la mala condición
física de su amada no lo permitía, se demoraron apenas unos 10 minutos.


Himeko tomo las llaves y abrió la puerta, le dijo a Chikane que esperara en el sofá algunos minutos.
Fue hasta su dormitorio, abrió la puerta del armario, saco una pequeña caja, y debajo de varios
papeles envuelta con un pañuelo se encontraba la fotografía de Ai, la madre de Himeko.


Rápidamente fue donde estaba Chikane, que estaba de pie en frente de la ventana mirando el
hermoso cielo azul.


- Aquí esta la foto de mi madre. Voy a volver a mi dormitorio para arreglar la cámara y cambiarme
de ropa, ya vuelvo.


Cuando Himeko ya se estaba yendo hacia su cuarto, Chikane, recién se dio cuenta que tenía en sus
manos una fotografía, la persona que estaba retratada en esa foto realmente era Himeko, era una
imagen algo más mayor que su ángel dorado, estaba en una playa con el mar de fondo y un cielo
azul sin una sola nube, la mujer de la foto estaba vestida con unos pantalones cortos azules, una
blusa blanca amarrada en su parte de abajo, sus pies estaban descalzos, su pelo y los ojos eran los
mismos que Himeko, hasta esa dulce sonrisa inocente era igual, sin duda más que madre e hija se
podría decir que eran hermanas gemelas o incluso se podría decir que en un futuro no muy lejano
Himeko luciría igual que su madre.


Al imaginar como luciría Himeko en el futuro, sus mejillas comenzaron a tornarse roja, algo inusual
en ella, pero que estos días le sucedía con frecuencia gracias a la presencia de su adorado ángel. No
sabe como los minutos pasaron tan rápidos que Himeko ya se encontraba a su lado.


- Chikane-chan?!


- Hi..me..ko..


- Te pasa algo, tienes las mejillas rojas.


- En serio, bueno lo que pasa es que tu madre y tú son iguales, pensé que se parecerían un poco pero
esta foto, puedo decir que así lucirás en el futuro y que espero estar a tu lado en ese momento.


- Pero no creo que sea tan hermosa como mi madre, pero lo que te puedo asegurar es que estaremos
juntas.


Chikane que aún tenía las mejillas enrojecidas, dejo la foto en la pequeña mesa, y cuando estuvo de
nuevo frente a Himeko, la besó con tanta fuerza y pasión que la empujó al sofá, sus manos
comenzaron a recorrer la delicada piel de su amada, en un principio fue lento pero a medida que
pasaban los minutos lo hacia mas rápido y con mayor profundidad, Himeko tan poco se quedaba
atrás estando debajo de su princesa también comenzó a recorrer la espalda y los muslos. Cuando
sintieron que el calor ya era demasiado y la ropa le empezaba a incomodar, se separaron un
momento, en ese instante se sintió un ruido algo extraño, era el estómago de Himeko, que pedía
urgentemente algo de comida.


- Lo siento dijo con las mejilla sumamente roja.


- Jajajajajaj


- No te rías Chikane-chan


- Es que en parte tengo la culpa por no haber preparado un buen desayuno.


Mejor porque no arreglemos y vamos para donde tenemos pensado ir.


Himeko tomo la foto de su madre nuevamente y la guardo donde estaba, se fue a la cocina para ver
si tenía algo para comer y que no le sucediera nuevamente lo mismo, abrió el refrigerador y lo único
que encontró fue una manzana verde. La lavo y se fue comiendo. Cuando llegó a la sala
nuevamente, encontró de nuevo a Chikane mirando por la ventana.


- Quieres un poco de manzana?!
- Bueno, la verdad es que también me dio hambre.


Después que compartieron la manzana ya estaba lista para salir, antes de abrir la puerta, Chikane le
hace unas preguntas.


- Cuál es el nombre de tu madre.


- Ai…


- Y que edad tenía en esa foto..


- Mmmm creo que unos 26, según la fecha que sale atrás.


- No estas segura.


- Bueno es que una vez le pregunte a mi padre por ella, pero no recibí la respuesta que esperaba,
además tuve que calcular la edad por la fecha de otras foto, en la que estaba embarazada salía que
tenía 28, así que asumí que debería tener unos 26 o 27.


Chikane sin decir nada solo la abrazó, se sentía mejor ahora, ya no se sentía culpable por lo
sucedido durante el desayuno, estaba feliz, porque pudo saber hechos importantes en la vida de su
amada, y no esperaba el momento en que Himeko cumpliera los 26 para que luciera igual que su
madre.


- Chikane-chan podemos irnos.


- Claro.


Bajaron las escaleras rápidamente, llegaron hasta la parada de autobuses y vieron que el próximo
bus pasaría en unos cinco minutos más.


- Alcanzamos a llegar Chikane-chan


- Que bueno, porque el próximo pasará en 20 minutos más.


Luego de transcurrido esos 5 minutos, llegó el autobús, se sentaron en los últimos asientos, Himeko
iba en el lado de la ventana con la cabeza apoyada en el hombro izquierdo de Chikane.


El viaje estuvo tranquilo conversaron de cosas casi sin sentido, Himeko le pregunto si todavía
alcanzaban a tomar desayuno, pues ya eran las 10:40 y según Chikane aún faltaban 10 minutos más
de viaje.


- Creo que por ser día domingo parece que el servicio de desayuno es hasta las 11:00


- Espero que sea hasta esa hora, realmente las dos veces que corrimos me abrieron más el apetito.


- Aunque no lo creas a mí también además mi hora de desayuno ya pasó.


- A que horas te despierta generalmente los días domingo, Chikane-chan.


- A las 8:00.


- QUE!!


- Himeko no tienes porque gritar.


- Lo siento, es que no puedo creer que te despiertes tan temprano.


- Temprano?!, los otros días me despierto a las 6:00


- QUEEEEEEEEEEEEE!!


- Porque gritas de nuevo Himeko no veo que sea extraña la hora. Eso es porque tú te despertaras
más tarde o me equivoco?


- Pues no te equivocas, me despierto a las 9:00, aunque para mí esa hora aún es temprano.


- Jaja no puedes ser tan dormilona.


- Es que me quedo hasta tarde revelando fotos y como tengo que presentarme a las 10:30 en la
revista, puedo dormir hasta un poco más tarde.


- Discúlpeme entonces señorita fotógrafa.


- No tienes porque ser sarcástica Chikane-chan.


Cuando Himeko estaba esperando alguna respuesta, solo vio que Chikane se puso de pies, pues ya
habían llegado a su destino.


- Hasta que al fin llegamos Chikane-chan. Dijo mientras estiraba los brazos.


- Ven vamos hay que apresurarse si queremos aún desayunar.
La tomo de la mano y nuevamente corrieron hasta la entrada de una cafetería que quedaba cerca de
la Torre de Tokyo, aunque se demoraron un poco más debido a que Himeko, se quedo mirando
atónita aquella estructura, solo la conocía por fotos y a través de la televisión, nunca se imagino que
podía verla tan cerca y menos en compañía de la persona que amaba.


- Date prisa Himeko, sino no alcanzaremos.


Tan pronto como escucho la voz de Chikane, volvió a correr hasta que al fin llegaron a su destino,
eran las 10:55, justo a tiempo.


Eligieron una mesa, apenas se sentaron llego una persona con dos cartas de menú en la mano.


Apenas le dieron una mirada a la carta, Chikane fue la encargada de pedir el desayuno que aún
podían elegirlo, este consistía en dos cafés, dos rebanadas de pan al estilo francés acompañadas con
un pedazo de pastel.


Ambas tenían tanta hambre que apenas conversaron solo se dedicaron a comer, claro que ambas
comían de forma muy distinta. Chikane lo hacía con extrema elegancia, en cambio Himeko tenía
algo de crema en la boca. Cuando vio la crema en el labio inferior Chikane en vez de pasarle una
servilleta y limpiarla, retiro la crema con sus propios dedos y se lo echo a la boca, con este Himeko
al instante se le sonrojaron las mejillas.


No tardaron ni quince minutos en terminar su desayuno, Himeko lo único que quería era visitar la
Torre de Tokyo, por lo que pidieron la cuenta y se fueron rápidamente hacia aquella inmensa mole
de metal.


Subieron directamente hasta el piso que tenía los binoculares, Himeko sólo ansiaba poder mirar
todo Tokyo y si fuera posible tomar la mayor cantidad de fotografías.


No había mucha gente en ese piso, por lo que se sentían cómodas y aunque haya personas no tenían
problemas en demostrar que eran una feliz pareja enamorada.


Algunas las miraba con recelos, otras se hacían las desentendidas y otras comentaban entre sí.


Himeko pensaba que tan raro puede ser que personas del mismo sexo se enamoren, pero lo que ella
no sabía que además de eso había otra razón para que las personas comentaban, de esto se enteraría
el día de mañana.


Mientras estaba mirando por uno de los binoculares, Chikane se encontraba detrás de ella, tenía los
brazos alrededor de su cintura y su rostro descansaba en el hombro izquierdo. Debido a su timidez
su cara obviamente se volvió roja, pero eso no la interrumpía de mirar la ciudad y tratar de grabar
en su mente esa maravillosa vista.


Miró por todos los binoculares, se sentía feliz de que Chikane, aceptara y estuviese a su lado en
silencio mientras duraba el tiempo en que los podía ocupar.


Como ya había visto toda la vista decidió tomarse algunas fotos con su amada Chikane, esta vez le
pidieron a una persona que estaba cerca de ahí, quería tener una foto de cuerpo entero de ambas,
como Himeko era muy tímida no se atrevió a pedirle a alguien que le tomara la foto, Chikane le
pidió a un señor de mediana edad que les tomara la foto. El caballero accedió gustoso incluso le
hizo una reverencia, esto fue extraño para Himeko, siendo que normalmente tiene que ser al revés.


Cuando el señor le devolvió la cámara, Himeko le pregunto porque aquel señor la trato de forma tan
respetuosa, Chikane le recordó que pertenecía a una famosa familia que era dueña de una
importante empresa en Tokyo, además salía en revistas cuando hacían importantes reuniones con
gente de altos puestos políticos y por el echo de que era una famosa ……


Chikane alcanzo a darse cuenta que casi revela su mayor secreto, solo esperaba que Himeko no se
diera cuenta, y al parecer así lo fue, pues se encontraba concentrada en como había salido la foto.


Ya era cerca de la hora de almuerzo, así que volvieron al mismo lugar, pidieron algo liviano para
almorzar, pues Himeko se acordó que tenía que entregar las fotos que había tomado el día viernes, y
eran bastantes por lo que tuvieron que detener su paseo.


Estaban devuelta en el departamento de Himeko, rápidamente se cambio de ropa, se sentía más
cómoda revelando las fotografías con un pantalón deportivo, una polera algo ancha unas zapatillas y
su pelo tomado con una media cola, sabía que era algo torpe por lo que podía derramar el líquido de
uno de los recipientes y arruinar su ropa.


Le pidió a Chikane si quería acompañarla mientras hacía su trabajo, obviamente accedió, pero antes
también cambió sus ropas por un atuendo similar.


Pasaron casi toda la tarde en aquel cuarto, gracias a la luz especial que poseía, Chikane pudo ver
detalladamente como su ángel estaba trabajando con gran dedicación y con una alta concentración,
pudo entender como era aquel proceso, gracias a que Himeko se lo explicaba de manera sencilla.


En un momento ya no tenía más espacio donde colgar las fotos, así que espero hasta que se revelara
la última para abrir la puerta y preparar algo de comer pues sabía que era tarde, su estomago se
encargo de avisarle.
Después de terminar de comer le ofreció a Chikane si quería tomar un baño, la respuesta fue
afirmativa, así que le pasó un par de toallas y una polera lo suficientemente larga para que alcanzara
a taparse su ropa interior.


Luego fue su turno, su tenida de dormir no variaba mucho de la de Chikane, cuando ambas estaban
debajo de las sábanas, comenzaron a besarse muy tiernamente pero a medida en que se iban
besando aumentaba el calor en sus cuerpos gracias a que sus manos iban recorriendo el cuerpo de la
otra, como Himeko había elegido ese tipo de vestimenta fue fácil arrancarlas, antes de comenzar
con su acto amatorio, Himeko se acordó que tenía que levantarse temprano para la entrega de las
fotos así que coloco su reloj despertador a las 7:00


Aunque ambas eran inexpertas en el arte del amor, el día viernes en la tarde y en la noche pudieron
hacer sentir a la otra un placer que jamás habían experimentado, nunca se habían enamorado, así
que cuando se besaron y pudieron degustar el cuerpo de la otra todo parecía tan natural, sabían lo
que tenían que hacer y esta vez no fue diferente cuando hicieron el amor fue con menos
nerviosismo y menos ansiedad pero con mucha mayor intensidad.


Cuando pudo recuperar el aliento, Chikane se recostó a su lado y le dio un beso en ambas mejillas y
la abrazó mientras le decía al oído lo mucho que la amaba. Himeko también le susurró algunas
palabras de amor, le dio un gran beso en los labios y le correspondió el abrazó.


Después de algunos minutos, Chikane sintió algo de frío así que deshizo el abrazo y arropo a
ambas.


Cuando quiso hablar con Himeko. Se dio cuenta que estaba profundamente dormida, así que se
quedo en silencio, la abrazó nuevamente y también se durmió.


CONTINUARÁ…


Capítulo 8: “Hana Magazine”




- Acaso no prometió usted que el día de hoy llegaría antes de la hora para preparar la exposición
frente al jefe, Kurusugawa-san.


- Lo siento, de verdad, iba a llegar a la hora, pero tuve un pequeño imprevisto en la mañana.


Luego de terminar de hablar, Himeko se acordó del porqué había sufrido un retraso de 15 minutos,
siendo que tenía que preparar una pequeña exposición junto con su compañero de trabajo, Mamoru
Aoba, un tipo alto, de cabello negro, de ojos verde, tez blanca; vestido con una camisa blanca y
pantalones negro.


El ruido del despertador había interrumpido la tranquilidad del nuevo día, son exactamente las 7:00
de la mañana, la hora en que Himeko había programado el despertador la noche anterior. Dando
unos manotazos al azar, sin abrir sus ojos amatistas, logro apagar la alarma, pero esto no significa
que haya despertado, como sabe que le cuesta levantarse, Himeko programó el reloj a esa hora para,
por lo menos tener quince minutos más en la cama y tener el tiempo suficiente para arreglarse y
partir al trabajo. Lo que no se acordaba o no estaba del todo conciente es que este día Lunes no
estaba sola en la cama como era de costumbre, sino que estaba acompañada de su amada princesa,
la que no estaba al tanto de las costumbres de Himeko, por lo cual apenas sonó el despertador
intento despertarla, no con besos en la frente o susurros en el oído, esta vez la despertaría
directamente con un beso en los labios, no quería que los sucesos de ayer se volvieran a repetir el
día de hoy.


- Solo diez minutos más Chikane-chan, dijo con los ojos cerrados aún


- Veo que esta vez el ángel se acordó de mi nombre, le susurró en el oído.


Chikane pensó que el beso había sido suficiente para despertarla, pero estaba muy lejos de la
verdad. Así que se le ocurrió una nueva forma de despertarla


- Jajajajajajaja, para por favor Chikane-chan.


- Ahora si que estas despierta, eres muy cosquillosa mi dulce Himeko.


Himeko esta vez si se despertó y vio la hora, eran las 7:05, aún le quedaban diez minutos más.


- No crees que ya debes levantarte, estas retrasada cinco minutos.


- Eso no es cierto, tengo aún diez minutos más.


- Pero no tenías que levantarte a las 7:00


- No, tengo que levantarme a las 7:15


- Entonces porque pusiste el reloj quince minutos antes.


- Bueno eso es porque me cuesta empezar el día, así que para no atrasarme programo el reloj quince
minutos antes, así sé que no tengo que levantarme tan a aprisa.
- Eso quiere decir que aún “tenemos diez minutos”.


- Eh, bueno si, dijo sonrojándose.


Los próximos diez minutos fueron aprovechados de buena forma por las felices amantes.


Eso pensó Himeko que sólo habían pasado diez minutos, pero a decir verdad ya eran las 7:30,
estaba retrasadísima, de un brinco ya estaba fuera de la cama, se dirigió al baño para tomar una
ducha de apenas 5 minutos, volvió envuelta por solo una toalla, abrió la puerta de su armario para
elegir que ropa usaría ese día, escogió unos pantalones azules, una polera blanca con un estampado
de flores y unas zapatillas, ya que sabía que tenía que correr para tomar el autobús, su cabello lo
recogió con un lazo rojo. Todo el ajetreo de Himeko era observado por Chikane quien aún estaba
recostada en la cama.


Como ya estaba en la hora solo tomo un ligero desayuno, un vaso de leche y una tostada, pero para
lo que no tuvo tiempo fue para preparar su almuerzo, de lo que estaba agradecida era de que había
ordenado y guardado las fotos y sus cámaras fotográficas.


Finalmente volvió a la habitación para colocarse una chaqueta café y por supuesto despedirse de su
adorada Chikane-chan.


- Estoy lista para irme.


- Que te vaya bien Himeko


Se despidieron con un rápido beso, cuando Himeko estaba apunto de cerrar la puerta se devolvió a
la habitación, había olvidado darle algo importante a Chikane.


- Se te olvido algo Himeko?


- Bueno… este… yo… tenía que haberte dado esto antes...dijo con las mejillas ruborizadas.


Y metiendo su mano derecha en su bolso, tomo un par de llaves y se las entrego.


- Esta son unas copias de las llaves del departamento y de la puerta de entrada del edificio.


- No era necesario que me entregaras una copia, solo debiste dejarme tus llaves y cuando volvieses,
las hubieses retirado en la conserjería.


- Pero yo de verdad quiero que las tengas…
Y viendo que la hora avanzaba, se dispuso a correr nuevamente hacia la puerta. Corrió por las
escalas y alcanzo a llegar a la parada de autobuses, cuando el bus que necesitaba para llegar hasta la
revista se estaba aproximando.


En el octavo piso del edificio “H&U”, estaba establecida la revista. No era una gran revista, aún las
actividades no han comenzado, faltaban pocos minutos para las 9:00 de la mañana.



- Te ocurre algo, Kurusugawa-san. Tienes las mejillas rojas.


- No nada estoy bien, Mamoru-kun. Mejor apresurémonos con la presentación para el jefe.


- No tienes de que preocuparte, esta casi completa, sólo falta que me entregues las fotos que tomaste
el día viernes. Aunque será difícil elegirlas, porque siempre tomas excelentes fotografías.


- No exageres, no creo que sean tan buenas.


Entonces Himeko saco de su bolso todas las fotos que había tomado el día viernes, pero no sólo
estaban esas fotografías, también se encontraban varias fotos de ella y su adorada Chikane-chan,
pero como estaba tan distraída buscando las mejores fotos, debido al retraso de la reunión, no se
percató de que su compañero las había tomado y las estaba observando detenidamente.


Como buen reportero Mamoru Aoba, conocía a la gran mayoría de las personas influyentes del país,
pero sobre todo a las pertenecientes a Tokyo. Estuvo en un par de fiestas, gracias a la confianza que
su jefe tenía depositada en él, con la esperanza que consiguiera una entrevista con la princesa de
hielo. Sabía que era una tarea casi imposible, pero él no dudaba de su capacidad, además si lo
conseguía sería la primera persona en lograr entrevistarla.


Así que cuando repasó por segunda hasta una tercera vez las fotos, en donde la princesa de hielo se
mostraba feliz y afectuosa con su compañera de trabajo, su cara se volvió tan blanca como un papel
y sus ojos tan abiertos y redondos como un plato. No sabe exactamente cuanto tiempo transcurrió
hasta que fue sacado de ese estado de shock, gracias a una dulce voz.


- Estas bien? Mamoru-san, hay algo malo en esas fotografías.


- No nada… sólo me preguntaba quien es la persona que te acompaña en las fotografías.


- Quién me acompaña? No recuerdo haberme tomado alguna ese día.


Como aún no podía creer que la otra persona de la foto fuera Miya-sama, se las entregó para
confirmar su supocisión, aunque estaba seguro que no se podía equivocar, pero dudo por un
momento, debido a que la princesa de hielo, jamás fue retratada con una sonrisa como esa o
demostrar tanto cariño hacia otra persona, por eso todo el mundo la conocía con ese apodo.


Cuando Himeko tuvo en su poder las fotografías en que salía retratada con su Chikane-chan, en el
pequeño jardín de rosas que estaba en el parque no pudo esconder su rostro, estaba sumamente
enrojecido, como podía ser tan despistada por haber traído esas fotografías al trabajo, fue su
pensamiento, mientras trataba de explicar con claridad la situación a su compañero de trabajo.


-Eto… verás …


De su boca no salieron más que algunos monosílabos, no podía decirle que es su amiga, eso sería
demasiado cruel, pero decirle que es su pareja, no sabía como podría reaccionar su compañero,
aunque se acordó de sus propias palabras en el momento en que confesó sus verdaderos
sentimientos en su vida pasada “Lo diré delante de cualquiera no me avergüenzo, de verdad”
Cuando había reunido el suficiente valor para decirle la verdad su compañero notó que él ya no la
estaba mirando, sino al montón de fotos repartidas en la mesa.


Agradeció a los dioses de que Mamoru-san respetara su vida personal sobre todo cuando Himeko se
les enrojecía las mejillas.


Finalmente había llegado el momento de almorzar, estaba tan contenta con las felicitaciones que le
dio su jefe que quería comunicárselo a Chikane-chan, pero cuando recorrió el directorio telefónico
de su celular, recordó que en ningún momento le había pedido su número o ella recuerda haberle
dado el suyo, pero para que lo necesitaba, si habían pasado tres maravillosos días juntas en todo
momento. Decidió que apenas llegara a casa le pediría el número ya que no podían pasar todo el día
junta por el trabajo de Himeko y además Chikane-chan tendría cosas que hacer también.


- Pero que estará haciendo ahora Chikane-chan. Aún no me ha dicho a que se dedica. Si trabaja o
estudia…


Cuando estaba pensando en como su princesa ocuparía su día, fue interrumpida por su compañero
de trabajo.


- Puedo acompañarte a almorzar Kurusugawa-san.


- Mamoru-san, me sorprendiste… claro que me puedes acompañar, pero antes tengo que ir a
comprarlo, salí con tanta prisa que no alcancé a prepararme algo de comer.


- Entonces vayamos a la cafetería del edificio, la que está en el cuarto piso


- Bueno…
Bajando por el ascensor, llegaron hasta el cuarto piso, Himeko se pidió un par de sándwiches al
igual que Aoba-kun un jugo de naranja y mirando alrededor encontraron una mesa desocupada.


Después de que terminaron de almorzar, aún tenían tiempo antes de volver al octavo piso. Era la
oportunidad que estaba esperando, Mamoru no se iba a dar por vencido hasta saber como su
compañera de trabajo de hace casi una semana, podía conocer a Miya-sama, si solo llevaba en la
ciudad tan poco tiempo.


Sabía perfectamente lo tímida que es, porque cuando quiso hacerle algunas preguntas acerca de su
vida personal, durante el primer día de trabajo, no sólo se quedo en silencio sino que además sus
mejillas se tornaron rojizas, así que preguntarle nuevamente por las fotos de la mañana no lograría
una mejor respuesta que algunas palabras incoherentes e inaudibles, decidió que acercarse de forma
cuidadosa para ganarse su confianza para que le entregara algunos datos de Miya-sama sería el
mejor camino.


Todas las preguntas las hacía Mamoru; le preguntaba de su vida en la pequeña aldea de Mahoroba,
de porque había decidido ser fotógrafa, de cómo había sido esta semana en la capital y alguna que
otra pregunta más. Himeko las contestaba sin contrarrestar, lo único era que agradecía era que no
mencionara las fotos en el jardín de las rosas.


De vuelta a las labores, Himeko volvió a ordenar el desastre que había quedado en su mesón de
trabajo, todavía estaban regadas todas las fotos y algunos rollos desocupados por si tenía que salir
más tarde, pero al parecer ese día se quedaría en la revista, ya que su jefe después de la reunión le
avisó que estos días ocurriría un evento importante y necesitaba de ella para acudir a él, junto con
Aoba-kun, así que le dio un pequeño descanso.


Ha pasado media hora, Himeko pudo ordenar todas las fotos y guardarlas nuevamente en su bolso.


Mientras, Aoba-kun, aún seguía dándole vueltas al asunto de las imágenes que había visto en la
mañana, pensó en un montón de hipótesis, cada una más descabellada que la anterior, incluso pensó
que podían ser amantes.


- Pero eso es imposible, creo que estoy pensando demasiado…


Para distraerse, comenzó a trabajar en un nuevo artículo, un artículo de una exposición de obras de
arte, en donde estaría rodeado nuevamente de personas influyentes.
Chikane se encuentra actualmente devuelta en su departamento, al cual no había ido desde el día
sábado.


- Al fin pude terminar de ordenar, dijo conforme mientras observaba lo brillante y limpio que
estaba.
Luego, cambiándose de ropa se dispuso a abandonar el departamento, tenía cosas muy importantes
que hacer ese día, y esperar de que se resolvieran de la mejor manera, por el bien de Himeko y el de
ella.
_____________________________________________________________
Al fin era la hora de regresar a casa, Himeko ya estaba lista para salir del edificio cuando fue
alcanzada por una mano que estaba posada en su hombro izquierdo, y dándose vuelta pudo
identificar a la persona.


- Eh, me asustaste Aoba-kun.


- Lo siento, es que saliste tan rápido que no te alcancé antes.


- Y que quieres, sabes… quiero llegar temprano a casa.


- Ah… bueno solo me preguntaba si te podia acompañar hasta tu casa


- Eh!?


- Es que veo que llevas un bolso bastante grande. Fue lo que se le ocurrió decir en último momento.


- Pero no tienes de que preocuparte, puedo llevármelo de vuelta.


- Pero te ves cansada, así que pensé que podía ayudarte.


Himeko era tan amable y también inocente que no se percataba de las “verdaderas intenciones” de
Aoba-kun, él sólo quería saber de una vez por todas el verdadero motivo de esas fotos, ya estaba
obsesionado con el asunto, que acompañarla hasta su casa fue lo mejor que puedo inventar.


Himeko finalmente termino por acceder a la petición de su compañero, por lo tanto, los dos se
fueron hasta la parada del autobús.
_____________________________________________________________
Chikane se encontraba de regreso en el departamento de Himeko, había comprado algunos
ingredientes para hacer la cena de esta noche. No sin antes pensar en la conversación que tuvo con
Otoha-san.


Después de bajarse del taxi, se encontraba caminando por un largo sendero de cemento adornado
por grandes árboles, rara vez tenía la oportunidad de realizar ese trayecto, ya que siempre iba en la
limosina.


Cuando llego hasta la entrada de la mansión Himemiya, Chikane decidió entrar por la entrada de la
servidumbre, no quería que su padre la viera, aunque era casi imposible, por esta época del año su
padre se encontraba en viaje de negocios en Europa, aún así no quería correr ningún riesgo.


Cuando termino de recorrer el camino hasta la entrada posterior de la mansión que daba directo a la
cocina se encontró con la jefa de la servidumbre, Otoha-san.


Ésta al sentir el ruido de la puerta volvió su mirada hacia aquel lugar, cuando vio a aquella persona
el plato que sostenía en su mano izquierda se deslizo entre sus dedos y al caer hizo un pequeño
ruido.


- OJOUSAMA!?


Chikane rápidamente llego hasta su lado para darle un gran abrazo. Estaba en deuda con ella,
realmente la carta que le envió le dio ánimos para seguir firme con su decisión, así que ese abrazo
era lo menos que podía hacer por la persona que estuvo cuidando de ella por tantos años.


- Ojousama, dijo Otoha algo más calmada pero a la vez sorprendida, era la segunda vez que le daba
un abrazo tan afectuoso.


- Sólo dime Chikane, ya no vivo en esta casa para que me llames así.


- Usted siempre será para mí Ojousama, pero si usted quiere que la llame por su nombre lo haré,
Chikane-sama.


Separándose, vio Chikane algunas lágrimas en los ojos de Otoha, ella sabía de los sentimientos que
albergaba, pero que no los podía corresponder, debido a que no pensaba en nadie más que en
aquella niña de cabellos dorado que le había regalado la mitad de la concha rosada.


- Está padre en casa?


- No, él esta en su viaje anual de negocios.


- Lo suponía, es mejor así tengo algunas cosas importantes que tratar contigo.


- Si quiere podemos ir al salón a tomar té.


- Mejor conversemos en mi cuarto, bueno mejor dicho mi ex-cuarto.


- Ese siempre será su cuarto Chikane-sama.
Y preparando una bandeja con dos tazas, una tetera y algunas galletas, comenzaron a recorrer la
mansión. Aunque solo hace un poco más de una semana que se había marchado de aquel lugar, sus
ojos zafiros comenzaron a llenarse de lágrimas, las que pronto recorrerían sus mejillas, por suerte en
ese momento no había ninguna otra sirvienta, así que pudo limpiarse su rostro y continuar su
trayecto con total calma, no quería ver a nadie.


Acomodándose en la mullida cama, Otoha-san le entregó la taza de té, mientras ella tomaba la suya
sentada en una de las sillas que estaba en la habitación, la cual estaba de la misma forma en que la
había dejado.


- Pensé que ya no estarían más mis cosas.


- Se equivoca, como no estarían sus cosas, Himemiya-sama aún piensa en que usted estará de vuelta
en poco tiempo.


- Pero si él me echo, como espera que vuelva?!


- No lo sé Chikane-sama…


- Bueno, mejor cambiemos de tema… quiero conversar contigo de cosas realmente importantes.


- Cómo que cosas…


- Quería saber si ha venido o ha llamado por teléfono Hikaru-san


- A la mansión no ha venido, y si ha llamado por teléfono no estoy segura, porque lo pregunta
Chikane-sama


- Es que el otro día me pareció haberlo visto cerca del lugar de donde resido.


- Pero eso sería extraño, gente como él no andaría por esos lugares, además nadie sabe que usted
esta viviendo en ese sitio.


- Estás segura de eso, que nadie sabe de mi ubicación?


- Estoy segura, aunque el señor sospecha que yo sé donde está usted, pero cada vez que me pregunta
lo niego rotundamente.


- Espero que encubrirme no te traiga problemas Otoha-san.
- No sé preocupe por mí, sólo deseo que usted sea feliz.


Y Chikane, tomando con una de sus manos la mitad de la concha rosada, solo dio un suspiro para
aliviarse un poco, estaba preocupada de que su padre la estuviera vigilando, y que por eso había
jurado haber visto a Hikaru-san. No quería que los momentos de felicidad con su pequeño ángel
terminaran, no cuando recién estaba disfrutando de verdadera alegría y una gran paz.


- Por cierto Chikane-sama, encontró la mitad de su concha?


- Ah, bueno si, es por eso que vine hasta acá. No quiero que nadie interrumpa mi felicidad y me
separe de mi persona destinada. A propósito, en la carta que me enviaste hace algunos días, como
sabes que le tengo tanto aprecio a esta mitad de esta concha.


- Bueno eso es fácil de contestar, se acuerda que usted siempre se iba algunos días a la casa de la
playa?


- Si, me acuerdo perfectamente.


- Bueno el día en que veníamos de vuelta, usted estaba acompañada por una pequeña niña de
cabello dorado.


- Que?... tú viste cuando me encontré por primera vez con Himeko. No recuerdo haberte visto.


- Eso fue porque, en el momento en que la iba a llamar, usted venía de vuelta, así que la espere
junto a la puerta, pero usted venía tan contenta observando aquel regalo, que no miró hacia el lugar
en donde yo estaba.


- Lo siento.


- No tiene porque disculparse, nunca la había visto tan feliz, incluso en sus cumpleaños cuando
tenía magnificas fiestas y excelentes regalos.


No entendía como ese pequeño objeto podía hacerla tan feliz, así que supuse que no era por ese
objeto sino por la persona que se lo había regalado.


- Tienes razón, después le pedí a papá que me comprará un collar y que colocara la concha en él,
nunca me quite el collar.


- Eso es verdad, aunque no combinara con algunos de sus vestidos, usted seguía insistiendo en
usarlo.
- Es por todo esto que escribiste eso en la carta?


- Si, Chikane-sama


- Ahora que esta concha ya encontró a su pareja, no puedo permitir que mi padre piense que volveré
a vivir nuevamente aquí, porque eso significa que tengo que cumplir el compromiso con Hikaru-
san, no puedo abandonar así a Himeko, no después de todo lo que hemos tenido que pasar para
volver a encontrarnos.


Otoha no sabía de las profundidad de aquellas palabras, no sabía que ellas siempre han estado
destinadas a encontrarse en cada una de sus reencarnaciones para cumplir con aquel maldito ritual y
mucho menos sabía que eso había terminado, que ahora podían vivir felices sin la preocupación de
que el Orochi apareciera en este mundo. Sólo sabía que antes había escuchado ese nombre.


- Himeko?! Pregunto sorprendida Otoha.


- Si es la niña que me dio esta concha y es la mujer a la que amo.


Otoha casi se queda sin aliento, su querida Chikane-sama al fin era feliz, pero sobre todo había
encontrado a la niña que le había dado ese pequeño objeto rosado. Realmente había tenido suerte en
encontrarla o simplemente es el destino, pensó.


- Me alegro mucho por usted Chikane-sama, ahora entiendo la razón por la que usted vino hasta la
mansión y me pregunto por Hikaru-san. Le aseguro que si tengo alguna noticia de él, se la
comunicaré en seguida, quiero que usted sea verdaderamente feliz.


- Gracias Otoha por tu apoyo.


Tan pronto como terminaron de conversar, ambas nuevamente se dirigieron hacia la cocina y se
despidieron hasta una próxima oportunidad.


Chikane aún tenía un tema pendiente que resolver, el evento de esta semana, el evento que se
llevaría a cabo el día viernes por la noche.


Finalmente había terminado de preparar la cena, sabía que aún le quedaba una media hora para que
volviera Himeko del trabajo, estaba feliz de darle una gran sorpresa aunque estaba un poco dudosa,
sospechaba de que Himeko intuía que estaría esperándola en el departamento, por algo le había
dado una copia de sus llaves, pero aún así la sorprendería con la fabulosa cena que había hecho.
_____________________________________________________________
El viaje ha sido tranquilo, había disfrutado de la compañía de Aoba-kun, él le había indicado
algunos lugares de interés mientras los miraba a través de la ventana del autobús.
Pero como no era muy buena recordando nombres, Himeko sólo retuvo aquellas imágenes en su
cabeza con la esperanza de visitarla junto a su Chikane-chan.


Ya habían llegado hasta su destino, Himeko se apresuro en avisarle con anterioridad a su
compañero de la proximidad del paradero en que tenían que bajarse. Para su suerte no eran tanto los
pasajeros que estaban en ese momento en el autobús, asi que pudieron acercarse rápidamente a la
puerta de bajada.


Tal como había prometido, Mamoru Aoba traía consigo el bolso, caminaron amenamente el
trayecto hasta que se encontraron en la entrada del edificio.


- Muchas gracias por acompañarme, Aoba-kun.


- El placer ha sido todo mío.


Las mejillas se tornaron rojas una vez más este día, sólo quería despedirse rápido de Aoba-kun
estaba segura que en el departamento estaría esperándola, su elegante princesa, a la que no quería
hacerla esperar más.


- Ya, entonces nos vemos mañana en el trabajo, Aoba-kun.


Himeko esperaba que le devolviera el bolso y subir rápidamente las escalas, pero estaba equivocada
Aoba-kun quería llegar hasta el departamento, esa sería su oportunidad de buscar más fotos del
mismo tipo que había visto en la mañana.


- Entonces me devuelves el bolso, por favor.


- No, tengo que cumplir lo que he dicho, y eso será hasta que te deje en la puerta de tu
departamento.


No muy gustosa con la oferta, Himeko acepto, espera esta vez poder despedirlo en la puerta de su
departamento, no quería que entrara y viera a Chikane-chan, no después de que no supo explicarle
la razón de las fotos.


No se demoraron más de 5 minutos en subir las escalas, cuando se encontraban en la puerta 205,
cuando Himeko abrió la puerta pudo sentir un exquisito aroma proveniente desde la cocina, eso le
confirmo que Chikane-chan estaba esperándola.


Chikane que estaba aún en la cocina, se apresuro en ir hasta la puerta para encontrarse con su ángel.
Cuando Himeko volteo nuevamente para pedir el bolso y despedirse definitivamente de su
insistente compañero, Himeko no se dio cuenta que tenía desatada una de sus zapatillas, causando
que perdiera el equilibrio al pisarla y querer avanzar.


Pensó que de seguro caería al suelo, pero Mamoru-kun la agarra antes de que llegue al suelo,
tomándola en sus brazos.


Esta escena fue vista por Chikane, que quedo atónita con la situación.


- HIMEKO?!


- CHIKANE-CHAN!!


- MIYA-SAMA, dijo finalmente Aoba-kun.


CONTINUARÁ…

Capítulo 9: "La Pianista"




Himeko aún seguía recordando los sucesos acontecidos la noche recién pasada, aún lamentaba su
torpeza de creer que su compañero sólo la iba acompañar hasta su departamento para ayudarla con
su bolso sin saber que lo único que anhelaba era conocer más de cerca a Miya-sama, la persona que
acompañaba a Himeko en las fotos que por su fatal error las llevo al trabajo y que
desafortunadamente las había visto este sagaz reportero. Pero Himeko no es una persona rencorosa
después de lo sucedido le había pedido disculpa en incontables ocasiones y en todas ellas, lo
perdonaba, aunque fuera un reportero capaz de conseguir las noticias de cualquier manera, creyó
que haberse rebajado a ese nivel era lo último que podía hacerse así mismo y a su nueva compañera,
un ser tan puro que no pudo ver sus intenciones.


La mañana no parecía avanzar tan rápido como había estado sucediendo últimamente, pensaba
Himeko, claro ella sabía el motivo, creía que al estar con Chikane-chan el tiempo avanzaba a un
ritmo más rápido, que hacia parecer las horas minutos. Aún no lograba concentrarse este día, lo
mejor de todo era que no tenía que salir, sino las fotos no hubiesen sido tomadas con
profesionalismo y alegría, debido al actuar de Chikane después que al fin pudo despedir a su
compañero, Mamoru Aoba.


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Lunes 20:30 hrs. PM
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Después de que Himeko logro deshacer ese abrazo tan íntimo con Aoba-kun, sus mejillas se
pusieron más rojas de lo acostumbrado, las razones, no estaba acostumbrada a que un hombre la
tomara tan fuerte y le diera ese tipo de protección, muy distinta a los abrazos delicados de Chikane-
chan y dos porque lo último que quería era que su princesa se pusiera celosa, ya sabía como
reaccionaba cuando estaba con ese temperamento que al ver esto de seguro pensó que no le hablaría
en un buen tiempo.


El primero en tomar la palabra y lograr quebrar la tensión de ese momento fue Aoba-kun.


- Buenas noches, Miya-sama mi nombre es Aoba Mamoru, encantado de conocerla
- Buenas noches Aoba-san, dijo con total calma.


Como era de esperar Chikane no mostró ningún tipo de sentimientos en su rostro, pero si sentía
celos e ira, no soportaba la idea de que alguien más tocara de esa manera a su Himeko, pero actúo
de la misma manera que lo había hecho en incontables ocasiones frente a los reporteros, sólo que
estos días se había mostrado de manera más natural gracias a la presencia de su pequeño ángel.


- Muchas gracias por acompañar a Himeko hasta la casa.
- El placer fue mío.


Con esto Aoba-kun se despidió de ambas, estaba claro que algo más de amistad había entre ellas, ya
estaba claro que son pareja, sino porque estaba en ese departamento si ella vivía en la parte
acomodada de Tokyo, en una gran mansión rodeada de servidumbre, además porque estaría
cocinando, eso era obvio por el exquisito aroma que inundaba todo el departamento, pero lo que si
sentía curiosidad era la manera en como dos personas totalmente distintas y de diferentes clases se
habían encontrado en esta ciudad y sobre todo como se habían enamorado.


- Enamorado?... Realmente hay alguien que pudo descongelar el frío corazón de la princesa de
hielo.. no quiso seguir dándole más vueltas al asunto, así que dejo estos pensamientos y espero
pacientemente el autobús.


Himeko estaba realmente nerviosa no quería decir nada, ahora que sabía que su princesa era celosa,
temía que si decía algo empeoraría la situación, para su fortuna, Chikane fue la que habló en primer
lugar.


- Porque no dejas tus cosas en tu habitación y regresas a cenar.


No podía creer lo tranquila que se escuchaba su voz, pensó que su Chikane-chan, saldría del
departamento sin decirle una palabra, sintió alivio, pero a la vez congoja
no sabía cuál de las dos situaciones era peor.
En la mente de Chikane sólo tenía cabida un pensamiento, en jugarle una broma a Himeko, sabía
que su ángel hermoso no podía engañarla menos con ese hombre.


Chikane sabía perfectamente quien era la persona que acompañó a Himeko, lo había visto un par de
veces en los eventos en que ella asistía o en los conciertos.
Conocía perfectamente su sagacidad, en todas las ocasiones que se encontraron
Mamoru Aoba intentó saber algo más de la vida privada de Miya-sama, pero en ninguna de ellas
había tenido éxito, un pensamiento vino a la mente de Chikane.


- Por qué Himeko venía con él, acaso son compañeros de trabajo, que quería obtener de ella.


Sus pensamientos se detuvieron cuando una voz melodiosa la interrumpió.


- Ne, Chikane-chan...


Himeko no sabía si preguntarle si estaba molesta, no tenía el suficiente valor, así que espero que su
princesa hablara.


- Si, que sucede Himeko.


- Bueno yo quería explicarte que…


Cada palabra que decía sus mejillas se iban tornando rojas, esto realmente es agradable de mirar,
pensaba Chikane.


- Porque no pasamos a cenar, no quiero que todo mi esfuerzo haya sido en vano, la interrumpió.


La cena fue excesivamente silenciosa, sólo la voz de Himeko se escuchaba en el departamento y era
para elogiar la cena de Chikane, el halago solo fue correspondido por una sonrisa.


Cuando la cena había terminado Chikane se levanto de su silla y comenzó a retirar los platos,
Himeko intentó ayudarla pero su amada princesa no se lo permitió. Encontraba realmente extraña
sus actitudes, a pesar de la escena que había presenciado hace bastante minutos, Chikane se
mantuvo en calma y no preguntó de porque había traído un hombre al departamento, además estaba
retirando todo sin permitirle ayudarle.


Finalmente terminó de arreglar la mesa y la cocina, Chikane invita a Himeko a sentarse con ella en
el sofá.
- Dime Himeko, acaso ya no me amas, lo dijo con tono demasiado serio y una mirada realmente
fría.
- Porqué me preguntas eso, acaso no te he demostrado lo mucho que te amo.
- Pues esta vez lo estoy dudando.
-No digas esas cosas tan hirientes. Si es porque traje a Aoba-kun hasta el departamento no es por lo
que tú te imaginas.
- Y que estoy imaginando según tú, Himeko?


Chikane estaba desempeñando muy bien su papel, quería que su ángel dorado, sufriera un poco,
pues es más linda cuanto más se sonroja y al tratar de explicarle de manera clara y no entrar en
malos entendidos, sus mejillas irremediablemente se cubren de un tono rojizo.


- Bueno... tú sabes... no me digas decir esas cosas, por favor, Chikane-chan.


Cuando terminó de decir aquella frase, se abalanzó a los brazos de su amada, sabía que no era buena
explicando, pero si demostrando lo que sentía hacia ella.
Obviamente Chikane no puede evitar envolverla entre sus brazos, como podía evitarlo si Himeko
pasó a ser el motivo principal de su existencia.


Y apoyando su mejilla derecha en la cabeza de Himeko, empieza a decirle lo mucho que la extrañó
el día de hoy, que le hacía falta su presencia, sus besos, sus abrazos, su dulce voz. Que estaba feliz
de que le entregara las llaves de su departamento porque tuvo la oportunidad de esperarla con una
exquisita cena, como una esposa espera a su marido cuando llega del trabajo.


Himeko asombrada por todas las palabras de amor sincero que profesa su amada, no hace más que
estrechar el abrazo. Se quedaron así por unos minutos, hasta que Chikane comienza a hablar
nuevamente.


- Entonces Aoba-san es tu compañero de trabajo.
- Si, es mas, hoy tenía que hacer una presentación con él, con las fotografías que tomé el día que
nos encontramos.
-Ah, ya veo.
- Chikane, yo quería disculparme por haberlo traído.
- No tienes porque Himeko, además este es tu departamento puedes traer a quien tu quieras.
- Si, pero yo intuía que estabas esperándome y quería volver lo más temprano a casa.
- En serio, como podías estar seguro que estaría aquí.
- Pues, porque yo habría hecho lo mismo.


Y deshaciendo el abrazo, Chikane tomo el rostro de Himeko con ambas manos, lo observó por un
momento y luego bajo su mano derecha hasta su cintura y con la otra tomo su barbilla, le elevó un
poco y reclamó esos dulces labios. Después de un momento Himeko habló nuevamente.
- Él insistió en acompañarme, aunque no se porque.


Entonces por la mente de Himeko apareció un pensamiento casi una revelación. Se quedó pensativa
por un momento.


- Qué pasa Himeko.?
- No puedo ser tan tonta.
- No lo eres mi pequeño ángel.
- Sí lo soy, además de ingenua.
- Pero ese no es un defecto, es la mayor virtud que tienes. No puedes ver la malicia de las demás
persona, eso te hace demasiado adorable.
- En vez de virtud, la consideró un defecto. Gracias a eso no me dí cuenta de las verdaderas
intenciones de Aoba-kun.
- Que quieres decir con “verdaderas intenciones”, piensas que estaba tratando de hacerte daño
Himeko.
- No, no es eso Chikane-chan
- No me asustes entonces Himeko, si sé que alguien es capaz de herirte yo soy capaz de...


Himeko la silencio colocando su dedo índice en los labios de su princesa.


- Es otra cosa, no es tan grave. Lo que sucede es que Aoba-kun, estaba ayudándome a recoger las
fotografías que había llevado a la revista para terminar de preparar la presentación cuando vio unas
fotografías que no tenía porque verlas.
- Que fotografías Himeko?, preguntó con suma curiosidad
- Bueno... esto .... las fotografías que nos tomamos en el “Jardín de las Rosas.”
- Esas fotografías?, pero Himeko pensé que esas fotografías las habías guardado en algún álbum.
- Pues esa era mi intención, pero no se porque no lo hice y sobre todo como fueron a parar con las
demás fotografías.
- Jajajajaja, ahora entiendo.
- Porque te ríes.
- Es que eres realmente inocente mi dulce Himeko.
- Eso ya lo sé no tienes porque repetírmelo, dijo sonrojándose aún más.
- Acaso le dijiste que la otra persona que salía contigo era tu pareja, o no?.
- No, no alcance a decírselo, porque después que vio las fotografías, se quedó demasiado absorto en
sus pensamientos
- No lo culpo.
- Porque... dijo mirando fijamente a Chikane.
Chikane se acuerda que no le había dicho nada de su verdadera profesión, aunque juraba que era
conocida mundialmente, estaría segura que su pequeña sabría a que se dedicaba, además de que
había visto una revista de música en su departamento o cuando casi se lo confiesa en la Torre de
Tokyo el día de ayer.


- Dime una cosa Himeko. Sabes tú a actividad me dedico.
- Pues eso justamente estaba pensando el día de hoy, en cómo pasarías tu día.
- Y dime en que pensaste?
- Pues bueno, pensé que podrías trabajar en una de las empresas de tu familia.
- Te equivocas, pensaste en algo más.
- Sí, también pensé que podrías ser una tenista profesional.
- Eso no es del todo incorrecto, pero no eso no es.
- Bueno por último pensé que podrías ser equitadora o una experta en el tiro al arco.
- Estás nombrando “casi” todo mis pasatiempos de mi vida pasada y ésta, pero te faltó la más
importante de todas.
- Cuál es Chikane-chan?
- P-I-A-N-I-S-T-A, lo dijo lentamente y marcando cada letra.
- En serio, pero no se porque no pensé en esa, ahora que recuerdo, me gustaba tomarte fotografías,
mientras lo tocabas, aunque no sabía mucho de música clásica, siempre me sentía tan feliz al
escucharte.
- A lo mejor lo olvidaste porque...


Chikane podía intuir el motivo, ese día infame en que le robó a la fuerza la inocencia de Himeko, se
encontraba tocando el piano, pero no se lo quiso decir.


- Porque puede ser, Chikane-chan.
- Pues no lo sé Himeko, además suponía que era lo bastante famosa como para que lo supieras a
través de la prensa, además viste una revista, que estaba en mi departamento, en donde salía
publicado un artículo sobre mi último concierto y donde se daban a conocer a los nuevos prodigios
de la música.
- Pues al parecer no alcance a verlo, cuanto lo siento, además no soy adicta a la música clásica, es
más me hacen dormir.


Himeko no alcanzó a dimensionar sus palabras, como podía decir que el tipo de música que toca
Chikane-chan, la hacia dormir, es lo mismo que le dijera que su música es aburrida.


- Lo siento Chikane-chan, no quería decir lo que dije.
- No tienes de que disculparte, es más me encanta tu sinceridad. Además ahora ya sabes porque te
siguió Aoba-kun hasta la casa, el quería saber más de ti de la persona que conquistó el corazón de la
“princesa de hielo”
- Princesa de hielo?!
- Ese es el apodo que me dieron los reporteros.
- Y por qué?
- Pues porque sabían que había rechazado a un montón de pretendientes que se me habían
declarado, durante mi época escolar y después cuando me convertí en una pianista famosa. Ninguna
vez me vieron en los eventos sociales con algún hombre que me acompañara, excepto mi padre, así
que supusieron que no tenía corazón o que no me interesaba el amor, además cada vez que asistía a
esas fiestas mi semblante era frío incapaz de demostrar algún tipo de sentimiento, es como si me
faltara algo para estar completa, y cuando te vi, supe la razón.
- En serio?!.
- Es la verdad, completaste mi existencia, yo una persona que siempre lo tuvo todo, pero que le
faltaba lo más importante, el AMOR.
- Si hubiese sabido que eras famosa, no había aceptado que Aoba-kun me acompañara solo para
averiguar algo más sobre ti.
- Eso ya no importa, además pienso que para él fue peor.
- Porque Chikane-chan?!
-Porque se debe estar preguntando como una hermosa niña de cabellos dorados pudo enamorar a la
princesa de hielo y de como nos conocimos.
- Tienes razón, si supiera la verdad no lo creería, dijo mostrando una amplia sonrisa.


Chikane observó su reloj, ya eran las diez de la noche, era tarde y tenía que regresar a su
departamento, el día de mañana tenía que continuar afinando unos detalles, para el día viernes.


- Himeko ya es tarde me tengo que ir.
- Pero, porque no te quedas, es peligroso salir a esta hora.
- No lo creo, además no toma mucho tiempo en llegar hasta donde vivo, además mañana tengo que
levantarme temprano y necesito descansar.
- Además .... hizo una breve pausa... es tu castigo.
- Otra vez con eso del castigo, eres mala Chikane-chan.


A Chikane le costaba un gran esfuerzo separarse de su ángel hermoso, pero también quería que la
extrañara, así su reencuentro sería mucho mejor, entonces imágenes se agolparon en su mente, cual
de todos más agradables lo que tuvo como resultado un sonrojo en sus mejillas.


- Estás bien.
- Si no te preocupes, nos vemos mañana Himeko.


Se aproximaron a la puerta, antes de que Chikane se alejara completamente de Himeko y partiera
rumbo a su departamento, le dio un beso apasionado, claro tenía que irse con un buen recuerdo.


Himeko no tuvo más alternativa que preparar sus cosas para un nuevo día de trabajo y tomar una
ducha antes de irse a dormir.
Al concluir de pensar en los sucesos de la noche, ya había pasado casi media hora, ya era la hora de
almorzar, esta vez esperaba que Mamoru Aoba no la acompañara, no quería verlo, no porque era
una persona rencorosa, sino porque su princesa la había castigado y la había dejado durmiendo sola,
justo ahora que se había acostumbrado con su presencia, además se recriminó así misma por su
torpeza de no haberle pedido su número telefónico, otra vez.
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Chikane despierta gracias al ruido de su despertador, ya son las 7:00 am le espera un día muy
ajetreado, tenía una reunión planificada para ese día. Por instinto se dio vuelta para mirar al lado
izquierdo de su cama para ver a ese adorable ángel dormir, pero cuando lo hizo, se encontró sola,
entonces en su boca se dibujo una leve sonrisa pensando en que se había acostumbrado a tal
agradable presencia, se culpo por haber rechazado la invitación de quedarse con Himeko, pero era
inevitable, este día iba hacer muy agotador, y por supuesto pensó que era mejor así, que su
reencuentro iba a ser de lo mejor.


Decidió salir pronto de su cama, se fue a dar una ducha y se vistió de manera formal, con un vestido
color lila con una pequeñas aplicaciones en la altura de sus senos, con dos tirantes en forma de
trenza, con zapatos de blancos, su cuello adornado por un pañuelo de color más claro que su vestido
y debajo de este por supuesto estaba su collar. Su pelo solo lo dejo caer de manera natural, adornado
solo por una cinta blanca. Finalmente para cubrirse eligió una chaqueta blanca y tomo una pequeña
cartera blanca donde sólo llevaba su celular y su chequera.


La reunión a la que tenía que asistir era con su manager, al cual lo había visto el día de ayer,
después de que fue a su casa para hablar con Otoha-san. Como su representante no tenía el
suficiente tiempo para atenderla la citó muy temprano en la mañana en la cafetería Crown que está
ubicada en el centro de la ciudad, su cita se llevaría a cabo a las 8:30 am, apenas se abrieran las
puertas del local.


Como había recibido tan buena educación, Chikane llego unos diez minutos antes, los que fueron
gastados en repasar la lista de cosas que tenía que realizar y los temas en concreto que tenía que
tratar con su representante.


Exactamente a la hora se abrieron las puertas, permitiendo la entrada de Chikane, y otras personas
que se encontraban en ese mismo instante, pero no estaba la persona a quien espera la princesa.


Eligió la mesa más cercana al gran ventanal que daba a la Avenida, un mesero se acerca para
entregarle la carta, estaba leyendo los distintos menús cuando se acerca hasta ella Motoki Arima, un
tipo de tez blanca, ojos marrones, los que estaban detrás de unos pequeños lentes ópticos
rectangulares; pelo castaño claro, de gran estatura, estaba vestido con unos pantalones negros,
camisa blanca,
chaqueta del mismo tono que sus pantalones. En su mano derecha traía un portafolio en la otra
estaba hablando por su teléfono celular.


Cuando se dio cuenta de la presencia de Arima-kun, porque lo escuchó hablar por teléfono, depositó
la carta en la mesa y le hizo una seña con la mano, para que fuera hacia donde estaba ella. Apenas la
vio él fue hasta donde estaba Miya-sama y la saluda cortésmente, aunque se conocían desde hace
años, desde la época en que Chikane era tenista, jamás la había tratado como una persona cercana
siempre se dirigía con respeto.


- Buenos días Miya-sama, lamento haberla citado tan temprano, dijo con una voz fuerte y profunda.
- Buenos días Arima-san, tú sabes que siempre me levanto temprano, me quedó esa costumbre
desde que entrenaba casi todas las mañanas. Además puedes llamarme por mi nombre, no sé
cuantas veces te he dicho lo mismo.
- Discúlpeme es que es mi costumbre Chikane-san, finalizó con una leve sonrisa.
- Bueno entonces empecemos la reunión.
- No le gustaría pedir antes el desayuno, es mejor así, porque creo que esta reunión será algo
extensa por lo que me alcanzó a comentar el día de ayer.
- Estoy de acuerdo contigo, entonces llamaré al mesero para que tome nuestras órdenes.


El mesero que no estaba muy lejos de la mesa , se apresuro hasta donde estaban los clientes que
estaban solicitando su presencia. Después de que les tomó las órdenes se alejo de la mesa.
El mesero no se demoró mas allá de 10 minutos en traer el pedido, lo repartió y de nuevo se alejo
para atender a las demás personas que se encontraban en Crown.


El tema principal de la reunión era afinar los detalles del concierto que estaba programado para el
día viernes en la noche, aunque Chikane se había ido de su casa, esto no implicaba que dejaría de
lado su carrera, pues las entradas habían sido vendidas sólo en una semana hace ya un mes. El
evento se llevaría a cabo en el teatro de la ciudad llamado “Tokyo Opera”. Les faltaba por designar
el orden de los temas que iba a interpretar y de quién esta vez la iba acompañar en uno de esos
temas, tenía varios candidatos, Chikane los conocía a cada uno, ya había tenido el privilegio de
compartir el escenario, pero no estaba aún segura con quien.
Gracias a la ayuda de Arima-kun, finalmente decidieron quien sería aquella persona, después de su
reunión, su representante lo llamaría para que aceptara la propuesta.


Cuando el tema del concierto estaba finalizado, aún quedaba otro, pero no menos importante que
éste, uno que afectaría la vida de su pequeño ángel y ella.


- Con respecto al otro tema, que has podido averiguar, Arima-san.
- Estuve en contacto con un amigo mío que conoce mejor de ese tema, dijo que podía atenderla la
próxima semana, si quiere le entrego su número para que acuerden una cita.
- Gracias Arima-san, creo que dentro de esta semana lo contacto.
- Creo que no tenemos ningún otro tema pendiente, Chikane-san.
- Así es creo que es todo, gracias por reunirte conmigo personalmente.
- Por usted, no es ningún inconveniente.


Nuevamente llamaron al mesero para que les trajera la cuenta, como todo buen caballero, Motoki
Arima se encargó de cancelarla.
Estando en la entrada se despidieron, a Arima le esperaba un largo día y Chikane quería visitar
algunas tiendas para regalarle algo especial a su amada Himeko.


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Por fortuna, para Himeko su tarde había pasado un poco más rápida que la mañana, estaba algo
aburrida pues no tuvo que salir de ese edificio, ella quería disfrutar de la ciudad especialmente del
hermoso día, pero no pudo, sabía que esta semana no iba a salir a tomar fotografías. Y estando en su
pequeño escritorio no ayudaba demasiado, lo bueno era que tenía un laptop, en él pudo buscar
información de su princesa.


- Realmente es muy famosa Chikane-chan.


Había leído una gran cantidad de artículos de prensa y revistas, en todos ellos la elogiaban por su
desplante en el escenario en su calidad como artista y también por
su belleza.


También había encontrado artículos de ella cuando era tenista, en su época escolar,
éstos también contenía alabanzas hacia ella.


Lo bueno de esto es que Himeko no supo del hecho trágico que le sucedió a los 16 años, algo que
cambió su vida.


- Me hubiese gustado saber todo esto antes, así nos hubiéramos reunido antes, dijo soltando un leve
suspiro.


No se dio cuenta de que ya era hora de retirarse a su hogar sólo porque vio aproximándose algunos
de sus compañeros para despedirse de ella, que supo que finalmente se podía ir a su casa.
Raudamente apagó el laptop, ordenó sus cosas tomo su chaqueta y se fue rápidamente hasta el
ascensor, para su suerte aún no estaba colmada su capacidad. Nuevamente corrió hasta la parada de
autobuses y otra vez la suerte le sonrió el autobús que le servía para llegar hasta su departamento, se
estaba aproximando. Lo malo es que se demoraría más de media hora en llegar.


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Chikane ya estaba en su departamento, le había sido difícil conseguir el obsequio, no sabía de cual
de todas la opciones que el encargado de la tienda le estaba sugiriendo, todas tenía diferentes
características y precios. A ella el precio no le importaba sólo quería tener la mejor, lo bueno es que
el encargado sabía de ese tema y le dijo que la que se había llevado era la mejor del mercado.


El obsequio estaba sobre la mesa de centro, pero aún no decidía si ir hasta el departamento de su
ángel o esperarla. Mientras decidía que hacer se fue a cambiar de ropa.
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Al fin había llegado hasta su destino, obviamente, no fue hasta su departamento, sino al de Chikane-
chan, otra vez corrió algo inusual en Himeko, odiaba hacer ejercicios, pero por su princesa era
capaz de hacer cualquier cosa.


Cuando estuvo en frente de la puerta, esperó algunos segundos, para poder regularizar su
respiración, cuando lo logró y estaba a punto de tocar la puerta esta se abre.


- Himeko!?
- Chikane-chan!?


No le importó dejar caer el bolso, sólo se abalanzó hasta su Chikane-chan y le dio un beso profundo
pero suave. Chikane le respondió rodeándole la cintura y apretándola fuertemente.


Después de que rompieron el beso, Chikane le dijo que recogiera su bolso y que la esperara con los
ojos cerrados.


No estando más allá de la entrada, Himeko se pregunta porque le dijo que mantuviera cerrado los
ojos.


- Acaso me tiene una sorpresa, pero no debería, ayer estaba en mi departamento con una deliciosa
cena, además creo que aún me tiene castigada.


Sus pensamientos se esfumaron cuando oyó a la princesa decirle que abriera sus ojos.


Cual fue su sorpresa al ver una caja envuelta en papel de regalo adornada con una cinta roja.


- Que es esto?!
- Pues ábrelo y lo sabrás


Con cuidado desato la cinta y rompió el papel que cubría la caja, cuando le fue revelado su
contenido, sus ojos amatistas se llenaron de lágrimas de felicidad, Aunque hubiese trabajado
durante un año completo no sería capaz de reunir el dinero suficiente para comprarse esa cámara
fotográfica.
- Te gustó la sorpresa Himeko?
- Mucho, era lo que más anhelaba, pero no tenía el suficiente dinero para comprármela.
- Me alegro de haber acertado en comprártela, la verdad es que no se nada acerca de cámaras, la
experta eres tú.
- Pero porque me la regalas, sabes que para nuestro cumpleaños aún faltan unos meses.
- Eso lo sé, es por otro motivo.
- Que puede ser?
- Eso es un secreto, pero lo sabrás pronto. Le dijo mientras pellizcaba una de sus mejillas.


Después de mirarla por algún tiempo, Himeko devolvió la cámara fotográfica a su caja, quería
agradecerle a Chikane por ese fabuloso regalo.


Lo que sucedió fue lo que estuvo pensando Chikane en el momento que le dio el castigo, comprobó
que no podía dejar de tocarla y besarla y se prometió que nunca más le iba a imponer ese castigo,
que al final, era un cruel castigo para ella.


CONTINUARÁ...
Capítulo 10: "The Concert"


Estaba comenzando un nuevo día en la ciudad de Tokyo, el tiempo era bastante bueno gracias
al sol radiante, por las ventanas del departamento de Chikane se asomaba una hermosa luz.
Se había despertado gracias a la alarma de su reloj despertador, la hora, las 6:30, porque tan
temprano, tenía que ensayar casi todo el día, el motivo, la sorpresa que le iba a dar a su
Himeko el día viernes y hablando de ella, volteó su rostro hacia el lado izquierdo y encontró a
su hermoso ángel durmiendo plácidamente, ni siquiera había escuchado la alarma, bueno no
es su culpa, sabía que habían dormido muy poco, anoche nuevamente pudo sentir las caricias,
besos, gemidos y abrazos de su amada. Realmente le hubiese gustado quedarse todo el día con
ella, pero ambas tenían obligaciones que cumplir, así después de observar el rostro del
Himeko, se levantó para iniciar un nuevo día miércoles.


Ya son las 7:00, estaba lista para marcharse, pero no quería despertarla, sabía lo perezosa
que era y además le faltaban algunas horas de sueño, así que le dejo una nota en la mesa de
centro, volvió al dormitorio para verla por una última vez antes de partir, no sabía como
puede lucir tan linda, sólo quería besarla, pero no quería perturbar su sueño, así que optó por
darle un leve beso en la frente, cuando lo hizo, Himeko se voltea y pronuncia dulcemente
Chikane-chan. Eso es suficiente para recordar durante el día de hoy, pensó.


Himeko en un principio se encontró confundida, no sabía donde estaba, sabía que no era su
departamento, lo único que recordaba era que anoche había tenido una muy buena noche
porque pudo disfrutar nuevamente de la compañía de su amada princesa, pero lo que le
extrañaba era que al despertarse no se encontraba a su lado. Quizás está en el baño tomando
una ducha, pensó. Entonces Himeko se levanta, pero no escucha el ruido de la ducha, decide ir
hasta la cocina pero tampoco está, finalmente decide ir hasta la sala y vio una hoja encima de
la mesa, la toma y comienza a leerla.
Mí querido ángel:


Perdón por no encontrarme contigo, pero el día de hoy tengo cosas realmente importantes que
tengo que hacer. Realmente quería ver tus hermosos ojos amatistas mirándome, pero no quise
despertarte te veías tan linda durmiendo que no quise perturbar tu sueño.


Espero que hayas podido descansar, yo aún estoy cansada, pero realmente feliz.


Que tengas un buen día


Con amor Chikane.


Inmediatamente después de leer la pequeña nota, se ruborizó, claro que había descansado
pero no lo suficiente, pero estaba feliz de lo que había sucedido anoche y una vez más en la
mente de Himeko se formaron las imágenes de las demostraciones de amor que habían tenido,
entonces sacudiendo su cabeza Himeko, decidió volver a la habitación, para su buena suerte
aún era temprano lo que le daba tiempo de ir hasta su departamento para cambiarse e ir a su
trabajo.


Ya estaba lista para partir, y una vez más se reprocho así misma por no haberle pedido el
número a su princesa o ella haberle dado el suyo.


______________________________________________________________


En la ciudad las personas ya se dirigían hasta sus trabajos, se sentían los motores de los autos,
las diferentes tiendas estaban recién abriendo para recibir a sus clientes, en resumen, otro día
estaba comenzando en la metrópolis.
En “Tokyo Opera” sólo habían tres personas y se escuchaban las notas musicales,
provenientes de dos instrumentos, uno de ellos un hermoso piano de cola, color negro y el otro
un violín. La persona que estaba tocando este maravilloso y pequeño instrumento musical era
nada más y nada menos que la famosa Misa Kaioh, una mujer refinada, con ojos verdes
claros, su cabello de color castaño llegaba hasta la mitad de su espalda, su tez blanca y de
estatura mediana, ella provenía de una familia de músicos, aunque era la única de sus
hermanos que tocaba el violín. Ella fue la persona escogida para acompañar a Chikane en el
concierto. Aunque ambas tenían la misma edad jamás habían tenido la oportunidad de
participar en un concierto, sus apretadas agendas jamás se lo permitieron, hasta ahora.


- Eso fue increíble, dijo Motoki Arima.
- Gracias Arima-san, dijo Misa Kaioh.
- Eres muy bueno adulando Motoki-san, dijo Chikane.
- Sólo dijo la verdad, aunque es la primera vez que ensayan juntas, su sincronización y
ejecución de esta pieza musical ha sido realmente brillante.
- Y eso que recién comenzamos con el ensayo, aún nos queda mucho más que practicar y sólo
nos queda el día de mañana Motoki-san, dijo Chikane.
- Es cierto, el día del concierto está muy cerca, solo espero que mi desempeño no defraude a
ud, Miya-sama.
- Creo que ya te había dicho que puedes llamarme por mi nombre Misa-san.
- Lo siento es la costumbre.
- Bueno las dejo solas con su ensayo, recuerden que pueden ocupar las salas hasta las 17:00
hrs., recuerden tomar algún descanso no quiero verlas agotada para el día viernes, y recuerde
Chikane-san que tiene que confirmar su reunión con Jin Fukuda, mi amigo. Adiós Kaioh-san,
adiós Chikane-san. Nos vemos mañana.
- Gracias por recordármelo y nos vemos mañana.


Después de que dejo la sala de ensayo, Kaioh-san, también dejo aquella habitación, la razón,
es que ambas iban a interpretar un solo ese día.
Misa Kaioh lo haría al comienzo de espectáculo y Chikane sería la encargada de cerrar el
concierto.


Cada una ensayaba con pasión y determinación, cada una tenía motivos para hacerlo, Misa
siempre ha admirado a Miya-sama y estaba realmente feliz de poder tocar junto a ella y
Chikane quería darle una gran sorpresa a su bello ángel. Tanta es la concentración de ambas
que ninguna de las dos se percató que ya era la hora de descansar e ir a almorzar, gracias a
que antes de marcharse Motoki-kun le aviso a una de las personas que trabajaba ahí que les
recordara a cada una que tenían que tomar un descanso. Él conocía muy bien la
concentración de Chikane-san, ella era capaz de ensayar hasta las 17:00 hrs. sin parar, por
eso tuvo la precaución de tomar esa medida.


Tan pronto como fueron interrumpidas en sus respectivos ensayos, ambas se encontraron en
la entrada del edificio para dirigirse a almorzar a un restauran cercano.


______________________________________________________________


Aunque su jefe le había dicho que no tenía que salir del edificio para tomar fotografías
durante estos días, Himeko tuvo una oportunidad de salir, aunque ella esperaba que fuera
para tomar fotografías en la ciudad, no que tuviera que hacer la labor de junior, pero no le
importó, ella quería salir y distraerse un poco, su misión era ir hasta un laboratorio de
revelado e ir a buscar un sobre con las fotos para un artículo para la próxima edición de la
revista. Generalmente las fotografías son reveladas en la misma revista o por el fotógrafo que
las tomó, pero esta vez, su colega las revelo en ese lugar debido a que no contaba con mucho
tiempo para revelarlas el mismo y sabía que la habitación de revelado de la revista estos días
estaba ocupada así decidió dejarlas ahí.
Lo único malo es que se perdería algo de su hora de almuerzo.


Después que recogió las fotos, aprovecho la oportunidad de pasear y visitar algunas tiendas,
no entró a ningún restauran porque ya había almorzado, pero casi entra en uno cuando vio a
alguien muy familiar conversando tranquilamente con ella. Esa persona familiar era su
adorada princesa, su primera reacción era ir corriendo y abrazarla, pero después de pensarlo
por unos segundos, creyó que no era lo mejor, porque era un lugar muy elegante y pensó que
por su forma de vestir no la dejaría entrar, lo segundo es que ya era hora de regresar hasta su
trabajo y por último ambas personas se estaban retirando, así que era mejor esperar.


Ya se había terminado su hora de descanso cuando ambas decidieron abandonar el lugar,
cuando estaban próximas a salir, Chikane detiene abruptamente su andar, había visto a
Himeko por una de las ventanas que da hacia la salida, lo más seguro es que la había visto y la
estaba esperando, quería salir corriendo, pero no quería que supiera lo que estaba haciendo,
que estaba ensayando para el día de viernes y menos explicarle acerca de la persona que
estaba con ella, no quería que su sorpresa se estropeara, así que le dijo a Kaioh-san que si por
favor podían retirarse por la otra entrada que da hacia la otra calle. Sin pensar mucho en la
respuesta y el motivo de dicha petición, ella aceptó a irse por otro lado.


Habían pasado 5 minutos y Himeko aún seguía cerca de la entrada, estaba segura que ya tenía
que haber salido, pero aún esperaba encontrarse con Chikane, pero ya se le estaba haciendo
tarde, decidió dejar ese lugar e ir hasta su trabajo, ya tendría la oportunidad de preguntarle
más tarde a su princesa que estaba haciendo en ese lugar y quien era la mujer que la
acompañaba.
El trayecto hasta el lugar de ensayo fue silencioso, Misa no sabía como preguntarle la razón
de porque tuvieron que salir por otro lado y Chikane no quería responder a preguntas sobre
su vida privada.
Finalmente llegaron hasta la sala principal de ensayo, otra vez iban a practicar juntas.
Cuando faltaban pocos minutos para que fueran las 17:00 hrs. detuvieron su ensayo, todo
había salido muy bien, sólo quedaban algunos pequeños detalles que tenían que mejorar pero
la mayoría había resultado perfecto.
Chikane le agradeció por el ensayo y que no le preguntara sobre su extraño comportamiento
cuando salieron del restauran. Misa también le agradeció por el ensayo y no hizo ningún
comentario de lo sucedido en el restauran.


Después de que se despidieron a la entrada del edificio, Chikane fue directo hasta su
departamento, quería tomar un largo baño, estaba cansadísima y quería pensar en como le
iba a explicar que estaba haciendo almorzando con otra mujer a su ángel.


______________________________________________________________


Himeko ya se encontraba en su habitación, tirada en su cama, aún seguía pensando si de
verdad había visto a Chikane en ese restauran, o solo era una visión, ya que en la mañana no
tuvo la oportunidad de despedirse, pero imaginándomela conversando con otra mujer, no lo
creo, dijo finalmente.


No supo como se quedo dormida, pero si sabía que alguien estaba a su lado, no creo que sea
un sueño y siguió sumida en un profundo sueño.
Claro que no estaba sola, a su lado se encontraba su princesa, su Chikane-chan, la persona
que amaba y que había visto esta tarde.


Chikane había llegado a la conclusión de no tocar el tema y si Himeko le preguntaba ella le
mentiría, no quería arruinar la sorpresa que ha estado preparando ese día y que el día de
mañana terminaría de perfeccionar, no le gustaba mentirle pero creyó que era lo mejor.


Entonces salió de su departamento en dirección al departamento de Himeko, sabía que ya
había llegado del trabajo, pero lo que no sabía era que la encontraría durmiendo, al igual que
la mañana no quería interrumpir su sueño, así que se acerco hasta ella muy despacio y coloco
su mano en la cintura de ella, como estaba cansada el sueño la venció.


Aunque Himeko estaba segura de que era un sueño, decidió abrir lentamente sus ojos, para su
sorpresa sintió la mano de Chikane en su cintura y vio ese hermoso rostro muy cerca del suyo,
estaba segura de que no era un sueño, quería darle un beso pero se acordó que esta mañana
había salido temprano y que de seguro estaba cansada, así que lentamente apartó el brazo de
Chikane y lo dejó suavemente sobre el colchón.
Cerró la puerta de la habitación y se dirigió a la cocina ya era de cenar.
Pasó un poco más de 45 minutos y Himeko ya tenía todo listo, así que nuevamente fue hasta su
cuarto y como pensó Chikane aún estaba dormida, para despertarla lo mejor era darle un
beso, durante este día no había tenido la oportunidad de hacerlo. Cuando retiro sus labios de
los de Chikane, ella se despertó con una sonrisa, diciendo Desearía todos los días despertarme
de esta forma


- Yo igual dijo Himeko, sonriendo.
- Que hora es Himeko.
- Ya son las 20:00 hrs.
- Tan tarde, juraría que sólo me dormí durante 5 minutos.
- Debe ser porque aún estas cansada, además te levantaste tan temprano que no pude verte
esta mañana, dijo con tristeza
- Pero te deje una nota explicándote el motivo.
- Lo sé pero como no estaba en mi casa en un momento me asuste, estaba desorientada y
cuando te busque no estabas.
- Entonces para compensarte lo de esta mañana que te parece si me quedo.
- Esta bien pero tienes que prometerme que no me despertaré de nuevo sola.
- Te lo prometo.
- Entonces vamos a la cocina y a comer.


Pero antes de que Himeko se alejara de Chikane, la tomó del brazo y la tiro a la cama,
envolviéndola en sus brazos.
- Te extrañé tanto Himeko, le susurró al oído


Y antes de que pudiera responder la silencio con un beso apasionado y Himeko le responde
con un fuerte abrazo. Después de compartir durante algunos minutos aquella pasión, tuvieron
que separarse para tomar algo de aire y claro para ir esta vez a cenar.
Durante la cena el incidente del restauran no fue mencionado, Chikane le dijo que estaba
atendiendo algunos asuntos de su carrera y Himeko le dijo que había sido otro día aburrido
en la revista.


Cuando llegó la hora de acostarse, Chikane no tomó su habitual baño, en cambio Himeko lo
hizo, estaba tan cansada cuando llego de trabajar que ahora tomaría el suyo.


Transcurrido algunos minutos Himeko aparece en la habitación lista para dormir, mientras
estaba dándose su baño se acuerda del incidente de restauran y decide preguntarle a Chikane.


- Ne, Chikane-chan
- Que ocurre Himeko?
- Es que quería preguntarte que hiciste a la hora de almuerzo.
- A la hora de almuerzo?.
- Si quería saber con quien estabas a la hora de almuerzo, acompañada por alguien que no
había visto antes, en un restauran del centro.
- Estás segura Himeko que me viste en la tarde.
- Bueno 100% segura no, pero si te vi.
- No creo que haya sido yo.
- Porque?, no creo estar tan loca para imaginarte a ti junto a otra persona.
- Para que sepas, almorcé con mi representante.
- Acaso tu representante es esa mujer, la interrumpió.
- No te equivocas además me falto decirte que no almorcé en el centro sino en su casa. Mintió
Chikane.
- En serio?
- Si porque, crees que te estoy mintiendo.
- NO! Pero ahora que lo dices me quede esperando a la salida y no te vi salir.
- Ves, te confundiste.
- Eso creo, pero todavía no entiendo porque creí verte a ti con otra persona.


Chikane, se fijo que Himeko lo que mas quería saber era acerca de la persona que la
acompañaba. Puede Himeko sentir celos, no lo creo además ese tipo de sentimiento no van
acorde con su personalidad, pensó. Para asegurarse se lo pregunto directamente.


- Contéstame una pregunta Himeko.
- Si.
- Estás celosa.
- Ah, celosa yo?! No por ningún motivo.


Cuando le contesto su tono de voz no era el mismo, su tono demostraba nerviosismo, Chikane
estaba segura que no le había dicho la verdad, pero en vez de molestarse solo se rió ya que ella
le había mentido a pesar de ser por una buena razón.


- No me crees, Chikane-chan.
- Claro que te creo, tú no eres del tipo de persona que pueda albergar ese tipo de
pensamientos.


Cuando termino de hablar Himeko ya se encontraba entre sus brazos, era tan agradable su
aroma que por unos momentos dejo descansar su mejilla derecha encima de la cabeza de su
ángel y cerró sus ojos, Himeko le devolvió el abrazo y sintió su calidez.


Pasados algunos minutos deshicieron el abrazo, solo para acomodar sus cabezas en la
almohada, luego se volvieron a abrazar y se quedaron dormidas.


El día jueves no fue muy diferente al día anterior, Himeko se fue hasta su trabajo y Chikane
se fue a ensayar, claro que hoy se fue mas tarde y cumplió la promesa de quedarse hasta que
su adorado ángel despertó.


El ensayo había sido perfecto, todo estaba listo para el día de mañana, el orden de las obras
que iban a interpretar, las luces, su vestuario, todo. Solo tenía que esperar a que llegara el día
de mañana.


Esta vez se fue directo hasta su departamento, el día había sido agotador y mañana quería
tener toda su energía para que el espectáculo fuera brillante, aunque había tocado en muchas
oportunidades esta vez era distinto, ni siquiera en el concurso del año anterior donde ganó el
galardón en su categoría, había estado tan ansiosa y nerviosa antes de un concierto. Lo bueno
fue que le dijo a Himeko que no podía quedarse en su departamento ya que tenía que
madrugar nuevamente, aunque Himeko le había insistido en que no importaba despertarse
una vez más sola, Chikane termino por convencerla.


- Solo espero que todo salga como lo he planeado, dijo antes de dormir.


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Himeko el día de hoy se retiro temprano de la revista, tenía que asistir al evento que le habían
avisado a principios de semana.
- Al fin llegó el día, después de esto podré ir a tomar fotografías a la ciudad o a donde me diga
el jefe. Espero no aburrirme en el concierto, finalizó su pensamiento antes de ingresar a tomar
un baño.


En 45 minutos Himeko está lista para encontrarse con su compañero Aoba-kun, el jefe les
había dicho que era mejor que llegarán juntos, ya que Himeko es la primera vez que asistía a
este tipo de espectáculo y debido a la gran cantidad de gente que iba a acudir a dicho lugar
era mejor que fuese acompañada.


Mamoru Aoba la estaba esperando a la salida del departamento en un taxi, estaba vestido con
un traje negro y su solapa era adornada por una rosa roja.


Himeko bajo despacio las escaleras, no quería arruinar su vestido, lo bueno es que la cámara
que le regalo Chikane cabía perfectamente en la cartera y que prácticamente no se notaba que
la llevaba. Iba con un vestido rojo sin tirantes, que le llegaba hasta los tobillos, sus zapatos
eran de color un poco más oscuro que su vestido, en su cuello una cinta roja adornada con
una rosa y para finalizar una chaqueta blanca. Su pelo iba suelto, solo dos pequeñas
horquillas lo adornaban.


Cuando Aoba-kun, la vio no podía creer lo hermosa que se veía, pero sabía que ella se había
arreglado para ver a su pareja, pero lo que él no sabía que Himeko jamás se enteró a quien
iba a ver esta noche.


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Chikane estaba más nerviosa de lo habitual, se imagino que iba a estar nerviosa pero no a ese
extremo, para su suerte estaba acompañada de Motoki que gracias a su conversación la hizo
relajarse un poco. El motivo de su nerviosismo era que le había pedido a su representante que
ubicara a Himeko en la primera fila, ella sabía que la prensa tenía sus asientos en la platea,
muy lejos como para verla. Además le pidió que le avisara cuando llegara.


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Himeko no entendía porque iba a estar en ese lugar, no tenía ningún motivo, le dijo al
acomodador que estaba equivocado, pero él al preguntarle por tercera vez si su nombre es
Kurusugawa Himeko, ella una vez más asintió, así que decidió acompañarlo hasta la primera
fila exactamente en el centro de ella.


Mamoru solo se rió entre dientes por la insistencia de su compañera en pensar que el
acomodador esta equivocado, realmente no tiene idea de la razón, que bueno que no le
mencione nada de la persona que iba a tocar esta noche, sino que me hubiese hecho Miya-
sama, por algo lo mantuvo en secreto pensó.
El espectáculo estaba por comenzar las luces del “Tokyo Opera” se habían apagado, solo las
luces laterales alumbraban a los espectadores, muy lentamente el telón iba subiendo para
mostrar en el escenario un piano de cola en el medio y a una bella mujer delante de él. Ella iba
acompañada de su violín.
Un hombre estaba al costado del escenario para darle la bienvenida al público y presentar al
músico. Dijo que ella tocaría un solo y después el otro músico se uniría a ella. Y así fue como
comenzó a sonar la bella melodía del violín, Himeko cuando vio a Misa Kaioh le encontró algo
familiar, que ya la había visto antes pero no se acordaba donde, dejo de pensar en eso y solo se
entregó a la bella melodía que provenía de aquel instrumento. Antes de terminar con la
interpretación Himeko se acordó que estaba ahí por motivos de trabajo así que le sacó un par
de fotos, sin flash para no molestarla y no molestar a las personas que se encontraban
disfrutando del espectáculo. Agradeció una vez más de tener esa fabulosa cámara, tenía un
modo en que se podían tomar fotos con poca luz y su calidad no sería diferente a tomarlas con
flash.
Cuando termino con su interpretación el anunciador comenzó a dar una pequeña biografía de
la persona que se uniría a la señorita Misa Kaioh en este espectáculo, nombró algunos
galardones que había ganado y alabó la manera de tocar el piano.


- Les dejo con uds. a la señorita Himemiya Chikane. Finalizó


Himeko cuando escucho el nombre de su princesa casi da un grito descomunal, para su
fortuna su mano derecha fue más rápida que su boca. No podía creer que al evento que tenía
que asistir por motivos de trabajo era para ver a su Chikane-chan tocando el piano. No podía
creer como nunca se enteró ni tampoco porque no le había dicho nada. Eso no importaba esta
ahí, frente a ella, con un vestido negro que realzaba su belleza.
Chikane mostraba una pequeña sonrisa al ver el rostro confundido de Himeko, su plan había
resultado, Himeko estaba donde ella quería que estuviese y sobre todo que no supiera que ella
iba a tocar.
Después de unos minutos Himeko se calmo, solo un poco su Chikane se veía tan hermosa que
sus mejillas se tornaron rojas y no podía apartar la vista de ella, se tranquilizó un poco más
cuando ambas comenzaron tocar. Aunque a Himeko el tipo de música no era uno de sus
favoritos no pudo dejar de escuchar atentamente a esa melodía tan hermosa que emergía de
ambos instrumentos, tampoco a la manera de tocar de su princesa, se veía tan hermosa que
por unos minutos ni parpadeo.


Casi a los 15 minutos de que comenzó a tocar, Himeko se acordó que tenía que tomarle
fotografías, gracias a la cámara pudo hacer un zoom y ver el hermoso rostro que tenía
Chikane en ese momento, gracias a las luces pudo ver más en detalle de los movimientos que
hacía cuando estaba tocando, realmente hermosa.


Pasó un poco más de hora y media y el concierto estaba por finalizar, cuando ambas
terminaron de interpretar su último tema. Cuando una vez más el anunciador se encontraba a
un costado para decirle a los espectadores que faltaba el solo de Miya-sama y que tenía una
sorpresa para ellos, mientras una persona colocaba un micrófono cerca del rostro de Chikane.


- Tengo el placer de anunciarle que esta noche, Miya-sama no sólo tocara el piano sino que
por primera vez cantara y no solo eso interpretara un tema creado por ella.
No sabía que Chikane-chan cantara, pensó Himeko.


Todo estaba listo, las luces estaban concentradas en el piano, ya se había retirado del
escenario Misa Kaioh en medio de aplausos y el anunciador había terminado de presentarla,
Chikane hace uso del micrófono para decir lo siguiente.


- Muy buenas noches, espero que hayan disfrutado de nuestra música junto a Misa-san y
como escucharon esta noche será la primera vez que toque el piano y cante, el motivo es que al
fin encontré el motivo para que vivir, encontré aquella nota faltante en mi partitura, al fin
encontré a una persona a quien entregarle mi corazón, al fin encontré mi felicidad. Espero
que disfruten mi interpretación.


Himeko se quedó congelada en su asiento esas palabras era lo más hermoso que había
escuchado, solo quería salir de su asiento para abrazarla y besarla, pero sabía muy bien que
tenía que mantenerse en su lugar y escuchar la canción. Mientras se calmaba escuchó un
pequeño murmullo, solo alcanzo a entender un par de palabras, quien sería el hombre capaz
de conquistar el corazón de la princesa de hielo, Himeko sólo curvó un poco sus labios, cuán
equivocados estaban todos ellos. Se acomodo para oír a su Chikane cantar.



(N/A: Lo próximo que leerán será la canción que escribí para este capítulo, es la primera vez
que escribo una, quería que a través de esta canción Chikane expresara todo el amor que
tiene para Himeko, hago esta nota para que cuando lean la letra lo hagan mientras escuchen
el tema Chikane no theme en su versión piano que está en el OST de la serie, es muy bonito,
sino saben cual es, es el tema de fondo que sale en el capitulo 6 "Tú , que eres el Sol" mientras
Chikane, Himeko y Souma estan en el techo del edificio hasta que recuerda cuando estaban
buscando el lugar donde vive el cachorro y este juega en el charco de lodo, por último decir es
que no creo que la duración del tema este acorde con la letra, bueno no soy músico pero hagan
el intento de hacer lo que les dije, yo no lo he comprobado. Sin más que decirle les dejo leer)



“Nuestra promesa”


Nos conocimos cuando aún éramos estudiantes
todavía recuerdo bien donde te vi la primera vez
fue un encuentro destinado o solo una casualidad
desde que nuestras miradas se encontraron
no pude dejar de pensar en ti.


Pero sabía que este sentimiento era incorrecto
que no podía convertirse en realidad
pero aún así quería estar contigo
y cada día encontraba un momento para estar a tu lado


Pero tú pensabas en otra persona
esa persona que te llevaba de mi lado
aunque yo me conformaba con tu felicidad
quería que esa felicidad fuera conmigo


Y llegó el día de la ardua batalla
luche contra mi propio sentimiento
pero sabía que no podía ganar
que todo acabaría pronto


Me encontraba en la más absoluta oscuridad
lágrimas fluían con dolor
pero tu rostro lo veía con claridad
y pensaba en nuestro adiós con amor


Ansiaba escapar de mi destino, de nuestro destino
un cruel destino de amor y de despedidas
terminar con aquel maldito sacrificio
y encontrarnos en aquel íntimo lugar


Y mi deseo se hizo realidad
al fin me escape de ese maldito lugar
nos reencontramos en medio de la ciudad
y al fin te pude volver a abrazar


Al fin estamos libres para amarnos
al fin nos hemos liberado de las cadenas del destino
porque al fin viviremos en plenitud, sólo tu y yo
porque siempre seré la luna que te alumbra en la oscuridad
y tú serás el sol que brille con amabilidad
no lo crees así mi amor, mi Hi no Miko




Himeko no supo en que momento comenzaron a deslizarse por sus mejillas, las lágrimas, no
podía creer lo que Chikane había cantado era su historia un historia de amor pero también de
sufrimiento, con la canción un montón de imágenes se recreaban en su mente, y un dolor en su
pecho apareció justo donde estaba su cicatriz.


Solo porque la había cantado unas veces antes, Chikane no lloró, pero que cada vez que la
interpretó un dolor aparecía en su espalda, donde estaba la marca en forma de luna. Cuando
se recupero su mirada fue para su amado ángel dorado, vio que estaba llorando, lo único era
en ese momento era estar a su lado para reconfortarla, pero si lo hacía de seguro que ya no
iba a tener tranquilidad, todo el mundo querría saber quien era esa mujer que había
conquistado su corazón y eso era lo último que quería que perturbaran su felicidad que
habían logrado al fin.


Ninguna se percató de la gran cantidad de aplausos que sonaban en ese momento, a Chikane
solo le importaba que todo había salido perfecto y que su amada había estado allí para
escuchar su canción. Ahora lo más importante era dar las gracias a las personas por haber
asistido y acudir a la reunión con la prensa, sabía que le preguntarían quien era la persona
que amaba, bueno más bien a la mujer que amaba, eso quedo claro con las últimas palabras
de la canción.


Así que una vez más agarró el micrófono y les dio las gracias por la asistencia al concierto y
por los aplausos que había recibido.


____________________________________________________________


Solas en el departamento de Chikane, Himeko aún no podía creer que había asistido a un
concierto de Chikane que al fin pudo verla tocar el piano nuevamente,
pero sobre lo que más pensaba era en aquella canción, esa canción que le trajo una inmensa
felicidad pero también dolor, un dolor que no había experimentado desde su vida pasada.
Chikane al notar que una vez más Himeko estaba llorando, coloco sus manos en las mejillas
de su amor y movió su rostro para que la mirara.


- Perdóname Himeko no quería que lloraras por mi culpa.
- No tienes porque pedirme perdón, si lo que sucedió el día de hoy es lo mejor que me ha
pasado en la vida. Es sólo que cuando terminaste de cantar sentí una gran tristeza y sentí un
gran dolor en la cicatriz en mi pecho.
- Y yo que pensé que ibas a estar feliz por la canción, dijo con un tono de burla.
- Claro que estaba feliz, que estoy feliz, por la magnifica canción que creaste y sobre todo por
las palabras que dijiste antes de cantar.
- Lo sé Himeko, solo te estoy molestando, quieres que te cuente un secreto.
- Secreto?!
- Si, un secreto, a mi también me dolió espalda justo donde tengo la marca en forma de luna
cada vez que practicaba la canción.
- En serio.
- Si incluso hoy cuando la canté en el concierto, y todas las veces pensaba porqué, pero
ninguna vez llegue a una conclusión.
- Es raro entonces, a lo mejor aún estamos atadas a ese maldito destino, que no somos libres.
- No digas eso Himeko, nunca más. Dijo desesperadamente Chikane.
- Bueno. Susurró
- Lo siento, es que no quiero pensar en que sacrificaremos nuestro amor para salvar el destino
del mundo.
- Tienes razón además ya no tenemos 16 años, dijo riéndose Himeko.
- Tienes toda la razón. Himeko quieres saber otro secreto.
- Otro?
- Si otro, la verdad es que el otro día te mentí cuando te dije que había almorzado con mi
representante.
- QUE?!, por que lo hiciste?
- La verdad es que ese día almorcé con Misa Kaioh la violinista que viste hoy.
- Sabía que la había visto en alguna parte, cuando ella estaba en el escenario, pero no podía
recordar donde, pero porque me mentiste.
- Porque no quería arruinar la sorpresa, sabía que si me encontraba contigo ibas a preguntar
quien era ella y que hacia almorzando conmigo, no quería que ella estuviese involucrada en
mi mentira así que opté por salir por la otra entrada del local.
- Ah, bueno si es así, entonces esta bien. Quieres saber un secreto.
- También tienes secretos Himeko? Dijo en tono burlón.
- Si solo uno, cuando me preguntaste si estaba celosa, la verdad era que si lo estaba, no puedo
imaginarte que estés con otra persona. Dijo sonrojándose.
- Pero Himeko yo sería incapaz de hacer tal cosa. Además me parece extraño que estés celosa
eso es algo nuevo.
- Bueno para mí también lo es.


Y así sin más palabras ambas se dieron un fuerte abrazo y compartieron algunos besos antes
de dormirse, ambas estaban agotadas con la emoción de hace algunas horas.


CONTINUARÁ…
Capítulo 11: “Nuestro Hogar”


Ya se había cumplido una semana desde que Himeko y Chikane se encontraron en la
intersección de la calle, una semana desde que volvieron sus recuerdos de una vida pasada
llena de amor, sacrificio y una angustiante despedida, pero con una promesa, una promesa
que era difícil de que se cumpliera alguna vez, esa promesa se había vuelto realidad y que
mejor forma de celebrar todo ese tiempo juntas que el concierto que Chikane tenía
programado hace meses, pero que en sólo una semana pudo crear esa magnifica canción, una
canción que relata la historia de sus vidas anteriores y del dulce reencuentro que tuvieron.
Ahora un nuevo día estaba por empezar, un día para seguir demostrando todo ese infinito
amor que se tenían, ese amor que fue capaz de atravesar las leyes del tiempo y ese mismo
amor que jamás olvidarían de nuevo.


Himeko fue la primera en abrir sus ojos, no gracias a un reloj despertador, este sonido es lo
mejor que ha escuchado, eran los latidos del corazón de su hermosa y elegante princesa
acompañado de su exquisito aroma. Muy lentamente fue acercando su rostro al cuello de su
único amor, sus labios hicieron contacto con esa piel blanca y delicada y porque no decirlo
deliciosa, primero le dio pequeños besos luego fue más atrevida hizo su camino hasta el oído
de Chikane con su lengua, Chikane aún no despertaba pero si se movió un poco y murmuro
algo incomprensible para los oídos de Himeko, eso no la detuvo, luego sus labios fueron
besando la frente, los parpados, mejillas, la punta de su nariz hasta que fue el turno de labios,
pero antes de dar el beso de buenos días, se quedo mirando el apacible rostro de su princesa,
aún no entendía como habían logrado reencontrarse, cómo fue que se dieron las cosas para
ese reencuentro, si ella vivía en otra ciudad y su amor era una persona adinerada que jamás
viviría cerca de ella, pero al volver a mirarla, sus pensamientos desaparecieron, sólo acercó
sus labios para darle el tan anhelado beso. Como siempre había sucedido, ese beso en un
principio era solo un toque de ambos labios, pero a medida que el tiempo transcurría se volvía
más profundo, esta vez no fue la excepción. Chikane de a poco fue abriendo sus ojos y su boca,
sentía una calidez en ellos, sólo esperaba que no fuese un sueño, lo bueno es que estaba en lo
incorrecto, cuando vio el rostro de la persona que le había entregado su corazón, volvió a
cerrarlos para sentir mejor la sensación de esos dulces labios, abrió su boca y fue ella la que
empezó con un baile sensual de ambas lenguas, a medida que el tiempo transcurrió, desde
ambos labios salieron pequeños gemidos, hasta que ambas tuvieron la necesidad de separarse,
sólo para recuperar el aliento.


- Sigo insistiendo que todos los días de mi vida deseo despertarme así, dijo con una voz
extremadamente seductora Chikane.
- Yo también deseo lo mismo Chikane-chan, dijo sonriendo el ángel dorado.
- Dime Himeko, que haremos el día de hoy, quieres hacer algo especial, quieres que te lleve a
algún lugar?
- Mmm, creo que me gustaría holgazanear todo este día, quiero estar todo el día en cama.


Para la suerte de Himeko el día de hoy, había amanecido nublado, así que no iban a sentir
calor en ese dormitorio, era un día ideal para quedarse en la cama y que mejor con esa
compañía.


- Como eres perezosa mi dulce Himeko.
- No es de perezosa es que viendo como está el día no tengo ganas de levantarme además, aún
estoy cansada debido a la emoción del día de ayer.
- Bueno si así lo deseas, nos quedaremos en cama.


Tan pronto como termino de hablar, Himeko abrazó fuertemente a su amada, dicho abrazo
fue correspondido inmediatamente y fue acompañado de un lujurioso beso.


Varios minutos han pasado, ya eran aproximadamente las 10:00 de la mañana, ambas
necesitan despegarse nuevamente para tomar aire y también para alimentarse.
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  • 1. - Iremos a la Torre de Tokyo, cerca de ahí hay una excelente cafetería. - Pero nos tomara por lo menos 45 minutos en llegar hasta allá, y además tengo hambre. - Pero que la señorita no se despertaba hasta el mediodía, es imposible que a las 9:35 tenga hambre. Himeko no podía ocultar su rostro que estaba totalmente rojo, Chikane que le gustaba esa timidez, solo se rió. - Pero antes de ir hasta allá quiero pasar a mi departamento y cambiarme ropa también quiero colocarle a la cámara una tarjeta para poder tomar más fotos. - Bueno pero démonos prisa. Chikane fue hasta su cuarto, tomo una chaqueta, un pequeño bolso verde y guardo sus llaves. En tanto Himeko, fue al baño para arreglarse el cabello. Cuando estaban lista se juntaron en la puerta, salieron y rápidamente se dirigieron hasta el departamento de Himeko. Iban casi corriendo, Chikane quería ir más rápido, pero la mala condición física de su amada no lo permitía, se demoraron apenas unos 10 minutos. Himeko tomo las llaves y abrió la puerta, le dijo a Chikane que esperara en el sofá algunos minutos. Fue hasta su dormitorio, abrió la puerta del armario, saco una pequeña caja, y debajo de varios papeles envuelta con un pañuelo se encontraba la fotografía de Ai, la madre de Himeko. Rápidamente fue donde estaba Chikane, que estaba de pie en frente de la ventana mirando el hermoso cielo azul. - Aquí esta la foto de mi madre. Voy a volver a mi dormitorio para arreglar la cámara y cambiarme de ropa, ya vuelvo. Cuando Himeko ya se estaba yendo hacia su cuarto, Chikane, recién se dio cuenta que tenía en sus manos una fotografía, la persona que estaba retratada en esa foto realmente era Himeko, era una imagen algo más mayor que su ángel dorado, estaba en una playa con el mar de fondo y un cielo azul sin una sola nube, la mujer de la foto estaba vestida con unos pantalones cortos azules, una blusa blanca amarrada en su parte de abajo, sus pies estaban descalzos, su pelo y los ojos eran los mismos que Himeko, hasta esa dulce sonrisa inocente era igual, sin duda más que madre e hija se podría decir que eran hermanas gemelas o incluso se podría decir que en un futuro no muy lejano Himeko luciría igual que su madre. Al imaginar como luciría Himeko en el futuro, sus mejillas comenzaron a tornarse roja, algo inusual en ella, pero que estos días le sucedía con frecuencia gracias a la presencia de su adorado ángel. No
  • 2. sabe como los minutos pasaron tan rápidos que Himeko ya se encontraba a su lado. - Chikane-chan?! - Hi..me..ko.. - Te pasa algo, tienes las mejillas rojas. - En serio, bueno lo que pasa es que tu madre y tú son iguales, pensé que se parecerían un poco pero esta foto, puedo decir que así lucirás en el futuro y que espero estar a tu lado en ese momento. - Pero no creo que sea tan hermosa como mi madre, pero lo que te puedo asegurar es que estaremos juntas. Chikane que aún tenía las mejillas enrojecidas, dejo la foto en la pequeña mesa, y cuando estuvo de nuevo frente a Himeko, la besó con tanta fuerza y pasión que la empujó al sofá, sus manos comenzaron a recorrer la delicada piel de su amada, en un principio fue lento pero a medida que pasaban los minutos lo hacia mas rápido y con mayor profundidad, Himeko tan poco se quedaba atrás estando debajo de su princesa también comenzó a recorrer la espalda y los muslos. Cuando sintieron que el calor ya era demasiado y la ropa le empezaba a incomodar, se separaron un momento, en ese instante se sintió un ruido algo extraño, era el estómago de Himeko, que pedía urgentemente algo de comida. - Lo siento dijo con las mejilla sumamente roja. - Jajajajajaj - No te rías Chikane-chan - Es que en parte tengo la culpa por no haber preparado un buen desayuno. Mejor porque no arreglemos y vamos para donde tenemos pensado ir. Himeko tomo la foto de su madre nuevamente y la guardo donde estaba, se fue a la cocina para ver si tenía algo para comer y que no le sucediera nuevamente lo mismo, abrió el refrigerador y lo único que encontró fue una manzana verde. La lavo y se fue comiendo. Cuando llegó a la sala nuevamente, encontró de nuevo a Chikane mirando por la ventana. - Quieres un poco de manzana?!
  • 3. - Bueno, la verdad es que también me dio hambre. Después que compartieron la manzana ya estaba lista para salir, antes de abrir la puerta, Chikane le hace unas preguntas. - Cuál es el nombre de tu madre. - Ai… - Y que edad tenía en esa foto.. - Mmmm creo que unos 26, según la fecha que sale atrás. - No estas segura. - Bueno es que una vez le pregunte a mi padre por ella, pero no recibí la respuesta que esperaba, además tuve que calcular la edad por la fecha de otras foto, en la que estaba embarazada salía que tenía 28, así que asumí que debería tener unos 26 o 27. Chikane sin decir nada solo la abrazó, se sentía mejor ahora, ya no se sentía culpable por lo sucedido durante el desayuno, estaba feliz, porque pudo saber hechos importantes en la vida de su amada, y no esperaba el momento en que Himeko cumpliera los 26 para que luciera igual que su madre. - Chikane-chan podemos irnos. - Claro. Bajaron las escaleras rápidamente, llegaron hasta la parada de autobuses y vieron que el próximo bus pasaría en unos cinco minutos más. - Alcanzamos a llegar Chikane-chan - Que bueno, porque el próximo pasará en 20 minutos más. Luego de transcurrido esos 5 minutos, llegó el autobús, se sentaron en los últimos asientos, Himeko iba en el lado de la ventana con la cabeza apoyada en el hombro izquierdo de Chikane. El viaje estuvo tranquilo conversaron de cosas casi sin sentido, Himeko le pregunto si todavía
  • 4. alcanzaban a tomar desayuno, pues ya eran las 10:40 y según Chikane aún faltaban 10 minutos más de viaje. - Creo que por ser día domingo parece que el servicio de desayuno es hasta las 11:00 - Espero que sea hasta esa hora, realmente las dos veces que corrimos me abrieron más el apetito. - Aunque no lo creas a mí también además mi hora de desayuno ya pasó. - A que horas te despierta generalmente los días domingo, Chikane-chan. - A las 8:00. - QUE!! - Himeko no tienes porque gritar. - Lo siento, es que no puedo creer que te despiertes tan temprano. - Temprano?!, los otros días me despierto a las 6:00 - QUEEEEEEEEEEEEE!! - Porque gritas de nuevo Himeko no veo que sea extraña la hora. Eso es porque tú te despertaras más tarde o me equivoco? - Pues no te equivocas, me despierto a las 9:00, aunque para mí esa hora aún es temprano. - Jaja no puedes ser tan dormilona. - Es que me quedo hasta tarde revelando fotos y como tengo que presentarme a las 10:30 en la revista, puedo dormir hasta un poco más tarde. - Discúlpeme entonces señorita fotógrafa. - No tienes porque ser sarcástica Chikane-chan. Cuando Himeko estaba esperando alguna respuesta, solo vio que Chikane se puso de pies, pues ya
  • 5. habían llegado a su destino. - Hasta que al fin llegamos Chikane-chan. Dijo mientras estiraba los brazos. - Ven vamos hay que apresurarse si queremos aún desayunar. La tomo de la mano y nuevamente corrieron hasta la entrada de una cafetería que quedaba cerca de la Torre de Tokyo, aunque se demoraron un poco más debido a que Himeko, se quedo mirando atónita aquella estructura, solo la conocía por fotos y a través de la televisión, nunca se imagino que podía verla tan cerca y menos en compañía de la persona que amaba. - Date prisa Himeko, sino no alcanzaremos. Tan pronto como escucho la voz de Chikane, volvió a correr hasta que al fin llegaron a su destino, eran las 10:55, justo a tiempo. Eligieron una mesa, apenas se sentaron llego una persona con dos cartas de menú en la mano. Apenas le dieron una mirada a la carta, Chikane fue la encargada de pedir el desayuno que aún podían elegirlo, este consistía en dos cafés, dos rebanadas de pan al estilo francés acompañadas con un pedazo de pastel. Ambas tenían tanta hambre que apenas conversaron solo se dedicaron a comer, claro que ambas comían de forma muy distinta. Chikane lo hacía con extrema elegancia, en cambio Himeko tenía algo de crema en la boca. Cuando vio la crema en el labio inferior Chikane en vez de pasarle una servilleta y limpiarla, retiro la crema con sus propios dedos y se lo echo a la boca, con este Himeko al instante se le sonrojaron las mejillas. No tardaron ni quince minutos en terminar su desayuno, Himeko lo único que quería era visitar la Torre de Tokyo, por lo que pidieron la cuenta y se fueron rápidamente hacia aquella inmensa mole de metal. Subieron directamente hasta el piso que tenía los binoculares, Himeko sólo ansiaba poder mirar todo Tokyo y si fuera posible tomar la mayor cantidad de fotografías. No había mucha gente en ese piso, por lo que se sentían cómodas y aunque haya personas no tenían problemas en demostrar que eran una feliz pareja enamorada. Algunas las miraba con recelos, otras se hacían las desentendidas y otras comentaban entre sí. Himeko pensaba que tan raro puede ser que personas del mismo sexo se enamoren, pero lo que ella no sabía que además de eso había otra razón para que las personas comentaban, de esto se enteraría
  • 6. el día de mañana. Mientras estaba mirando por uno de los binoculares, Chikane se encontraba detrás de ella, tenía los brazos alrededor de su cintura y su rostro descansaba en el hombro izquierdo. Debido a su timidez su cara obviamente se volvió roja, pero eso no la interrumpía de mirar la ciudad y tratar de grabar en su mente esa maravillosa vista. Miró por todos los binoculares, se sentía feliz de que Chikane, aceptara y estuviese a su lado en silencio mientras duraba el tiempo en que los podía ocupar. Como ya había visto toda la vista decidió tomarse algunas fotos con su amada Chikane, esta vez le pidieron a una persona que estaba cerca de ahí, quería tener una foto de cuerpo entero de ambas, como Himeko era muy tímida no se atrevió a pedirle a alguien que le tomara la foto, Chikane le pidió a un señor de mediana edad que les tomara la foto. El caballero accedió gustoso incluso le hizo una reverencia, esto fue extraño para Himeko, siendo que normalmente tiene que ser al revés. Cuando el señor le devolvió la cámara, Himeko le pregunto porque aquel señor la trato de forma tan respetuosa, Chikane le recordó que pertenecía a una famosa familia que era dueña de una importante empresa en Tokyo, además salía en revistas cuando hacían importantes reuniones con gente de altos puestos políticos y por el echo de que era una famosa …… Chikane alcanzo a darse cuenta que casi revela su mayor secreto, solo esperaba que Himeko no se diera cuenta, y al parecer así lo fue, pues se encontraba concentrada en como había salido la foto. Ya era cerca de la hora de almuerzo, así que volvieron al mismo lugar, pidieron algo liviano para almorzar, pues Himeko se acordó que tenía que entregar las fotos que había tomado el día viernes, y eran bastantes por lo que tuvieron que detener su paseo. Estaban devuelta en el departamento de Himeko, rápidamente se cambio de ropa, se sentía más cómoda revelando las fotografías con un pantalón deportivo, una polera algo ancha unas zapatillas y su pelo tomado con una media cola, sabía que era algo torpe por lo que podía derramar el líquido de uno de los recipientes y arruinar su ropa. Le pidió a Chikane si quería acompañarla mientras hacía su trabajo, obviamente accedió, pero antes también cambió sus ropas por un atuendo similar. Pasaron casi toda la tarde en aquel cuarto, gracias a la luz especial que poseía, Chikane pudo ver detalladamente como su ángel estaba trabajando con gran dedicación y con una alta concentración, pudo entender como era aquel proceso, gracias a que Himeko se lo explicaba de manera sencilla. En un momento ya no tenía más espacio donde colgar las fotos, así que espero hasta que se revelara la última para abrir la puerta y preparar algo de comer pues sabía que era tarde, su estomago se encargo de avisarle.
  • 7. Después de terminar de comer le ofreció a Chikane si quería tomar un baño, la respuesta fue afirmativa, así que le pasó un par de toallas y una polera lo suficientemente larga para que alcanzara a taparse su ropa interior. Luego fue su turno, su tenida de dormir no variaba mucho de la de Chikane, cuando ambas estaban debajo de las sábanas, comenzaron a besarse muy tiernamente pero a medida en que se iban besando aumentaba el calor en sus cuerpos gracias a que sus manos iban recorriendo el cuerpo de la otra, como Himeko había elegido ese tipo de vestimenta fue fácil arrancarlas, antes de comenzar con su acto amatorio, Himeko se acordó que tenía que levantarse temprano para la entrega de las fotos así que coloco su reloj despertador a las 7:00 Aunque ambas eran inexpertas en el arte del amor, el día viernes en la tarde y en la noche pudieron hacer sentir a la otra un placer que jamás habían experimentado, nunca se habían enamorado, así que cuando se besaron y pudieron degustar el cuerpo de la otra todo parecía tan natural, sabían lo que tenían que hacer y esta vez no fue diferente cuando hicieron el amor fue con menos nerviosismo y menos ansiedad pero con mucha mayor intensidad. Cuando pudo recuperar el aliento, Chikane se recostó a su lado y le dio un beso en ambas mejillas y la abrazó mientras le decía al oído lo mucho que la amaba. Himeko también le susurró algunas palabras de amor, le dio un gran beso en los labios y le correspondió el abrazó. Después de algunos minutos, Chikane sintió algo de frío así que deshizo el abrazo y arropo a ambas. Cuando quiso hablar con Himeko. Se dio cuenta que estaba profundamente dormida, así que se quedo en silencio, la abrazó nuevamente y también se durmió. CONTINUARÁ… Capítulo 8: “Hana Magazine” - Acaso no prometió usted que el día de hoy llegaría antes de la hora para preparar la exposición frente al jefe, Kurusugawa-san. - Lo siento, de verdad, iba a llegar a la hora, pero tuve un pequeño imprevisto en la mañana. Luego de terminar de hablar, Himeko se acordó del porqué había sufrido un retraso de 15 minutos, siendo que tenía que preparar una pequeña exposición junto con su compañero de trabajo, Mamoru Aoba, un tipo alto, de cabello negro, de ojos verde, tez blanca; vestido con una camisa blanca y
  • 8. pantalones negro. El ruido del despertador había interrumpido la tranquilidad del nuevo día, son exactamente las 7:00 de la mañana, la hora en que Himeko había programado el despertador la noche anterior. Dando unos manotazos al azar, sin abrir sus ojos amatistas, logro apagar la alarma, pero esto no significa que haya despertado, como sabe que le cuesta levantarse, Himeko programó el reloj a esa hora para, por lo menos tener quince minutos más en la cama y tener el tiempo suficiente para arreglarse y partir al trabajo. Lo que no se acordaba o no estaba del todo conciente es que este día Lunes no estaba sola en la cama como era de costumbre, sino que estaba acompañada de su amada princesa, la que no estaba al tanto de las costumbres de Himeko, por lo cual apenas sonó el despertador intento despertarla, no con besos en la frente o susurros en el oído, esta vez la despertaría directamente con un beso en los labios, no quería que los sucesos de ayer se volvieran a repetir el día de hoy. - Solo diez minutos más Chikane-chan, dijo con los ojos cerrados aún - Veo que esta vez el ángel se acordó de mi nombre, le susurró en el oído. Chikane pensó que el beso había sido suficiente para despertarla, pero estaba muy lejos de la verdad. Así que se le ocurrió una nueva forma de despertarla - Jajajajajajaja, para por favor Chikane-chan. - Ahora si que estas despierta, eres muy cosquillosa mi dulce Himeko. Himeko esta vez si se despertó y vio la hora, eran las 7:05, aún le quedaban diez minutos más. - No crees que ya debes levantarte, estas retrasada cinco minutos. - Eso no es cierto, tengo aún diez minutos más. - Pero no tenías que levantarte a las 7:00 - No, tengo que levantarme a las 7:15 - Entonces porque pusiste el reloj quince minutos antes. - Bueno eso es porque me cuesta empezar el día, así que para no atrasarme programo el reloj quince minutos antes, así sé que no tengo que levantarme tan a aprisa.
  • 9. - Eso quiere decir que aún “tenemos diez minutos”. - Eh, bueno si, dijo sonrojándose. Los próximos diez minutos fueron aprovechados de buena forma por las felices amantes. Eso pensó Himeko que sólo habían pasado diez minutos, pero a decir verdad ya eran las 7:30, estaba retrasadísima, de un brinco ya estaba fuera de la cama, se dirigió al baño para tomar una ducha de apenas 5 minutos, volvió envuelta por solo una toalla, abrió la puerta de su armario para elegir que ropa usaría ese día, escogió unos pantalones azules, una polera blanca con un estampado de flores y unas zapatillas, ya que sabía que tenía que correr para tomar el autobús, su cabello lo recogió con un lazo rojo. Todo el ajetreo de Himeko era observado por Chikane quien aún estaba recostada en la cama. Como ya estaba en la hora solo tomo un ligero desayuno, un vaso de leche y una tostada, pero para lo que no tuvo tiempo fue para preparar su almuerzo, de lo que estaba agradecida era de que había ordenado y guardado las fotos y sus cámaras fotográficas. Finalmente volvió a la habitación para colocarse una chaqueta café y por supuesto despedirse de su adorada Chikane-chan. - Estoy lista para irme. - Que te vaya bien Himeko Se despidieron con un rápido beso, cuando Himeko estaba apunto de cerrar la puerta se devolvió a la habitación, había olvidado darle algo importante a Chikane. - Se te olvido algo Himeko? - Bueno… este… yo… tenía que haberte dado esto antes...dijo con las mejillas ruborizadas. Y metiendo su mano derecha en su bolso, tomo un par de llaves y se las entrego. - Esta son unas copias de las llaves del departamento y de la puerta de entrada del edificio. - No era necesario que me entregaras una copia, solo debiste dejarme tus llaves y cuando volvieses, las hubieses retirado en la conserjería. - Pero yo de verdad quiero que las tengas…
  • 10. Y viendo que la hora avanzaba, se dispuso a correr nuevamente hacia la puerta. Corrió por las escalas y alcanzo a llegar a la parada de autobuses, cuando el bus que necesitaba para llegar hasta la revista se estaba aproximando. En el octavo piso del edificio “H&U”, estaba establecida la revista. No era una gran revista, aún las actividades no han comenzado, faltaban pocos minutos para las 9:00 de la mañana. - Te ocurre algo, Kurusugawa-san. Tienes las mejillas rojas. - No nada estoy bien, Mamoru-kun. Mejor apresurémonos con la presentación para el jefe. - No tienes de que preocuparte, esta casi completa, sólo falta que me entregues las fotos que tomaste el día viernes. Aunque será difícil elegirlas, porque siempre tomas excelentes fotografías. - No exageres, no creo que sean tan buenas. Entonces Himeko saco de su bolso todas las fotos que había tomado el día viernes, pero no sólo estaban esas fotografías, también se encontraban varias fotos de ella y su adorada Chikane-chan, pero como estaba tan distraída buscando las mejores fotos, debido al retraso de la reunión, no se percató de que su compañero las había tomado y las estaba observando detenidamente. Como buen reportero Mamoru Aoba, conocía a la gran mayoría de las personas influyentes del país, pero sobre todo a las pertenecientes a Tokyo. Estuvo en un par de fiestas, gracias a la confianza que su jefe tenía depositada en él, con la esperanza que consiguiera una entrevista con la princesa de hielo. Sabía que era una tarea casi imposible, pero él no dudaba de su capacidad, además si lo conseguía sería la primera persona en lograr entrevistarla. Así que cuando repasó por segunda hasta una tercera vez las fotos, en donde la princesa de hielo se mostraba feliz y afectuosa con su compañera de trabajo, su cara se volvió tan blanca como un papel y sus ojos tan abiertos y redondos como un plato. No sabe exactamente cuanto tiempo transcurrió hasta que fue sacado de ese estado de shock, gracias a una dulce voz. - Estas bien? Mamoru-san, hay algo malo en esas fotografías. - No nada… sólo me preguntaba quien es la persona que te acompaña en las fotografías. - Quién me acompaña? No recuerdo haberme tomado alguna ese día. Como aún no podía creer que la otra persona de la foto fuera Miya-sama, se las entregó para
  • 11. confirmar su supocisión, aunque estaba seguro que no se podía equivocar, pero dudo por un momento, debido a que la princesa de hielo, jamás fue retratada con una sonrisa como esa o demostrar tanto cariño hacia otra persona, por eso todo el mundo la conocía con ese apodo. Cuando Himeko tuvo en su poder las fotografías en que salía retratada con su Chikane-chan, en el pequeño jardín de rosas que estaba en el parque no pudo esconder su rostro, estaba sumamente enrojecido, como podía ser tan despistada por haber traído esas fotografías al trabajo, fue su pensamiento, mientras trataba de explicar con claridad la situación a su compañero de trabajo. -Eto… verás … De su boca no salieron más que algunos monosílabos, no podía decirle que es su amiga, eso sería demasiado cruel, pero decirle que es su pareja, no sabía como podría reaccionar su compañero, aunque se acordó de sus propias palabras en el momento en que confesó sus verdaderos sentimientos en su vida pasada “Lo diré delante de cualquiera no me avergüenzo, de verdad” Cuando había reunido el suficiente valor para decirle la verdad su compañero notó que él ya no la estaba mirando, sino al montón de fotos repartidas en la mesa. Agradeció a los dioses de que Mamoru-san respetara su vida personal sobre todo cuando Himeko se les enrojecía las mejillas. Finalmente había llegado el momento de almorzar, estaba tan contenta con las felicitaciones que le dio su jefe que quería comunicárselo a Chikane-chan, pero cuando recorrió el directorio telefónico de su celular, recordó que en ningún momento le había pedido su número o ella recuerda haberle dado el suyo, pero para que lo necesitaba, si habían pasado tres maravillosos días juntas en todo momento. Decidió que apenas llegara a casa le pediría el número ya que no podían pasar todo el día junta por el trabajo de Himeko y además Chikane-chan tendría cosas que hacer también. - Pero que estará haciendo ahora Chikane-chan. Aún no me ha dicho a que se dedica. Si trabaja o estudia… Cuando estaba pensando en como su princesa ocuparía su día, fue interrumpida por su compañero de trabajo. - Puedo acompañarte a almorzar Kurusugawa-san. - Mamoru-san, me sorprendiste… claro que me puedes acompañar, pero antes tengo que ir a comprarlo, salí con tanta prisa que no alcancé a prepararme algo de comer. - Entonces vayamos a la cafetería del edificio, la que está en el cuarto piso - Bueno…
  • 12. Bajando por el ascensor, llegaron hasta el cuarto piso, Himeko se pidió un par de sándwiches al igual que Aoba-kun un jugo de naranja y mirando alrededor encontraron una mesa desocupada. Después de que terminaron de almorzar, aún tenían tiempo antes de volver al octavo piso. Era la oportunidad que estaba esperando, Mamoru no se iba a dar por vencido hasta saber como su compañera de trabajo de hace casi una semana, podía conocer a Miya-sama, si solo llevaba en la ciudad tan poco tiempo. Sabía perfectamente lo tímida que es, porque cuando quiso hacerle algunas preguntas acerca de su vida personal, durante el primer día de trabajo, no sólo se quedo en silencio sino que además sus mejillas se tornaron rojizas, así que preguntarle nuevamente por las fotos de la mañana no lograría una mejor respuesta que algunas palabras incoherentes e inaudibles, decidió que acercarse de forma cuidadosa para ganarse su confianza para que le entregara algunos datos de Miya-sama sería el mejor camino. Todas las preguntas las hacía Mamoru; le preguntaba de su vida en la pequeña aldea de Mahoroba, de porque había decidido ser fotógrafa, de cómo había sido esta semana en la capital y alguna que otra pregunta más. Himeko las contestaba sin contrarrestar, lo único era que agradecía era que no mencionara las fotos en el jardín de las rosas. De vuelta a las labores, Himeko volvió a ordenar el desastre que había quedado en su mesón de trabajo, todavía estaban regadas todas las fotos y algunos rollos desocupados por si tenía que salir más tarde, pero al parecer ese día se quedaría en la revista, ya que su jefe después de la reunión le avisó que estos días ocurriría un evento importante y necesitaba de ella para acudir a él, junto con Aoba-kun, así que le dio un pequeño descanso. Ha pasado media hora, Himeko pudo ordenar todas las fotos y guardarlas nuevamente en su bolso. Mientras, Aoba-kun, aún seguía dándole vueltas al asunto de las imágenes que había visto en la mañana, pensó en un montón de hipótesis, cada una más descabellada que la anterior, incluso pensó que podían ser amantes. - Pero eso es imposible, creo que estoy pensando demasiado… Para distraerse, comenzó a trabajar en un nuevo artículo, un artículo de una exposición de obras de arte, en donde estaría rodeado nuevamente de personas influyentes. Chikane se encuentra actualmente devuelta en su departamento, al cual no había ido desde el día sábado. - Al fin pude terminar de ordenar, dijo conforme mientras observaba lo brillante y limpio que estaba.
  • 13. Luego, cambiándose de ropa se dispuso a abandonar el departamento, tenía cosas muy importantes que hacer ese día, y esperar de que se resolvieran de la mejor manera, por el bien de Himeko y el de ella. _____________________________________________________________ Al fin era la hora de regresar a casa, Himeko ya estaba lista para salir del edificio cuando fue alcanzada por una mano que estaba posada en su hombro izquierdo, y dándose vuelta pudo identificar a la persona. - Eh, me asustaste Aoba-kun. - Lo siento, es que saliste tan rápido que no te alcancé antes. - Y que quieres, sabes… quiero llegar temprano a casa. - Ah… bueno solo me preguntaba si te podia acompañar hasta tu casa - Eh!? - Es que veo que llevas un bolso bastante grande. Fue lo que se le ocurrió decir en último momento. - Pero no tienes de que preocuparte, puedo llevármelo de vuelta. - Pero te ves cansada, así que pensé que podía ayudarte. Himeko era tan amable y también inocente que no se percataba de las “verdaderas intenciones” de Aoba-kun, él sólo quería saber de una vez por todas el verdadero motivo de esas fotos, ya estaba obsesionado con el asunto, que acompañarla hasta su casa fue lo mejor que puedo inventar. Himeko finalmente termino por acceder a la petición de su compañero, por lo tanto, los dos se fueron hasta la parada del autobús. _____________________________________________________________ Chikane se encontraba de regreso en el departamento de Himeko, había comprado algunos ingredientes para hacer la cena de esta noche. No sin antes pensar en la conversación que tuvo con Otoha-san. Después de bajarse del taxi, se encontraba caminando por un largo sendero de cemento adornado por grandes árboles, rara vez tenía la oportunidad de realizar ese trayecto, ya que siempre iba en la limosina. Cuando llego hasta la entrada de la mansión Himemiya, Chikane decidió entrar por la entrada de la
  • 14. servidumbre, no quería que su padre la viera, aunque era casi imposible, por esta época del año su padre se encontraba en viaje de negocios en Europa, aún así no quería correr ningún riesgo. Cuando termino de recorrer el camino hasta la entrada posterior de la mansión que daba directo a la cocina se encontró con la jefa de la servidumbre, Otoha-san. Ésta al sentir el ruido de la puerta volvió su mirada hacia aquel lugar, cuando vio a aquella persona el plato que sostenía en su mano izquierda se deslizo entre sus dedos y al caer hizo un pequeño ruido. - OJOUSAMA!? Chikane rápidamente llego hasta su lado para darle un gran abrazo. Estaba en deuda con ella, realmente la carta que le envió le dio ánimos para seguir firme con su decisión, así que ese abrazo era lo menos que podía hacer por la persona que estuvo cuidando de ella por tantos años. - Ojousama, dijo Otoha algo más calmada pero a la vez sorprendida, era la segunda vez que le daba un abrazo tan afectuoso. - Sólo dime Chikane, ya no vivo en esta casa para que me llames así. - Usted siempre será para mí Ojousama, pero si usted quiere que la llame por su nombre lo haré, Chikane-sama. Separándose, vio Chikane algunas lágrimas en los ojos de Otoha, ella sabía de los sentimientos que albergaba, pero que no los podía corresponder, debido a que no pensaba en nadie más que en aquella niña de cabellos dorado que le había regalado la mitad de la concha rosada. - Está padre en casa? - No, él esta en su viaje anual de negocios. - Lo suponía, es mejor así tengo algunas cosas importantes que tratar contigo. - Si quiere podemos ir al salón a tomar té. - Mejor conversemos en mi cuarto, bueno mejor dicho mi ex-cuarto. - Ese siempre será su cuarto Chikane-sama.
  • 15. Y preparando una bandeja con dos tazas, una tetera y algunas galletas, comenzaron a recorrer la mansión. Aunque solo hace un poco más de una semana que se había marchado de aquel lugar, sus ojos zafiros comenzaron a llenarse de lágrimas, las que pronto recorrerían sus mejillas, por suerte en ese momento no había ninguna otra sirvienta, así que pudo limpiarse su rostro y continuar su trayecto con total calma, no quería ver a nadie. Acomodándose en la mullida cama, Otoha-san le entregó la taza de té, mientras ella tomaba la suya sentada en una de las sillas que estaba en la habitación, la cual estaba de la misma forma en que la había dejado. - Pensé que ya no estarían más mis cosas. - Se equivoca, como no estarían sus cosas, Himemiya-sama aún piensa en que usted estará de vuelta en poco tiempo. - Pero si él me echo, como espera que vuelva?! - No lo sé Chikane-sama… - Bueno, mejor cambiemos de tema… quiero conversar contigo de cosas realmente importantes. - Cómo que cosas… - Quería saber si ha venido o ha llamado por teléfono Hikaru-san - A la mansión no ha venido, y si ha llamado por teléfono no estoy segura, porque lo pregunta Chikane-sama - Es que el otro día me pareció haberlo visto cerca del lugar de donde resido. - Pero eso sería extraño, gente como él no andaría por esos lugares, además nadie sabe que usted esta viviendo en ese sitio. - Estás segura de eso, que nadie sabe de mi ubicación? - Estoy segura, aunque el señor sospecha que yo sé donde está usted, pero cada vez que me pregunta lo niego rotundamente. - Espero que encubrirme no te traiga problemas Otoha-san.
  • 16. - No sé preocupe por mí, sólo deseo que usted sea feliz. Y Chikane, tomando con una de sus manos la mitad de la concha rosada, solo dio un suspiro para aliviarse un poco, estaba preocupada de que su padre la estuviera vigilando, y que por eso había jurado haber visto a Hikaru-san. No quería que los momentos de felicidad con su pequeño ángel terminaran, no cuando recién estaba disfrutando de verdadera alegría y una gran paz. - Por cierto Chikane-sama, encontró la mitad de su concha? - Ah, bueno si, es por eso que vine hasta acá. No quiero que nadie interrumpa mi felicidad y me separe de mi persona destinada. A propósito, en la carta que me enviaste hace algunos días, como sabes que le tengo tanto aprecio a esta mitad de esta concha. - Bueno eso es fácil de contestar, se acuerda que usted siempre se iba algunos días a la casa de la playa? - Si, me acuerdo perfectamente. - Bueno el día en que veníamos de vuelta, usted estaba acompañada por una pequeña niña de cabello dorado. - Que?... tú viste cuando me encontré por primera vez con Himeko. No recuerdo haberte visto. - Eso fue porque, en el momento en que la iba a llamar, usted venía de vuelta, así que la espere junto a la puerta, pero usted venía tan contenta observando aquel regalo, que no miró hacia el lugar en donde yo estaba. - Lo siento. - No tiene porque disculparse, nunca la había visto tan feliz, incluso en sus cumpleaños cuando tenía magnificas fiestas y excelentes regalos. No entendía como ese pequeño objeto podía hacerla tan feliz, así que supuse que no era por ese objeto sino por la persona que se lo había regalado. - Tienes razón, después le pedí a papá que me comprará un collar y que colocara la concha en él, nunca me quite el collar. - Eso es verdad, aunque no combinara con algunos de sus vestidos, usted seguía insistiendo en usarlo.
  • 17. - Es por todo esto que escribiste eso en la carta? - Si, Chikane-sama - Ahora que esta concha ya encontró a su pareja, no puedo permitir que mi padre piense que volveré a vivir nuevamente aquí, porque eso significa que tengo que cumplir el compromiso con Hikaru- san, no puedo abandonar así a Himeko, no después de todo lo que hemos tenido que pasar para volver a encontrarnos. Otoha no sabía de las profundidad de aquellas palabras, no sabía que ellas siempre han estado destinadas a encontrarse en cada una de sus reencarnaciones para cumplir con aquel maldito ritual y mucho menos sabía que eso había terminado, que ahora podían vivir felices sin la preocupación de que el Orochi apareciera en este mundo. Sólo sabía que antes había escuchado ese nombre. - Himeko?! Pregunto sorprendida Otoha. - Si es la niña que me dio esta concha y es la mujer a la que amo. Otoha casi se queda sin aliento, su querida Chikane-sama al fin era feliz, pero sobre todo había encontrado a la niña que le había dado ese pequeño objeto rosado. Realmente había tenido suerte en encontrarla o simplemente es el destino, pensó. - Me alegro mucho por usted Chikane-sama, ahora entiendo la razón por la que usted vino hasta la mansión y me pregunto por Hikaru-san. Le aseguro que si tengo alguna noticia de él, se la comunicaré en seguida, quiero que usted sea verdaderamente feliz. - Gracias Otoha por tu apoyo. Tan pronto como terminaron de conversar, ambas nuevamente se dirigieron hacia la cocina y se despidieron hasta una próxima oportunidad. Chikane aún tenía un tema pendiente que resolver, el evento de esta semana, el evento que se llevaría a cabo el día viernes por la noche. Finalmente había terminado de preparar la cena, sabía que aún le quedaba una media hora para que volviera Himeko del trabajo, estaba feliz de darle una gran sorpresa aunque estaba un poco dudosa, sospechaba de que Himeko intuía que estaría esperándola en el departamento, por algo le había dado una copia de sus llaves, pero aún así la sorprendería con la fabulosa cena que había hecho. _____________________________________________________________ El viaje ha sido tranquilo, había disfrutado de la compañía de Aoba-kun, él le había indicado algunos lugares de interés mientras los miraba a través de la ventana del autobús.
  • 18. Pero como no era muy buena recordando nombres, Himeko sólo retuvo aquellas imágenes en su cabeza con la esperanza de visitarla junto a su Chikane-chan. Ya habían llegado hasta su destino, Himeko se apresuro en avisarle con anterioridad a su compañero de la proximidad del paradero en que tenían que bajarse. Para su suerte no eran tanto los pasajeros que estaban en ese momento en el autobús, asi que pudieron acercarse rápidamente a la puerta de bajada. Tal como había prometido, Mamoru Aoba traía consigo el bolso, caminaron amenamente el trayecto hasta que se encontraron en la entrada del edificio. - Muchas gracias por acompañarme, Aoba-kun. - El placer ha sido todo mío. Las mejillas se tornaron rojas una vez más este día, sólo quería despedirse rápido de Aoba-kun estaba segura que en el departamento estaría esperándola, su elegante princesa, a la que no quería hacerla esperar más. - Ya, entonces nos vemos mañana en el trabajo, Aoba-kun. Himeko esperaba que le devolviera el bolso y subir rápidamente las escalas, pero estaba equivocada Aoba-kun quería llegar hasta el departamento, esa sería su oportunidad de buscar más fotos del mismo tipo que había visto en la mañana. - Entonces me devuelves el bolso, por favor. - No, tengo que cumplir lo que he dicho, y eso será hasta que te deje en la puerta de tu departamento. No muy gustosa con la oferta, Himeko acepto, espera esta vez poder despedirlo en la puerta de su departamento, no quería que entrara y viera a Chikane-chan, no después de que no supo explicarle la razón de las fotos. No se demoraron más de 5 minutos en subir las escalas, cuando se encontraban en la puerta 205, cuando Himeko abrió la puerta pudo sentir un exquisito aroma proveniente desde la cocina, eso le confirmo que Chikane-chan estaba esperándola. Chikane que estaba aún en la cocina, se apresuro en ir hasta la puerta para encontrarse con su ángel.
  • 19. Cuando Himeko volteo nuevamente para pedir el bolso y despedirse definitivamente de su insistente compañero, Himeko no se dio cuenta que tenía desatada una de sus zapatillas, causando que perdiera el equilibrio al pisarla y querer avanzar. Pensó que de seguro caería al suelo, pero Mamoru-kun la agarra antes de que llegue al suelo, tomándola en sus brazos. Esta escena fue vista por Chikane, que quedo atónita con la situación. - HIMEKO?! - CHIKANE-CHAN!! - MIYA-SAMA, dijo finalmente Aoba-kun. CONTINUARÁ… Capítulo 9: "La Pianista" Himeko aún seguía recordando los sucesos acontecidos la noche recién pasada, aún lamentaba su torpeza de creer que su compañero sólo la iba acompañar hasta su departamento para ayudarla con su bolso sin saber que lo único que anhelaba era conocer más de cerca a Miya-sama, la persona que acompañaba a Himeko en las fotos que por su fatal error las llevo al trabajo y que desafortunadamente las había visto este sagaz reportero. Pero Himeko no es una persona rencorosa después de lo sucedido le había pedido disculpa en incontables ocasiones y en todas ellas, lo perdonaba, aunque fuera un reportero capaz de conseguir las noticias de cualquier manera, creyó que haberse rebajado a ese nivel era lo último que podía hacerse así mismo y a su nueva compañera, un ser tan puro que no pudo ver sus intenciones. La mañana no parecía avanzar tan rápido como había estado sucediendo últimamente, pensaba Himeko, claro ella sabía el motivo, creía que al estar con Chikane-chan el tiempo avanzaba a un ritmo más rápido, que hacia parecer las horas minutos. Aún no lograba concentrarse este día, lo mejor de todo era que no tenía que salir, sino las fotos no hubiesen sido tomadas con profesionalismo y alegría, debido al actuar de Chikane después que al fin pudo despedir a su compañero, Mamoru Aoba. --------------------------------------------------------------------------------------------- Lunes 20:30 hrs. PM
  • 20. --------------------------------------------------------------------------------------------- Después de que Himeko logro deshacer ese abrazo tan íntimo con Aoba-kun, sus mejillas se pusieron más rojas de lo acostumbrado, las razones, no estaba acostumbrada a que un hombre la tomara tan fuerte y le diera ese tipo de protección, muy distinta a los abrazos delicados de Chikane- chan y dos porque lo último que quería era que su princesa se pusiera celosa, ya sabía como reaccionaba cuando estaba con ese temperamento que al ver esto de seguro pensó que no le hablaría en un buen tiempo. El primero en tomar la palabra y lograr quebrar la tensión de ese momento fue Aoba-kun. - Buenas noches, Miya-sama mi nombre es Aoba Mamoru, encantado de conocerla - Buenas noches Aoba-san, dijo con total calma. Como era de esperar Chikane no mostró ningún tipo de sentimientos en su rostro, pero si sentía celos e ira, no soportaba la idea de que alguien más tocara de esa manera a su Himeko, pero actúo de la misma manera que lo había hecho en incontables ocasiones frente a los reporteros, sólo que estos días se había mostrado de manera más natural gracias a la presencia de su pequeño ángel. - Muchas gracias por acompañar a Himeko hasta la casa. - El placer fue mío. Con esto Aoba-kun se despidió de ambas, estaba claro que algo más de amistad había entre ellas, ya estaba claro que son pareja, sino porque estaba en ese departamento si ella vivía en la parte acomodada de Tokyo, en una gran mansión rodeada de servidumbre, además porque estaría cocinando, eso era obvio por el exquisito aroma que inundaba todo el departamento, pero lo que si sentía curiosidad era la manera en como dos personas totalmente distintas y de diferentes clases se habían encontrado en esta ciudad y sobre todo como se habían enamorado. - Enamorado?... Realmente hay alguien que pudo descongelar el frío corazón de la princesa de hielo.. no quiso seguir dándole más vueltas al asunto, así que dejo estos pensamientos y espero pacientemente el autobús. Himeko estaba realmente nerviosa no quería decir nada, ahora que sabía que su princesa era celosa, temía que si decía algo empeoraría la situación, para su fortuna, Chikane fue la que habló en primer lugar. - Porque no dejas tus cosas en tu habitación y regresas a cenar. No podía creer lo tranquila que se escuchaba su voz, pensó que su Chikane-chan, saldría del departamento sin decirle una palabra, sintió alivio, pero a la vez congoja no sabía cuál de las dos situaciones era peor.
  • 21. En la mente de Chikane sólo tenía cabida un pensamiento, en jugarle una broma a Himeko, sabía que su ángel hermoso no podía engañarla menos con ese hombre. Chikane sabía perfectamente quien era la persona que acompañó a Himeko, lo había visto un par de veces en los eventos en que ella asistía o en los conciertos. Conocía perfectamente su sagacidad, en todas las ocasiones que se encontraron Mamoru Aoba intentó saber algo más de la vida privada de Miya-sama, pero en ninguna de ellas había tenido éxito, un pensamiento vino a la mente de Chikane. - Por qué Himeko venía con él, acaso son compañeros de trabajo, que quería obtener de ella. Sus pensamientos se detuvieron cuando una voz melodiosa la interrumpió. - Ne, Chikane-chan... Himeko no sabía si preguntarle si estaba molesta, no tenía el suficiente valor, así que espero que su princesa hablara. - Si, que sucede Himeko. - Bueno yo quería explicarte que… Cada palabra que decía sus mejillas se iban tornando rojas, esto realmente es agradable de mirar, pensaba Chikane. - Porque no pasamos a cenar, no quiero que todo mi esfuerzo haya sido en vano, la interrumpió. La cena fue excesivamente silenciosa, sólo la voz de Himeko se escuchaba en el departamento y era para elogiar la cena de Chikane, el halago solo fue correspondido por una sonrisa. Cuando la cena había terminado Chikane se levanto de su silla y comenzó a retirar los platos, Himeko intentó ayudarla pero su amada princesa no se lo permitió. Encontraba realmente extraña sus actitudes, a pesar de la escena que había presenciado hace bastante minutos, Chikane se mantuvo en calma y no preguntó de porque había traído un hombre al departamento, además estaba retirando todo sin permitirle ayudarle. Finalmente terminó de arreglar la mesa y la cocina, Chikane invita a Himeko a sentarse con ella en el sofá.
  • 22. - Dime Himeko, acaso ya no me amas, lo dijo con tono demasiado serio y una mirada realmente fría. - Porqué me preguntas eso, acaso no te he demostrado lo mucho que te amo. - Pues esta vez lo estoy dudando. -No digas esas cosas tan hirientes. Si es porque traje a Aoba-kun hasta el departamento no es por lo que tú te imaginas. - Y que estoy imaginando según tú, Himeko? Chikane estaba desempeñando muy bien su papel, quería que su ángel dorado, sufriera un poco, pues es más linda cuanto más se sonroja y al tratar de explicarle de manera clara y no entrar en malos entendidos, sus mejillas irremediablemente se cubren de un tono rojizo. - Bueno... tú sabes... no me digas decir esas cosas, por favor, Chikane-chan. Cuando terminó de decir aquella frase, se abalanzó a los brazos de su amada, sabía que no era buena explicando, pero si demostrando lo que sentía hacia ella. Obviamente Chikane no puede evitar envolverla entre sus brazos, como podía evitarlo si Himeko pasó a ser el motivo principal de su existencia. Y apoyando su mejilla derecha en la cabeza de Himeko, empieza a decirle lo mucho que la extrañó el día de hoy, que le hacía falta su presencia, sus besos, sus abrazos, su dulce voz. Que estaba feliz de que le entregara las llaves de su departamento porque tuvo la oportunidad de esperarla con una exquisita cena, como una esposa espera a su marido cuando llega del trabajo. Himeko asombrada por todas las palabras de amor sincero que profesa su amada, no hace más que estrechar el abrazo. Se quedaron así por unos minutos, hasta que Chikane comienza a hablar nuevamente. - Entonces Aoba-san es tu compañero de trabajo. - Si, es mas, hoy tenía que hacer una presentación con él, con las fotografías que tomé el día que nos encontramos. -Ah, ya veo. - Chikane, yo quería disculparme por haberlo traído. - No tienes porque Himeko, además este es tu departamento puedes traer a quien tu quieras. - Si, pero yo intuía que estabas esperándome y quería volver lo más temprano a casa. - En serio, como podías estar seguro que estaría aquí. - Pues, porque yo habría hecho lo mismo. Y deshaciendo el abrazo, Chikane tomo el rostro de Himeko con ambas manos, lo observó por un momento y luego bajo su mano derecha hasta su cintura y con la otra tomo su barbilla, le elevó un poco y reclamó esos dulces labios. Después de un momento Himeko habló nuevamente.
  • 23. - Él insistió en acompañarme, aunque no se porque. Entonces por la mente de Himeko apareció un pensamiento casi una revelación. Se quedó pensativa por un momento. - Qué pasa Himeko.? - No puedo ser tan tonta. - No lo eres mi pequeño ángel. - Sí lo soy, además de ingenua. - Pero ese no es un defecto, es la mayor virtud que tienes. No puedes ver la malicia de las demás persona, eso te hace demasiado adorable. - En vez de virtud, la consideró un defecto. Gracias a eso no me dí cuenta de las verdaderas intenciones de Aoba-kun. - Que quieres decir con “verdaderas intenciones”, piensas que estaba tratando de hacerte daño Himeko. - No, no es eso Chikane-chan - No me asustes entonces Himeko, si sé que alguien es capaz de herirte yo soy capaz de... Himeko la silencio colocando su dedo índice en los labios de su princesa. - Es otra cosa, no es tan grave. Lo que sucede es que Aoba-kun, estaba ayudándome a recoger las fotografías que había llevado a la revista para terminar de preparar la presentación cuando vio unas fotografías que no tenía porque verlas. - Que fotografías Himeko?, preguntó con suma curiosidad - Bueno... esto .... las fotografías que nos tomamos en el “Jardín de las Rosas.” - Esas fotografías?, pero Himeko pensé que esas fotografías las habías guardado en algún álbum. - Pues esa era mi intención, pero no se porque no lo hice y sobre todo como fueron a parar con las demás fotografías. - Jajajajaja, ahora entiendo. - Porque te ríes. - Es que eres realmente inocente mi dulce Himeko. - Eso ya lo sé no tienes porque repetírmelo, dijo sonrojándose aún más. - Acaso le dijiste que la otra persona que salía contigo era tu pareja, o no?. - No, no alcance a decírselo, porque después que vio las fotografías, se quedó demasiado absorto en sus pensamientos - No lo culpo. - Porque... dijo mirando fijamente a Chikane.
  • 24. Chikane se acuerda que no le había dicho nada de su verdadera profesión, aunque juraba que era conocida mundialmente, estaría segura que su pequeña sabría a que se dedicaba, además de que había visto una revista de música en su departamento o cuando casi se lo confiesa en la Torre de Tokyo el día de ayer. - Dime una cosa Himeko. Sabes tú a actividad me dedico. - Pues eso justamente estaba pensando el día de hoy, en cómo pasarías tu día. - Y dime en que pensaste? - Pues bueno, pensé que podrías trabajar en una de las empresas de tu familia. - Te equivocas, pensaste en algo más. - Sí, también pensé que podrías ser una tenista profesional. - Eso no es del todo incorrecto, pero no eso no es. - Bueno por último pensé que podrías ser equitadora o una experta en el tiro al arco. - Estás nombrando “casi” todo mis pasatiempos de mi vida pasada y ésta, pero te faltó la más importante de todas. - Cuál es Chikane-chan? - P-I-A-N-I-S-T-A, lo dijo lentamente y marcando cada letra. - En serio, pero no se porque no pensé en esa, ahora que recuerdo, me gustaba tomarte fotografías, mientras lo tocabas, aunque no sabía mucho de música clásica, siempre me sentía tan feliz al escucharte. - A lo mejor lo olvidaste porque... Chikane podía intuir el motivo, ese día infame en que le robó a la fuerza la inocencia de Himeko, se encontraba tocando el piano, pero no se lo quiso decir. - Porque puede ser, Chikane-chan. - Pues no lo sé Himeko, además suponía que era lo bastante famosa como para que lo supieras a través de la prensa, además viste una revista, que estaba en mi departamento, en donde salía publicado un artículo sobre mi último concierto y donde se daban a conocer a los nuevos prodigios de la música. - Pues al parecer no alcance a verlo, cuanto lo siento, además no soy adicta a la música clásica, es más me hacen dormir. Himeko no alcanzó a dimensionar sus palabras, como podía decir que el tipo de música que toca Chikane-chan, la hacia dormir, es lo mismo que le dijera que su música es aburrida. - Lo siento Chikane-chan, no quería decir lo que dije. - No tienes de que disculparte, es más me encanta tu sinceridad. Además ahora ya sabes porque te siguió Aoba-kun hasta la casa, el quería saber más de ti de la persona que conquistó el corazón de la “princesa de hielo” - Princesa de hielo?!
  • 25. - Ese es el apodo que me dieron los reporteros. - Y por qué? - Pues porque sabían que había rechazado a un montón de pretendientes que se me habían declarado, durante mi época escolar y después cuando me convertí en una pianista famosa. Ninguna vez me vieron en los eventos sociales con algún hombre que me acompañara, excepto mi padre, así que supusieron que no tenía corazón o que no me interesaba el amor, además cada vez que asistía a esas fiestas mi semblante era frío incapaz de demostrar algún tipo de sentimiento, es como si me faltara algo para estar completa, y cuando te vi, supe la razón. - En serio?!. - Es la verdad, completaste mi existencia, yo una persona que siempre lo tuvo todo, pero que le faltaba lo más importante, el AMOR. - Si hubiese sabido que eras famosa, no había aceptado que Aoba-kun me acompañara solo para averiguar algo más sobre ti. - Eso ya no importa, además pienso que para él fue peor. - Porque Chikane-chan?! -Porque se debe estar preguntando como una hermosa niña de cabellos dorados pudo enamorar a la princesa de hielo y de como nos conocimos. - Tienes razón, si supiera la verdad no lo creería, dijo mostrando una amplia sonrisa. Chikane observó su reloj, ya eran las diez de la noche, era tarde y tenía que regresar a su departamento, el día de mañana tenía que continuar afinando unos detalles, para el día viernes. - Himeko ya es tarde me tengo que ir. - Pero, porque no te quedas, es peligroso salir a esta hora. - No lo creo, además no toma mucho tiempo en llegar hasta donde vivo, además mañana tengo que levantarme temprano y necesito descansar. - Además .... hizo una breve pausa... es tu castigo. - Otra vez con eso del castigo, eres mala Chikane-chan. A Chikane le costaba un gran esfuerzo separarse de su ángel hermoso, pero también quería que la extrañara, así su reencuentro sería mucho mejor, entonces imágenes se agolparon en su mente, cual de todos más agradables lo que tuvo como resultado un sonrojo en sus mejillas. - Estás bien. - Si no te preocupes, nos vemos mañana Himeko. Se aproximaron a la puerta, antes de que Chikane se alejara completamente de Himeko y partiera rumbo a su departamento, le dio un beso apasionado, claro tenía que irse con un buen recuerdo. Himeko no tuvo más alternativa que preparar sus cosas para un nuevo día de trabajo y tomar una ducha antes de irse a dormir.
  • 26. Al concluir de pensar en los sucesos de la noche, ya había pasado casi media hora, ya era la hora de almorzar, esta vez esperaba que Mamoru Aoba no la acompañara, no quería verlo, no porque era una persona rencorosa, sino porque su princesa la había castigado y la había dejado durmiendo sola, justo ahora que se había acostumbrado con su presencia, además se recriminó así misma por su torpeza de no haberle pedido su número telefónico, otra vez. __________________________________________________________________ Chikane despierta gracias al ruido de su despertador, ya son las 7:00 am le espera un día muy ajetreado, tenía una reunión planificada para ese día. Por instinto se dio vuelta para mirar al lado izquierdo de su cama para ver a ese adorable ángel dormir, pero cuando lo hizo, se encontró sola, entonces en su boca se dibujo una leve sonrisa pensando en que se había acostumbrado a tal agradable presencia, se culpo por haber rechazado la invitación de quedarse con Himeko, pero era inevitable, este día iba hacer muy agotador, y por supuesto pensó que era mejor así, que su reencuentro iba a ser de lo mejor. Decidió salir pronto de su cama, se fue a dar una ducha y se vistió de manera formal, con un vestido color lila con una pequeñas aplicaciones en la altura de sus senos, con dos tirantes en forma de trenza, con zapatos de blancos, su cuello adornado por un pañuelo de color más claro que su vestido y debajo de este por supuesto estaba su collar. Su pelo solo lo dejo caer de manera natural, adornado solo por una cinta blanca. Finalmente para cubrirse eligió una chaqueta blanca y tomo una pequeña cartera blanca donde sólo llevaba su celular y su chequera. La reunión a la que tenía que asistir era con su manager, al cual lo había visto el día de ayer, después de que fue a su casa para hablar con Otoha-san. Como su representante no tenía el suficiente tiempo para atenderla la citó muy temprano en la mañana en la cafetería Crown que está ubicada en el centro de la ciudad, su cita se llevaría a cabo a las 8:30 am, apenas se abrieran las puertas del local. Como había recibido tan buena educación, Chikane llego unos diez minutos antes, los que fueron gastados en repasar la lista de cosas que tenía que realizar y los temas en concreto que tenía que tratar con su representante. Exactamente a la hora se abrieron las puertas, permitiendo la entrada de Chikane, y otras personas que se encontraban en ese mismo instante, pero no estaba la persona a quien espera la princesa. Eligió la mesa más cercana al gran ventanal que daba a la Avenida, un mesero se acerca para entregarle la carta, estaba leyendo los distintos menús cuando se acerca hasta ella Motoki Arima, un tipo de tez blanca, ojos marrones, los que estaban detrás de unos pequeños lentes ópticos rectangulares; pelo castaño claro, de gran estatura, estaba vestido con unos pantalones negros, camisa blanca, chaqueta del mismo tono que sus pantalones. En su mano derecha traía un portafolio en la otra estaba hablando por su teléfono celular. Cuando se dio cuenta de la presencia de Arima-kun, porque lo escuchó hablar por teléfono, depositó la carta en la mesa y le hizo una seña con la mano, para que fuera hacia donde estaba ella. Apenas la
  • 27. vio él fue hasta donde estaba Miya-sama y la saluda cortésmente, aunque se conocían desde hace años, desde la época en que Chikane era tenista, jamás la había tratado como una persona cercana siempre se dirigía con respeto. - Buenos días Miya-sama, lamento haberla citado tan temprano, dijo con una voz fuerte y profunda. - Buenos días Arima-san, tú sabes que siempre me levanto temprano, me quedó esa costumbre desde que entrenaba casi todas las mañanas. Además puedes llamarme por mi nombre, no sé cuantas veces te he dicho lo mismo. - Discúlpeme es que es mi costumbre Chikane-san, finalizó con una leve sonrisa. - Bueno entonces empecemos la reunión. - No le gustaría pedir antes el desayuno, es mejor así, porque creo que esta reunión será algo extensa por lo que me alcanzó a comentar el día de ayer. - Estoy de acuerdo contigo, entonces llamaré al mesero para que tome nuestras órdenes. El mesero que no estaba muy lejos de la mesa , se apresuro hasta donde estaban los clientes que estaban solicitando su presencia. Después de que les tomó las órdenes se alejo de la mesa. El mesero no se demoró mas allá de 10 minutos en traer el pedido, lo repartió y de nuevo se alejo para atender a las demás personas que se encontraban en Crown. El tema principal de la reunión era afinar los detalles del concierto que estaba programado para el día viernes en la noche, aunque Chikane se había ido de su casa, esto no implicaba que dejaría de lado su carrera, pues las entradas habían sido vendidas sólo en una semana hace ya un mes. El evento se llevaría a cabo en el teatro de la ciudad llamado “Tokyo Opera”. Les faltaba por designar el orden de los temas que iba a interpretar y de quién esta vez la iba acompañar en uno de esos temas, tenía varios candidatos, Chikane los conocía a cada uno, ya había tenido el privilegio de compartir el escenario, pero no estaba aún segura con quien. Gracias a la ayuda de Arima-kun, finalmente decidieron quien sería aquella persona, después de su reunión, su representante lo llamaría para que aceptara la propuesta. Cuando el tema del concierto estaba finalizado, aún quedaba otro, pero no menos importante que éste, uno que afectaría la vida de su pequeño ángel y ella. - Con respecto al otro tema, que has podido averiguar, Arima-san. - Estuve en contacto con un amigo mío que conoce mejor de ese tema, dijo que podía atenderla la próxima semana, si quiere le entrego su número para que acuerden una cita. - Gracias Arima-san, creo que dentro de esta semana lo contacto. - Creo que no tenemos ningún otro tema pendiente, Chikane-san. - Así es creo que es todo, gracias por reunirte conmigo personalmente. - Por usted, no es ningún inconveniente. Nuevamente llamaron al mesero para que les trajera la cuenta, como todo buen caballero, Motoki Arima se encargó de cancelarla.
  • 28. Estando en la entrada se despidieron, a Arima le esperaba un largo día y Chikane quería visitar algunas tiendas para regalarle algo especial a su amada Himeko. ____________________________________________________________ Por fortuna, para Himeko su tarde había pasado un poco más rápida que la mañana, estaba algo aburrida pues no tuvo que salir de ese edificio, ella quería disfrutar de la ciudad especialmente del hermoso día, pero no pudo, sabía que esta semana no iba a salir a tomar fotografías. Y estando en su pequeño escritorio no ayudaba demasiado, lo bueno era que tenía un laptop, en él pudo buscar información de su princesa. - Realmente es muy famosa Chikane-chan. Había leído una gran cantidad de artículos de prensa y revistas, en todos ellos la elogiaban por su desplante en el escenario en su calidad como artista y también por su belleza. También había encontrado artículos de ella cuando era tenista, en su época escolar, éstos también contenía alabanzas hacia ella. Lo bueno de esto es que Himeko no supo del hecho trágico que le sucedió a los 16 años, algo que cambió su vida. - Me hubiese gustado saber todo esto antes, así nos hubiéramos reunido antes, dijo soltando un leve suspiro. No se dio cuenta de que ya era hora de retirarse a su hogar sólo porque vio aproximándose algunos de sus compañeros para despedirse de ella, que supo que finalmente se podía ir a su casa. Raudamente apagó el laptop, ordenó sus cosas tomo su chaqueta y se fue rápidamente hasta el ascensor, para su suerte aún no estaba colmada su capacidad. Nuevamente corrió hasta la parada de autobuses y otra vez la suerte le sonrió el autobús que le servía para llegar hasta su departamento, se estaba aproximando. Lo malo es que se demoraría más de media hora en llegar. __________________________________________________________________ Chikane ya estaba en su departamento, le había sido difícil conseguir el obsequio, no sabía de cual de todas la opciones que el encargado de la tienda le estaba sugiriendo, todas tenía diferentes características y precios. A ella el precio no le importaba sólo quería tener la mejor, lo bueno es que
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  • 30.
  • 31. el encargado sabía de ese tema y le dijo que la que se había llevado era la mejor del mercado. El obsequio estaba sobre la mesa de centro, pero aún no decidía si ir hasta el departamento de su ángel o esperarla. Mientras decidía que hacer se fue a cambiar de ropa. __________________________________________________________________ Al fin había llegado hasta su destino, obviamente, no fue hasta su departamento, sino al de Chikane- chan, otra vez corrió algo inusual en Himeko, odiaba hacer ejercicios, pero por su princesa era capaz de hacer cualquier cosa. Cuando estuvo en frente de la puerta, esperó algunos segundos, para poder regularizar su respiración, cuando lo logró y estaba a punto de tocar la puerta esta se abre. - Himeko!? - Chikane-chan!? No le importó dejar caer el bolso, sólo se abalanzó hasta su Chikane-chan y le dio un beso profundo pero suave. Chikane le respondió rodeándole la cintura y apretándola fuertemente. Después de que rompieron el beso, Chikane le dijo que recogiera su bolso y que la esperara con los ojos cerrados. No estando más allá de la entrada, Himeko se pregunta porque le dijo que mantuviera cerrado los ojos. - Acaso me tiene una sorpresa, pero no debería, ayer estaba en mi departamento con una deliciosa cena, además creo que aún me tiene castigada. Sus pensamientos se esfumaron cuando oyó a la princesa decirle que abriera sus ojos. Cual fue su sorpresa al ver una caja envuelta en papel de regalo adornada con una cinta roja. - Que es esto?! - Pues ábrelo y lo sabrás Con cuidado desato la cinta y rompió el papel que cubría la caja, cuando le fue revelado su contenido, sus ojos amatistas se llenaron de lágrimas de felicidad, Aunque hubiese trabajado durante un año completo no sería capaz de reunir el dinero suficiente para comprarse esa cámara fotográfica.
  • 32. - Te gustó la sorpresa Himeko? - Mucho, era lo que más anhelaba, pero no tenía el suficiente dinero para comprármela. - Me alegro de haber acertado en comprártela, la verdad es que no se nada acerca de cámaras, la experta eres tú. - Pero porque me la regalas, sabes que para nuestro cumpleaños aún faltan unos meses. - Eso lo sé, es por otro motivo. - Que puede ser? - Eso es un secreto, pero lo sabrás pronto. Le dijo mientras pellizcaba una de sus mejillas. Después de mirarla por algún tiempo, Himeko devolvió la cámara fotográfica a su caja, quería agradecerle a Chikane por ese fabuloso regalo. Lo que sucedió fue lo que estuvo pensando Chikane en el momento que le dio el castigo, comprobó que no podía dejar de tocarla y besarla y se prometió que nunca más le iba a imponer ese castigo, que al final, era un cruel castigo para ella. CONTINUARÁ... Capítulo 10: "The Concert" Estaba comenzando un nuevo día en la ciudad de Tokyo, el tiempo era bastante bueno gracias al sol radiante, por las ventanas del departamento de Chikane se asomaba una hermosa luz. Se había despertado gracias a la alarma de su reloj despertador, la hora, las 6:30, porque tan temprano, tenía que ensayar casi todo el día, el motivo, la sorpresa que le iba a dar a su Himeko el día viernes y hablando de ella, volteó su rostro hacia el lado izquierdo y encontró a su hermoso ángel durmiendo plácidamente, ni siquiera había escuchado la alarma, bueno no es su culpa, sabía que habían dormido muy poco, anoche nuevamente pudo sentir las caricias, besos, gemidos y abrazos de su amada. Realmente le hubiese gustado quedarse todo el día con ella, pero ambas tenían obligaciones que cumplir, así después de observar el rostro del Himeko, se levantó para iniciar un nuevo día miércoles. Ya son las 7:00, estaba lista para marcharse, pero no quería despertarla, sabía lo perezosa que era y además le faltaban algunas horas de sueño, así que le dejo una nota en la mesa de centro, volvió al dormitorio para verla por una última vez antes de partir, no sabía como puede lucir tan linda, sólo quería besarla, pero no quería perturbar su sueño, así que optó por darle un leve beso en la frente, cuando lo hizo, Himeko se voltea y pronuncia dulcemente Chikane-chan. Eso es suficiente para recordar durante el día de hoy, pensó. Himeko en un principio se encontró confundida, no sabía donde estaba, sabía que no era su departamento, lo único que recordaba era que anoche había tenido una muy buena noche porque pudo disfrutar nuevamente de la compañía de su amada princesa, pero lo que le extrañaba era que al despertarse no se encontraba a su lado. Quizás está en el baño tomando una ducha, pensó. Entonces Himeko se levanta, pero no escucha el ruido de la ducha, decide ir hasta la cocina pero tampoco está, finalmente decide ir hasta la sala y vio una hoja encima de
  • 33. la mesa, la toma y comienza a leerla. Mí querido ángel: Perdón por no encontrarme contigo, pero el día de hoy tengo cosas realmente importantes que tengo que hacer. Realmente quería ver tus hermosos ojos amatistas mirándome, pero no quise despertarte te veías tan linda durmiendo que no quise perturbar tu sueño. Espero que hayas podido descansar, yo aún estoy cansada, pero realmente feliz. Que tengas un buen día Con amor Chikane. Inmediatamente después de leer la pequeña nota, se ruborizó, claro que había descansado pero no lo suficiente, pero estaba feliz de lo que había sucedido anoche y una vez más en la mente de Himeko se formaron las imágenes de las demostraciones de amor que habían tenido, entonces sacudiendo su cabeza Himeko, decidió volver a la habitación, para su buena suerte aún era temprano lo que le daba tiempo de ir hasta su departamento para cambiarse e ir a su trabajo. Ya estaba lista para partir, y una vez más se reprocho así misma por no haberle pedido el número a su princesa o ella haberle dado el suyo. ______________________________________________________________ En la ciudad las personas ya se dirigían hasta sus trabajos, se sentían los motores de los autos, las diferentes tiendas estaban recién abriendo para recibir a sus clientes, en resumen, otro día estaba comenzando en la metrópolis. En “Tokyo Opera” sólo habían tres personas y se escuchaban las notas musicales, provenientes de dos instrumentos, uno de ellos un hermoso piano de cola, color negro y el otro un violín. La persona que estaba tocando este maravilloso y pequeño instrumento musical era nada más y nada menos que la famosa Misa Kaioh, una mujer refinada, con ojos verdes claros, su cabello de color castaño llegaba hasta la mitad de su espalda, su tez blanca y de estatura mediana, ella provenía de una familia de músicos, aunque era la única de sus hermanos que tocaba el violín. Ella fue la persona escogida para acompañar a Chikane en el concierto. Aunque ambas tenían la misma edad jamás habían tenido la oportunidad de participar en un concierto, sus apretadas agendas jamás se lo permitieron, hasta ahora. - Eso fue increíble, dijo Motoki Arima. - Gracias Arima-san, dijo Misa Kaioh. - Eres muy bueno adulando Motoki-san, dijo Chikane. - Sólo dijo la verdad, aunque es la primera vez que ensayan juntas, su sincronización y
  • 34. ejecución de esta pieza musical ha sido realmente brillante. - Y eso que recién comenzamos con el ensayo, aún nos queda mucho más que practicar y sólo nos queda el día de mañana Motoki-san, dijo Chikane. - Es cierto, el día del concierto está muy cerca, solo espero que mi desempeño no defraude a ud, Miya-sama. - Creo que ya te había dicho que puedes llamarme por mi nombre Misa-san. - Lo siento es la costumbre. - Bueno las dejo solas con su ensayo, recuerden que pueden ocupar las salas hasta las 17:00 hrs., recuerden tomar algún descanso no quiero verlas agotada para el día viernes, y recuerde Chikane-san que tiene que confirmar su reunión con Jin Fukuda, mi amigo. Adiós Kaioh-san, adiós Chikane-san. Nos vemos mañana. - Gracias por recordármelo y nos vemos mañana. Después de que dejo la sala de ensayo, Kaioh-san, también dejo aquella habitación, la razón, es que ambas iban a interpretar un solo ese día. Misa Kaioh lo haría al comienzo de espectáculo y Chikane sería la encargada de cerrar el concierto. Cada una ensayaba con pasión y determinación, cada una tenía motivos para hacerlo, Misa siempre ha admirado a Miya-sama y estaba realmente feliz de poder tocar junto a ella y Chikane quería darle una gran sorpresa a su bello ángel. Tanta es la concentración de ambas que ninguna de las dos se percató que ya era la hora de descansar e ir a almorzar, gracias a que antes de marcharse Motoki-kun le aviso a una de las personas que trabajaba ahí que les recordara a cada una que tenían que tomar un descanso. Él conocía muy bien la concentración de Chikane-san, ella era capaz de ensayar hasta las 17:00 hrs. sin parar, por eso tuvo la precaución de tomar esa medida. Tan pronto como fueron interrumpidas en sus respectivos ensayos, ambas se encontraron en la entrada del edificio para dirigirse a almorzar a un restauran cercano. ______________________________________________________________ Aunque su jefe le había dicho que no tenía que salir del edificio para tomar fotografías durante estos días, Himeko tuvo una oportunidad de salir, aunque ella esperaba que fuera para tomar fotografías en la ciudad, no que tuviera que hacer la labor de junior, pero no le importó, ella quería salir y distraerse un poco, su misión era ir hasta un laboratorio de revelado e ir a buscar un sobre con las fotos para un artículo para la próxima edición de la revista. Generalmente las fotografías son reveladas en la misma revista o por el fotógrafo que las tomó, pero esta vez, su colega las revelo en ese lugar debido a que no contaba con mucho tiempo para revelarlas el mismo y sabía que la habitación de revelado de la revista estos días estaba ocupada así decidió dejarlas ahí. Lo único malo es que se perdería algo de su hora de almuerzo. Después que recogió las fotos, aprovecho la oportunidad de pasear y visitar algunas tiendas,
  • 35. no entró a ningún restauran porque ya había almorzado, pero casi entra en uno cuando vio a alguien muy familiar conversando tranquilamente con ella. Esa persona familiar era su adorada princesa, su primera reacción era ir corriendo y abrazarla, pero después de pensarlo por unos segundos, creyó que no era lo mejor, porque era un lugar muy elegante y pensó que por su forma de vestir no la dejaría entrar, lo segundo es que ya era hora de regresar hasta su trabajo y por último ambas personas se estaban retirando, así que era mejor esperar. Ya se había terminado su hora de descanso cuando ambas decidieron abandonar el lugar, cuando estaban próximas a salir, Chikane detiene abruptamente su andar, había visto a Himeko por una de las ventanas que da hacia la salida, lo más seguro es que la había visto y la estaba esperando, quería salir corriendo, pero no quería que supiera lo que estaba haciendo, que estaba ensayando para el día de viernes y menos explicarle acerca de la persona que estaba con ella, no quería que su sorpresa se estropeara, así que le dijo a Kaioh-san que si por favor podían retirarse por la otra entrada que da hacia la otra calle. Sin pensar mucho en la respuesta y el motivo de dicha petición, ella aceptó a irse por otro lado. Habían pasado 5 minutos y Himeko aún seguía cerca de la entrada, estaba segura que ya tenía que haber salido, pero aún esperaba encontrarse con Chikane, pero ya se le estaba haciendo tarde, decidió dejar ese lugar e ir hasta su trabajo, ya tendría la oportunidad de preguntarle más tarde a su princesa que estaba haciendo en ese lugar y quien era la mujer que la acompañaba. El trayecto hasta el lugar de ensayo fue silencioso, Misa no sabía como preguntarle la razón de porque tuvieron que salir por otro lado y Chikane no quería responder a preguntas sobre su vida privada. Finalmente llegaron hasta la sala principal de ensayo, otra vez iban a practicar juntas. Cuando faltaban pocos minutos para que fueran las 17:00 hrs. detuvieron su ensayo, todo había salido muy bien, sólo quedaban algunos pequeños detalles que tenían que mejorar pero la mayoría había resultado perfecto. Chikane le agradeció por el ensayo y que no le preguntara sobre su extraño comportamiento cuando salieron del restauran. Misa también le agradeció por el ensayo y no hizo ningún comentario de lo sucedido en el restauran. Después de que se despidieron a la entrada del edificio, Chikane fue directo hasta su departamento, quería tomar un largo baño, estaba cansadísima y quería pensar en como le iba a explicar que estaba haciendo almorzando con otra mujer a su ángel. ______________________________________________________________ Himeko ya se encontraba en su habitación, tirada en su cama, aún seguía pensando si de verdad había visto a Chikane en ese restauran, o solo era una visión, ya que en la mañana no tuvo la oportunidad de despedirse, pero imaginándomela conversando con otra mujer, no lo creo, dijo finalmente. No supo como se quedo dormida, pero si sabía que alguien estaba a su lado, no creo que sea un sueño y siguió sumida en un profundo sueño.
  • 36. Claro que no estaba sola, a su lado se encontraba su princesa, su Chikane-chan, la persona que amaba y que había visto esta tarde. Chikane había llegado a la conclusión de no tocar el tema y si Himeko le preguntaba ella le mentiría, no quería arruinar la sorpresa que ha estado preparando ese día y que el día de mañana terminaría de perfeccionar, no le gustaba mentirle pero creyó que era lo mejor. Entonces salió de su departamento en dirección al departamento de Himeko, sabía que ya había llegado del trabajo, pero lo que no sabía era que la encontraría durmiendo, al igual que la mañana no quería interrumpir su sueño, así que se acerco hasta ella muy despacio y coloco su mano en la cintura de ella, como estaba cansada el sueño la venció. Aunque Himeko estaba segura de que era un sueño, decidió abrir lentamente sus ojos, para su sorpresa sintió la mano de Chikane en su cintura y vio ese hermoso rostro muy cerca del suyo, estaba segura de que no era un sueño, quería darle un beso pero se acordó que esta mañana había salido temprano y que de seguro estaba cansada, así que lentamente apartó el brazo de Chikane y lo dejó suavemente sobre el colchón. Cerró la puerta de la habitación y se dirigió a la cocina ya era de cenar. Pasó un poco más de 45 minutos y Himeko ya tenía todo listo, así que nuevamente fue hasta su cuarto y como pensó Chikane aún estaba dormida, para despertarla lo mejor era darle un beso, durante este día no había tenido la oportunidad de hacerlo. Cuando retiro sus labios de los de Chikane, ella se despertó con una sonrisa, diciendo Desearía todos los días despertarme de esta forma - Yo igual dijo Himeko, sonriendo. - Que hora es Himeko. - Ya son las 20:00 hrs. - Tan tarde, juraría que sólo me dormí durante 5 minutos. - Debe ser porque aún estas cansada, además te levantaste tan temprano que no pude verte esta mañana, dijo con tristeza - Pero te deje una nota explicándote el motivo. - Lo sé pero como no estaba en mi casa en un momento me asuste, estaba desorientada y cuando te busque no estabas. - Entonces para compensarte lo de esta mañana que te parece si me quedo. - Esta bien pero tienes que prometerme que no me despertaré de nuevo sola. - Te lo prometo. - Entonces vamos a la cocina y a comer. Pero antes de que Himeko se alejara de Chikane, la tomó del brazo y la tiro a la cama, envolviéndola en sus brazos.
  • 37. - Te extrañé tanto Himeko, le susurró al oído Y antes de que pudiera responder la silencio con un beso apasionado y Himeko le responde con un fuerte abrazo. Después de compartir durante algunos minutos aquella pasión, tuvieron que separarse para tomar algo de aire y claro para ir esta vez a cenar. Durante la cena el incidente del restauran no fue mencionado, Chikane le dijo que estaba atendiendo algunos asuntos de su carrera y Himeko le dijo que había sido otro día aburrido en la revista. Cuando llegó la hora de acostarse, Chikane no tomó su habitual baño, en cambio Himeko lo hizo, estaba tan cansada cuando llego de trabajar que ahora tomaría el suyo. Transcurrido algunos minutos Himeko aparece en la habitación lista para dormir, mientras estaba dándose su baño se acuerda del incidente de restauran y decide preguntarle a Chikane. - Ne, Chikane-chan - Que ocurre Himeko? - Es que quería preguntarte que hiciste a la hora de almuerzo. - A la hora de almuerzo?. - Si quería saber con quien estabas a la hora de almuerzo, acompañada por alguien que no había visto antes, en un restauran del centro. - Estás segura Himeko que me viste en la tarde. - Bueno 100% segura no, pero si te vi. - No creo que haya sido yo. - Porque?, no creo estar tan loca para imaginarte a ti junto a otra persona. - Para que sepas, almorcé con mi representante. - Acaso tu representante es esa mujer, la interrumpió. - No te equivocas además me falto decirte que no almorcé en el centro sino en su casa. Mintió Chikane. - En serio? - Si porque, crees que te estoy mintiendo. - NO! Pero ahora que lo dices me quede esperando a la salida y no te vi salir. - Ves, te confundiste. - Eso creo, pero todavía no entiendo porque creí verte a ti con otra persona. Chikane, se fijo que Himeko lo que mas quería saber era acerca de la persona que la acompañaba. Puede Himeko sentir celos, no lo creo además ese tipo de sentimiento no van acorde con su personalidad, pensó. Para asegurarse se lo pregunto directamente. - Contéstame una pregunta Himeko.
  • 38. - Si. - Estás celosa. - Ah, celosa yo?! No por ningún motivo. Cuando le contesto su tono de voz no era el mismo, su tono demostraba nerviosismo, Chikane estaba segura que no le había dicho la verdad, pero en vez de molestarse solo se rió ya que ella le había mentido a pesar de ser por una buena razón. - No me crees, Chikane-chan. - Claro que te creo, tú no eres del tipo de persona que pueda albergar ese tipo de pensamientos. Cuando termino de hablar Himeko ya se encontraba entre sus brazos, era tan agradable su aroma que por unos momentos dejo descansar su mejilla derecha encima de la cabeza de su ángel y cerró sus ojos, Himeko le devolvió el abrazo y sintió su calidez. Pasados algunos minutos deshicieron el abrazo, solo para acomodar sus cabezas en la almohada, luego se volvieron a abrazar y se quedaron dormidas. El día jueves no fue muy diferente al día anterior, Himeko se fue hasta su trabajo y Chikane se fue a ensayar, claro que hoy se fue mas tarde y cumplió la promesa de quedarse hasta que su adorado ángel despertó. El ensayo había sido perfecto, todo estaba listo para el día de mañana, el orden de las obras que iban a interpretar, las luces, su vestuario, todo. Solo tenía que esperar a que llegara el día de mañana. Esta vez se fue directo hasta su departamento, el día había sido agotador y mañana quería tener toda su energía para que el espectáculo fuera brillante, aunque había tocado en muchas oportunidades esta vez era distinto, ni siquiera en el concurso del año anterior donde ganó el galardón en su categoría, había estado tan ansiosa y nerviosa antes de un concierto. Lo bueno fue que le dijo a Himeko que no podía quedarse en su departamento ya que tenía que madrugar nuevamente, aunque Himeko le había insistido en que no importaba despertarse una vez más sola, Chikane termino por convencerla. - Solo espero que todo salga como lo he planeado, dijo antes de dormir. _____________________________________________________________ Himeko el día de hoy se retiro temprano de la revista, tenía que asistir al evento que le habían avisado a principios de semana.
  • 39. - Al fin llegó el día, después de esto podré ir a tomar fotografías a la ciudad o a donde me diga el jefe. Espero no aburrirme en el concierto, finalizó su pensamiento antes de ingresar a tomar un baño. En 45 minutos Himeko está lista para encontrarse con su compañero Aoba-kun, el jefe les había dicho que era mejor que llegarán juntos, ya que Himeko es la primera vez que asistía a este tipo de espectáculo y debido a la gran cantidad de gente que iba a acudir a dicho lugar era mejor que fuese acompañada. Mamoru Aoba la estaba esperando a la salida del departamento en un taxi, estaba vestido con un traje negro y su solapa era adornada por una rosa roja. Himeko bajo despacio las escaleras, no quería arruinar su vestido, lo bueno es que la cámara que le regalo Chikane cabía perfectamente en la cartera y que prácticamente no se notaba que la llevaba. Iba con un vestido rojo sin tirantes, que le llegaba hasta los tobillos, sus zapatos eran de color un poco más oscuro que su vestido, en su cuello una cinta roja adornada con una rosa y para finalizar una chaqueta blanca. Su pelo iba suelto, solo dos pequeñas horquillas lo adornaban. Cuando Aoba-kun, la vio no podía creer lo hermosa que se veía, pero sabía que ella se había arreglado para ver a su pareja, pero lo que él no sabía que Himeko jamás se enteró a quien iba a ver esta noche. _______________________________________________________________ Chikane estaba más nerviosa de lo habitual, se imagino que iba a estar nerviosa pero no a ese extremo, para su suerte estaba acompañada de Motoki que gracias a su conversación la hizo relajarse un poco. El motivo de su nerviosismo era que le había pedido a su representante que ubicara a Himeko en la primera fila, ella sabía que la prensa tenía sus asientos en la platea, muy lejos como para verla. Además le pidió que le avisara cuando llegara. ____________________________________________________________ Himeko no entendía porque iba a estar en ese lugar, no tenía ningún motivo, le dijo al acomodador que estaba equivocado, pero él al preguntarle por tercera vez si su nombre es Kurusugawa Himeko, ella una vez más asintió, así que decidió acompañarlo hasta la primera fila exactamente en el centro de ella. Mamoru solo se rió entre dientes por la insistencia de su compañera en pensar que el acomodador esta equivocado, realmente no tiene idea de la razón, que bueno que no le mencione nada de la persona que iba a tocar esta noche, sino que me hubiese hecho Miya- sama, por algo lo mantuvo en secreto pensó. El espectáculo estaba por comenzar las luces del “Tokyo Opera” se habían apagado, solo las luces laterales alumbraban a los espectadores, muy lentamente el telón iba subiendo para
  • 40. mostrar en el escenario un piano de cola en el medio y a una bella mujer delante de él. Ella iba acompañada de su violín. Un hombre estaba al costado del escenario para darle la bienvenida al público y presentar al músico. Dijo que ella tocaría un solo y después el otro músico se uniría a ella. Y así fue como comenzó a sonar la bella melodía del violín, Himeko cuando vio a Misa Kaioh le encontró algo familiar, que ya la había visto antes pero no se acordaba donde, dejo de pensar en eso y solo se entregó a la bella melodía que provenía de aquel instrumento. Antes de terminar con la interpretación Himeko se acordó que estaba ahí por motivos de trabajo así que le sacó un par de fotos, sin flash para no molestarla y no molestar a las personas que se encontraban disfrutando del espectáculo. Agradeció una vez más de tener esa fabulosa cámara, tenía un modo en que se podían tomar fotos con poca luz y su calidad no sería diferente a tomarlas con flash. Cuando termino con su interpretación el anunciador comenzó a dar una pequeña biografía de la persona que se uniría a la señorita Misa Kaioh en este espectáculo, nombró algunos galardones que había ganado y alabó la manera de tocar el piano. - Les dejo con uds. a la señorita Himemiya Chikane. Finalizó Himeko cuando escucho el nombre de su princesa casi da un grito descomunal, para su fortuna su mano derecha fue más rápida que su boca. No podía creer que al evento que tenía que asistir por motivos de trabajo era para ver a su Chikane-chan tocando el piano. No podía creer como nunca se enteró ni tampoco porque no le había dicho nada. Eso no importaba esta ahí, frente a ella, con un vestido negro que realzaba su belleza. Chikane mostraba una pequeña sonrisa al ver el rostro confundido de Himeko, su plan había resultado, Himeko estaba donde ella quería que estuviese y sobre todo que no supiera que ella iba a tocar. Después de unos minutos Himeko se calmo, solo un poco su Chikane se veía tan hermosa que sus mejillas se tornaron rojas y no podía apartar la vista de ella, se tranquilizó un poco más cuando ambas comenzaron tocar. Aunque a Himeko el tipo de música no era uno de sus favoritos no pudo dejar de escuchar atentamente a esa melodía tan hermosa que emergía de ambos instrumentos, tampoco a la manera de tocar de su princesa, se veía tan hermosa que por unos minutos ni parpadeo. Casi a los 15 minutos de que comenzó a tocar, Himeko se acordó que tenía que tomarle fotografías, gracias a la cámara pudo hacer un zoom y ver el hermoso rostro que tenía Chikane en ese momento, gracias a las luces pudo ver más en detalle de los movimientos que hacía cuando estaba tocando, realmente hermosa. Pasó un poco más de hora y media y el concierto estaba por finalizar, cuando ambas terminaron de interpretar su último tema. Cuando una vez más el anunciador se encontraba a un costado para decirle a los espectadores que faltaba el solo de Miya-sama y que tenía una sorpresa para ellos, mientras una persona colocaba un micrófono cerca del rostro de Chikane. - Tengo el placer de anunciarle que esta noche, Miya-sama no sólo tocara el piano sino que por primera vez cantara y no solo eso interpretara un tema creado por ella.
  • 41. No sabía que Chikane-chan cantara, pensó Himeko. Todo estaba listo, las luces estaban concentradas en el piano, ya se había retirado del escenario Misa Kaioh en medio de aplausos y el anunciador había terminado de presentarla, Chikane hace uso del micrófono para decir lo siguiente. - Muy buenas noches, espero que hayan disfrutado de nuestra música junto a Misa-san y como escucharon esta noche será la primera vez que toque el piano y cante, el motivo es que al fin encontré el motivo para que vivir, encontré aquella nota faltante en mi partitura, al fin encontré a una persona a quien entregarle mi corazón, al fin encontré mi felicidad. Espero que disfruten mi interpretación. Himeko se quedó congelada en su asiento esas palabras era lo más hermoso que había escuchado, solo quería salir de su asiento para abrazarla y besarla, pero sabía muy bien que tenía que mantenerse en su lugar y escuchar la canción. Mientras se calmaba escuchó un pequeño murmullo, solo alcanzo a entender un par de palabras, quien sería el hombre capaz de conquistar el corazón de la princesa de hielo, Himeko sólo curvó un poco sus labios, cuán equivocados estaban todos ellos. Se acomodo para oír a su Chikane cantar. (N/A: Lo próximo que leerán será la canción que escribí para este capítulo, es la primera vez que escribo una, quería que a través de esta canción Chikane expresara todo el amor que tiene para Himeko, hago esta nota para que cuando lean la letra lo hagan mientras escuchen el tema Chikane no theme en su versión piano que está en el OST de la serie, es muy bonito, sino saben cual es, es el tema de fondo que sale en el capitulo 6 "Tú , que eres el Sol" mientras Chikane, Himeko y Souma estan en el techo del edificio hasta que recuerda cuando estaban buscando el lugar donde vive el cachorro y este juega en el charco de lodo, por último decir es que no creo que la duración del tema este acorde con la letra, bueno no soy músico pero hagan el intento de hacer lo que les dije, yo no lo he comprobado. Sin más que decirle les dejo leer) “Nuestra promesa” Nos conocimos cuando aún éramos estudiantes todavía recuerdo bien donde te vi la primera vez fue un encuentro destinado o solo una casualidad desde que nuestras miradas se encontraron no pude dejar de pensar en ti. Pero sabía que este sentimiento era incorrecto que no podía convertirse en realidad pero aún así quería estar contigo
  • 42. y cada día encontraba un momento para estar a tu lado Pero tú pensabas en otra persona esa persona que te llevaba de mi lado aunque yo me conformaba con tu felicidad quería que esa felicidad fuera conmigo Y llegó el día de la ardua batalla luche contra mi propio sentimiento pero sabía que no podía ganar que todo acabaría pronto Me encontraba en la más absoluta oscuridad lágrimas fluían con dolor pero tu rostro lo veía con claridad y pensaba en nuestro adiós con amor Ansiaba escapar de mi destino, de nuestro destino un cruel destino de amor y de despedidas terminar con aquel maldito sacrificio y encontrarnos en aquel íntimo lugar Y mi deseo se hizo realidad al fin me escape de ese maldito lugar nos reencontramos en medio de la ciudad y al fin te pude volver a abrazar Al fin estamos libres para amarnos al fin nos hemos liberado de las cadenas del destino porque al fin viviremos en plenitud, sólo tu y yo porque siempre seré la luna que te alumbra en la oscuridad y tú serás el sol que brille con amabilidad no lo crees así mi amor, mi Hi no Miko Himeko no supo en que momento comenzaron a deslizarse por sus mejillas, las lágrimas, no
  • 43. podía creer lo que Chikane había cantado era su historia un historia de amor pero también de sufrimiento, con la canción un montón de imágenes se recreaban en su mente, y un dolor en su pecho apareció justo donde estaba su cicatriz. Solo porque la había cantado unas veces antes, Chikane no lloró, pero que cada vez que la interpretó un dolor aparecía en su espalda, donde estaba la marca en forma de luna. Cuando se recupero su mirada fue para su amado ángel dorado, vio que estaba llorando, lo único era en ese momento era estar a su lado para reconfortarla, pero si lo hacía de seguro que ya no iba a tener tranquilidad, todo el mundo querría saber quien era esa mujer que había conquistado su corazón y eso era lo último que quería que perturbaran su felicidad que habían logrado al fin. Ninguna se percató de la gran cantidad de aplausos que sonaban en ese momento, a Chikane solo le importaba que todo había salido perfecto y que su amada había estado allí para escuchar su canción. Ahora lo más importante era dar las gracias a las personas por haber asistido y acudir a la reunión con la prensa, sabía que le preguntarían quien era la persona que amaba, bueno más bien a la mujer que amaba, eso quedo claro con las últimas palabras de la canción. Así que una vez más agarró el micrófono y les dio las gracias por la asistencia al concierto y por los aplausos que había recibido. ____________________________________________________________ Solas en el departamento de Chikane, Himeko aún no podía creer que había asistido a un concierto de Chikane que al fin pudo verla tocar el piano nuevamente, pero sobre lo que más pensaba era en aquella canción, esa canción que le trajo una inmensa felicidad pero también dolor, un dolor que no había experimentado desde su vida pasada. Chikane al notar que una vez más Himeko estaba llorando, coloco sus manos en las mejillas de su amor y movió su rostro para que la mirara. - Perdóname Himeko no quería que lloraras por mi culpa. - No tienes porque pedirme perdón, si lo que sucedió el día de hoy es lo mejor que me ha pasado en la vida. Es sólo que cuando terminaste de cantar sentí una gran tristeza y sentí un gran dolor en la cicatriz en mi pecho. - Y yo que pensé que ibas a estar feliz por la canción, dijo con un tono de burla. - Claro que estaba feliz, que estoy feliz, por la magnifica canción que creaste y sobre todo por las palabras que dijiste antes de cantar. - Lo sé Himeko, solo te estoy molestando, quieres que te cuente un secreto. - Secreto?! - Si, un secreto, a mi también me dolió espalda justo donde tengo la marca en forma de luna cada vez que practicaba la canción. - En serio.
  • 44. - Si incluso hoy cuando la canté en el concierto, y todas las veces pensaba porqué, pero ninguna vez llegue a una conclusión. - Es raro entonces, a lo mejor aún estamos atadas a ese maldito destino, que no somos libres. - No digas eso Himeko, nunca más. Dijo desesperadamente Chikane. - Bueno. Susurró - Lo siento, es que no quiero pensar en que sacrificaremos nuestro amor para salvar el destino del mundo. - Tienes razón además ya no tenemos 16 años, dijo riéndose Himeko. - Tienes toda la razón. Himeko quieres saber otro secreto. - Otro? - Si otro, la verdad es que el otro día te mentí cuando te dije que había almorzado con mi representante. - QUE?!, por que lo hiciste? - La verdad es que ese día almorcé con Misa Kaioh la violinista que viste hoy. - Sabía que la había visto en alguna parte, cuando ella estaba en el escenario, pero no podía recordar donde, pero porque me mentiste. - Porque no quería arruinar la sorpresa, sabía que si me encontraba contigo ibas a preguntar quien era ella y que hacia almorzando conmigo, no quería que ella estuviese involucrada en mi mentira así que opté por salir por la otra entrada del local. - Ah, bueno si es así, entonces esta bien. Quieres saber un secreto. - También tienes secretos Himeko? Dijo en tono burlón. - Si solo uno, cuando me preguntaste si estaba celosa, la verdad era que si lo estaba, no puedo imaginarte que estés con otra persona. Dijo sonrojándose. - Pero Himeko yo sería incapaz de hacer tal cosa. Además me parece extraño que estés celosa eso es algo nuevo. - Bueno para mí también lo es. Y así sin más palabras ambas se dieron un fuerte abrazo y compartieron algunos besos antes de dormirse, ambas estaban agotadas con la emoción de hace algunas horas. CONTINUARÁ… Capítulo 11: “Nuestro Hogar” Ya se había cumplido una semana desde que Himeko y Chikane se encontraron en la intersección de la calle, una semana desde que volvieron sus recuerdos de una vida pasada llena de amor, sacrificio y una angustiante despedida, pero con una promesa, una promesa que era difícil de que se cumpliera alguna vez, esa promesa se había vuelto realidad y que mejor forma de celebrar todo ese tiempo juntas que el concierto que Chikane tenía programado hace meses, pero que en sólo una semana pudo crear esa magnifica canción, una canción que relata la historia de sus vidas anteriores y del dulce reencuentro que tuvieron. Ahora un nuevo día estaba por empezar, un día para seguir demostrando todo ese infinito amor que se tenían, ese amor que fue capaz de atravesar las leyes del tiempo y ese mismo
  • 45. amor que jamás olvidarían de nuevo. Himeko fue la primera en abrir sus ojos, no gracias a un reloj despertador, este sonido es lo mejor que ha escuchado, eran los latidos del corazón de su hermosa y elegante princesa acompañado de su exquisito aroma. Muy lentamente fue acercando su rostro al cuello de su único amor, sus labios hicieron contacto con esa piel blanca y delicada y porque no decirlo deliciosa, primero le dio pequeños besos luego fue más atrevida hizo su camino hasta el oído de Chikane con su lengua, Chikane aún no despertaba pero si se movió un poco y murmuro algo incomprensible para los oídos de Himeko, eso no la detuvo, luego sus labios fueron besando la frente, los parpados, mejillas, la punta de su nariz hasta que fue el turno de labios, pero antes de dar el beso de buenos días, se quedo mirando el apacible rostro de su princesa, aún no entendía como habían logrado reencontrarse, cómo fue que se dieron las cosas para ese reencuentro, si ella vivía en otra ciudad y su amor era una persona adinerada que jamás viviría cerca de ella, pero al volver a mirarla, sus pensamientos desaparecieron, sólo acercó sus labios para darle el tan anhelado beso. Como siempre había sucedido, ese beso en un principio era solo un toque de ambos labios, pero a medida que el tiempo transcurría se volvía más profundo, esta vez no fue la excepción. Chikane de a poco fue abriendo sus ojos y su boca, sentía una calidez en ellos, sólo esperaba que no fuese un sueño, lo bueno es que estaba en lo incorrecto, cuando vio el rostro de la persona que le había entregado su corazón, volvió a cerrarlos para sentir mejor la sensación de esos dulces labios, abrió su boca y fue ella la que empezó con un baile sensual de ambas lenguas, a medida que el tiempo transcurrió, desde ambos labios salieron pequeños gemidos, hasta que ambas tuvieron la necesidad de separarse, sólo para recuperar el aliento. - Sigo insistiendo que todos los días de mi vida deseo despertarme así, dijo con una voz extremadamente seductora Chikane. - Yo también deseo lo mismo Chikane-chan, dijo sonriendo el ángel dorado. - Dime Himeko, que haremos el día de hoy, quieres hacer algo especial, quieres que te lleve a algún lugar? - Mmm, creo que me gustaría holgazanear todo este día, quiero estar todo el día en cama. Para la suerte de Himeko el día de hoy, había amanecido nublado, así que no iban a sentir calor en ese dormitorio, era un día ideal para quedarse en la cama y que mejor con esa compañía. - Como eres perezosa mi dulce Himeko. - No es de perezosa es que viendo como está el día no tengo ganas de levantarme además, aún estoy cansada debido a la emoción del día de ayer. - Bueno si así lo deseas, nos quedaremos en cama. Tan pronto como termino de hablar, Himeko abrazó fuertemente a su amada, dicho abrazo fue correspondido inmediatamente y fue acompañado de un lujurioso beso. Varios minutos han pasado, ya eran aproximadamente las 10:00 de la mañana, ambas necesitan despegarse nuevamente para tomar aire y también para alimentarse.