El documento discute el body art como una vertiente del arte contemporáneo que cuestiona las categorías tradicionales del arte como la pintura y la escultura. Surge en la década de 1960 en oposición a un mercado internacionalizado y técnico, representando a nuevos actores sociales. Enfatiza la subjetividad romántica y el acto creativo del artista. Algunos artistas europeos como Rebecca Horn y Gina Pane adoptaron un enfoque sadomasoquista en sus obras.