Este documento habla sobre el tercer domingo de Adviento. Enciende la vela rosada para celebrar la alegría de haber recibido la Buena Nueva de la llegada de Jesús. Sin embargo, también menciona formas en que podemos ser ciegos, sordos o paralíticos espiritualmente al no escuchar, ver o ayudar a otros. Pide a Jesús que nos abra los ojos y oídos para ayudar a nuestros hermanos y levantarnos para servir a quienes nos rodean a pesar del cansancio.