PIAR v 015. 2024 Plan Individual de ajustes razonables
El cid gh23
1.
2. El Cantar de mio Cid es un cantar de
gesta anónimo que relata hazañas heroicas
inspiradas libremente en los últimos años de la
vida del caballero castellano Rodrigo Díaz el
Campeador. Se trata de la primera
obra narrativa extensa de la literatura
española en una lengua romance, y destaca por
el alto valor literario de su estilo. Está compuesto
alrededor del año 1200.1
El Cantar de mio Cid es el único cantar épico de
la literatura española conservado casi completo.
4. Capítulo 1: INFANCIA DE EL CID
• Hace muchísimos años, vivió en España un gran
guerrero que se llamaba Rodrigo Díaz de Vivar, pero
todo el mundo le conoce hoy como el Cid Campeador.
En aquella época, los distintos reinos que componían
España estaban siempre haciéndose la guerra para
aumentar su extensión. Había reinos cristianos y
reinos moros, pero por encima de todos ellos mandaba
el Rey de Castilla y León, Fernando I.
• El padre del Cid era un noble hidalgo que murió en
combate al servicio de su señor. El Cid se quedó
huérfano cuando apenas tenía siete años. Entonces un
tío suyo dispuso que se educara en la corte.
• En aquella época no había coches, ni trenes, ni
aviones, los viajes se hacían caminando, o a burro o a
caballo. Tampoco había televisión ni radio, ni
periódicos ni cines. La gente se enteraba de lo que
ocurría gracias a las personas que viajaban de un sitio
a otro, como los peregrinos, comerciantes, artistas de
feria y, claro está, los juglares. Los juglares iban de
pueblo en pueblo cantando versos que componían sobre
los héroes de entonces y sobre sus proezas. Gracias a
los juglares, la historia del Cid ha llegado hasta
nosotros.
5. Capítulo 2: EN LA CORTE DEL REY
• El Cid pasó su infancia en el
castillo del rey Fernando I. Entre
los niños con quienes se estaba
educando estaban los hijos del Rey:
Sancho, Alfonso, García. Él se
hizo amigo de Sancho, que era el
mayor. Aprendieron al mismo
tiempo el manejo de las armas y
eran más aventajados que los
demás niños.
• Al cumplir los 15 años tenían
derecho a elegir un caballo, el Cid
eligió a uno flaco, llamado Babieca,
que conservó toda su vida.
6. Capítulo 3: EL CAMPEÓN DE CASTILLA
• Se convocó un gran torneo.
Jinetes de todo el reino acudían
a competir por el título de
campeón, que el rey concedía a
aquél que superara todas las
pruebas. Todos ellos eran
grandes guerreros. El Cid
también acudió, aunque nadie le
tomaba en serio.
• El Cid montado en Babieca
derribó a todos los jinetes que
lucharon contra él. El campeón
de Castilla era el joven Cid
campeador.
•
7. Capítulo 4: MUERTE DEL REY FERNANDO I
• Al morir el rey Fernando I repartió
sus reinos entre sus hijos, cosa que
no gustó nada a Sancho porque,
durante siglos se había establecido
que nunca fuese repartido el reino de
España. Sancho se convertiría en el
nuevo rey de Castilla, y nombró al
Cid su lugarteniente.
• El rey Sancho, no conforme con el
reparto, quería unificar los reinos
españoles, por lo que tuvo que luchar
contra su hermano Alfonso.
• Un día, un caballero atravesó con una
espada el pecho de Sancho, que murió.
8. Capítulo 5:
EL JURAMENTO DE SANTA GADEA
• Aunque casi todos los castellanos sospechaban
que Alfonso había tomado parte en la muerte de
su hermano, nadie se atrevía a decírselo. Así,
cuando todos los caballeros fueron a jurar
fidelidad a Alfonso, el Cid antes de convertirse
en vasallo suyo pidió al rey que jurara sobre
los evangelios que no había tomado parte en la
muerte de su hermano. Alfonso juró que era
inocente.
• Al poco tiempo el Cid se casó con una joven
biznieta de reyes, Jimena. Toda la nobleza
asistió a la boda.
• Con el paso del tiempo, Alfonso VI fue
reconquistando los territorios que poseían
reyes moros. Estos, para vivir en paz, pagaban
tributos al rey. El rey con sus hombres
consiguió reconquistar muchas de estas tierras.
9. Capítulo 6: EL DESTIERRO DEL CID
• Pasaron algunos años, Rodrigo
destacaba y se daba a conocer
como un gran guerrero, mientras
que los favoritos de rey, a los que
el Cid había derrotado en otros
tiempos, iban tejiendo
acusaciones contra él. Hasta que
el rey llegó a creer que el Cid no
le era fiel, entonces le desterró.
Tenía que salir del reino de
Castilla.
• El Cid partió con sus hombres al
exilio mientras su mujer y sus
hijos se quedaban en el reino.
10. Capítulo 7: EXILIO DEL CID
• En su destierro fue ayudando a reyes amigos en
su lucha contra los moros, conquistando muchas
tierras. Sus aventuras corrían de boca en boca
gracias a los juglares, siendo el más fuerte y
poderoso de los guerreros. Todo el mundo le
llamaba Cid Campeador que significa en lengua
de los moros, “Señor de las batallas”.
• Los reyes árabes del sur de España estaban
cansados de pagar impuestos al rey Alfonso.
Pidieron ayuda a un gran caudillo árabe que
contaba con un ejército poderoso, se llamaba Ben
Yusuf.
• Después de muchas batallas, los moros
comenzaron a ocupar las tierras que antes habían
conquistado los cristianos. Ningún rey moro
pagaba ya tributos al rey de Castilla. Ben Yusuf
regresó a África.
11. Capítulo 8: FIN DEL DESTIERRO
• Alfonso se encontraba en una
situación complicada, se dio
cuenta de que necesitaba al Cid
y sus hombres para combatir
contra los moros.
• Al Cid y a su ejército no les
había ido mal durante el
destierro. Habían vencido en
muchos combates, habían
conquistado muchos territorios,
eran ricos. Sin embargo, todos
deseaban volver a reunirse con
sus familiares y amigos en
Castilla. Por lo que regresaron
para ponerse al servicio del rey.
12. Capítulo 9: LA ÚLTIMA BATALLA
• Pasaron los años, el Cid vivía en Valencia, ciudad que
gobernaba.
• Mientras el rey Alfonso sometía otra vez a los moros
andaluces. Estos volvieron a pedir ayuda a Ben Yusuf.
El caudillo árabe se dirigió a Valencia y la sitió.
• Quiso la mala suerte que una flecha alcanzara al Cid
una mañana, cuando se asomaba entre las almenas a
estudiar los movimientos del enemigo. El Cid calló
herido de muerte.
• Toda la noche sonaron los tambores moros. En el
interior de las murallas se preguntaba qué podían hacer
sin su señor.
• Cuando amaneció se abrieron las puertas de Valencia y
por ellas salieron al galope todos los caballeros que
había en la ciudad, con el Cid a la cabeza, pues sus
hombres le habían vestido, ceñido sus armas, y montado
el su Babieca.
• Los moros, viendo al Cid montado en Babieca, no
salían de su sorpresa. El pánico cundió entre ellos, que
huyeron.
• Así fue como el Cid Campeador había ganado su última
batalla.
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