1. QUISTE DENTÍGERO. REVISION BIBLIOGRAFICA Y PRESENTACION DE UN CASO
HOME > EDICIONES > VOLUMEN 38 Nº 2 / 2000 >
Recibido: 22/111999
Aceptado para publicación: 02/02/2000
TAMI-MAURY, I * Profesora de la Cátedra de Clínica Estomatológica.
Servicio de Clínica Estomatológica. Facultad de Odontología-UCV.
LOPEZ, T. Residente del 2do. año de la Maestría de Medicina
Estomatológica. Facultad de Odontología-UCV.
MOUSTARIH, Y. Estudiante del 5to. año de Pregrado. Facultad de
Odontología-UCV.
MORETTA, N. Estudiante del 5to. año de Pregrado. Facultad de
Odontología-UCV.
MONTILLA, G. Profesor de la Cátedra de Cirugía Estomatológica. Servicio
de Cirugía Estomatológica. Facultad de Odontología-UCV.
RIVERA, H. Patólogo Bucal. Laboratorio de Histopatología Bucal "Dr. Pedro
Tinoco". Instituto de Investigación Odontológica "Raúl Vicentelli". Facultad
de Odontología-UCV.
* Dirección: Cátedra de Clínica Estomatológica. Facultad de Odontología.
Universidad Central de Venezuela. Telf: 605-37-78
RESUMEN
El Quiste Dentígero es el segundo quiste odontogénico más común. Generalmente
está asociado con la corona de un diente normal impactado, usualmente con los
terceros molares inferiores y caninos superiores. Frecuentemente se observa en
pacientes del sexo masculino entre los 20 y 40 años de edad. Se presenta un caso
clínico de un paciente de sexo masculino, de 53 años de edad. Se realizaron los
respectivos estudios clínicos radiográficos e histopatológico. Clínicamente se
observó una tumefacción no dolorosa relacionada con el canino inferior izquierdo
impactado. Radiográficamente presentó un área radiolúcida multilocular de
aproximadamente 7x3 centímetros de diámetro en la zona mencionada,
preservando la cortical ósea. Se realizó la biopsia incisional. El diagnóstico
histopatológico se correlacionó con los hallazgos clínicos y radiográficos, lo cual
reveló un Quiste dentígero. Luego del diagnóstico final, la remoción quirúrgica del
quiste fue llevada a cabo bajo anestesia local.
Palabras Clave. Quiste dentígero, quiste folicular, quiste odontogénico.
ABSTRACT
Dentigerous cyst is the second most common odontogenic cyst. It is generally
associated to a normal crown tooth usually impacted lower third molars and upper
canine. It is frequently observed in male patients between 20 and 40 year-old. A
clinical case of a 53 year-old male patient is presented. Clinical, radiological and
histopathological studies were done. Clinically, a painless tumefaction involving the
impacted mandibular left canine was noted. Radiological examination revealed a
multilocular radiolucent area (7x3 centimeters in diameter), in the above
2. mentioned location with preservation of cortical bone. Incisional biopsy was
performed. The histopathological diagnosis correlated with the clinico-radiological
findings disclosured a Dentigerous cyst. After final diagnosis of the leson, surgical
removal of the cyst was carried out under local anesthesia.
Key Words:Dentigerous cyst, follicular cyst, odontogenic cyst.
INTRODUCCIÓN
Los Quistes Dentígeros (QD), también llamados quistes foliculares, son quistes
odontogénicos de malformación y origen epitelial, según la clasificación de los
tumores realizada por la Organización Mundial de la Salud - OMS (Graydon, 1996).
El QD es el más común después del quiste radicular. Siempre está asociado con la
corona de un diente en desarrollo, no erupcionado o incluído (permanente o
primario). En el caso clínico que se presenta en este artículo, el QD esta asociado a
un canino inferior.
ETIOPATOGENIA
Existen hasta la actualidad varias teorías que tratan de explicar el origen de los QD,
aunque no se logre una comprensión completa y uniforme en cuanto a su
mecanismo de producción. Aún cuando estas teorías no fueron propuestas
recientemente, en la actualidad mantienen su vigencia y son consideradas las de
mayor importancia.
La teoría más conocida según Malassez entre 1885-1887, plantea que el QD se
origina después que la corona del diente se ha formado por completo, mediante la
acumulación de líquido entre el epitelio reducido del órgano del esmalte y la corona
del diente subyacente ya formado. Mientras que Gillette y Weihmann en 1958 y
Bloch-Jorgensen en 1928, hablaron sobre el origen extrafolicular del QD, el cual
sugiere que se origina de quistes periapicales en dientes primarios que van
creciendo y englobando al germen del diente permanente. Aún cuando estas
sugerencias son posibilidades teóricas, no existe suficiente evidencia para
soportarlas. Una tercera teoría propuesta en 1941 por Thoma sugiere que algunos
QD pueden comenzar su formación por degeneración del retículo estrellado durante
la aposición del esmalte (Killey y cols., 1979).
Por otra parte, Al-Talabani y Smith en 1980, realizaron un estudio de QD
experimentales e hipoplasia de esmalte, su importancia y significación con la
patogénesis. Las observaciones en este estudio sugirieron la posibilidad de
existencia de dos tipos de QD; quizás con causas diferentes y de aparición en
distintas etapas del desarrollo dentario. En este trabajo se concluyó que, unos
podrían comenzar en una etapa temprana del desarrollo y es comúnmente asociada
con hipoplasia de esmalte; estos quistes comienzan con degeneración del retículo
estrellado del órgano del esmalte. El otro tipo comenzaría a desarrollarse después
de que la corona se ha formado totalmente y se origina por la separación de las
células dentro del órgano del esmalte, debido a la acumulación de fluídos; la
hipoplasia del esmalte, en este caso, no es una característica significativa.
EPIDEMIOLOGÍA
El QD casi siempre está asociado con la corona de un diente permanente normal,
retenido, no erupcionado, rara vez en primarios. Se presenta más comunmente en
pacientes de sexo masculino, en la segunda y tercera décadas de la vida, en un 70
a 75 % en el maxilar inferior. Aparece, según orden de frecuencia, asociado a los
3. terceros molares inferiores, seguido por los caninos superiores. Cabe resaltar que
en el caso clínico que se presenta en este artículo, el QD está asociado al canino
inferior, cuya incidencia es muy baja (2,56%) (Morales y cols., 1994).
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
Los síntomas en el QD son escasos y rara vez alcanza grandes proporciones,
cuando esto sucede se detecta clínicamente, ya que produce expansión ósea y
asimetría facial, debido a la excesiva presión interna de la lesión, lo que predispone
a la producción de fracturas patológicas por erosión del hueso cortical, sin
embargo, en la mayoría de los casos es detectado como un hallazgo radiográfico
(Regezi y Sciubba, 1995).
También debemos estar atentos en observar si hay pérdida de los dientes, intensa
reabsorción radicular de los dientes adyacentes y dolor, los cuales son secuelas del
contínuo agrandamiento del quiste. Por otra parte, es potencialmente capaz de
convertirse en una lesión agresiva (Shafer y cols., 1986).
CARACTERÍSTICAS RADIOGRÁFICAS
El examen radiográfico del maxilar que está afectado por un QD revelará una lesión
radiolúcida bien definida, con cortical, alrededor de la corona de un diente no
erupcionado. Las lesiones pequeñas de menos de 2,0 cm de diámetro son
"uniloculares". Sin embargo, si no son detectadas tempranamente, la lesión puede
crecer y se vuelve un quiste dentígero "grande y multilocular", lo que hace posible
la confusión con otras lesiones más agresivas, como por ejemplo el ameloblastoma
(School of Dentistry. U. S. C., 1997).
A veces se observa una radiolucidez pericoronaria incipiente que confunde entre un
quiste dentígero pequeño y un folículo o espacio folicular dental ligeramente
dilatado. Para esto, Maroo en 1991 señala que estos quistes inicialmente se
presentan como una radioluscencia unilocular pericoronaria, cuyo ancho excede de
2,5 mm. Sin embargo, se establece que hay que realizar un control radiográfico,
para seguir la evolución del diente y determinar si se trata de una lesión o
simplemente de la dilatación del folículo dentario en la fase pre-eruptiva.
CARACTERÍSTICAS HISTOPATOLÓGICAS
Para esta lesión no hay características microscópicas típicas que puedan distinguir
entre un QD y cualquier otro quiste odontogénico. Por lo general, está constituído
por una pared de tejido conectivo con 2-3 capas de células epiteliales planas o
cúbicas que tapizan la luz del quiste.
Generalmente no presenta queratina, pero algunos pueden presentar esta
característica que muchas veces es señal de transformación a otras lesiones más
agresivas, como el queratoquiste odontogénico. Otros pueden mostrar la
proliferación de los restos epiteliales en la luz del quiste indicando que se ha
desarrollado una neoplasia benigna pero agresiva, como lo es el ameloblastoma
(Shafer y cols., 1986).
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
Para poder llegar a un diagnóstico certero de la lesión, se deben tomar en cuenta
un conjunto de características recogidas en el estudio clínico, radiográfico e
histopatológico.
Los aspectos clínicos se obtienen mediante la observación clínica del paciente, y la
4. sintomatología que nos refiere. Además de realizar comparaciones con los
parámetros epidemiológicos existentes.
Asímismo, realizar un estudio radiográfico completo para detectar la posible
existencia de alguna patología no visible clínicamente, para esto el odontólogo
dispone de una serie de técnicas radiográficas, las cuales aportan una visión
completa o parcial de los maxilares. Dentro de ellas, la más empleada, es la
radiografía dental - sinusal, comunmente llamada "panorámica", que es accesible y
nos dá una visualización completa de ambos maxilares y de sus estructuras
adyacentes. Sin embargo, si se detecta alguna imagen anormal es necesario que se
practique una segunda radiografía que nos dé la tercera dimensión, para ubicar la
lesión en los tres planos como por ejemplo la oclusal, bien sea superior o inferior,
según el caso. Autores como Toller y col. (1995) señalan que la tomografía
computarizada (TC) resulta ser un gran beneficio, principalmente en el caso de QD
múltiples, ya que éste estudio provee detalles exactos en las tres dimensiones de
las lesiones quísticas sin distorsión ni superposición.
Todos estos estudios nos aportan datos para determinar los posibles diagnósticos
diferenciales que puedan identificar esta lesión, y junto al estudio histopatológico,
nos permiten establecer el diagnóstico definitivo.
PRONÓSTICO
Cuando se trata de lesiones pequeñas, el pronóstico es bueno ya que se elimina
quirúrgicamente sin dificultad y en su mayoría no hay recidiva. Mientras que si las
lesiones son grandes, el pronóstico es reservado ya que conllevan una gran perdida
ósea y adelgazan peligrosamente al hueso, existiendo el riesgo de producir fractura
patológica del maxilar comprometido (School of Dentistry. U.S.C., 1997). También
es importante destacar que los quistes odontogénicos tienen que ser considerados
una posible fuente de enfermedades metastásicas (Manganaro y cols., 1997).
TRATAMIENTO
Las lesiones uniloculares pequeñas se eliminan a través de la osteotomía,
extracción del diente impactado y remoción de la lesión.
En las lesiones grandes puede ser necesario una cirugía extensa donde incluso
puede haber resección de la mandíbula (Shafer y cols., 1986). Hay dos
procedimientos quirúrgicos que se emplean para eliminar estos quistes,
marsupialización y enucleación. La marsupialización es un procedimiento indicado
en aquellos casos donde se presentan QD de gran tamaño, que involucran una seria
pérdida ósea y que adelgazan peligrosamente el hueso; es muy utilizado sobretodo
en niños, en los casos que se pueda guiar la erupción del diente impactado hasta
llevarlo a una posición normal (Laskin, 1987).
Con relación a la enucleación, siempre que sea posible se prefiere este
procedimiento, porque pueden existir transformaciones ameloblásticas o
carcinomatosas asociadas a la pared del QD, lo cual hace necesario enuclear el
quiste y someterlo a un estudio histopatológico, de esta manera se hace una
excisión total del tejido patológico, disminuyendo posibilidades de recurrencia y de
transformaciones desfavorables (Laskin, 1987).
PRESENTACION DEL CASO
Descripción Clínica
Paciente masculino de 53 años de edad, natural y procedente de la ciudad de
Caracas D.F. que acudió a consulta en el Servicio de Clínica Estomatológica de la
5. Facultad de Odontología - UCV, en Enero de 1998, por presentar un agrandamiento
en la zona del mentón. Al inicio la lesión era pequeña, localizándose en la mucosa
por vestibular entre los dientes centrales inferiores. El paciente refirió que el
tamaño de la misma aumentó progresivamente, además presentó, en un principio,
una sintomatología dolorosa irradiada a todos los dientes anteroinferiores que a los
pocos meses cesó. Dentro de sus antecedentes personales el paciente refiere
presentar el hábito de consumir alcohol.
Para el momento del examen clínico la lesión presentó un aspecto tumoral, que
abarcaba la zona comprendida desde el 33 al 44 (mucosa y encía) por vestibular,
no circunscrita, de aproximadamente 7 x 3 cm., color violáceo y de consistencia
ligeramente depresible a la palpación (Fig. 1).
Fig. 1
Aspecto clínico intrabucal
Descripción Radiográfica
PANORÁMICA:
Se observó una imagen radiolúcida unilocular con pequeñas radiopacidades en su
interior a nivel de la zona anteroinferior de aproximadamente 13 x 4,5 cm., bien
delimitada, con cortical bien definida, que abarcó, en sentido transversal, desde el
45 hasta la zona posteroinferior izquierda (zona edéntula), y en sentido longitudinal
desde el reborde alveolar incluyendo los ápices de los dientes 31,32,34,41,42,43,
hasta el borde inferior de la mandíbula. Además se apreció, dentro de esta imagen
radiolúcida, una imagen radiopaca compatible con un diente incluído,
correspondiente al canino inferior izquierdo (33) (Fig. 2).
6. Figura 2
radiografía panorámica
OCLUSAL PARCIAL ANTERIOR INFERIOR:
Con motivo de determinar la extensión vestíbulolingual de la lesión se realizó esta
radiografía, observándose una imagen radiolúcida de aproximadamente 3,5 cm. en
sentido anteroposterior bien circunscrita, con cortical, redondeada, que adelgazaba
notablemente la tabla ósea vestibular. Dentro de la lesión, hacia las porciones
laterales, se observaron también finos tabiques radiopacos que separaban la lesión
(Fig. 3).
Figura 3
Radiografía oclusal
Diagnósticos Diferenciales
De acuerdo a los datos recogidos de la clínica y el estudio radiográfico realizado al
paciente, se establecieron como diagnósticos diferenciales los siguientes:
QUISTE DENTÍGERO:
Se pensó que podía tratarse de esta lesión debido a que de los QD se
presentan con mucha frecuencia. Además, es una lesión que siempre está
asociada con un diente incluído, o no erupcionado. Se presenta
principalmente en el sexo masculino y el maxilar inferior es afectado 2 veces
más que el superior. Es asintomático. Radiográficamente, en el caso de
lesiones grandes, se observa que a veces expande la placa cortical y puede
tornarse multilocular, lo cual sugiere su transformación en lesiones más
serias (School of Dentistry. U.S.C., 1997).
AMELOBLASTOMA:
El ameloblastoma es una lesión de comportamiento más agresivo que tiene
7. mayor incidencia en adultos entre la 4ta. y 5ta. década de vida. El maxilar
inferior es afectado 4 veces más que el maxilar superior. Es igualmente
asintomático, en la radiografía oclusal parcial anterior inferior del caso
clínico, se observó una imagen multilocular que sugería pompas de jabón
hacia las porciones laterales de la lesión. Aunque no sea patognomónico del
ameloblastoma, este aspecto se presenta aproximadamente en el 50 % de
los casos (Randal, 1991).
QUERATOQUISTE ODONTOGÉNICO:
Se consideró esta entidad debido a que se vincula con dientes sin erupcionar
o impactados. Tiene predilección por el sexo masculino y se presenta
mayormente en el maxilar inferior en proporción de 2:1 con respecto al
maxilar superior. Radiográficamente se puede presentar como una
radioluscencia uni o multilocular. Su luz está cargada de queratina por lo
que se vé como una imagen nebulosa (School of Dentistry. U. S. C., 1997).
TUMOR ODONTOGÉNICO ADENOMATOIDE:
Esta lesión se presenta habitualmente alrededor de la corona clínica de un
diente no erupcionado, especialmente el canino, se localiza con mayor
frecuencia en la región anterior 50% en el maxilar y 35% en la mandíbula,
puede ocasionar divergencia de las raíces y expansión cortical.
Radiográficamente se observa como una lesión radiolúcida unilocular bien
limitada, pero puede presentar pequeños focos radiopacos dispersos (Regezi
y Sciubba, 1995).
Montilla y Rivera en 1998 reportan un caso poco frecuente en un paciente
masculino de 19 años de edad, localizado en el maxilar inferior zona
anterior, asociado a un canino retenido.
Pruebas Diagnósticas
Pruebas para el diagnóstico definitivo:
Biopsia puncional con el estudio del extendido.
Biopsia incisional durante la "marsupialización", en este procedimiento
quirúrgico se abrió una ventana adecuada en la pared externa del quiste, a
través de la cual se eliminó el contenido del mismo, dejando remanente la
membrana. Esto permitiría la formación de hueso alrededor del quiste por
medio de la descompresión, si es exitoso se lograría disminuir el tamaño del
quiste.
Biopsia excisional donde se realizó la "enucleación", es decir, la eliminación
total o completa del quiste también llamada quistectomía.
Estas dos últimas con sus correspondientes estudios histopatológicos.
La biopsia puncional se realizó para determinar el contenido de la lesión. Se extrajo
una cantidad de 1 cc aproximadamente, obteniéndose un líquido de color marrón
sanguinolento, lo que permitió descartar la presencia de un hemangioma central de
hueso o de algún tumor sólido como el tumor odontogénico adenomatoide o el
tumor de Pindborg. La observación directa de este líquido con el microscopio reveló
elementos celulares, en su mayoría eritrocitos, alternados con zonas filamentosas
interpretadas como fibrina, elementos inflamatorios y células de mayor tamaño, de
contorno irregular y con abundante citoplasma sugerentes de células epiteliales;
esta información dió un diagnóstico representativo de contenido hemorrágico. Se
hizo necesaria la biopsia incisional para llegar a un diagnóstico definitivo.
8. En la marsupialización se realizó una incisión de forma oval. Una vez en la cavidad,
se observó una especie de gránulos de color marrón pardo sugerentes de queratina
y se tomó una muestra de la membrana, para su estudio histopatológico. Posterior
a la sutura se procedió a confeccionar un tapón de acrílico, que evitaría en lo
posible la entrada de alimentos en la cavidad. El paciente lo usó todo el tiempo y lo
retiraba solo para irrigar la cavidad con solución fisiológica.
El postoperatorio resultó satisfactorio porque al descomprimir la cavidad se eliminó
la presión interna, de esta manera se permite la proliferación de tejido óseo
alrededor de la misma lo que trae como consecuencia que disminuyera de tamaño
poco a poco, esto hacía necesario adaptar progresivamente el tapón de acrílico a la
cavidad. Luego de un mes y medio se tomó una radiografía panorámica para
observar la involución de la lesión, al compararla con la radiografía inicial, esta
mostró cierta radiopacidad que hizo pensar en la posible neoformación de tejido
óseo, por lo que se decidió que era el momento adecuado para la intervención.
Finalmente se realizó la biopsia excisional donde se hizo la enucleación. Durante la
realización de este procedimiento se observó que el tejido formado fue tejido
fibroso y no tejido óseo como se pensaba anteriormente, se procedió a la
eliminación. Se lujó el diente incluído para extraerlo, el cual salió intacto sin
resorción ni hipoplasia, se eliminaron las paredes del quiste raspando el tejido óseo,
las cuales fueron examinadas mediante el estudio histopatológico y se utilizó hueso
liofilizado para rellenar la cavidad.
La evolución fue favorable, se observó una buena cicatrización de los tejidos (Fig.
4).
Figura 4
fotografía clínica del postoperatorio
Estudio Histopatológico
El estudio histopatológico revela secciones de epitelio odontogénico y tejido
conjuntivo fibroso; el epitelio, de pocas células de espesor y en su mayor parte no
queratinizado. La pared quística está compuesta por tejido conjuntivo fibroso con
fibras colágenas entremezcladas por fibroblastos, dentro de la misma se evidencia
pequeños nidos de epitelio odontogénico (Fig. 5).
Esto confirma el diagnóstico de QUISTE DENTÍGERO.
9. Figura. 5.
Aspecto histopatológico de la biopsia excisional
Pronóstico
El pronóstico del paciente es "reservado", dado que el gran tamaño de la lesión
originó una gran pérdida ósea y un notable adelgazamiento de las corticales, esto
representa un potencial importante de fractura patológica del maxilar inferior. Por
otra parte, existe la posibilidad de una parestesia del nervio mentoniano por la
misma extensión de la lesión y porque pudo ser lesionado durante el abordaje
quirúrgico.
DISCUSIÓN
Transformaciones potenciales
Uno de los puntos controversiales con relación al QD son las transformaciones
desfavorables. A partir del epitelio de revestimiento del quiste se pueden
desarrollar un ameloblastoma, un carcinoma de células escamosas o un carcinoma
mucoepidermoide.
En relación al ameloblastoma, se han reportado numerosos casos. En el estudio
realizado por Holmlund y cols. (1991), concluyen que la patogénesis más posible
del ameloblastoma es la transformación ameloblástica de los bordes epiteliales de
los QD, primordial, radicular y residual, ya que tienen la misma derivación
embrionaria, y es importante destacar que esta transformación no sólo se da en el
ameloblastoma uniquístico sino también en el sólido, plexiforme y folicular.
En otro estudio hecho por Shear (1994) se dió a conocer que el QD comparte la
expresión de la citoqueratina 18 con algunos casos de ameloblastoma, lo cual es
signo de transformación oncofetal de estas lesiones.
Con relación al carcinoma de células escamosas, en los casos reportados hay una
predilección de 2:1 en el maxilar inferior y de 3:1 en el sexo masculino. En cuanto
a los signos y síntomas presenta agrandamiento, dolor y parestesia de la zona
afectada (Loche y cols.,1994). En una revisión de 30 casos por Eversole y cols.
(1975) encontraron un 75 % de los casos asociados con quistes intraóseos, un 22
% con QD, 19% quistes apicales, 55 % con quistes residuales y 4% con
periodónticos laterales.
En cuanto al carcinoma mucoepidermoide, existen pocos reportes, pero parece ser
una posibilidad. Se han descubierto casos de carcinomas mucoepidermoide
centrales asociados con QD que afectan a los terceros molares inferiores
impactados (Shafer y cols., 1986).
10. Tratamiento
El tratamiento es quirúrgico, las lesiones uniloculares pequeñas se eliminan a
través de la osteotomía, extracción del diente impactado y remoción de la lesión.
Las lesiones grandes como se mencionó anteriormente, pueden eliminarse por
marsupialización y/o enucleación.
MARSUPIALIZACIÓN
Takagi y Koyama (1998) reporta un caso de un QD asociado a la corona de un 2º
premolar superior impactado en el seno maxilar, en una niña de 6 años de edad, en
el cual se realizó este procedimiento llevando el diente a la posición deseada.
Señaló como ventajas que resultó poco invasivo, redujo el riesgo de daños a los
senos paranasales, evitó defectos óseos marcados así como también la parestesia,
además de ser útil en la promoción de la erupción del diente asociado a QD dentro
del seno maxilar. Se tomó en cuenta como una posible desventaja la recurrencia,
puesto que este caso fue observado durante 5 años y llegó a presentar recidiva.
En el presente caso se decidió hacer en principio una marsupialización debido al
tamaño del quiste, pero este procedimiento trae como desventajas el hecho de
dejar tejido patológico, que el espacio quístico tarda en disminuir de tamaño
sobretodo en personas de edad avanzada y que el paciente debe irrigar la cavidad
diariamente con posibilidad de retener restos alimenticios, riesgo de invaginación
de la encía y formación de un nuevo quiste.
ENUCLEACIÓN
En un caso reportado por Goss (1983), muy similar al presente caso, se hace
referencia a un QD asociado a un canino inferior izquierdo retenido en un paciente
de 55 años de edad, de sexo masculino, el cual había sido diagnosticado como una
lesión pequeña que progresivamente aumentó de tamaño y después de varios años
fue eliminada mediante la enucleación. Se señala que el postoperatorio fue positivo
y al año ya el defecto había desaparecido.
En otro caso reportado por Ojo y Akpata (1992) sobre un QD asociado a un incisivo
inferior izquierdo, los autores refirieron la preferencia por este procedimiento.
En relación al caso tratado, se puede considerar que debido a las características
que presentaba la lesión y a las condiciones socioeconómicas y de salud del
paciente, se debió realizar desde un principio la enucleación, tomando en cuenta
todas las medidas pertinentes con la finalidad de eliminar de una vez todo el tejido
patológico y de esta manera evitar al paciente el inconveniente de tener en boca
una gran cavidad que tarda en cicatrizar, irrigar la herida diariamente y el uso del
tapón de acrílico para evitar la entrada de restos alimenticios en la cavidad.
Sin embargo, cada caso debe ser evaluado aisladamente y no se debe descartar a
la marsupialización como tratamiento de esta lesión.
CONCLUSIONES
Es un requisito absoluto que todos los tejidos provenientes del QD deben someterse
a un examen histopatológico, debido a que en algunas áreas de la pared del quiste
pueden presentarse cambios a nivel de las células epiteliales que no deben pasar
desapercibidos en su evaluación.
Se recomienda la remoción preventiva de los terceros molares impactados, porque
son frecuentes los QD asociados a estos dientes. Además, todo diente retenido
11. debe ser tratado para llevarlo a su posición correcta, de no ser así debe ser
extraído lo más tempranamente posible.
Un reconocimiento temprano evitará que el QD siga creciendo y se convierta en
multilocular lo que hace pensar en lesiones más serias. También la incidencia de las
transformaciones desfavorables aumentan con la longevidad y el tamaño de los
quistes.
La completa remoción del QD eliminará todo el epitelio que representa un potencial
para desarrollar o dar origen a un nuevo QD, es decir, de esta manera se prevee su
recurrencia y la posible formación de otras lesiones de comportamiento más
agresivo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
AL-TALABANI N. y C. SMITH (1980). Experimental dentigerous cyst an
enamel hypoplasia: their possible significance in explaining the pathogenesis
of human dentigerous cysts. J Oral Pathol. 9(2):82-91.
EVERSOLE L., SABES W, ROVIN S. (1975). Aggresive growth and neoplastic
potential of odontogenic cysts. Cancer. (35):270-282.
GOSS A. (1983). Dentigerous cyst: an excellent prognostication. Oral Surg.
56(1):110.
GRAYDON S. (1996). Two dentigerous cyst in the mandible of one patient.
The pathogenesis of odontogenic cyst: a review. J Oral Pathol. 4(1):31-46.
HOLMLUND A., ANNEROTH G., LUNDQUIST G., NORDENRAM A. (1991).
Ameloblastomas originating from odontogenic cysts. J Oral Pathol Med.
20:318-321.
KILLEY H., KAY L., SEWARD G. (1979). Lesiones quísticas benignas de los
maxilares, su diagnóstico y tratamiento. Buenos Aires, Argentina. Editorial
Mundi.
LASKIN D. (1987). Cirugía bucal y maxilofacial. Tomo I. México. Editorial
Médica Panamericana.
LOCHE J., SAPP J., Mc INTIRE D. (1994). Squamous cell carcinoma arising in
a dentigerous cyst. J. Oral Maxillofac Surg. 52:987-990.
MANGANARO A., CROSS S., STARTZELL J. (1997). Carcinoma arising in a
dentigerous cyst with neck metastasis. Head Neck. 19(5):436-439.
Obtenible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/htbin-post/. (31/1/98)
MAROO S. (1991). Clinico-radiological aspects of dentigerous cyst. East Afr
Med J. 68(4):249-254.
MORALES C., CAMACHO S., FONSECA N. (1994). Transformación
ameloblástica de quistes dentígeros. Reporte de dos casos. Acta Odontol
Venez. 32(1): 29-38.
MONTILLA G. y RIVERA H. (1998). Tumor Odontogénico Adenomatoide.
Reporte de un caso en Mandíbula. Revisión bibliográfica. Acta Odontol
12. Venez. 36(1): 9-13.
OJO M. y O. AKPATA. (1992). Case report of dentigerous cyst of lower
incisor. Afr Dent J. 6:34-37.
RANDAL Z. (1991). Maxillary ameloblastoma. Obtenible en: home page:
http://www.bcn.tmc.edu/oto/grand/81091.html. (31/1/98).
REGEZI J. y SCIUBBA J. (1995). Patología bucal. 2da. Edición. Mexico.
Editorial Interamericana. McGraw-Hill.
SCHOOL OF DENTISTRY. U.S.C. (University of Southenm of California).
(1997). Jaws:cyst. Obtenible
en: http://www.usc.edu/hsc/dental/opath/chapters/chapter 10-text.
html. (31/1/98).
SHAFER W., HINE M., LEVY B. (1986). Tratado de Patología Bucal. 2da.
Edición. Mexico. Editorial Interamericana.
SHEAR M. (1994). Developmental odontogenic cysts. An update. J Oral
Pathol Med. 23:1-11.
TAKAGI S. y S. KOYAMA. (1998). Guided eruption of an impacted second
premolar asociated with a dentigerous cyst in the maxillary sinus of a 6-
year-old child. J Oral Maxillofac Surg. 56(2):237-239.
TOLLER M., SIPAHIER M., ACIKGOZ A. (1995). CT display of multiple
dentigerous cysts of the mandible: a case report. J Clin Pediat Dent.
19(2):135-137.