El cemento se fabrica a partir de una mezcla de calcio, silicio, aluminio, hierro y magnesio que se calienta a altas temperaturas. Este proceso produce una sustancia llamada clinker que se muele para formar cemento gris, el cual se usa comúnmente en la construcción. El cemento puede ser dañino si se inhala su polvo o entra en contacto con la piel y ojos, por lo que se deben tomar precauciones durante su fabricación y uso.