Predica junio 23 de 2013 rom 3,9-20 el juicio de la apariencia
Predicacion sep 22 de 2013 los herederos de la promesa- rom 4-13-15
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IGLESIA FAMILIAR DE RESTAURACION LA ALIANZA NORTE BOGOTÁ
Septiembre 22 de 2013.
Ps. Cesar Muñoz
LOS HEREDEROS DE LA PROMESA.
ROMANOS 4:13-15
PROPOSITO:
El Señor JESUCRISTO es el heredero de todas las cosas, y los que creemos en ÉL
coherederos por la promesa.
INTRODUCCION:
El domingo anterior vimos un concepto muy teológico acerca de la justificación y
concluimos que:
la Biblia enseña enfáticamente que la justificación de Dios ninguna persona la puede
obtener por medio de sus propios méritos, pues no hay ningún hombre que sea
perfectamente justo y nunca peque.
Pero… ¡Qué maravillosa es la obra de Dios! Este problema queda resuelto por medio de
la Fe en el Señor Jesucristo, el cual nos regala la justificación por su Gracia. No
olvidemos que es sólo por Cristo, sólo por gracia, sólo por fe.
Esta es la razón por la que Pablo se preocupa tanto acerca de este asunto. Quiere que
pongamos a la obediencia y a las obras en el lugar adecuado en relación con la fe y la
justificación. Y creo que esto significa que la verdadera obediencia que exalta a Dios
viene de la fe. Cualquier otro tipo de obediencia no es verdadera. De modo que Pablo
está totalmente comprometido a mostrar con claridad que, en todo su debate acerca de la
justificación solo por fe aparte de las obras, su propósito es ubicar a las obras en el lugar
apropiado. Las obras no son el fundamento de la justificación, sino una señal y sello de la
justicia que viene solo por fe.
l. La justificación es un acto de Dios por el cual Él declara justos a los pecadores injustos,
después de haber aceptado el sacrificio en la cruz del Señor JESÚS como pago por
nuestros pecados.
2. Nadie puede acceder a la justificación por sus buenas obras.
3. La fe es la condición necesaria para recibir a Cristo. y con el los beneficios del
sacrificio del cordero
4. La justificación requiere una fe viva y real, no la mera profesión de fe. Esto es
“ACCION”, un estilo de vida acorde con nuestra confesión.
Cuando Uds. y yo permitimos el obrar de DIOS JEHOVA en nuestras vidas, nos
acercamos confiadamente y aprendemos a depender de ÉL, es cuando estamos listos
para entender “EL PROPOSITO DE DIOS PARA NUESTRAS VIDAS”
Lectura del texto, ROMANOS 4:13-15
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Dios le hizo a ABRAHAM una promesa maravillosa. Le prometió que seria una gran
nación, y que en él serian benditas todas las familias de la tierra. “GUAO”
La tierra se le daría como heredad. Y DIOS le hizo esa promesa simplemente porque
puso su confianza en él. No la recibió por haber amontonado méritos cumpliendo la ley,
sino como una gracia generosa en respuesta a su fe absoluta en DIOS JEHOVA DE LOS
EJERCITOS.
La justificación de Abraham esta vinculada a la reiteración de las promesas del pacto que
DIOS había establecido ya antes. Recordemos que el termino PACTO tanto en el antiguo
como en el nuevo testamento, se usa para indicar relaciones establecidas bajo
compromiso entre DIOS y los hombres.
Los pactos que DIOS hace con el hombre y mas concretamente el pacto con Abraham
tiene un sentido incondicional.
El pacto es, por tanto, una disposición soberana de DIOS en el cual establece un
compromiso incondicional, establecido bajo la fidelidad de DIOS.
La promesa como la vio pablo, dependía exclusivamente de dos cosas: “DE LA GRACIA
GENEROSA E INMERECIDA DE DIOS, Y DE LA PERFECTA FE DE ABRAHAM”
La gracia es la mano que da, y la fe la mano que recibe (la famosa pintura de Miguel
Ángel sobre la creación).
Cuando Abraham fue declarado Justo ante Dios, él no estaba circuncidado ni tenía en su
posesión la ley mosaica. La circuncisión todavía no había sido requerida por Dios y la ley
no había sido revelada todavía por Dios. Por lo tanto, no por la ley fue dada a Abraham o
a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la
fe.
La promesa dada a Abraham estaba incorporada en el pacto de Dios con Abraham, y con
ella se le había dicho al patriarca que él y su descendencia serían herederos del mundo
Al analizar la promesa de Dios dada a Abraham, surgen cuatro factores significativos.
En primer lugar, la promesa incluía una tierra. en la que Abraham habría de vivir pero
que no sería poseída hasta unos cinco siglos después, cuando Josué condujo a los
israelitas en su conquista de Canaan.
En segundo lugar, la promesa también incluía un pueblo, el cual llegaría a ser tan
numeroso que no podría ser contado, como el polvo de la tierra y las estrellas del cielo
Finalmente, Abraham se convertiría en -padre de muchedumbre de gentes"
En tercer lugar, la promesa involucraba una bendición para el mundo entero a través de
los descendientes de Abraham.
En cuanto lugar, la promesa se cumpliría con la entrega de un Redentor, quien habría de
ser un descendiente de Abraham y por medio del cual todo el mundo sería bendecido con
la provisión de la salvación eterna.
La promesa dada a Abraham, se extiende tambien a su descendencia. Esa es la razon
por la que el Señor JESÚS llamó biennaventurados a los mansos “Mateo 5:5”
Eh aquí otro de los grandes contrastes de las enseñanzas de Jesús.
El mundo concidera como feliz al que es capaz de imponerse a todos, al que no se
somete a nadie y actua conforme a su parecer, haciendo todo lo posible por alcanzar sus
objetivos de cualquier manera.
MANSO, para el mundo es sinonimo de fracasado, y llamar manso a una persona en el
mundo es tratarla con desprecio.
EL MANSO heredero de la tierra, es el que vive la experiencia de la fe, en absoluta
dependencia de DIOS.
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Mansa es la persona que cuando recibe una injuria no devuelve el mal recibido con animo
vengativo, ¡!escucheme bien!!, sino que encomienda su causa en manos del Señor y
espera que ÉL actue. El salmista DAVID dice en salmo 37:3-6.
Mientras que el mundo se desespera en la advercidad, el creyente “manso” descansa en
la proteccion y cuidado divinos Mateo 11:28-29 dice: “Venid a mi todos los que
estais…….” . la fe en Cristo alcanza la justificacion y esa misma fe es el unico camino a la
verdadera “MANSEDUMBRE”
Abraham vio por anticipado la venida de ese Mesías MANSO, quien habría de nacer
como uno de sus descendientes prometidos.
Fue a través de ese Mesías, el Cristo, que Abraham bendeciría al mundo entero y habría
de convertirse en heredero del mundo.
Mis amados la vida Cristiana no es asunto de religion con normas impositivas, sino de
comunion con el Señor, que se hace vida en cada uno de los suyos mediante la accion
conformadora del Espiritu.
A la expresion del Señor “bienaventurados los mansos”, sigue la razon que justifica
esa afirmacion “porque ellos recibiran la tierra por heredad”, ¿que quiere decir esto?,
el salmista contesta esa pregunta: salmo 37:1,29,34
Todos los creyentes son uno en Jesucristo, 1 Co. 6:17. Puesto que están identificados
con el Hijo unigénito de Dios, los creyentes pueden llegar a ser ellos mismos hijos de
Dios. En Romanos 8:16-17 dice: "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de
que somos hijos de Dios, Y si hijos, lambien herederos; herederos de Dios y coherederos
con Cristo, si es que padecemos juntamente con el, para que juntamente con el seamos
glorificados"
No es la descendencia humana de Abraham sino su descendencia espiritual, conformada
por aquellos que siguen su ejemplo de fe, lo que hace de un creyente heredero con
Abraham y con Cristo por igual.
Como Pablo aclara más adelante en la epístola: la ley de Dios "a la verdad es santa, y el
mandamiento santo, justo y bueno" (Ro. 7:12); pero la ley nunca fue dada como un medio
de salvación, ni siquiera para los judíos. Galatas 3:10 dice: "Porque todos los que
dependen de las obras de la ley, esto es, los que procuran justificarse a sí mismos
basándose en guardar la ley, "están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel
que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas".
La persona que confía en su capacidad para salvarse a sí misma guardando la ley está
bajo maldición debido a la imposibilidad de guardar a perfección la ley de Dios.
Pablo en Fil. 3:7-8. Lo reconoce.
El propósito de la ley era revelar los estándares perfectos de justicia de Dios y mostrar a
los hombres que ellos son incapaces en sus propias fuerzas de vivir a la altura de esos
estándares. La conciencia de esa incapacidad debería llevar los hombres a acercarse a
Dios por fe. La ley fue dada como "nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que
fuésemos justificados por la fe" (Ga. 3:24).
Dios jamás ha reconocido alguna justicia aparte de la justicia de la fe en él, y esa justicia
al igual que su justicia impartida e imputada, viene por medio de su propia provisión de
gracia. Jesucristo no solamente es el objeto de nuestra fe sino también su "autor y
consumador" (He. 12:2).
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Abraham fue justificado porque creyó la promesa de Dios, y como Pablo ya declaró en su
epístola, esa creencia "le fue contada por justicia" (Ro. 4:3). Exactamente de la misma
forma, cuando una persona cree la promesa de salvación de Dios mediante la confianza
en su Hijo Jesucristo, ese acto de fe le es contado como si fuera la justicia de Cristo
mismo (1 Co. 1:30).
La confianza de Abraham no estaba puesta en lo que él poseía sino en lo que Ie había
sido prometido. (He. 11:8-10).
La fe de Abraham quedó ejemplificada en su disposición para ir a una tierra que nunca
había visto, la cual representaba una herencia prometida que nunca poseería, Abraham
peregrinó hacia esa tierra y quedó satisfecho al vivir allí como un extranjero, porque en
últimas su verdadera esperanza estaba en la herencia de "la ciudad que tiene
fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios".
Pablo continúa explicando: Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta
la fe, y anulada la promesa. Si los hombres fueran capaces de guardar perfectamente la
ley de Dios serían sin duda herederos de Dios. Por supuesto, eso es imposible, pero si
fuera cierto la fe seria vana y la promesa de Dios quedaría anulada.
La fe es la capacidad de recibir cualquier cosa que Dios promete. Por otra parte, si la
promesa de Dios ha de recibirse únicamente por medio de la obediencia a una ley que ni
Abraham ni sus hijos podrían guardar, entonces la fe queda cancelada. En otras palabras,
afirmar una promesa sobre la base de una condición imposible de cumplir equivale a
anular la promesa.
La ley no puede salvar pues la ley produce ira. Entre más procure una persona justificarse
a sí misma guardando la ley de Dios, más demuestra su incapacidad para hacerlo a
causa de su pecaminosidad, y mayor juicio ira e acarrea sobre sí. Con la misma seguridad
con que la ley revela la justicia de Dios, también deja al descubierto la pecaminosidad del
hombre.
Como Pablo comenta más adelante en Romanos 7:7-11, Ga. 3:19,24