El documento contrasta dos lagos alimentados por el mismo río en Tierra Santa, el Lago de Genesaret y el Mar Muerto. Mientras que el Lago de Genesaret comparte generosamente su agua con los campos y la vida, el agua del Mar Muerto se estanca y es salitrosa, matando todo a su alrededor. De manera similar, las personas que viven dando a los demás de manera generosa son felices, mientras que las personas egoístas que solo reciben son infelices, al igual que el agua estancada del Mar Muerto.